POV: Zara Caldwell Iris me arroja la revista con evidente fastidio y se deja caer en la cama, cruzada de brazos. Suspiro y deslizo la mirada por la portada. En la imagen, Cole sostiene a su amante por la cintura mientras salen de una clínica. Ella sonríe radiante, como si no le importara que él se haya casado hace apenas unos días. El mensaje es claro.Él y su amante, mostrándose en público sin ningún pudor. Difunden su enfermizo amor como si quisieran restregármelo en la cara. Pero no me importa.—¿Para qué me muestras esto? —Lanzo la revista sobre la cama—. No me incumbe.Iris se endereza de un salto.—Por supuesto que sí. Esto arruina aún más tu imagen, Zari. De por sí ya está por los suelos, pero que estos dos anden exhibiéndose solo echa más leña al fuego.—¿Y qué se supone que haga? —Resoplo, encogiéndome en la silla del tocador—. Todo el mundo cree que soy una bruja. Si salgo, seguro me reciben con tomates o piedras.Iris suelta una carcajada, negando con la cabeza mientras ap
Me quedo un rato en blanco, mirando en la dirección por donde desapareció ese hombre. Me pregunto si la verdadera bendición de esta segunda oportunidad radica en lo que tengo o en el privilegio de ver de cerca semejante monumento… incluso sentir su presencia antes de que se esfumara de mi vista.Salgo de mi ensimismamiento cuando una mano en mi hombro me hace dar un respingo. Me giro alarmada y me encuentro con Iris, quien me observa con curiosidad antes de alternar su mirada entre la dirección en la que veía y mi rostro aún acalorado.—¿Dónde estabas? —le espeto, molesta—. ¡Te estuve buscando!—Fui por unos cafés —responde, levantando los vasos con una sonrisa antes de ofrecerme uno—. ¿A quién mirabas con esa cara de boba?—Me topé con un hombre guapísimo —suelto sin reservas—, pero era un gruñón.—Por aquí te toparás con muchos de esos manjares —me guiña un ojo con picardía—. Pero ten cuidado cuando hables con alguien si yo no estoy. Recuerda que tienes amnesia, así que técnicamente
POV: Cole Harrington Mi mente está ocupada en la celebración de cumpleaños de Felicity, que está a solo unos días. Es una mujer sencilla, no le gusta lo ostentoso y siempre aprecia cualquier detalle que le doy. Pero ya le he regalado de todo: flores, joyas que rara vez usa, vestidos, peluches, chocolates… ¿Qué más podría gustarle? ¿Un viaje, tal vez?—Señor… —La voz de mi asistente interrumpe mis pensamientos al entrar a la oficina—. Tengo que informarle algo.Paso una mano por mi rostro. Estoy agotado, como siempre. Es un cansancio que llevo encima desde hace años, y ni siquiera los medicamentos logran aliviarlo del todo.—¿De qué se trata? —pregunto con evidente desgano.—La señora Zara ha llegado a la compañía —suelta con preocupación. Mis cejas se fruncen de inmediato—. La vieron con su amiga Iris.¿Qué demonios hace esa mujer aquí? ¿Otra vez viene a buscarme? Le dejé claro que me dejara en paz. Pensé que lo había entendido, considerando que llevaba días encerrada en su habitació
POV: Zara Caldwell Todo se ha complicado más de lo que imaginé. Pensé que podría sobornar al viejo para que desistiera de esta locura, pero me equivoqué. Está convencido de que Zara todavía quiere estar casada con su nieto. ¿Acaso creen que no hablo en serio? ¿Que todo esto es un maldito juego? Pues ya veremos si siguen pensando lo mismo más adelante. Ni loca me revolcaría con ese imbécil que parece un títere de la otra mosca muerta. —¿Zara? —Iris se acerca en cuanto me ve salir—. ¿Todo bien? ¿Qué pasó? Vi a tu esposo entrar a la oficina también. —Todo se ha enredado aún más —le cuento mientras caminamos hacia la salida—. No tenía idea de que había una cláusula en nuestro matrimonio. Se supone que tengo que darle un heredero a la familia Harrington. —¿¡Qué!? —Iris chilla tan fuerte que varias personas nos miran raro—. ¿Pero qué carajos es esta estupidez? Cole ya tiene a la mustia esa embarazada. —Lo sé. Justamente eso discutíamos, pero Renzo no está dispuesto a permitir que
Simplemente no puedo creerlo. Ayer mismo vi que mi nuevo jefe es ese guapísimo hombre con el que me crucé en la agencia, y ahora estoy de camino a su oficina.Anoche me quedé dormida sin cenar, como siempre que el estrés me consume; el apetito se me va por completo. Y esta mañana, muy temprano, Iris me llamó pidiéndome que me prepare porque Evander Blackwood quiere verme.¿Es esto una locura o qué? ¿Qué le voy a decir? ¿Cómo lo voy a tratar? Iris no me dio muchos detalles sobre nuestra relación, si nos llevábamos bien o no. No tuvimos tiempo para eso, tenía que estar aquí lo antes posible.Solo espero que no me mire mal por haber chocado con él ayer. Ese gruñón, tan guapo.—Espera afuera, Bob —le indico, y él asiente.Me quedo parada en la puerta, mirando la madera. No quiero entrar, estoy demasiado nerviosa. Apenas ayer vine, ¿por qué no habló conmigo enseguida si ya sabía quién era?Tomo aire y entro sin darle más vueltas al asunto. Esta es la misma oficina del hombre que nos recibi
—¿Qué me estás diciendo?El batido se me va por el camino equivocado y casi lo escupo por la nariz al escuchar lo que Iris acaba de soltar sobre mi nuevo jefe.—Lo siento, con tantas cosas en la cabeza ahora que volviste, se me pasó por completo —se rasca la nuca con frustración—. Dios, hay demasiados detalles que tengo que recordarte para que no metas la pata.—¡Pero este era el más importante!—Sí, sí, bueno. Pero ya está. El punto es que Evander y tú se odian a muerte, nunca te cayó bien —lo dice con tanta naturalidad que siento la bofetada en pleno rostro—. Son polos opuestos, ¿entiendes? Nunca te importó si era tu jefe o si debías tratarlo con respeto. Simplemente no lo soportabas.Me llevo una mano a la frente mientras la escucho.—Solo sigue actuando como antes. Eras despectiva y siempre le hacías comentarios ácidos. Él te ignoraba, y eso era lo que más te sacaba de quicio. Seguramente te mantuvo en la agencia solo porque eras su modelo estrella, pero lo volvías loco con tu act
POV: Cole Harrington —Escúchame, por favor, cielo… —le suplico, pero Felicity no deja de llorar. Su rostro está húmedo y crispado por la angustia—. Iba a decírtelo, pero no encontraba la manera. No quería herirte, menos ahora que tu cumpleaños está tan cerca.—O sea que… pensabas soltarme esta bomba después de hacerme creer que sería el mejor día de mi vida… —gimotea, frotándose las mejillas con torpeza—. Eres un idiota, Cole. Me lo prometiste…—No está en mis manos —me permite acercarme y la sujeto con firmeza de los hombros—. Créeme, tampoco lo sabía. Me enteré hace poco. Zara fue a hablar con mi abuelo y, para entonces, ya estaba todo decidido.Felicity se estremece, alejando la mirada.—Entonces… ¿qué pasa con nuestra bebé? ¿Será una bastarda a ojos de todos?—No digas eso —ruego desesperado, intentando acunar su rostro entre mis manos—. Voy a solucionarlo, solo confía en mí.—No te creo —su expresión es un puñal directo a mi pecho—. No te creo nada, Cole. Me mentiste. Tienes que
POV: Zara Caldwell El bastardo pesa una tonelada. Salgo de la tina sin preocuparme por mi desnudez, aprovechando que sigue inconsciente por razones que desconozco. Estoy demasiado aturdida para detenerme a pensar en el porqué de las cosas.Como puedo, lo saco del agua y lo arrastro por el suelo, poniendo a prueba las escasas fuerzas de este cuerpo agotado. De por sí ya me dolía todo por las prácticas, y ahora este grandulón me obliga a un esfuerzo doble.Me apresuro a cerrar la puerta con seguro. Si alguien lo ve inconsciente en mi habitación, asumirán que le hice algo y vendrán mis suegros y mi cuñada a destrozarme a insultos… o peor, a golpes. Aunque, en el fondo, una parte de mí quiere que lo descubran en mi cama y crean que pasó algo.Ajusto la toalla alrededor de mi cuerpo y continúo arrastrándolo hasta dejarlo sobre la alfombra. Me arrodillo a su lado y le doy suaves palmadas en las mejillas, intentando que reaccione.—Cole —susurro, golpeando un poco más fuerte —. Despierta, C