—Xavier es el padre…—responde Bern sin ninguna expresión.Los padres de Andra se van con Xavier a hablar en privado, después de todo el bebé es amado por muchos.—Creo que mejor nos retiramos—dice Bern—si necesitan cualquier cosa, no duden en decirnos, cuentan con todo nuestro apoyo.—Gracias Bern, lo tenemos en cuenta—le responde Andra.Nos despedimos de todos rápidamente y salimos del hospital; vamos a casa de Bern por algunas cosas que necesita para terminar de mudarse a la villa con nosotras.Al llegar, ninguno de los dos encuentra las palabras necesarias para iniciar la conversación, centramos nuestra atención en guardar sus cosas en maletas…—Lena—se detiene en medio de la habitación—voy a vender mi casa, creo que ya no tiene caso tener esta propiedad si vamos a estar en la villa, si algún día queremos volver ´por cualquier cosa, podemos quedarnos con alguien cercano u hospedarnos en algún lugar…—Es tu casa Bern, puedes hacer lo que quieras con ella, sin duda te poyo en cualqui
Mi nombre es Lena, Lena Rothschild; el segundo apellido no importa, me basta mencionar el primero.Una joven a punto de cumplir su mayor sueño, tengo muchos retos por delante, el límite a la independencia, el punto en llegar a convertirme en mujer, lo que más ansío en esta vida es poder liberarme al fin del poder que ejercen mis padres sobre mí, como hija única en esta pequeña familia, debo sincerarme y contarles que soy una sobreprotegida, la hija prodiga de los Rothschild.Me encuentro estudiando en una AHS, en mi último curso para posteriormente ingresar a la universidad, una vida ordinaria o común, no lo sé, solo me esfuerzo mucho para independizarme en mi primera oportunidad.Mi padre, Alexander Rothschild, un general de la armada de Austria, pretende convertirme en una mujer abnegada, llevándome al límite intelectual, aunque él sabe a la perfección que hace mucho sueño con convertirme en la mejor repostera, un camino habitual para las mujeres, sí, pero en mi es distinto, quiero
Tocan la puerta.—Lena, ¿ya duermes? —se escucha a Mia tras la puerta.Me levanto—me estoy poniendo el pijama—le respondo.Bern se ríe y comienza a desabrocharse el pantalón provocándome.—Recuerda cerrar bien tu puerta, descansa—se aleja de la puerta.—Hasta mañana—le respondo rápido para que se vaya en seguida.Cierro la puerta con seguro antes de que se me olvide.Bern me carga y me lleva a la cama de vuelta, me sienta y me besa el cuello deslizándose hasta mi pecho, donde se detiene y me ve a los ojos.—Date vuelta—me indica.Como una chica obediente me doy vuelta y en menos tiempo del calculado él ya me tiene en la orilla de la cama de perrito, me quita mi tanga, toma una de mis nalgas y saca su miembro frotándolo en mi vagina; me excita demasiado la forma en la que me provoca.«Vamos, quiero que lo hagas ya»Mis ojos se entrecierran por el calor del momento, y poco después Bern mete su pene en mi vagina, toma mis caderas y me embiste una y otra vez; gimo tan bajo como puedo, de
Durante la cena Alexander se dispuso a tratar temas de trabajo con Bern, el tiempo se pasó rápido, cuándo me percate, Bern se estaba marchando.Esperaba que mi padre conversara conmigo, pero no lo hizo, el ya daba el tema por sentado.«No hay forma de que hable con él y lo haga cambiar de opinión, se supone que yo no sé nada de esa conversación, además que ante los ojos de los demás, Bern y yo apenas nos conocemos, aún que no es así, no es así.» Subo a mi habitación de prisa, cierro la puerta con seguro, no veo nada por la oscuridad de la noche, enciendo la luz y veo a Bern recostado sobre mi cama.—No sé porque no me sorprende—murmuro entre risas.Se ríe de mí y le da unas palmadas a la cama indicándome que me acueste a su lado.—Len, tenemos que hablar seriamente—su voz ya lo suena.—Lo sé, escuche la conversación en el estudio…Hablamos de que Alexander no le concedió permiso alguno para salir conmigo, y de llevarle la contraria, podría terminar mal porque nuestros padres son viej
Terminé mi tarde con Marie, quien se marchó casi al anochecer. Ahora me pongo el pijama, reviso mi teléfono una vez más y Bern aún no se comunica conmigo. «Mierda, no se ha conectado desde en la mañana, y si Marie tiene razón, ¿Cómo era la vida de Bern? ...» Me voy a dormir. Miércoles 25 de febrero del año en curso. En la madrugada entre sueños escucho mi teléfono vibrar intensamente sobre la mesita, me enderezo y lo tomo de inmediato. Es una videollamada de Bern, presiono el botón verde y enciendo mi lampara. Bern son las 5 de la mañana—trato de abrir bien los ojos que se muestran incomodos por la luz. —Señorita Len, recuerde que soy militar, es una ofensa para mí que me diga esto—actúa. Me rio—eres un bobo, dime, ¿Qué es tan importante para llamar a esta hora? —Len, me estoy muriendo de frío—se ríe. Me levanto de la cama y me acerco a la puerta para abrir mi balcón, en seguida puedo ver a Bern sentado en mi balcón con un abrigo gigantesco, lo hago entrar lo más rápido pos
Al terminar de besarnos; Bern me lleva a la parte trasera del AHS, para simular que acabo de salir de clases.Sigilosamente voy a la entrada; Marie va saliendo y desde lejos me ve, corre directo hacia mí y yo trato de no llamar más la atención de la que ya está haciendo Marie.—Lena, ¿Qué haces aquí? —dice sin disimulo.—Marie, baja la voz—la regaño.—Ok, me voy contigo para que me cuentes todo—me dice entre murmureos.El chofer llega y nos lleva en seguida a casa. Para cuando llegamos, Mia tiene la comida lista, esta vez no podemos negarnos a comer con ella; en la mesa se siente un silencio perpetrador.— ¿Y el señor Alexander no nos acompaña? —Marie rompe con el silencio.—Tiene que trabajar fuera de casa la mayor parte del tiempo, ya lo sabes, le encanta perfeccionar su trabajo—Mia levanta la vista y se dirige a Marie— ¿y qué tal las clases?—Las clases normal, el tiempo se pasa volando, ¿no? —me apresuro a responder inconscientemente.Mi madre frunce el ceño y parece no comprender
Martes 3 de marzo del año en curso.Me despierto temprano para salir al AHS y hablar con Daniel, tiene buna pinta, tal vez el entienda como me siento. No desayuno en casa y salgo tan rápido como puedo para que no me detengan.«Sigo furiosa con Mia, no tenía que decirle a Bernhard, seguro que Alexander ni siquiera sabe eso.»—Buen día Daniel—me acomodo en el asiento de adelante por primera vez.— ¿A dónde te llevo? —se ríe.—Tengo la primera hora libre—bajo la mirada.—Se a donde llevarte—enciende el auto y salimos.Me lleva a la calle histórica y caminamos perdiéndonos entre turistas.—Me inspiras confianza Daniel—miro al frente.—Puedo escucharte ahora—me anima a hablar.— ¿Cómo terminas con algo que ni siquiera había empezado?—Alguien—puntualiza—es sencillo, mandas todo al carajo y sales de fiesta—me hace reír.—Lo digo en serio Daniel—aun así, no evito reírme.—Te ves mejor cuando sonríes—se detiene.Me paro frente a él y por primera vez puedo verlo; es un chico alto, delgado, tez
En el baño, retrocedo unos pasos hasta llegar a la bañera.— Perdón si te asuste— Bernhard se intenta acercar a mí.No digo nada y me siento sobre la bañera.— Len, la chica con la que me has visto es mi mejor amiga de la infancia, acaban de transferirla, es nueva no solo en el trabajo, también…— Le gustas Bernhard— lo interrumpo— no voy a competir por un hombre— puntualizo.Me levanto de inmediato y apoyada de expresiones corporales trato de explicarle a Bernhard antes de que tenga tiempo de responderme.— No hay que ser muy listo para saber que ella pidió que la transfirieran a esta base, además, eso de “mi mejor amiga de la infancia”, me suena a que en algún punto se enamoró de ti, se nota porque no se separa de ti.—Señorita Lena está celosa— se burla de mí.Me rio— te equivocas, no tengo porque estar celosa si no somos…mejor dicho, nunca fuimos nada— camino por el baño.Estoy desbordándome en orgullo, pero lo que pienso de la pelirroja es verdad y de hecho puedo comprobarlo, per