—Respira, no te preocupes, deja que la vida me reprenda y por favor, no insista, no quiero dar ilusiones a la persona con la que no deseo estar.—¡Ya! Deja de pensar en él, entiende que él no es un hombre bueno para ti, no quiero que te lastime, no quiero… Ah, no quiero discutir, mejor voy a tomar un poco de aire, puedes ir al tocador sin mí —me señala el tocador, ambas estamos a unos metros de él—, no tardes, por favor, creo que hoy nos quedaremos aquí, mañana no trabajaremos.Aush, eso duele. Ella da media vuelta, dejándome como la estúpida que soy. Decido seguir mi camino hacia el tocador, pero esta vez echaré agua en mi rostro, tengo que cambiar de actitud. Ah, la verdad que puedo hacer lo que quiera, ella no tiene poder sobre mí, y creo que es momento que se lo haga saber.—Tú no iras a ningún lado, acompáñame o si no quieres que te haga un escándalo del que no te gustará —me congelo al escuchar a esa voz, esa persona de la que no esperé que estuviera aquí, juro que solo lo llamé
***No quiero decirlo, pero me tengo que ir, no puedo ser una hija de puta con Pamela, lo siento por Harry.—Me tengo que ir, ellos me deben estar esperando, no quiero…—Shhh… —me interrumpe y me detiene sosteniendo mi brazo—, la única persona que te debe de importar y por la que te debes preocupar es por mí y no por ellos.¿Qué?—He venido con ellos, no puedo hacerle esto a Pamela —insisto, pero él no entiende al ver que niega con la cabeza.Ya me ha quedado claro que no le parece que Marcos esté cerca de mí, pero también él tiene que entender que no lo puedo evitar, no puedo decirle que se aleje de mí, por qué no quiero que se aleje y menos porque Harry no quiere, no… Así no son las cosas, no puedo alejar a cualquier persona que no le agrade al señor.¡Mierda! Acepto que me gusta el sexo ardiente, me encanta que él me haga lo que no cualquiera puede hacer, pero eso que me ordene cosas de las que no estoy de acuerdo, no… no va conmigo.—No resisto que ese maldito te toque, te desnude
***He logrado llegar donde pensé que me esperaban desesperados y preocupados, pero me equivoqué, dado que veo a Pamela cómodamente conversando con Marcos y los dos la están pasando bien. Sorprendente, puedo ver una enorme escena que me dice que no pertenezco a esa silla.—Te dije, nena, ellos están bien —dice tras poner su mano en mi hombro, puedo sentir su respiración agitada cerca de mi oído—, ellos quieren provocarme, aunque se escuche feo, te tengo que decir que ellos se acercan a ti con segunda intención.Oh, como me alcanzó. ¡Ni que fuese un correcaminos!Maldita sea, él tiene razón en algo y es que ellos no me necesitan, ¡ni notaron mi ausencia!—No me lo esperaba, pero debo acercarme a ellos —le señalo, no quiero darle el gusto de que tenga razón—, ahora puedes ir a acompañar a tus padres, recuerda que es el cumpleaños de tu madre.—En un par de horas estaré en tu casa, tenemos que hablar —dice, dejándome un beso en mi suave y cálido cuello para luego sentir como su cuerpo se
—No te lo creo —hablo tras empujarlo, pero todo fue inútil porque ni lo moví.De un momento a otro siento los brazos de Harry, sin pedirme permiso me suspende hasta cargarme. Doy un pequeño grito al sentir como me lleva como un costal de papa, le doy las gracias, pero a la vez le suplico que me baje porque quiero caminar, y que no es mala idea que me encierre en mi habitación y salir hasta el lunes.—Quiero pasar contigo este fin de semana, ya estuve con mi madre y ella de una u otra forma tiene que entender que tengo una vida, quiero estar contigo o tú deseas que esté con otra mujer.¿Me está amenazando? Quiere ponerme celosa, pero no lo logrará, considero que perro que ladra no muerde. Además, dudo que encuentro otra desquiciada igualita a mi persona. Soy única y especial, lo mejor será que use otras tácticas para ponerme celosa, peor que él.***Harry***En solo un abrir y cerrar de ojos puedo deleitarme de un hermoso amanecer. He pasado toda una noche acostado con una bella mujer,
Ya llevaba mucho tiempo en esa postura, sí, demasiado rato, así que la desaté. Le separé las piernas y las dejé colgar por el borde de la mesa. El plumero hará su trabajo ahora, ya que no tengo un látigo como ella lo hubiese deseado. Las plumas hacen su trabajo, lo paso por su cuerpo hasta que le hicieron cosquillas en el estómago.Le rocé el vientre con las plumas de este increíble plumero.Me volví a tomar mi tiempo y fui trabajando su cuerpo muy despacio. Utilicé el plumero no solo para darle placer, también para recordarle que yo controlaba perfectamente la situación. Le demostraría que podía confiar en mí y que conmigo estaba a salvo, que no soy lo que el mundo piensa de mí, quiero que ella goce y olvide lo que la tortura.Me pasé el plumero a la mano izquierda y deslicé los dedos de la derecha entre sus piernas, le rocé el clítoris con suavidad y luego me interné ligeramente en su evidente humedad. Entonces saqué el vibrador del bolso de ella, no me asusté por ello y menos reneg
Harry Green, a sus treinta y cinco años, se ha encargado del negocio familiar; estar al frente del gran “centro comercial West Edmonton Mall”, su vida de soltero es la buena vida para el galán más codiciado de la familia Green, sin embargo, no se dice lo mismo de la familia, ya que piensa que el hombre que lo tiene todo puede que tenga unos gustos raros como “amar a uno de su mismo sexo”, pero todo son suposiciones porque a nadie le consta cuál es el pasatiempo de Harry después de un arduo día de trabajo.Detrás del perfil serio del imponente Harry hay una gran debilidad que nadie lo sabe, ya que durante años se ha encargado de su vida íntima en secreto porque dice que no se puede mezclar el agua con el aceite. Su personalidad egocéntrica, fría y responsable es y será ante la sociedad el respeto es uno de sus atributos porque, mientras que por las noches, su lado atrevido y oscuro sale a relucir cuando una de las empleadas del centro comercial es la que descubre el gran secreto de su
Ahora que estoy a unos metros de este hombre, me he quedado deslumbrada al ver lo atractivo y alto que es. Sin duda me quedo corta al describir el traje elegante que lleva puesto y esos brillantes ojos azules que me observan atentamente.Dios, necesito un momento para permitir que mi respiración vuelva a la normalidad porque este hombre me está robando todo mi aliento.—Gracias —masculla con voz ronca—, no se hubiera molestado, pero ahora que lo hizo quiero agradecerle.Le doy la mano temblorosa, nos saludamos y cuando nuestros dedos se tocan, siento un extraño y excitante escalofrío que recorre todo mi cuerpo.¡Este hombre tiene que ser mío! Ja, solo en mis sueños.Tengo que recordar que el hombre es dueño de un enorme centro comercial y jamás desearía estar con una mujer que gana lo básico.—Mucho gusto, señor Green —me sonrojo y lo único que quiero es lanzármele a sus labios, quiero saber de lo que él es capaz, me urge sentirlo.—Alexa… ¡Tienes que entrar ahora! —me sobresalto al e
—Alexis, no puedes darme un momento, estaba… —no termino de hablar cuando veo a mi jefa con los brazos cruzados tras llevar su mirada lasciva de arriba hacia abajo, trago horrible—. Hola, jefa—mis palabras salen en un hilo de voz, bajo la mirada porque la hija de su madre me intimida y no puedo con la suya, tampoco quiero desafiarla.—Te mandé… Ash, me tienes cansada, no puedo contigo, así que te necesito en el puesto de clientes pesados —alzo la mirada al escuchar eso, significa que me perdonara porque me ha sorprendido en los cubículos de los baños—, pero eso es para ayer Alexa, no quiero que te quedes viendo.No espero que ella espere mi respuesta cuando ya estoy asintiendo, y antes de salir corriendo le doy una última mirada a mi amigo, el pobre no tiene nada que decir, hizo lo posible por ayudarme, aunque pensándolo bien, la jefa no me ha dado el castigo que ella cree que debo tener, siento que hasta me ha premiado.Me voy, dejo a mi jefa con mi amigo porque si ella me ha venido