*—Esmeralda:El corazón de Esmeralda se aceleró y cuando se volvió, casi sufre un desmayo al ver el objeto de sus pensamientos de pie a unos metros de ella. Leo se veía mejor que la última vez, se veía más brillante, como el sol que él representaba. Sus cálidos ojos de color ámbar brillaban con una luz única y todo en él estaba en su sitio.Una amplia sonrisa apareció en sus labios.—Hola —saludó Leo aun sonriente.Esmeralda sintió la cara ardiendo y carraspeó. Debía de recomponerse y parecer que su visita no le impresionaba.—¿Qué haces aquí? —soltó Esmeralda cruzándose brazos y pareciendo dura—. ¿Cómo sabías que estaba aquí? —preguntó. No le había dicho a nadie que venía para acá, les había dicho a sus padres que solo iba a tomar aire fresco.Leo se encogió de hombros y comenzó a acercarse a ella. Esmeralda se mantuvo alerta. No se habían visto cara a cara desde lo que pasó en la iglesia abandonada aquella vez y aun su cuerpo recordaba lo que hicieron. Era vergonzoso.—Fui a tu casa
*—Leo:Todo estaba marchando bien.Desde que Esmeralda y él se comprometieron, la situación había mejorado bastante.¿Por qué nunca pensó enfrentar a su padre buscando hecho y dejó que todo se tornara con las patas hacia arriba? Pudo evitar malos ratos y recuerdos, pero ya, no iba a seguir pensando en el pasado, lo que importaba era el presente y de paso, el futuro.Después de que se comprometieron en el viejo edificio que fue por largos meses su burbuja de amor, Esmeralda y él fueron a ver a sus amigos para darles la noticia. Su hermana fue la que se puso más eufórica de todos, Rose sabía de la propuesta de Leo, pues la misma era quien le había ayudado a encontrar la talla perfecta para Esmeralda, pero nunca se esperó que llorará por ellos.Josh y Diego le felicitaron dándole sus buenos deseos, pero el último lloriqueo diciendo que quería una novia y que ya estaba bueno de estar solo. Leo solo se rio ante eso, pues si el chico dejara de ser un libertino, quizás podría conseguir a alg
*—Leo:Estaba muy nervioso y si esto era solo un aperitivo, no se imaginaba el plato fuerte.Habían pasado dos semanas desde que la vuelta con su padre y el compromiso se resolvió, Leo era libre de ambos y ahora estaba comprometido con Esmeralda. Desde ese entonces, se la había pasado junto a su amada cuando ambos tenían tiempo libre, comiendo fuera, disfrutando de las áreas públicas del pueblo, haciendo caminatas tomados de la mano y todo sin esconderse.Era muy gratificante y la felicidad que Leo sentía era muy palpable, se notaba en cada poro de su cuerpo y en su semblante, pero era algo que había estado esperando que sucediera por mucho tiempo y ahora que estaban libres, iba a disfrutarlo.Sin embargo, no se refería a nada de eso, eran muy bien aceptados por todos, aunque no por todos, no obstante, hoy sería el día en que lo sabría.Sus abuelos habían decidido citarlos a todos en casa para acercar más a la familia, incluyendo la parte de Leo como la de Esmeralda. Leo estaba nervio
*—Esmeralda:Este encuentro la había tenido tan nerviosa y ansiosa que no había podido ni dormir ni almorzar bien. Sería la primera vez que tanto la familia de Leo como la suya, se verían frente a frente después de todo lo que pasó. Sabía que él mismo debía de ocurrir tarde o temprano, pues Leo y Esmeralda estaban comprometidos, aunque fuera de manera informal, seguía siendo un compromiso y algún día esperaban casarse, lo que significaba que sus familias iban a verse.Sin embargo, a pesar de que pensó que iba a haber muchos insultos corriendo de un lado al otro, tenía que decir que la familia de Leo, principalmente su padre, vivía mucho para la apariencia. El señor Summers actuaba como si no hubiera pasado nada, como si no les hubiera arruinado la vida a sus padres.Comprendía, eso estaba en el pasado y tenían que olvidarlo, pero debería disculparse con ello antes de echarle arena al asunto.Durante la velada, Esmeralda estuvo incómoda por esto y aunque era la primera que dijo que ten
*—Leo:Después de la velada en casa de sus abuelos, Leo se sentía más liviano. El que sus familias, que tantos problemas tuvieron en el pasado, dieran este paso para mejorar y tratar de llevarse bien, lo animó mucho. No quería que ninguno se sintiera mal por su unión o que tuvieran que alejarse de sus familias, así que, viendo el resultado de hoy, Leo se sentía pleno.Estacionó su camioneta en la plaza correspondiente al apartamento que vivía con Esmeralda y se volvió hacia esta, quien estaba medio adormilada. El encuentro los cansó, pues el ambiente fue un poco tenso al inicio y tampoco pudieron dormir bien el día anterior, pero ya que este había pasado, Leo planeaba que pudieran descansar.Le tocó el hombro a su amada y esta salió de su sueño.—Ya llegamos —le informó Leo mirándola sonriente.—Oh, lo siento —se disculpó Esmeralda para luego bostezar—. Parece que estaba muy cansada.Así era, Leo también estaba cansado, sin embargo, tenía muchas ganas de tener a su prometida entre sus
*—Leo:Enterró la cabeza en el suave pelo marrón ante él y aspiró el olor a aceite de coco que éste desprendía. Un olor característico de su pelo y que siempre le recordaba a ella. Incluso desde mucho antes de que fueran novios, Leo recordaba entrando en el cuarto de su madre solo para oler los aceites que tenía en su cómoda, principalmente los de coco, y para recordar a Esmeralda Vázquez.Vaya, así de loco ha estado por Esmeralda, pero es que desde hace un tiempo había estado enamorado como un hombre perdido de aquella chica de hermosos y soñadores ojos café.A sinceridad, Leo no podía recordar cuándo comenzó, pero siempre estuvo observándola desde lejos, siendo cordial y amable como el joven educado que era, pero en el fondo, no dejó de pensar en lo hermoso que sería tener una relación con la misma. Lo deseó por tanto tiempo que cuando se hizo realidad, parecía como si fuera un sueño. Tuvo que pellizcarse varias veces para creer que era una realidad, que al fin su sueño de ser feliz
*—Leo:Este había sido su hogar de siempre.Desde que tenía uso de razón había vivido en Seasons y aunque de vez en cuando vacacionó en otros lugares enamorándose de estos destinos extranjeros, sus pies continuaron en Seasons, pues era su hogar, su lugar favorito, el sitio en el que quería formar su familia y en el que sus hijos crecieran, pero ahora no creía que Seasons seguiría siendo su hogar favorito, no cuando se había tornado en el lugar donde no podía ser el mismo ni andar con la persona que amaba.La vista de Leo Summers se desvío hacia la persona a su lado, quien estaba apoyada sobre su brazo y quien tenía su mano entrelazada con la suya.Por ella quería dejar a Seasons más que todo, ella era la única razón por la cual Leo podía pensar en un futuro lejos del pueblo que tanto quería pero que a la vez odiaba, sin embargo, las responsabilidades de ambos los detenía de siquiera poner un pie lejos de este.Ocultarse de la vista de todos, reunirse en este edificio abandonado y fing
*—Leo:Estaba maravillado.La vista de Leo se posó en el chico rubio de inmensos ojos verdes que estaba frente al gran espejo en los servicios de hombres secando sus manos con una toalla de papel. Los ojos verdes del chico se posaron en él y ambos se quedaron mirándose por un largo rato.Momento incómodo, podía decir Leo, pero solo estaba sorprendido de que al fin conocía al famoso Josh Greene.Una sonrisa surcó en los labios de Leo.¿Quién era y por qué era tan famoso? Pues era el hermano menor de Caleb Greene, uno de los profesores de la universidad de Seasons, quien se había robado el corazón de muchas personas cuando llegó al pueblo hace seis años. Caleb era famoso por su buena actitud y su atractivo, y vamos, debía de admitir que el hombre parecía modelo de revista de tan atractivo que era, no era ciego. Sin embargo, Caleb no era el centro ahora mismo, era su hermano, Josh, del cual Leo había escuchado que había venido a Seasons a estudiar.De todos los lugares donde alguien de c