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*—Leo:

Relacionarse con Josh salió tan natural que Leo estaba sorprendido de que congeniaron tan bien a pesar de la diferencia entre gustos, pero por ahí se decía que los opuestos se atraen y quizás era por ello que se llevaban tan bien.

Resulta que Josh y su grupo se habían llevado muy bien. Josh se había adaptado al pueblo y había caído como anillo al dedo con sus amigos, incluso tenían cosas en común a pesar de que cuando lo conoció estaba negado a creerlo.

Con Diego, tenía los videojuegos y los libros de Luca, y cada vez que se reunían, los dos siempre se apartaban para jugar online.

Con Nick Sinclair, otro de sus amigos, a pesar que su buen amigo era muy serio, se llevaba bien con Josh y tenían en común la afición a los animes y mangas. Ellos podían pasar horas y horas hablando de cosas que Leo no entendía.

Y con él, tenían el básquet. Josh jugaba al básquet muy bien y se debía a su padre quien era un ex jugador. No quería admitirlo, pero el chico le había dado ya varias palizas.

Había otras cosas que tenían en común los tres y quizás era por esto que se llevaban tan bien. Josh era tímido con otras personas, pero con ellos se dejaba ir y era el mismo siempre. Le agradaba mucho, y más cuando este aceptó en voz alta que le gustaba Rose y que no podía seguir viendo como era engañada por Jack.

Además, ahora que lo conocía mejor, sabía que Josh era el indicado para su hermana y lo había empujado a que diera el primer paso para conquistarla. Josh era tímido, sí, pero era un chico decidido y le encantó ver fuego en su mirada cuando se lo sugirió. Sabía que no lo defraudaría.

Sentía que Josh iba a lograr que el padre de Leo se diera cuenta de que Rose no podía seguir con Jack por más negocios que hubiera, pues esto iba a ser la ruina de la pobre y débil chica. Porque Leo lo sabía, su padre estaba observando todo desde las sombras y este estaba al tanto del enamoramiento de Josh y Rose, pero parecía que solo sabía lo de Rose, si supiera lo suyo hace tiempo que le hubiera tirado la oreja, pero estaba muy tranquilo, la única orden que recibía de él era que cuidara a Rose.

Podía sentir en su cuerpo que todo iba a salir bien y si salía bien con Rose, Leo iba a luchar para poder tener la bendición de su padre de su relación con Esmeralda.

Hoy tenía más ánimos que nunca. Era la fiesta del cumpleaños de Rose y sabía que Josh iba a confesársele, a dar el paso a pesar de que Jack aun andaba entre ellos, pero con esto, Leo presentía que iba a ser el final de su historia.

Leo sonrió feliz mientras bajaba de su camioneta. Se había quedado en casa de Diego para no estar durante los preparativos de la fiesta de Rose, así que venía desde allá con su amigo. Se encontró en la entrada con Nick que recién había llegado y Josh que parecía perdido a pesar que ya había estado en la casa, pero su timidez era una cosa que no podía dejar.

Los chicos bromeaban con el aspecto de Leo de aquella noche y este había dicho que, aunque no fuese el cumpleañero, tenía que resaltar y sí que lo hacía. Tenía una camisa de seda de color rosa palo con solo los últimos botones abiertos, lo que hacía que su pecho dorado y sin vello estuviera a la vista de todos hoy. Sabía que algunas chicas lo mirarían y podían mirar todo lo que quisieran, pero la única que podía tocarlo era Esmeralda, quien estaba loco por ver cómo estaba vestida para la fiesta.

Dejando las bromas atrás decidieron entrar a la fiesta de cumpleaños. La sala familiar había sido convertida en una cueva rosa. Leo no entendía cuál era el afán de Rose con ese color, era demasiado.

Se acercó al puesto de bebidas, pero lo único que vio fue ponche y otras cosas para nada atractivas. Sus padres habían dejado que Rose celebrará su fiesta de cumpleaños a lo grande, incluso se habían ido a la casa vacacional en Green Coast para no molestarla. Si fuera Leo, su padre estaría encima de él viendo cada movimiento, pero a veces, Rose era la hija favorita.

Hizo un mohín, pues no quería beber lo que Rose ofrecía y se excusó con sus amigos para ir a buscar otra cosa que beber, sin embargo, Rose había acatado la orden de su padre de no cerveza, por lo cual, no había nada en su refrigerador.

Maldijo y decidió ir a comprar algo el mismo. Les dijo a los chicos que volvería pronto. Cuando estaba saliendo de la casa, miró hacia las escaleras, donde había una gran alfombra rosa. Rose haría su entrada más tarde con su séquito de amigas y no quería perdérselo, quería ver cómo estaba vestida esa noche Esmeralda, así que tenía que apresurarse.

Tomó su camioneta y puso rumbo hacia la tienda más cercana. Tiró en una canasta varias latas y botellas de su marca favorita y luego de pagar, regresó de forma apresurada. Cuando llegó a casa tuvo que estacionarse bastante lejos, pues ya su lugar había sido tomado por alguien y no había espacio en las zonas cercanas de su hogar.

La caminata le sirvió para refrescarse un poco, pues había estado apresurado antes. Era una bonita y clara noche y quería compartirla con Esmeralda. Quizás más tarde podía escabullirse con su novia, todos los jóvenes del pueblo estaban allí, bueno, la mayoría, pero lo que trataba de decir es que nadie les prestaría atención y podía pasar un momento gratificante con su amada. Además, Josh seguro estaría pendiente de Rose, Diego también encontraría alguien con quien pasar la noche y Nick, bueno, Nick tal vez regresaría temprano a casa, por lo cual, cada quien estaría por su lado.

Llegó a la casa y se reunió con sus amigos. Repartió varias de las bebidas que compró entre estos y el resto las llevó al refrigerador, esperando que nadie las tocara. Volvió con los chicos para seguir charlando hasta que llegara el momento de la gran entrada de su hermana.

Estaba pensando en que podría hacer para la próxima cita con Esmeralda cuando la música electrónica que sonaba por algunos altavoces puestos en la gran sala se cortó y el DJ anunció la gran entrada de la cumpleañera. Hubo muchos gritos y vítores y todos se reunieron a los pies de las escaleras. Todo se oscureció a excepción de una luz focal que apareció en lo alto de las escaleras donde de pronto Rose apareció siendo un vómito rosa haciendo que el público enloqueciera. Su hermana era muy popular y se debía más a su buena actitud que a la belleza que poseía, la admiraban porque era una persona que siempre estaba allí para ayudar a otras y era una pena que tal maravillosa persona estuviera con alguien como Jack.

La vista de Leo fue hacia Josh quien estaba mirando hacia arriba con una expresión de sorpresa en su rostro, se veía tan ensimismado por Rose y parecía que iba a babear por esta. Leo soltó una carcajada y volvió su vista hacia el espectáculo. Rose comenzaba a descender por las escaleras como la reina de la noche que era y Leo dejó caer la boca abierta al ver a Esmeralda detrás de Rose.

Las manos de Leo se apretaron en la lata de cerveza que tenía en estas, por la rabia que sintió al ver a Esmeralda vestida de esa forma. A diferencia de Rose, Esmeralda era muy recatada y aquel minúsculo vestido de satín rosa era demasiado para ella. El vestido era muy ceñido y marcaba sus deliciosas curvas. Era de tirantes y tenía un escote en forma corazón que resaltaba sus pequeños pechos. La vista de Leo bajó por sus torneadas y morenas piernas que brillaban con ayuda de los focos que iluminaban toda la bajada de Rose. No pudo evitar sentir celos, aunque sabía que era el único que podía tocarla, pero había muchos chicos silbando y llamando el nombre de Esmeralda como si ella fuera de estos.

Maldijo en voz baja y enfadado se apartó del grupo. No debía ponerse de esta manera, pero odiaba esta situación. Si Esmeralda y él tuvieran una relación pública, ningún imbécil trataría de mirarla, pero no la tenían. Frente a todos, solo eran cercanos por Rose, no porque se amarán y le tenían una etiqueta importante a lo que eran.

Si tan solo él pudiera ser sincero y plantarse frente a su padre para que aceptara su relación con Esmeralda, pero era un cobarde. Decía que, si Josh lograba conquistar a Rose y hacer que el padre de ellos rompiera el compromiso, Leo daría el paso también para conseguir la bendición de su padre, sin embargo, en el fondo sabía que no iba a ser tan fácil, para ninguno de ellos iba a ser fácil.

Se apartó de todo. No podía encerrarse en su habitación porque sabía que habría gente molesta alrededor, así que decidió salir de su casa y sus pies lo llevaron hacia su camioneta. Encendió el aire de su vehículo cuando estuvo en este y se quedó allí en silencio, enfriando su cabeza.

Estaba muy enfadado por la situación que vivían y quería estar de buen humor para la fiesta, pues no quería arruinarla y sabía que con el humor que tenía, comenzaría a beber más y haría una estupidez. Era mejor que se calmara un poco, cuando estuviera mejor, podría reintegrarse.

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