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La mujer se acercó por detrás y pasó el brazo por encima de Leticia dejando su mano sobre su uno de sus pechos. Una sonrisa pícara y provocadora apareció en sus labios. Por supuesto no se equivocaban, los orbes de Rayan junto con los de Gavel brillaron peligrosamente, provocar a un alfa de esa forma era algo peligroso, muy peligroso, y tanto como Leticia y Cassandra sabían que no podían hacerles nada aprovechaban para burlarse de ellos.

Sin embargo, no duró mucho. Leticia que había estado irritable pues a mitad de la madrugada su vientre había comenzado a molestar otra vez aun cuando olía las feromonas de Rayan, se percató de la imagen de Rayan y su labio inferior tembló. Oh, oh.

-Oye Gavel- dijo con la mirada recorriendo a su pareja de arriba abajo- Te presto a mi prima, ahora vuelvo. Y diciendo esto se soltó del agarre de Cassandra para agarrar a Rayan por la solapa de su chaqueta y se lo llevó por el pasillo sin este saber su destino.

Cassandra se quedó mirando estupefacta como su
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