Aún faltaban dos días para el parto programado pero los bebés parecían mucho más entusiasmados que otros días. Samara se había despertado con un particular dolor bajo el vientre, por lo que pensó en una manera de calmarlo al preparar la tina de baño caliente para mantenerse allí por el resto de las horas. Lucca pasaba por el pasillo cuando la escuchó gemir. Estaba claro que la mujer no la estaba pasando bien y se atrevió a abrir la puerta, encontrándose con la mujer recostada en la bañera mientras daba unas profundas respiraciones. —¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien? —Unas pocas contracciones —dice mientras se sostiene el vientre—. Estaré bien. —¿Llamaste al doctor? —No sé dónde está mi celular ¡Mierda! —Ya te lo alcanzo, aguanta. ¿No quieres que vayamos a la clínica ahora? —No, no. Dame el celular, estaré bien. Samara se había informado lo suficiente para saber que tenía que esperar. Al menos hasta que las contracciones comiencen a ser más frecuentes, ir a la clínica no era la
La misma foto de Lucca Birdwhistle circulaba por cada revista de espectáculos, siendo comentada por todo el mundo.No era una novedad que el joven heredero estuviera metido en problemas, en los últimos meses ha dado qué hablar en la prensa y su padre estaba bastante cansado de eso.En el momento que traga su furia al terminar de ver su teléfono con la noticia, escucha como comienzan a entrar los directivos de la empresa.El abuelo de Ismael había sido el fundador de dicha empresa tecnológica, donde ahora era prácticamente una locura pensar que llegaría al punto de ser reconocida de manera mundial, ganándose varios premios.Mientras el hombre pensaba en ello sus ojos se enfocan en su hijo, quien estaba entrando a la sala de reuniones con anteojos de sol.No entendía cómo es que Lucca se había atrevido a presentarse después de ver en las condiciones en las que estaba hace unos momentos.—Buenos días, señores. ¿Listos para comenzar con la reunión?Ismael mira a su hijo y aprieta sus labi
Ella no supo cómo explicar aquella situación, pero se sintió tan atraída por sus ojos que no respondió. Color negro, como un jodido parque de diversiones a mitad de la noche, él tenía aquella chispa difícil de describir. El impacto del choque fue duro, principalmente porque medía cerca de los dos metros, hombros anchos y su pecho marcado, o al menos eso pudo averiguar con la abertura de su camisa ajustada. El hombre tenía una barba perfecta, y por el movimiento del accidente, algunos mechones largos bajaban hacia su rostro. —¡Daft! —dice la mujer de recepción. —Perdóname, ¿Te hice daño? —Lo siento, tengo que irme —responde ella, comenzando a alejarse. Samara tragó saliva y comenzó a caminar hacia la recepcionista. Se había detenido en ese hombre mucho más de lo que debería, agradecía el hecho de que Zyan no la acompañara en este momento. —Buenos días —responde la mujer después de aclarar su garganta—. Tengo una cita con el doctor Jauregui. —Lo lamento, el señor Jauregui ha te
En el momento que Samara sale de su trance interno, ve como Zyan está revisando si hay balas en su arma.Estaba claro que el hombre estaba furioso por la manera en la que se dio la situación, pero como siempre, creía que no era para llegar a ese extremo.—¿Qué m****a estás haciendo, Zyan? —la mujer se desespera y se pie, llegando hacia él.—No voy a permitir que me hagan esto. ¿Quién carajo se creen que son? —él quita la mano de su hombre y comienza a ajustarse los pantalones.—No puedes hacer así las cosas, carajo. ¿Vas a dispararle a alguien por un error? —frunce el ceño—. Esto es una completa m****a, pero no puedes matarlos por eso. La policía va a estar ahí, me vas a involucrar en esto.—¡Acaban de arruinar la única oportunidad que tenía! ¡Deja de darme clases de moral, Samara! —gruñe—. Ya se fue todo al infierno, esto no es nada.—Zyan, por favor....—¡No me jodas! —le grita mientras la tira contra la cama—. Te quedas aquí y te callas. Que a esto lo resuelvo yo —la mira con el ce
—Papá, no es momento —comienza a decir Lucca. —No puedo creer que finalmente hayas encontrado a alguien —el hombre sonríe—. Ay, hijo. Te felicito. ¿Cómo es que no me lo dijiste? —Es que no es así, yo... —Papá, creo que mejor dejamos las preguntas para después —dice Jena con tranquilidad— ¿Crees que puedas dejarnos? —¿Qué es más importante que saber que tendré un nieto? —Ismael sonríe—. No es momento de trabajar, ¿Por qué no me dices cuándo puedo conocerla? —Podemos organizar una cena la próxima semana —Jena suspira—. Necesitamos irnos a resolver un asunto importante. ¿Nos vemos luego? Jena mira a su hermano de manera seria para que realmente lo siguiera. Ismael no entendía lo que estaba ocurriendo, pero en muchas oportunidades no lograba entender a sus hijos. —¿Por qué m****a le dijiste a papá que nos reuniríamos? —le pregunta con enojo mientras se sube a su auto. —Lucca, ¿Realmente tienes ganas de tener otro dolor de cabeza ahora mismo? Sabes lo que pasaría si papá se entera
Lucca entraba a la oficina de su hermana mientras se desabrochaba el traje. Estaba increíblemente nervioso, no tenía idea de lo que iba a ocurrir en unas horas. La única solución que les dio el dueño de la clínica fue que podían reunirse para acordar lo que querían hacer con todo ello, aunque estaba claro que no se salvarían de la demanda que la familia Birdwhistle le iba a poner.—¿Tienes el contrato listo? —Lucca se sienta frente a ella mientras la mujer se quita los anteojos.—Lo tengo listo, pero quiero que sepas que esto es una locura —el hombre hace una mueca—. Esa mujer no aceptará lo que quieres pedirle.—¿Es una locura que quiera tener a mi hijo? —frunce el ceño.—No. La locura es que quieras quitarle cualquier derecho, Lucca. ¿No te has puesto a pensar que quizás ella no quería tener?—Lo quería tener con alguien más o quizás es una mujer que también iba a alquilar su vientre. Estoy seguro de que tanto ella como yo, no planeó que nos emparejáramos en primer lugar.—Ese bebé
Tres meses habían pasado desde aquella reunión tan desafortunada. Samara entendió que lo mejor que podía hacer era valerse por su cuenta, sin importarle Zyan ni mucho menos aquel hombre que quería reclamar a su bebé como si se tratara de un bolso costoso. Ella pudo conseguir un departamento pequeño donde quizás le alcanzaría por unos meses para pagar la renta mientras intentaba pensar en un plan.No podía buscar trabajo, la mayoría de las personas no buscaban a una embarazada para luego tener que hacerse cargo, ni tampoco se sentía demasiado bien para estar todo el día fuera. Por un momento Samara pensó en buscar a su padre, pero al recordar que él no quería tener noticias de ella desde hace tiempo, desistió a la idea.—Buenos días, señorita —saluda el hombre con una sonrisa— ¿Qué está buscando?—Buenos días —ella aclara su garganta y lo mira—. Necesito ver computadoras. ¿Podría orientarme en los precios?—Por supuesto que sí, sígame. ¿La necesita para algo en específico?—Soy diseñad
El pánico se apoderó de ella y Samara ni siquiera sabía cómo explicarle la situación. Lo único que tenía claro es que tenía que largarse de allí, Zyan no la podía encontrar.—¿Quiénes son esos hombres? ¿Qué es lo que ocurre? —Lucca frunce el ceño ante su nerviosismo—Tenemos que irnos, no puede verme —la mujer toma su computadora y la maleta que tiene sobre la cama, metiendo todo lo que podía dentro—¿Puedes decirme lo que está ocurriendo?—Es mi ex prometido. Si no quieres terminar con un tiro en la cabeza, entonces vete de aquí.—¿Qué mierda?Lucca vuelve a fijarse por la ventana y nota que el hombre comienza a caminar hacia la entrada. No entendía por qué tanta agresividad, ni porqué el susto de Samara al verlo, pero tenía que hacerle caso en un momento como este y sacarla. Después podía pensar en lo que vendría.—No puedes llevarla. Solo va a atrasarte y créeme que no hay mucho tiempo —le dice él mientras le quita la maleta de sus manos—Tengo toda mi ropa, está todo allí —insiste