Sandro comenzó a abrazarla y a besarla, cuando sintió que ella se había relajado, la giró sobre su estómago y se subió encima de ella y comenzó a penetrarla de nuevo, sin dejar de acariciarla hasta que él se derramó dentro de ella y ambos gritaron el nombre del otro. Después se fundieron en un tier
―Te amo Carlotta, eres el amor de mi vida ―pronunció besándola en la coronilla. ―Yo te amo más esposo ―respondió ella con un suspiro. ―¿Y a mí? ¿Nadie me dirá que me ama más? ―ambos padres sonrieron. ―Claro que si princesa, eres el amor de nuestras vidas ―dijeron al unísono. ―Así me gusta… estab
Sinopsis Sandra Hamilton Ferrari, siempre ha sido la chica más consentida por ambas ramas de su familia, ha crecido amando la velocidad, las carreras, los autos, sin embargo, su padre se niega a dejarla entrar en el mundo de las carreras, porque por ser mujer le parece delicada, sin embargo, a pesa
Antes de llegar a la puerta, el hombre la sostuvo agarrándola con fuerza de la mano.—¿Cómo te atreves? ¡Tú una mujer a hablarme de esa manera! —gritó con una ira muy fuerte.—¡¿Mujer?! —preguntó como si no entendiera que eso significaba.—Sí ¡Mujer! ¿No es eso lo que eres? —interrogó el hombre.—Si
***** Stephano no podía estar más furioso, tomó su celular y llamó a su amigo Adolfo.—Necesito que vengas a buscarme —pidió con irritación, dándole la dirección.“¿Sucede algo?” interrogó el otro preocupado.—Sí, una idiota me puyó los ojos, no puedo ver.Al otro lado de la línea se escuchó una ca
Stefano se dio cuenta de lo que estaba haciendo y saltó apartándose del hombre, espantado, mientras se recriminaba “¿Qué m****a es esta? ¿Por qué carajos voy a sentir corrientazos por un tipo? ¿Acaso tú eres maric0?”, se dijo mentalmente preocupado.—¿Puedo saber qué hace aquí? —interrogó alejándose
Si pensaba que no podía ser tentada en su personaje de Santos Ferrer, esa idea se desvaneció al verlo girarse, desabrocharse el pantalón y bajarlo, quedando solo en bóxer y dejándole ver su gigantesco atributo, al punto que fue inevitable que abriera su boca de par en par, poco le faltó para que su
Stefano huyó asustado, no podía creer lo que acababa de escuchar, pero las palabras de Santos fueron claras, él le había gustado, según hasta le daba dentera, por eso salió sin decir palabras, necesitaba alejarse de aquel hombre antes de hacer algo que lamentaría después. —¡Maldición! ¿Y ahora dónd