Al terminar de besarnos; Bern me lleva a la parte trasera del AHS, para simular que acabo de salir de clases.
Sigilosamente voy a la entrada; Marie va saliendo y desde lejos me ve, corre directo hacia mí y yo trato de no llamar más la atención de la que ya está haciendo Marie.
—Lena, ¿Qué haces aquí? —dice sin disimulo.
—Marie, baja la voz—la regaño.
—Ok, me voy contigo para que me cuentes todo—me dice entre murmureos.
El chofer llega y nos lleva en seguida a casa. Para cuando llegamos, Mia tiene la comida lista, esta vez no podemos negarnos a comer con ella; en la mesa se siente un silencio perpetrador.
— ¿Y el señor Alexander no nos acompaña? —Marie rompe con el silencio.
—Tiene que trabajar fuera de casa la mayor parte del tiempo, ya lo sabes, le encanta perfeccionar su trabajo—Mia levanta la vista y se dirige a Marie— ¿y qué tal las clases?
—Las clases normal, el tiempo se pasa volando, ¿no? —me apresuro a responder inconscientemente.
Mi madre frunce el ceño y parece no comprender porque reacciono así.
—Sí, el tiempo a veces parece que pasa tan rápido, sin pensarlo ya vamos a mitad de curso, solo un poco más y seremos universitarias—me sigue Marie.
—Hablando de eso, Lena—me mira—se acerca tu cumpleaños, en menos de dos meses cumples 19, así que tu padre y yo comenzamos a organizarte una fiesta, puedes invitar a tus amigos—sonríe.
— ¿Amigos?, la única amiga que tengo es Marie, mi padre y tu no han sido muy flexibles con eso—arremeto contra ella.
—Y ahora esta Bern, puedes aprovechar para invitarlo, de hecho, enviaremos invitaciones a sus padres, le hará bien a tu padre charlar con un viejo amigo—me guiña un ojo.
Terminamos de comer, vamos a mi habitación; Marie espera impaciente sentada sobre mi cama a que hable cuanto antes.
—Aquí voy, omitiré detalles por supuesto.
—Ya dime—veo una mirada inquisitiva asechándome.
—Estuve con Bern en el bosque—continúo diciendo—hablamos un poco de…nosotros.
— ¿Nada más? —se inquieta—faltaste a clases para hablar con él, ¿no podían hacerlo por chat? —finaliza diciendo lo anterior.
—Hicimos un picnic en su camioneta, además me gusta hablar con él en persona, es más natural y lo siento más cercano, no sería lo mismo en chat.
Me recuesto sobre la alfombra, subo mis piernas a la cama y cruzo los brazos.
«Bern…que bonito suena su nombre en mi cabeza, que bobadas estoy diciendo, ahora ya parezco idiotizada, no puedo idealizar mi relación con Bern...» me quedo pensando y sonrió.
—Lena—Marie pasa su mano enfrente de mí cara para hacerme reaccionar.
—Lo siento, ¿Qué me decías?
—Y, ¿de qué hablaron? —sigue averiguando.
—De cosas que no había hablado con nadie. No me preguntes más Marie, tengo la cabeza en otro lado—le suplico.
—Lo sé, en Bern—me lanza una almohada.
—Claro que no—me levanto y le lanzo la almohada de vuelta.
Iniciamos una pelea de almohadas entre risas, hasta que quedamos exhaustas y nos tumbamos en mi cama.
Marie se fue temprano de casa, me puse al corriente con mis clases. En la cena aprovecho para hablar con Alexander, es el momento de convencerlo al fin…
—Mi madre me dijo que me están organizando una fiesta.
—Así es.
— ¿Puedo pedir mi regalo de cumpleaños por adelantado? —les suplico.
Los dos se voltean a ver, Mia le toma la mano a Alexander asintiendo.
«Que raro, normalmente sería al revés.»
— ¿Qué quieres de regalo Lena? —me dice Mia.
—El fin de semana inicia un curso de repostería, quiero inscribirme—estoy muy emocionada.
—Bueno, se acomoda a tu horario; así no descuidarás el AHS; puedes inscribirte. —confirma mi padre.
— ¿En serio? —aún no puedo creer que fue tan fácil—gracias, gracias…—me levanto de la mesa y los abrazo.
—Está bien lena, termina de cenar—me dice Mia.
Estoy tan feliz, que al subir a mi habitación le hago una videollamada a Marie para contarle.
— ¡Marie!
— ¿Por qué me hablas a esta hora?
—Voy al curso de repostería.
— ¿Qué?
Las dos gritamos de emoción.
—Eso es increíble Lena, me da gusto que al fin puedes iniciar eso que tanto habías deseado.
Termino de hablar con Marie. Por curiosidad voy al chat de Bern, pero no encuentro novedad.
«Si hoy estaba libre en la mañana, quiere decir que no fue a trabajar, ahora debe estar en su casa, entonces, ¿Por qué no me habla?»
Estoy tan entusiasmada con la noticia del curso de repostería, que de inmediato reviso los requisitos y todo lo que necesito para irme a inscribir mañana; después me voy a la cama y me sumerjo en sueños profundos.
Jueves 26 de febrero del año en curso.
Al despertar lo primero que hago es revisar mi teléfono, no tengo ninguna novedad.
«Se siente tan extraño no saber nada de Bern, ¿debería escribirle?, no, es mejor que lo haga él.»
Fui a clases, después le pedí al chofer que me llevara a la cafetería a inscribirme para el curso de repostería.
Entro con los requisitos en mano y una sonrisa que se me extiende de oreja a oreja.
—Buen día, me acerco a la barra.
Termino de inscribirme; me hacen esperar un poco para darme un par de documentos con los horarios y la lista de insumos que necesitaré en cada clase.
Aprieto mis manos perfectamente entrelazadas por detrás de mi espalda, esperando impaciente, de repente, me doy vuelta sin pensar y veo a Bern con una pelirroja.
«¿Quién es ella?»
Parece que la están pasando muy bien, están sentados uno enfrente del otro, los dos sonríen y parecen entablar una charla amena.
—Aquí están señorita Lena, lamento la tardanza—me sorprende el chef.
Tomo el folder entre mis manos—gracias—lo digo en voz alta a propósito.
Me doy la vuelta y me dirijo a la entrada con la mirada fija en mi objetivo: salir de ahí.
«No debí hablar tan fuerte, m****a…»
—Len—me sorprende Bern en la entrada deteniéndome del brazo.
«En serio, me saluda como si nada.»
— ¿Hola? —no sale otra cosa de mi boca.
— ¿Qué haces aquí?
—Lo mismo te pregunto—arremeto de inmediato.
— ¿Esta todo bien?...
— ¿Por qué no habría de estarlo? —lo interrumpo.
Frunce el ceño y se queda callado unos segundos.
—Tengo que irme—señalo al chofer que me espera—buen día—me despido sin más.
«Vete al carajo Bern. M****a, ¿por qué no escuche a Marie?, debí saber más de Bern antes de liarme con él; al menos eso solo lo sabe Marie.»
Subo a la camioneta resignada, llego a casa y me encierro en mi habitación, aprovecho para cerrar mi balcón con toda la seguridad posible.
Hago apuntes de clases y me pongo a estudiar. La tarde pasa rápido y en la noche recibo mensajes de Bern:
“Lena, ¿podemos hablar?”
“¿Puedo llamarte?”
No le respondo, me siento tan molesta y al mismo tiempo como una idiota.
«¿Estoy celosa? No, es solo que… ¿Qué hacía con esa pelirroja?, y en mi cafetería favorita, demonios, tengo que pensar en otra cosa.»
Recibo más mensajes de Bern:
“Lena, el fin de semana estaré en el trabajo, no podré comunicarme contigo, te veo pronto, cuídate.”
«Tú también cuídate Bern.» digo en mi mente.
No respondo, mi orgullo no me deja, además antes debería comenzar por decirme quien es esa pelirroja.
El fin de semana pasa sin pena ni gloria, incluso el curso de repostería me pasa desapercibido, sigo pensando en Bern, no puedo sacarlo de mi cabeza, es un horror seguir pensando y preguntándome toda clase de cosas sin parar, es desgastante.
Lunes 2 de marzo del año en curso.
El chofer me lleva a clases como de costumbre; las primeras horas pasan desapercibidas, en el receso me muestro desinteresada y por primera vez estoy callada, sumida en mis pensamientos más íntimos.
—Tierra llamando a Lena—me pasa su mano por enfrente para hacerme reaccionar.
—Estoy aquí Marie—le digo sin interés.
—No es verdad, tu cuerpo está sentado junto a mí, pero tú no estás aquí—me explica.
— ¿Sabes?, tengo que ir al baño, te veo en la salida—sujeto mis pertenencias y camino por los pasillos.
Desbloqueo mi teléfono y entro al Chat de Bern.
«Hoy ya debe estar libre, ha terminado el fin de semana. ¿Qué tenemos aquí?, ha subido una historia.» deslizo el dedo para ver la historia.
«Hdp, claro la pelirroja es tu compañera de trabajo, parece que son de la misma edad.»
Apago mi teléfono con rabia, suena el timbre; entro a mi salón y me excuso.
«Tengo que salir de aquí cuanto antes.»
Le digo al chofer que me siento mal, le pido que me lleve al mirador antes de ir a casa, él no me cuestiona, en realidad nunca lo hace, es demasiado callado…
Al llegar al mirador desbloqueo mi teléfono nuevamente, entro a ver la historia de Bern.
«Maldito.» no evito pensar.
Parece que en la foto tienen el uniforme de su trabajo, Bern la abraza por un costado y ella rodea la cintura de él, ambos sonríen ampliamente, están en una oficina.
Me entra una llamada de Mia, no le respondo, seguro le avisaron del AHS que me retire porque me sentía mal.
—No le avises a nadie en dónde estamos, volveremos pronto, no quiero preocuparlos, solo necesito un respiro—le ordeno al chofer.
«Tengo que volver a casa lo antes posible, pero no puedo, si me quedo en casa solo pensare en Bern, ya no quiero pensar en eso. ¿Y si solo es su compañera de trabajo? Pero hace apenas unos días que llego aquí y se muestra tan amable con ella.»
Le pido al chofer que demos un paseo por el bosque, veo por la ventana los pinos llenos de nieve, mi mirada parece perdida, trato de dormirme, pero no puedo, no logro concentrarme en nada.
—Es hora de volver señorita, la temperatura está bajando—me dice el chofer por el retrovisor.
—Así que si hablas—me rio—está bien.
Se ríe—puedo escucharla, ya sabe que no hablo—baja la velocidad.
—Háblame de tu, parece que somos de la misma edad, disculpa si no te hable antes, sabes cómo son mis padres…
—No te preocupes, se cuánto te costó ganarte el permiso para el curso de repostería.
De la nada sale la camioneta de Bern por enfrente haciendo que el chofer frene de repente
— ¿Estas bien Lena? —voltea a verme el chofer.
— ¿Cómo te llamas? —toco mi cabeza porque me golpe con el asiento de enfrente.
—Daniel—me ve confundido.
—Muy bien Daniel, vámonos a casa ahora—le ordeno.
Veo que Bern se baja de la camioneta, está por llegar a mi puerta en poco tiempo, y de repente, se baja la pelirroja…
— ¡Vámonos Daniel!
Hábilmente gira la camioneta y sale a gran velocidad. No miro atrás y veo que Daniel me observa por el retrovisor. Llegamos pronto a casa y le pido a Daniel que no diga nada de lo que paso.
Mia preocupada me espera en la sala.
—Lena, ¿en dónde estabas?
—Me siento un poco mal, le pedí a Daniel que me llevara al mirador a tomar un poco de aire fresco—me acerco a ella.
— ¿Quién es Daniel?
—El chofer, no sé porque no me sorprende—me enojo.
—Déjame avisarle a Bernhard que ya estás en casa…
—Así que tú le dijiste—me pongo furiosa por completo y me voy a mi habitación ignorando a Mia por completo.
«Carajo, ¿Qué más puede pasar?, tengo que hablar con Bernhard, pero será mañana, esta noche tengo que pensar con calma.»
Mia, Alexander, Daniel y Marie tratan de hablar conmigo, porque les preocupa verme “enferma”, siempre he sido una chica muy sana; los ignoro a todos por completo. El resto del día me desconecto de todas las redes sociales y trato de aclarar mi mente y mis sentimientos.
«Me tomaré un calmante, me ayudará a dormir y tal vez por la mañana me haga pensar mejor.»
Martes 3 de marzo del año en curso.Me despierto temprano para salir al AHS y hablar con Daniel, tiene buna pinta, tal vez el entienda como me siento. No desayuno en casa y salgo tan rápido como puedo para que no me detengan.«Sigo furiosa con Mia, no tenía que decirle a Bernhard, seguro que Alexander ni siquiera sabe eso.»—Buen día Daniel—me acomodo en el asiento de adelante por primera vez.— ¿A dónde te llevo? —se ríe.—Tengo la primera hora libre—bajo la mirada.—Se a donde llevarte—enciende el auto y salimos.Me lleva a la calle histórica y caminamos perdiéndonos entre turistas.—Me inspiras confianza Daniel—miro al frente.—Puedo escucharte ahora—me anima a hablar.— ¿Cómo terminas con algo que ni siquiera había empezado?—Alguien—puntualiza—es sencillo, mandas todo al carajo y sales de fiesta—me hace reír.—Lo digo en serio Daniel—aun así, no evito reírme.—Te ves mejor cuando sonríes—se detiene.Me paro frente a él y por primera vez puedo verlo; es un chico alto, delgado, tez
En el baño, retrocedo unos pasos hasta llegar a la bañera.— Perdón si te asuste— Bernhard se intenta acercar a mí.No digo nada y me siento sobre la bañera.— Len, la chica con la que me has visto es mi mejor amiga de la infancia, acaban de transferirla, es nueva no solo en el trabajo, también…— Le gustas Bernhard— lo interrumpo— no voy a competir por un hombre— puntualizo.Me levanto de inmediato y apoyada de expresiones corporales trato de explicarle a Bernhard antes de que tenga tiempo de responderme.— No hay que ser muy listo para saber que ella pidió que la transfirieran a esta base, además, eso de “mi mejor amiga de la infancia”, me suena a que en algún punto se enamoró de ti, se nota porque no se separa de ti.—Señorita Lena está celosa— se burla de mí.Me rio— te equivocas, no tengo porque estar celosa si no somos…mejor dicho, nunca fuimos nada— camino por el baño.Estoy desbordándome en orgullo, pero lo que pienso de la pelirroja es verdad y de hecho puedo comprobarlo, per
Lunes 7 de abril del año en curso.Despierto estirando los brazos de lo bien que dormí anoche, tengo que darme prisa para comenzar con el pie derecho este día que luce increíblemente fresco.Es temprano, apenas va a amanecer, voy a abrir mi balcón para admirar la belleza de los primeros rayos del sol que iluminan mi habitación; veo a Bernhard esperando con una rosa azul sobre su mano.—Si buscas a mi padre te sugiero que uses la puerta principal—menciono, sosteniendo las puertas entre mis manos.—Siento mucho lo que dije anoche, sé que ya no eres una niña y quedó claro. Espero que puedas aceptarla—.me ofrece la rosa.Termino de abrir las puertas y acepto la rosa—Descuida, tengo mejores cosas que hacer—entro a mi habitación y pongo la rosa en mi mesita.Nos quedamos en silencio, acomodo todo lo que necesito para irme a clases, como si Bernhard no estuviera en mi habitación.— ¿Me das cinco minutos de tu tiempo? —se sienta sobre mi cama.—Ok—me siento a una distancia considerable de él.
Charlamos un poco, hasta que es hora de ir a cenar a casa; para este momento Mia ya debió hablar con Alexander, seguro que su decisión no la harán saber durante la cena.Al llegar a casa mis padres le piden a Bern que pase al estudio a hablar a solas con ellos; los tres se encierran en el estudio, estoy tan nerviosa que ni siquiera me acerco a escuchar, en lugar de eso salgo a mi jardín, pronto veo a Daniel acercarse a mí de prisa y antes de que pueda huir de él, está frente a mis ojos.— ¿Podemos hablar?—Sí—titubeo un poco.—Comprendo que Marie te conto…—Así es—me apresuro a responder.—Lena, yo me enamoré de ti al conocerte, no cuando nos hicimos amigos; quiero que comprendas eso, que mi intención no es enamorarte, es cierto, me gustas y mucho, pero sé que tienes un amor que por fortuna puede ser correspondido pronto y yo respeto eso, por eso no creí necesario mencionar mis sentimientos; quiero que seamos amigos, no quiero perder mi amistad contigo.«Que alivio que sea así, al men
—Estábamos en una fiesta, un mes antes de que me transfirieran a esta base…—rompe el silencio.—No es necesario que me cuentes si no quieres hacerlo Bern—lo interrumpo.—Si quiero contarte; para que esto quede claro de una vez, es crucial que te cuente lo que pasó con ella.—Ok—lo volteo a ver y espero que sea breve.«¿Cómo lograremos apartar a la pelirroja de nuestras vidas?» me viene a la mente durante nuestra conversación. —Bebi mucho aquella noche, de hecho, no recuerdo ese suceso con exactitud, solo sé que desperté en la madrugada en una habitación con ella, y por la escena supe que nos habíamos acostado.—¿ok?—Le pedí perdón porque ella para mi es como un familiar más, al parecer lo comprendió aquella vez y continuamos con nuestra amistad como antes; todo bien, hasta los sucesos recientes...—Supongo que en el proceso de su amistad se enamoró de ti, y después de…quedo más ligada a ti.—Eso parece.Nos bajamos de la camioneta, nos sentamos sobre el pasto para seguir hablando a
Me quedo callada por un momento y analizo como darle mi respuesta a Bern. «Te amo con todo mi corazón Bern, pero necesitamos estabilidad en nuestras vidas para iniciar una relación, una relación donde nos complementemos y no tengamos que partirnos en pedazos para sacar a flote nuestro amor, eso sin duda es desgastante.» pienso. — ¿Lena? —No, quiero decir, te amo Bern, pero…—me quedó pensando un poco más. — ¿Pero? —No podemos salir y escondernos de todo el mundo. —Sí podemos—me dice. —Me refiero a que, quiero una relación donde no tenga que esconderme y cuidarme de lo que puedan decir o pensar los demás, y mientras eso no suceda es mejor que esperemos un tiempo. —Un tiempo, ¿para qué? —Para que pases el embarazo con la pelirroja, para que nazca tu bebe y entonces tengas una vida más estable para después formar una relación estable conmigo. —Lena… —Ya no digas nada Bern—me hecho a sus brazos y un par de lágrimas se escapan de mis ojos. —Lena—me aprieta contra su pecho para co
Le cuento a Marie lo que he platicado con Helga, a ella le parece una buena idea, más ahora que mis padres insisten con la idea de que entré a la universidad.—Piénsalo, montan la cafetería y antes de que terminemos el AHS ya serás independiente; podrás seguir tu gran sueño Lena, serás la mejor repostera.—Al fin una buena noticia, después de todo—sonrió.—Vamos de una vez al hospital, estoy preocupada por Andra, es una excelente profesora, que mal que tenga que pasar por todo esto.— ¿Sabes que accidente tubo? —le pregunto.—Nadie lo sabe, solo la encontraron inconsciente en uno de los pasillos, la llevaron de inmediato al hospital y hasta ahora no ha despertado; estuve preguntando y apenas van a revisar las cámaras de seguridad para averiguar qué fue lo que pasó.—Que lamentable noticia, vamos—pago la cuenta.—Te importa si vamos con Daniel o podemos ir con tu chofer si lo prefieres.—Vamos con Daniel, tarde o temprano tenemos que convivir nuevamente.Salimos de la cafetería y Marie
Me pongo un vestido fresco, que me permita estar ligera y cómoda durante el día; esta vez no me maquillo ni me peino, pero aun así mi aspecto luce muy natural y atractivo a la vista de los demás. Bajo las escaleras y Mia me espera con impaciencia.—Qué bueno que te veo, me acabo de enterar de lo que le paso a la Srta. Andra.— ¿Ya saben cómo se accidento? —su comentario llama mi atención y me acerco a ella.—Sí, ayer en las cámaras de seguridad descubrieron que Andra estaba colocando propaganda de un concurso de comprensión lectora en los pasillos del AHS, la escalera no estaba bien puesta sobre el piso, se movió e hizo que Andra cayera al suelo, por eso quedó inconsciente y no recuerda que fue lo que le paso—me cuenta.—Al menos ya se encuentra mejor ahora—me siento frente a mi madre.—Veo que vas a salir, antes de que te vayas, tenemos una conversación pendiente, dejaré que realices tus ocupaciones durante el resto del día, pero te esperamos para la hora de la cena.—Me parece bien,