—No te lo creo —hablo tras empujarlo, pero todo fue inútil porque ni lo moví.De un momento a otro siento los brazos de Harry, sin pedirme permiso me suspende hasta cargarme. Doy un pequeño grito al sentir como me lleva como un costal de papa, le doy las gracias, pero a la vez le suplico que me baje porque quiero caminar, y que no es mala idea que me encierre en mi habitación y salir hasta el lunes.—Quiero pasar contigo este fin de semana, ya estuve con mi madre y ella de una u otra forma tiene que entender que tengo una vida, quiero estar contigo o tú deseas que esté con otra mujer.¿Me está amenazando? Quiere ponerme celosa, pero no lo logrará, considero que perro que ladra no muerde. Además, dudo que encuentro otra desquiciada igualita a mi persona. Soy única y especial, lo mejor será que use otras tácticas para ponerme celosa, peor que él.***Harry***En solo un abrir y cerrar de ojos puedo deleitarme de un hermoso amanecer. He pasado toda una noche acostado con una bella mujer,
Ya llevaba mucho tiempo en esa postura, sí, demasiado rato, así que la desaté. Le separé las piernas y las dejé colgar por el borde de la mesa. El plumero hará su trabajo ahora, ya que no tengo un látigo como ella lo hubiese deseado. Las plumas hacen su trabajo, lo paso por su cuerpo hasta que le hicieron cosquillas en el estómago.Le rocé el vientre con las plumas de este increíble plumero.Me volví a tomar mi tiempo y fui trabajando su cuerpo muy despacio. Utilicé el plumero no solo para darle placer, también para recordarle que yo controlaba perfectamente la situación. Le demostraría que podía confiar en mí y que conmigo estaba a salvo, que no soy lo que el mundo piensa de mí, quiero que ella goce y olvide lo que la tortura.Me pasé el plumero a la mano izquierda y deslicé los dedos de la derecha entre sus piernas, le rocé el clítoris con suavidad y luego me interné ligeramente en su evidente humedad. Entonces saqué el vibrador del bolso de ella, no me asusté por ello y menos reneg
***Alexandra***Increíble… Me estoy comportando como una adolescente, como si él fuese mi primer amor, me siento perdida ante él, hasta he llegado al extremo, todo por sentir un montón de mariposas dentro de mi estómago, “obvio que literalmente” … Ah, qué cosas pienso.He llegado al extremo de cerrar mis ojos fuerte, no quiero abrirlos porque tengo miedo de que todo esto sea un simple espejismo y que se acabe en un par de segundos. Creo que ese es mi miedo más grande que tengo es no seguir con todo lo que hago, pero también perderlo en el preciso instante que lo consigo.Ahora estoy pensando en tener un cachorro y que sea mi presente, el que me recordará que a veces puedo tener lo que uno desea, pero… siempre existen los peros y es que lo que comienza, termina.Ah, no puedo mentirme a mí misma, sé perfectamente que no podría cuidar a un cachorro, a veces me cuesta cuidar de mi persona y menos podría con un cachorro, es mejor un juguete… Sí, ese lo podré bautizar y lo marcaré como este
—Eres una maldita igualada —vuelve a intentar a darme una cachetada y otra vez la detengo, pero no me quedo ahí, así como ella me falta el respeto, me siento con derecho de hacer lo mismo y sin pensarlo le suelto una cachetada que la dejó paralizada—, no intentes tocarme en lo que te resta de tu puta vida, te lo advertí, no me dejaré humillar y menos que una desgraciada como tú venga a ponerme la mano encima, ¡no te debo nada! No te debo ni mierda, y te diré algo, tu hijo disfruta el sexo conmigo, él me sigue, quiere estar conmigo y tú ni nadie le quitará eso.—¡Maldita! Te juro que esto me lo pagarás, iras presa, maldita, me acabas de pegar —grita eufórica, y les resto importancia a ello porque la que está interrumpiendo mi paz mental es ella—. Tienes que alejarte de mi pequeño, eres una puta y no te quiero cerca de él, me das asco, eres una mujer sucia y probablemente tenga “VIH”.Esta vieja no me deja de sorprender, primero me discrimina, me dice puta barata, a los minutos me dice
(...)Sin duda me siento como un perro abandonado, las cosas no salieron como las esperaba; Harry se fue de mi casa, pero no sin antes enseñarle lo que las cámaras habían grabado, su impresión fue única, no tenía palabras para justificar lo que su madre había hecho. Recuerdo perfectamente que antes de salir de mi habitación me dijo que nadie me despedirá, que me puedo quedar tranquila, pero lo malo del asunto es que él se fue y no ha vuelto a verme y menos llamarme.Ahora me encuentro en el trabajo, él no ha dado señal de vida y yo no tengo intenciones de buscarlo porque eso sería traspasar mis límites. Tengo orgullo y considero que no he cometido nada malo para que él me haga a un lado.Ayer que estuve toda la noche sola le dije, me senté frente al escritorio, abrí la laptop y mande un correo a los administradores de la app. En par de segundos me contestó mi jefa directa diciéndome que tengo mucho trabajo y que si me siento bien, ya que tengo una semana de no contestar llamada. En es
(...)Mmm… qué bueno. Todo está en silencio, con las luces apagadas. Estoy muy cómoda y calentita en mi cama. Remuevo un poco mi cuerpo y lentamente abro mis ojos completamente. No tengo idea de lo que ha pasado, me duele mucho la cabeza. Mi desorientado cerebro busca entre sus recuerdos recientes. ¡Maldita sea! No recuerdo nada de nada.—Hasta que por fin despertó la borracha de la casa —mis ojos se abren más, me levanto abruptamente al escuchar la voz de mi tía.¡Ay, no!, ya me está empezando a doler la cabeza.—¿Tía? —me siento y me dejo caer sobre el respaldar de la cama.Es muy temprano para discutir, quiero levantarme para darle la bienvenida y de paso preguntarle en qué momento ha entrado a mi habitación o a qué hora ha regresado de su viaje corto.—¿Qué no lo recuerdas? —cuestiona con los ojos abiertos—, sabía que tenía que regresar, me habían dicho muchas cosas, pero no las creí porque siempre he tenido en cuenta que eres de las chicas responsables, pero ahora me ha quedado c
Ayyy… Me duele mucho la cabeza, siento como si me va a explotar, y no se digan de mis ojos, la iluminación hacen que me arda y se lagrimeen. No puede ser, todo me está dando vuelta y vuelta. ¡Quiero vomitar! No, me puedo presentar así en mi primer día de trabajo en el área de publicidad.Es que no puedo permitir llegar con la enorme resaca que tengo, ¡me estoy muriendo! Quiero ir al hospital para que me den una pastilla y que de una vez me quiten todos los malestares que me están torturando. Me he dado una ducha, he desayunado una sopa de pollo con verduras, pero de nada sirvió porque volví al retrete, ha echarlo, lo siguiente fue una taza de café. Ah, ya no quise seguir tomándolo y al final me quedé acostada, cerré mis ojos y me declaré enferma, pero eso no sirvió de nada porque mi tía me levantó de la cama y me ha mandado a trabajar.No pude con ella, se ha molestado porque no puedo recordar nada de lo que pasó anoche y menos cuando ella llegó a casa. Sin ninguna sonrisa en mi rostr
Las puertas del ascensor se abren, en el preciso instante que iba a dar un paso al frente me quedo congelada, eso sucede al ver a Harper, el amigo de Harry. En par de minutos me recompongo al darme cuenta de que me estoy comportando como una estúpida.Doy un paso adelante y lo saludo tras asentir, él sonríe y a la vez niega con la cabeza para luego decirme que ayer la he pasado bien, también que sin duda debo tener una gran resaca de la que milagrosamente estoy de pie y no en cama.Le respondo con el mismo tono de voz y los mismos gestos, de que todo fue para bien y no para mal, que no es malo, que una vez en la vida intentes no ser tú, ser esa alma libre que siempre has soñado.Mentalmente, me aplaudo porque parece que me he convertido en toda una poeta llena de inspiraciones e imaginación fantasiosa.—Tienes razón y no voy a negar que me divertí, ya que has sacado de las casillas a mi viejo amigo.—Oye, no es que ibas de salida —me quejo al ver que las puertas se cierran y él no sal