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2*-SIMULACCION O FICCION

Esa tarde cuando salían de las oficinas, apenas si había conversado con Edward. No le apetecía regresar a la villa y mucho menos estar sola sin tener con quien conversar. Antes de salir de la oficina Edward le había enviado un mensaje diciendo como siempre

–“Me demoro ve adelante, cuando pueda iré a casa, Edward”

Esta de los más entretenida en el cafetín, tratando de consumirá un helado, cuando oyó una voz que no esperaba oír en ese instante.

–Rosse –le llamo Edward con su voz ronca–Ella levantó la vista de la copa del helado que tenía al frente y lo miro con una fingida sonrisa.

–Qué pasa?, mira tú helado parece casi una merengada de lo derretido que está.–Le comento él con un tono de voz molesta, mientras se sentaba frente a ella.

Ella tenía un par de minutos revolviendo su helado sin prestar mucha atención y lo menos que esperaba es que Edward apareciera allí y menos con mal carácter.

–Estás muy pensativa. Qué te pasa?–Exclamo Edward y la miraba con cara de fastidio.

–No es nada–contesto ella de forma cándida sin mirarlo.

–Ok, vamos a casa de tus padres, si mal no recuerdo estamos invitados a cenar.

Ella lo miro y de igual forma cándida respondió . . .

–Ve tú si quieres, a mí no me apetece ir hoy a casa de mis padres, no estoy para vivir una ficción.

El tomo su mano y retiró el helado y le hizo señas al camarero para que se llevara la copa del helado derretido.

–Ok, levántate, te llevaré a casa. Tienes un mal semblante,  te vez como abatida.

Mientras caminaba pensaba los minutos que observo la escena de la mañana y las cosas que le decían algunos que para ella no era fácil de aceptar, pues ella reía que Edward respetaría el tratado entre ellos. Además, cuando estaba juntos, casi siempre él era atento con ella.

–Edward –hablo ella con seguridad –No estoy tan cansada, vamos al cine hoy es viernes, mañana es  día libre y estoy algo aburrida.—Le comento ella tratando de continuar con la farsa.

El la miro y tratando de controlarse le pregunto –Estas segura.

–Sí. Es viernes, fin de semana y es temprano aún.

Ambos se subieron al carro de él y este aprovecho para preguntarle –Qué películas quieres ver?

–Creo que está aún en la cartelera una película vieja que quiero ver.

Al rato de estar en el cine ella estaba tan concentrada y de repente sintió un breve ronquido, giro la cabeza y se percató que Edward se había quedado dormido en el cine.

Ella tomo aire, a pesar que él estuviera allí, ella estaba como que sola.

Ella se quedó mirando a su esposo por unos instantes cuando oyó que el celular de él sonaba en el bolsillo de su chaqueta.

Edward se despertó y la miro, –Lo siento, me quede dormido. Volvió a oírse el celular  el ella le señalo –Está en tu bolsillo derecho.

El leyó el mensaje y en su rostro se reflejó un malestar. Ella le pregunto

–Pasa algo.

–No me dicen bien, me voy. –dijo saco unos billetes del bolsillo y exclamo  –Ten para el taxi, me tengo que ir a la oficina.

–Que paso?, es viernes, nadie te puede sustituir, mira la hora.

El la miro con fastidio y respondió –No comiences Rosse, tengo un deber y una obligación con los míos y los tuyos. Nos vemos luego.

Ella lo vio alejarse de allí con rápidez.

Cuando Edward llego de nuevo a las oficinas Nina lo esperaba en la entrada posterior del edificio al subirse al auto exclamó.

–Qué paso?. Por qué no me estabas esperando, creí que me esperarías.

–Hay Nina, tú también, no. Mis ánimos no están para reclamos y preguntas idiotas.

–No te entiendo, como que preguntas idiotas. Si no quieres vete, a mi alguien me estaba invitando, si te pones con cómicas déjame aquí. Yo solo tengo que hacer una llamada y en unos minutos me vienen a buscar, eso sí, luego no te quejes.

–Con un maldito idiota nena. No será bien para ti.

Llegaban a la villa, en esa casa la trataban como él se lo merecía. Estaba estacionando el auto cuando Nina se bajó y le comentó  –Te espero en la bañera, luego cenamos, yo encargue ya la cena y la traen dentro de  una hora cariño, no te demores, querido. –Y ella le envió un beso con la  mano, retirándose al caminar tenía un movimiento muy sexy.

Minutos más tarde entraba en la habitación y oyó la voz de NIna desde el baño…

–Cariño, te estoy esperando. Al entrar él baño estaba alumbrado solo con la luz de unas velas que emitían un agradable olor como a sándalo. Se desnudó rápidamente y sonrió de forma pervertida torciendo la boca con algo de lujuria y  entró al baño, donde se metió a la bañera, ansioso de poseerla de cualquier forma que pudiera, los  deseos que sentía, sabía que ella lo complacería.

Así le gustaba, que estuviera deseosa de tenerlo, que fuera atrayente y excitante, jugaba con ella, la dejaba con ganas a veces y la complacía solo cuando él quería y se marchaba luego de satisfacer él. Ella esperaba a su próximo encuentro para que el ahí si la complaciera con gran pasión y deseos.

Entro en la bañera mirándola con un gran ego, para complacer su  cuerpo y el de ella, que esperaba desde la mañana.  

La noche para Rosse fue fatal apenas si pudo conciliar el sueño, por la madrugada se levantó y decidió terminar el informe para la reunión de la junta que sería a media mañana. Al finalizar ya estaba aclarando así que se dirigió a la habitación de su esposo y toco varias veces, como nadie respondió, ella giro la manija de la puerta y esta se abrió, la cama estaba hecha, se acercó al baño estaba seco no había sido utilizado. Su esposo no se quedó esa noche. 

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