Ante las palabras de Carlotta, su familia no pudo contener la risa, empezaron a reírse simuladamente, pero al final estallaron en ruidosas carcajadas.—Mamá, ¡¿Es en serio?! —dijo Sandra y Carlotta la miró con cara de pocos amigos.—Esposa, ¿Se te olvidó que saliste huyendo sin ninguna explicación?
Dos semanas después.El sol brillaba en el cielo despejado, iluminando los exuberantes jardines verdes de la mansión Hamilton. Los amarillos y naranjas brillantes de las flores parecían centellear por el rocío de la mañana. La ligera brisa transportaba el dulce aroma de las flores por todo el recint
SE QUE LOS BUENOS SON MÁS. AYÚDENME A DENUNCIAR A QUIENES ROBAN MI TRABAJO.Y así lo hizo, la tomó del brazo y caminó el resto de los pasos que le faltaban y se la entregó a Karl. Justo en el gran arco, donde las rosas blancas añadían un toque romántico a la escena.—Tenías razón, lograste a enamora
El sol estaba bajo en el cielo cuando Brenda y Karl llegaron a las islas griegas. El azul del mar bajo sus pies, el verde intenso de las montañas a lo lejos, la brisa cálida y fragante... todo ello se combinaba para crear una sensación de paz y asombro. Los esposos se pararon en un saliente rocoso
Karl le acarició el cabello que caía a su alrededor como una cascada dorada, los brazos del hombre se extendían sobre ella, llevándola cada vez más profundo en un abrazo tierno y apasionado. Su piel se arqueaba con placer a medida que sus labios recorrían cada centímetro de su cuerpo. Sus sentidos
Universo Ferrari.1. Tu cruel amor 2. No sabía que eras tú 3. Empezar de nuevo 4. Venganza equivocada 5. Amor inesperado (está dentro de Venganza equivocada). 6. Una mujer excepcional 7. Rinascere 8. Tras tus huellas 9. Mujer prohibida 10. Reconquistando a mi ex 11. El precio de un error.
Sandro Hamilton, era el mejor piloto de carreras del mundo, sus hazañas solo eran comparables con las realizadas en su oportunidad por el mejor piloto de todos los tiempos, el gran Taddeo Ferrari, quién ya se había retirado unos años atrás del mundo de las carreras, aunque seguían manteniendo la pro
Carlotta cuando bajó vio al guardia de seguridad que la miraba con lástima al mismo tiempo que negaba con la cabeza.«Pinche viejo, alcahuete, seguro sabía de todas las andanzas del malparido ese y no dijo nada y ahora viene a mirarme a mí con lástima, no sé por qué no va y le tiene lástima a su mad