~ 2 ~

*—Leo:

Estaba maravillado.

La vista de Leo se posó en el chico rubio de inmensos ojos verdes que estaba frente al gran espejo en los servicios de hombres secando sus manos con una toalla de papel. Los ojos verdes del chico se posaron en él y ambos se quedaron mirándose por un largo rato.

Momento incómodo, podía decir Leo, pero solo estaba sorprendido de que al fin conocía al famoso Josh Greene.

Una sonrisa surcó en los labios de Leo.

¿Quién era y por qué era tan famoso? Pues era el hermano menor de Caleb Greene, uno de los profesores de la universidad de Seasons, quien se había robado el corazón de muchas personas cuando llegó al pueblo hace seis años. Caleb era famoso por su buena actitud y su atractivo, y vamos, debía de admitir que el hombre parecía modelo de revista de tan atractivo que era, no era ciego. Sin embargo, Caleb no era el centro ahora mismo, era su hermano, Josh, del cual Leo había escuchado que había venido a Seasons a estudiar.

De todos los lugares donde alguien de ciudad como aquel chico podía estudiar, ¿había escogido a Seasons? No es que odiara a su pueblo, pues le encanta que fuera pequeño, que tuviera lo ideal para vivir sin problemas

Leo paseó la mirada por Josh. Se veía que era un chico tímido y un pueblo pequeño como Seasons le caería como anillo al dedo a su introvertida personalidad. Claro, quizás esto era lo que pensaba sin saber que la gente en Seasons eran más metiches que otra cosa, pero Leo estaba seguro de que le irá bien en Seasons.

Además de eso, era la persona que creía que salvaría a su hermana menor de su miseria. Rose, su pequeña hermana, había escuchado de este tal Josh de parte de Caleb y se obsesionó con este.

Sonrió al recordar a su hermana hablar de Josh diciendo que era el destino y que Josh sería su salvador. Era tan ingenua, pero en el fondo, Leo quería creer que sería así. Josh se veía que tenía una buena personalidad, que como su hermano podía conquistar a cualquier con una sonrisa suave, así como Caleb, quien era uno de los empleados favoritos de su padre quien era el decano de la universidad además del alcalde del pueblo. Leo sentía que Josh sería quien terminara con aquel compromiso de m****a por el que pasaba su hermana.

Esperaba que fuera así.

Decidió saludar para comenzar una bonita relación, pues quién sabe si en unos meses terminarían siendo cuñados.

—No te había visto por aquí —dijo Leo hacia el chico quien se quedó mirándolo un poco confundido y luego miró hacia Diego Woodbury, uno de los mejores amigos de Leo, quien estaba a su lado. Josh parecía sorprendido de verlos.

¿Acaso era extraño que alguien lo saludara de la nada? Seguro que en las grandes ciudades la gente vivía por su cuenta y no eran para nada simpáticos, pero aquí en Seasons y en los pueblos aledaños, todos eran muy amistosos, que se acostumbrara a que la gente le hablara sin conocerlo.

—No, soy nuevo —contestó Josh por fin.

Leo sonrió. Josh era tímido y podía ver que estaba afectado por que le hablaran de la nada.

—Me pareces conocido —murmuró Leo acercándose y dándole una mirada a Josh, desde su camisa manga larga de color verde hasta sus jeans oscuros.

No entendía cómo podía respirar con aquella gruesa camisa abotonada hasta su cuello, Seasons estaba frío, pues aún no entraba la primavera, pero tampoco era para estar exagerando. Quizás era por la diferencia de áreas. ¿De dónde era que venía este chico?

—Creo que se parece al señor Greene —comentó Diego siguiéndole el juego, porque su amigo también sabía de Josh.

—Yo soy… —comenzó a decir Josh, pero en ese momento un móvil comenzó a timbrar, interrumpiéndolos. Josh rápidamente sacó su teléfono de los bolsillos de sus jeans. Vio el número en la pantalla y les dio una mirada, como si estuviera excusándose para luego desaparecer de los servicios.

Leo se cruzó de brazos mientras lo veía salir.

Josh era muy diferente a como pensó que sería. Se veía amable, pero era muy tímido. En Seasons no se podía ser tímido, así que debía sacar de abajo para sobrevivir allí. Seguro encontrara amigos en la universidad y claro, Leo sabía que Rose buscaría la forma de acercarse a este chico sin levantar sospechas de engaño.

—Vaya, así que ese es Josh —comentó Diego y posó sus ojos de color café en Leo—. Es más alto de lo que pensaba —dijo para luego ir hacia uno de los urinarios a hacer su necesidad.

Había sentido una buena vibra de Josh, pero podía ver que no tenían nada en común, así que dudaba que Leo se relacionara con él más de lo que Rose haría.

Decidió hacer a lo que había venido a los servicios y cuando salió junto a Diego, quien estaba en el restaurante de la familia de Leo con su propia familia, se topó con Rose hablando con Josh y viendo la escena frente a sus ojos, sabía que su hermana había hecho algo para hacer de aquel encuentro una coincidencia.

Diego decidió seguir su camino y lo dejó allí esperando a Rose.

Leo sonrió divertido y se quedó alejado observando todo desde lejos. Josh se veía muy nervioso mientras hablaba con Rose, quizás porque había hecho que Rose derramara su batido en su ropa o porque quizás su teléfono estaba hecho una m****a en el suelo. Esto en verdad era divertido.

Ambos parecían muy cómodos hablando hasta que Rose se despidió y fue hacia los servicios, hacia donde estaba Leo. Rose le dio una mirada y le hizo señas para que esperara por ella. Leo esperó por su hermana y cuando esta salió, se burló de su hermana.

—¡No te rías, Okay! —exclamó su hermana viéndose avergonzada.

—Whoa, que sutil, ¿no? —se burló nuevamente y Rose le dio un golpe

Su hermana y él parecían gemelos, pues tenían el mismo pelo rubio brillante, el mismo tono de piel dorado y la misma tonalidad miel en sus ojos. Sin embargo, Leo era dos años mayor que ella, así que era imposible.

—¡Shh! —lo mandó a callar Rose y miró por el lugar. No había moros en la costa.

—Veo que te gusta mucho —comentó Leo volviendo la mirada a por donde había desaparecido Josh antes—. Es muy agradable.

Las mejillas de su hermana volvieron a teñirse de rojo.

—Es hermoso —susurró Rose viéndose muy enamorada.

Leo sonrió feliz. Nunca la había visto así, bueno, si, cuando Caleb vino al pueblo y tuvo a todas las mujeres de cualquier edad babeando por este. Era como si fuera el mismísimo Chris Evans y Rose fue una de aquellas mujeres locas por Caleb. Ahora estaba loca por el hermano de este. Qué curioso, ¿no?

—Si Jack te escuchara… —susurró y Rose volvió a golpearle el brazo.

—¡Guarda silencio!

—¡Acosadora! —le devolvió Leo acariciándose el área que Rose había golpeado.

—Tienes que hacerte su amigo, Leo —pidió Rose acercándose y mirándolo con ojitos de perrito con hambre—. Sabes que necesito acercarme a él y no puedo hacerlo sin tu ayuda.

Las cejas rubias de Leo se arquearon.

—No creo que tengamos nada en común —le dijo haciendo una mueca—. En cambio, tu si tienes cosas en común con él —comentó recordando que Rose le había dicho que Josh era fanático de Luca Woodbury, un escritor del pueblo y el hermano mayor de Diego. Leo había escuchado que Josh había venido al pueblo por este más que todo y sabía que su hermana era fan de Luca.

Vio cómo su hermana suspiraba.

—Sí, pero soy una chica con novio y no puedo hacerme amiga suya así no más —explicó y Leo le dio la razón.

Jack era un chico muy celoso a pesar de que le era infiel a su hermana y estaba seguro de que, si Rose comenzaba a acercarse a Josh, este se daría cuenta y haría algo malo, lo conocía muy bien.

—Bueno…

—Necesito tener a un intermediario para poder acercarme a él —continuó insistiendo Rose sin dejarlo ir, pero para Leo iba a ser difícil. Sus amigos y él tenían cosas en común de la cual charlar siempre, pero dudaba que pudiera tener algo con Josh, quien se veía demasiado serio y tímido—. Es mi chico ideal —susurró su hermana al ver a Leo tan silencioso y se vio un poco triste. Leo dio un paso para abrazarla, pero su hermana negó con la cabeza—. Así como Esmeralda es tu chica ideal, Josh es el mío, y tengo la corazonada de que seré feliz con este y que al fin podré ser libre de Jack —terminó diciendo viéndose esperanzada.

¿Era posible? Josh se veía como un chico tímido, pero quizás solo era una fachada suya para despistar al enemigo. Quizás debería ayudar a su hermana, está lo había ayudado con Esmeralda y era tiempo de devolverle el favor. Además, estaría feliz de ver a su hermana con una persona que la respete y seguro Josh, al igual que su hermano Caleb, se veía como un joven respetable.

—De acuerdo —aceptó Leo y Rose saltó feliz para luego lanzarse hacia sus brazos, abrazándolo con fuerza. Leo se rió. Rose era tan efusiva y alegre. No quería perder esa hermosa sonrisa por un idiota como Jack. Quizás, tal vez Josh si era el indicado, pues, era mucha casualidad que haya venido en el mejor momento de sus vidas.

—Eres el mejor hermano —susurró Rose apartándose para mirarlo a la cara. Sus ojitos mieles estaban humedecidos por las lágrimas de la emoción.

Leo alzó una mano y revolvió el pelo de su hermana.

—Soy el único que tienes —le dijo y Rose se rio, agarrándose de su brazo poco después para comenzar a marchar hacia donde estaba la mesa donde estaban almorzando con la familia de Jack y la suya.

Leo hizo una mueca. Odiaba tanto a Jack, si pudiera ponerle una mano encima sería feliz, pero lo primero que le advirtió su padre cuando comprometió a Rose con Jack era que no interviniera, pero no le había prohibido que no lo hiciera usando a otra persona. No quería usar a Josh, pero viendo lo asqueroso que era Jack y lo infeliz que era Rose con este, tal vez esta era la única manera.

Tal vez con la llegada de Josh al pueblo podía lograr que no tanto su hermana fuera libre de Jack, si no que su padre aceptara su relación con Esmeralda. Quizás se daría cuenta de que sus hijos eran felices a su manera y que su ayuda no era necesaria. Leo era feliz con Esmeralda y seguramente Rose lo sería con Josh.

No perdía nada en intentarlo, más bien, podía ganar un gran amigo y ayudar a su hermana a ser feliz.

Lo iba a intentar.

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