*—Leo:—Lo que pasó entre ustedes, está en el pasado y debes superarlo —le sugirió Leo cansado—. Tienes a mamá y nos tienes a nosotros mientras que Mary también tiene su familia. Además de eso, han pasado más de 20 años y debes olvidarlo —terminó diciendo, pero su padre seguía viéndose muy enfadado, por lo cual Leo prosiguió—. Ama a la mujer con la que te casaste para formar tu familia en vez de pensar en otra que de paso ya tiene su vida. Deja de seguir arruinándoles la vida a los Vázquez y vive tu maldita vida —espetó, subiendo la voz.Su padre se rió.—Si vivieras lo que me paso…—No permitiré que algo así pase —lo cortó Leo antes de que continuara. Para que Mary se fuera de los brazos de su padre para los de otro hombre, que era un recién llegado y ni tenía ni un céntimo, significaba que la misma nunca se había sentido a gusto con aquel compromiso y vio una salida cuando apareció el señor Vázquez. Esmeralda nunca haría tal cosa cuando era amada como lo era. Leo sonrió—. Nos amamos
*—Esmeralda:Al fin era el día en que su familia se reuniría y hablaría sobre la propuesta de los O’Brien, ya que sus padres estaban libres de sus respectivos trabajos y no podía seguir alargando más la espera.Esta era la conversación que Esmeralda estaba esperando, sin embargo, estaba muy nerviosa sobre qué decisión se iba a tomar al final. Una parte de ella quería embarcarse en esa nueva aventura, pero la otra tenía miedo de tomar el riesgo, de dejar a sus amigos y todo lo que conocía atrás. Quería mantenerse positiva, pero no podía, no cuando iba a dejar la mitad de su alma si decidía irse.Esmeralda suspiro pesadamente y su padre, sentado a su lado, le tomó la mano. Alzó la mirada hacia este encontrándose con unos amistosos ojos café muy idénticos a los suyos.Como había mencionado antes, sus padres estaban libres y decidieron reunirse a tomar un poco de aire fresco en Tawny Town. Habían decidido ir a una heladería porque era el lugar más asequible y Esmeralda podía decir que est
*—Esmeralda:El corazón de Esmeralda se aceleró y cuando se volvió, casi sufre un desmayo al ver el objeto de sus pensamientos de pie a unos metros de ella. Leo se veía mejor que la última vez, se veía más brillante, como el sol que él representaba. Sus cálidos ojos de color ámbar brillaban con una luz única y todo en él estaba en su sitio.Una amplia sonrisa apareció en sus labios.—Hola —saludó Leo aun sonriente.Esmeralda sintió la cara ardiendo y carraspeó. Debía de recomponerse y parecer que su visita no le impresionaba.—¿Qué haces aquí? —soltó Esmeralda cruzándose brazos y pareciendo dura—. ¿Cómo sabías que estaba aquí? —preguntó. No le había dicho a nadie que venía para acá, les había dicho a sus padres que solo iba a tomar aire fresco.Leo se encogió de hombros y comenzó a acercarse a ella. Esmeralda se mantuvo alerta. No se habían visto cara a cara desde lo que pasó en la iglesia abandonada aquella vez y aun su cuerpo recordaba lo que hicieron. Era vergonzoso.—Fui a tu casa
*—Leo:Todo estaba marchando bien.Desde que Esmeralda y él se comprometieron, la situación había mejorado bastante.¿Por qué nunca pensó enfrentar a su padre buscando hecho y dejó que todo se tornara con las patas hacia arriba? Pudo evitar malos ratos y recuerdos, pero ya, no iba a seguir pensando en el pasado, lo que importaba era el presente y de paso, el futuro.Después de que se comprometieron en el viejo edificio que fue por largos meses su burbuja de amor, Esmeralda y él fueron a ver a sus amigos para darles la noticia. Su hermana fue la que se puso más eufórica de todos, Rose sabía de la propuesta de Leo, pues la misma era quien le había ayudado a encontrar la talla perfecta para Esmeralda, pero nunca se esperó que llorará por ellos.Josh y Diego le felicitaron dándole sus buenos deseos, pero el último lloriqueo diciendo que quería una novia y que ya estaba bueno de estar solo. Leo solo se rio ante eso, pues si el chico dejara de ser un libertino, quizás podría conseguir a alg
*—Leo:Estaba muy nervioso y si esto era solo un aperitivo, no se imaginaba el plato fuerte.Habían pasado dos semanas desde que la vuelta con su padre y el compromiso se resolvió, Leo era libre de ambos y ahora estaba comprometido con Esmeralda. Desde ese entonces, se la había pasado junto a su amada cuando ambos tenían tiempo libre, comiendo fuera, disfrutando de las áreas públicas del pueblo, haciendo caminatas tomados de la mano y todo sin esconderse.Era muy gratificante y la felicidad que Leo sentía era muy palpable, se notaba en cada poro de su cuerpo y en su semblante, pero era algo que había estado esperando que sucediera por mucho tiempo y ahora que estaban libres, iba a disfrutarlo.Sin embargo, no se refería a nada de eso, eran muy bien aceptados por todos, aunque no por todos, no obstante, hoy sería el día en que lo sabría.Sus abuelos habían decidido citarlos a todos en casa para acercar más a la familia, incluyendo la parte de Leo como la de Esmeralda. Leo estaba nervio
*—Esmeralda:Este encuentro la había tenido tan nerviosa y ansiosa que no había podido ni dormir ni almorzar bien. Sería la primera vez que tanto la familia de Leo como la suya, se verían frente a frente después de todo lo que pasó. Sabía que él mismo debía de ocurrir tarde o temprano, pues Leo y Esmeralda estaban comprometidos, aunque fuera de manera informal, seguía siendo un compromiso y algún día esperaban casarse, lo que significaba que sus familias iban a verse.Sin embargo, a pesar de que pensó que iba a haber muchos insultos corriendo de un lado al otro, tenía que decir que la familia de Leo, principalmente su padre, vivía mucho para la apariencia. El señor Summers actuaba como si no hubiera pasado nada, como si no les hubiera arruinado la vida a sus padres.Comprendía, eso estaba en el pasado y tenían que olvidarlo, pero debería disculparse con ello antes de echarle arena al asunto.Durante la velada, Esmeralda estuvo incómoda por esto y aunque era la primera que dijo que ten
*—Leo:Después de la velada en casa de sus abuelos, Leo se sentía más liviano. El que sus familias, que tantos problemas tuvieron en el pasado, dieran este paso para mejorar y tratar de llevarse bien, lo animó mucho. No quería que ninguno se sintiera mal por su unión o que tuvieran que alejarse de sus familias, así que, viendo el resultado de hoy, Leo se sentía pleno.Estacionó su camioneta en la plaza correspondiente al apartamento que vivía con Esmeralda y se volvió hacia esta, quien estaba medio adormilada. El encuentro los cansó, pues el ambiente fue un poco tenso al inicio y tampoco pudieron dormir bien el día anterior, pero ya que este había pasado, Leo planeaba que pudieran descansar.Le tocó el hombro a su amada y esta salió de su sueño.—Ya llegamos —le informó Leo mirándola sonriente.—Oh, lo siento —se disculpó Esmeralda para luego bostezar—. Parece que estaba muy cansada.Así era, Leo también estaba cansado, sin embargo, tenía muchas ganas de tener a su prometida entre sus
*—Leo:Enterró la cabeza en el suave pelo marrón ante él y aspiró el olor a aceite de coco que éste desprendía. Un olor característico de su pelo y que siempre le recordaba a ella. Incluso desde mucho antes de que fueran novios, Leo recordaba entrando en el cuarto de su madre solo para oler los aceites que tenía en su cómoda, principalmente los de coco, y para recordar a Esmeralda Vázquez.Vaya, así de loco ha estado por Esmeralda, pero es que desde hace un tiempo había estado enamorado como un hombre perdido de aquella chica de hermosos y soñadores ojos café.A sinceridad, Leo no podía recordar cuándo comenzó, pero siempre estuvo observándola desde lejos, siendo cordial y amable como el joven educado que era, pero en el fondo, no dejó de pensar en lo hermoso que sería tener una relación con la misma. Lo deseó por tanto tiempo que cuando se hizo realidad, parecía como si fuera un sueño. Tuvo que pellizcarse varias veces para creer que era una realidad, que al fin su sueño de ser feliz