POV: Zara Caldwell Todo se ha complicado más de lo que imaginé. Pensé que podría sobornar al viejo para que desistiera de esta locura, pero me equivoqué. Está convencido de que Zara todavía quiere estar casada con su nieto. ¿Acaso creen que no hablo en serio? ¿Que todo esto es un maldito juego? Pues ya veremos si siguen pensando lo mismo más adelante. Ni loca me revolcaría con ese imbécil que parece un títere de la otra mosca muerta. —¿Zara? —Iris se acerca en cuanto me ve salir—. ¿Todo bien? ¿Qué pasó? Vi a tu esposo entrar a la oficina también. —Todo se ha enredado aún más —le cuento mientras caminamos hacia la salida—. No tenía idea de que había una cláusula en nuestro matrimonio. Se supone que tengo que darle un heredero a la familia Harrington. —¿¡Qué!? —Iris chilla tan fuerte que varias personas nos miran raro—. ¿Pero qué carajos es esta estupidez? Cole ya tiene a la mustia esa embarazada. —Lo sé. Justamente eso discutíamos, pero Renzo no está dispuesto a permitir que
Simplemente no puedo creerlo. Ayer mismo vi que mi nuevo jefe es ese guapísimo hombre con el que me crucé en la agencia, y ahora estoy de camino a su oficina.Anoche me quedé dormida sin cenar, como siempre que el estrés me consume; el apetito se me va por completo. Y esta mañana, muy temprano, Iris me llamó pidiéndome que me prepare porque Evander Blackwood quiere verme.¿Es esto una locura o qué? ¿Qué le voy a decir? ¿Cómo lo voy a tratar? Iris no me dio muchos detalles sobre nuestra relación, si nos llevábamos bien o no. No tuvimos tiempo para eso, tenía que estar aquí lo antes posible.Solo espero que no me mire mal por haber chocado con él ayer. Ese gruñón, tan guapo.—Espera afuera, Bob —le indico, y él asiente.Me quedo parada en la puerta, mirando la madera. No quiero entrar, estoy demasiado nerviosa. Apenas ayer vine, ¿por qué no habló conmigo enseguida si ya sabía quién era?Tomo aire y entro sin darle más vueltas al asunto. Esta es la misma oficina del hombre que nos recibi
—¿Qué me estás diciendo?El batido se me va por el camino equivocado y casi lo escupo por la nariz al escuchar lo que Iris acaba de soltar sobre mi nuevo jefe.—Lo siento, con tantas cosas en la cabeza ahora que volviste, se me pasó por completo —se rasca la nuca con frustración—. Dios, hay demasiados detalles que tengo que recordarte para que no metas la pata.—¡Pero este era el más importante!—Sí, sí, bueno. Pero ya está. El punto es que Evander y tú se odian a muerte, nunca te cayó bien —lo dice con tanta naturalidad que siento la bofetada en pleno rostro—. Son polos opuestos, ¿entiendes? Nunca te importó si era tu jefe o si debías tratarlo con respeto. Simplemente no lo soportabas.Me llevo una mano a la frente mientras la escucho.—Solo sigue actuando como antes. Eras despectiva y siempre le hacías comentarios ácidos. Él te ignoraba, y eso era lo que más te sacaba de quicio. Seguramente te mantuvo en la agencia solo porque eras su modelo estrella, pero lo volvías loco con tu act
POV: Cole Harrington —Escúchame, por favor, cielo… —le suplico, pero Felicity no deja de llorar. Su rostro está húmedo y crispado por la angustia—. Iba a decírtelo, pero no encontraba la manera. No quería herirte, menos ahora que tu cumpleaños está tan cerca.—O sea que… pensabas soltarme esta bomba después de hacerme creer que sería el mejor día de mi vida… —gimotea, frotándose las mejillas con torpeza—. Eres un idiota, Cole. Me lo prometiste…—No está en mis manos —me permite acercarme y la sujeto con firmeza de los hombros—. Créeme, tampoco lo sabía. Me enteré hace poco. Zara fue a hablar con mi abuelo y, para entonces, ya estaba todo decidido.Felicity se estremece, alejando la mirada.—Entonces… ¿qué pasa con nuestra bebé? ¿Será una bastarda a ojos de todos?—No digas eso —ruego desesperado, intentando acunar su rostro entre mis manos—. Voy a solucionarlo, solo confía en mí.—No te creo —su expresión es un puñal directo a mi pecho—. No te creo nada, Cole. Me mentiste. Tienes que
POV: Zara Caldwell El bastardo pesa una tonelada. Salgo de la tina sin preocuparme por mi desnudez, aprovechando que sigue inconsciente por razones que desconozco. Estoy demasiado aturdida para detenerme a pensar en el porqué de las cosas.Como puedo, lo saco del agua y lo arrastro por el suelo, poniendo a prueba las escasas fuerzas de este cuerpo agotado. De por sí ya me dolía todo por las prácticas, y ahora este grandulón me obliga a un esfuerzo doble.Me apresuro a cerrar la puerta con seguro. Si alguien lo ve inconsciente en mi habitación, asumirán que le hice algo y vendrán mis suegros y mi cuñada a destrozarme a insultos… o peor, a golpes. Aunque, en el fondo, una parte de mí quiere que lo descubran en mi cama y crean que pasó algo.Ajusto la toalla alrededor de mi cuerpo y continúo arrastrándolo hasta dejarlo sobre la alfombra. Me arrodillo a su lado y le doy suaves palmadas en las mejillas, intentando que reaccione.—Cole —susurro, golpeando un poco más fuerte —. Despierta, C
POV: Cole Harrington El dolor de cabeza ha desaparecido. Un aroma agradable envuelve mi nariz y me siento en las nubes. Las sábanas suaves rozan mi piel, y no quiero despertarme. Algo cálido está pegado a mi espalda.Palpo con la mano y me doy cuenta de que es un brazo rodeando mi cintura. Abro los ojos lentamente, pero todo es oscuridad. La habitación está en penumbras.Coco. Ese aroma es de coco, y solo una mujer en esta casa desprende ese embriagador olor. Mi mente se aclara, y cuando asimilo la situación, ya he saltado de la cama, casi tropezando con mis propios pies. Busco desesperado el interruptor y enciendo la luz.Me quedo paralizado en cuanto veo la melena negra de Zara sobre la almohada. Está en pijama, con el medio cuerpo apenas cubierto por la sábana. Duerme tranquila, relajada, pero me acerco solo para confirmar lo que temo.Tiene marcas en el cuello. Chupones enrojecidos.¿Eso lo he hecho yo? ¿Cuándo? ¿Cómo? Mi mente está en blanco. No recuerdo bien cómo llegué aquí ni
POV: Zara Caldwell Me entierro de cabeza en la almohada y suelto un grito ahogado de pura emoción. Los nervios siguen zumbando en mi cuerpo, pero la satisfacción de mi última mentira me envuelve como una manta calentita. Sí, soy una embustera de primera, ¿y qué? Esos imbéciles se lo merecen… y apenas estoy calentando motores.Me duele el estómago de tanto reírme. Solo recordar la cara de Felicity, con su expresión de pajarito herido, me llena de una placentera satisfacción. Y ni hablar de Cole. El muy idiota cree que no noté ese destello perverso en sus ojos cuando pensó que por segunda vez había estado con Zara.¿Y si me embarazo de otro y le encajo el hijo? Sería una jugada maestra.Otra carcajada escapa de mis labios ante la inmoralidad de la idea. Todos creen que me acosté con Cole, así que, si aparezco con un hijo, nadie se atrevería a cuestionarlo.Me levanto de la cama, eufórica, y llamo a Iris para contarle cada detalle. Su risa atraviesa el teléfono como una explosión y, ent
—¿Qué te pasó? —pregunta Iris en cuanto me ve aparecer en su casa, con la cara chupada del agotamiento y el alma a medio salir del cuerpo.Sin darle respuesta, me adentro y me dejo caer en su sofá con la dignidad de un cadáver, mientras ella me trae un vaso de agua.—Llegó visita a la mansión —murmuro, tomando el vaso como si fuera el último salvavidas en un naufragio—. Esa chica por poco no me deja venir. Me sacó el jugo con tanta energía que apenas pude seguirle el ritmo. Y ni hablar de las preguntas, parecía un interrogatorio del FBI.Iris apenas levanta la vista de su teléfono, teclea algo rápido y luego me mira.—¿De quién hablas?—De una tal Natalia, prima de Cole —respondo antes de beberme el agua de un solo trago—. Es encantadora, pero explosiva.—Oh, ¿Natalia? Ella es un amor —dice como si nada. Le lanzo una mirada mordaz—. Perdón por no avisarte, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza. Además, Natalia solo viene en vacaciones a visitar a la familia. Siempre se ha llevado b