Leticia salió de la ducha solo con un pullover de Rayan que había robado de su habitación, y secando su cabello con una de las enormes toallas del alfa. Todo en aquel lugar era grande, quizás porque el cuerpo del dueño también era grande. Entró al cuarto para buscar más ropa que ponerse sabido la tentación que era su cuerpo para el mayor percibiendo que el olor de este era fuerte en esa zona.
Las feromonas de Rayan eran muy ponentes allí dentro y muy concentradas, mas no le disgustaban, más bien… le encantaban. Se sentó en la cama dejando la toalla al lado y alzó la cabeza aspirando. Sus ojos se cerraron por inercia y su cuerpo se relajó en consecuencia.
Afuera podía oír como Rayan estaba aún en la cocina moviendo cosas de un lado a otro. Llenó sus pulmones de aire y lo dejaba salir por la boca. Siempre había pensado que las feromo
Leticia fue la atacante esta vez, besó la boca del alfa con ansias, mordiendo la carne hasta dejarla roja y forzando su lengua dentro de la cavidad húmeda del mayor. Rayan, ante el ataque se estremeció y la dejó ser, un poco impresionado por aquello, pero temeroso de que pudiera volver a llorar. Ya lo había hecho antes en el vestidor y le había costado trabajo recomponerse. Sin embargo, la forma en que Leticia se movía ahora, como lo devoraba y tocaba era como si estuviera dispuesta por sí misma. Así que él cooperaría.Leticia besó al alfa como si estuviera hambrienta, ansiosa de tragar la saliva mezclada entre ellos, de sentir su calor, de escuchar al alfa gemir contra ella. Cuando lo soltó ambos jadeaban más no lo soltó, había un sentimiento primario dentro de ella que reinaba y lo iba a dejar ser.-Cállate de una maldita vez alfa y anúdame- demandó la omegaEsta vez Rayan se quedó sin aire y casi se atragantó. Wao, eso había sido impresionante. Su rostro no perdió su expresión de a
Cassandra se dejó caer en el sofá de su consultorio sintiéndose exhausta después de toda la jornada de la mañana haciendo consultas, pero no era solo eso. Ella estaba frustrada. Era agotador estar en una relación, al menos como la tenía ella. No por el hecho que no le gustase como se estaba desarrollando ahora, sino era que ella misma estaba luchando constantemente con el mar de emociones que Gavel le hacía sentir constantemente y tenía que contenerse.Que quería follarse al alfa... era un hecho.Que quería saltarle arriba y montarlo, más que obvio.Pero sabía que si lo hacia el alfa lo más probable era que se tomaba atribuciones de más y así perdía la garantía de que no la botara antes de un año. Después de todo, Gavel tenía fama de aburrirse de sus amantes. Y estaba claro que, si la probaba a ella como loba, además de que habría diferencias en el sexo, no sentiría sus feromonas y de seguro se olvidaría rápido.Aun así, no entendía como era que se había metido en aquello y aceptado sa
La boca de Cassandra no podía cerrarse. Vaya lujuriosa se había vuelto su prima.-Y eso que llevas pocos días en casa de tu novio ¿cómo demonios te mantienes en pie?Leticia la miró entre sus dedos.-Rayan es muy bueno en ello, me prepara, aunque me sorprenda en la cocina o el baño- a su mente vinieron recuerdos de cómo era que siempre estaban juntos, tanto dentro de la casa del alfa como fuera. Así de como este la sorprendía, comenzaba a besarla y terminaban siempre en sexo. Parecían dos bestias en celo. Sus cuerpos se calentaban y ambos se dejaban consumir por el placer en cualquier lugar de la casa.Leticia no comprendía en que momento ellos habían dado un salto tan rápido en su relación, mas no se quejaba.-¿Has tenido alguna molestia o algo?- la parte médica de Cassandra salió a flote- Eres una omega después de todo aunque tomes supresores. Es normal que te adaptes bien a la fisionomía de un alfa y a la intensidad del sexo. Puede que al estar tanto tiempo expuesta a las feromonas
Rayan detuvo su moto delante del hospital. A su lado Gavel lo copió apagando la de él.-En serio, estás detrás de tu cachorra como un maldito perro- se burló el alfa corriendo su cabello oscuro hacia atrás.-¿Estás celoso?- Rayan no se dejó intimidar- Puede que esté como un perro pero al menos mi cachorra me deja comérmela cada vez que me da la gana- le lanzó la indirecta haciendo que Gavel gruñera.-Estás yendo por terreno pantanoso amigo, no seas atrevido.Rayan alzó los hombros. Nadie lo mandaba a meterse con una loba como era la prima de su pareja, que no era precisamente algo fácil con lo que tratar. Bueno, no era que su Leti también fuera fácil. Era verdad que era un poco más dócil ahora que se estaba quedando en su casa, pero mientras no bromeara mucho con ella, todo estaba bien, sino podía dejarlo fácilmente a mitad de la faena. Era bastante cruel cuando lo hacía.-¿Por qué discuten?- Leticia preguntó acercándose a ellos con un rostro relajado.-Baby- Rayan sonrió coqueto y cu
La imagen que encontró Gavel al tirar la puerta de la oficina de Cassandra fue la peor que se pudo imaginar. No solo por las densas feromonas que danzaban de forma posesiva en el ambiente, sino también por la forma en que aquel desgraciado alfa estaba sosteniendo a su pareja y lo que le estaba haciendo.Pero no fue eso lo que le hizo perder el control.Al sentir su presencia del recién llegado, el alfa soltó el cuello de una ahora inerte mujer recostado en la mesa, dejando a la vista el cuello ahora manchados de sangre, con una profunda herida de marcas de dientes sobre su piel, ahora desgarrada, y la boca del lobo manchada de la misma sangre.Gavel... vio en rojo.No supo en qué momento se había movido, pero tuvo al otro lobo agarrado del cuello, contra el suelo y estampando sus puños en su rostro hasta que la sangre le salpicó hasta su propia ropa. Sentía los huesos crujir con cada golpe que daba. No mediaba su fuerza, estaba cabreado a no poder más. Sus garras completamente desenfu
Frente a él Gavel estaba aterrado, pero aun así lo hizo, metió dos dedos en la boca de Cassandra ahora muy caliente dado la subida de temperatura brutal.-Mantén presionada su lengua hacia abajo y no dejes que vaya hacia atrás o se ahogará- le decía agarrando uno de los frascos y jeringuilla que comenzaban a traerles y se lo inyectaba en el brazo a Cassandra después de desgarrar la manga.-Pa, qué le está ocurriendo- Gavel nunca se imaginó que ver a Cassandra en aquella situación lo descontrolaría tanto.-las toxinas del alfa en su cuerpo están haciendo que entre en shock. No puede marcarla porque ella es omega, pero lo mordió con mucha fuerza y las inyectó directamente en su torrente sanguíneo y al estar en celo estas son prácticamente nocivas para ella- le explicaba moviendo sus manos sin parar de inyectar cosas mientras le traía
Rayan entró dentro de su apartamento tirando de la camisa húmeda a la terraza y quedándose solo en el short corto y ajustado. El aire acondicionado bañó su pecho ahora desnudo y a su nariz llegó el delicioso olor a frito de la merienda. Se relamió los labios pasando su mano por el cabello rubio echándolo hacia atrás que quedó pegado por la humedad en él. Aunque su real intención no era comer la merienda.Caminó hacia la cocina y la imagen de un trasero respingón moviéndose al son de la música delante de la estufa fue mucho más tentadora que los dos platos que estaban en la meseta, al lado de su propio celular que era el reproductor. El alfa agradeció haber tenido una lista de reproducción en él.Con una sonrisa lobuna mostrando sus colmillos se acercó a la chica y la rodeó por detrás y abrazó la es
Leticia apretó los ojos con fuerza al sentir el látigo golpear justo al lado de ella astillando el suelo. Al menos se había movido los milímetros necesarios para que no la golpeara. Uffff, al menos un alivio. A pesar de tener los ojos cerrados sus oídos seguían igual de afilados. Pero podía jurar a los cuatro infiernos que a esa altura tenía al menos una costilla rota. Un puño pasó rozando su mejilla no impidiendo que su labio inferior se rompiera y por consiguiente la sangre corriera por su la barbilla. Lo último que le faltaba. Ahora como justificaría eso. Tenía una imagen que mantener. Tuvo un impulso de gruñir y demostrarle a los que la tenían allí que ella no era una cachorra indefensa y que podía dejarlos noqueados en solo segundos. Mas se contuvo, más bien, todo ese tiempo no gritó ni una sola vez a pesar de estar de rodillas, con las manos atadas en la espalda y siendo golpeado una que otra vez si podían asentarle. Había sido prácticamente arrastr