Antes de llegar a la puerta, el hombre la sostuvo agarrándola con fuerza de la mano.
—¿Cómo te atreves? ¡Tú una mujer a hablarme de esa manera! —gritó con una ira muy fuerte.
—¡¿Mujer?! —preguntó como si no entendiera que eso significaba.
—Sí ¡Mujer! ¿No es eso lo que eres? —interrogó el hombre.
—Si