Cuando Oleika levantó la mirada, se encontró con su madre, quien la veía con determinación aunque siempre la había mirado de forma diferente a como lo hacía con su hermano, en este momento, ella le provocaba un escalofrío.
— Mamá— Susurró ella al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás discretamente.
— Oleika, esta es mi recompensa para ti. La trampa que diseñaste es realmente útil.— Ella elogió
Al oír esto, Oleika se levantó a pesar del dolor, levantó las flores en sus brazos y dijo— Mamá, estas son para ti. No están rotas.
—¡Jajajaja! ¡Es tan estúpida! —Fraly agarró el ramo de flores silvestres y lo arrojó a sus pies—. ¿Todavía no lo entiendes? No eres más que una inútil. ¡Solo sirves para ser una esclava! Pero no te preocupes, hemos encontrado un comprador para ti.
Provocando que Oleika cayera en el suelo después del impacto, un escalofrío contundente la atravesó por completo.
— ¡Ah! pero ¿por qué?— Cuestionó Oleika al mismo tiempo que buscaba la mirada de su madre, pero lo que se encontró, era algo completamente distinto.
El rostro que tanto tiempo había visto como frío y distante en este momento tenía una mirada y sonrisa que podrían calificarse como tétricas.
— Finalmente pude hacer esto que tengo años deseando. — Los ojos de Ana brillaban por la rabia.
La pelirroja no lograba comprender ¿de qué hablaba su madre?
— No vuelvas a decirme mamá, tú no eres mi hija. — Una especie de rayo atravesó el cuerpo de la joven muchacha quemando los latidos de su corazón, toda su vida en busca de saber la razón por la que se sentía menospreciada y sobajada, ahora se presentaba frente a ella.
Esa declaración fue como sentir que recuperaba la vista, después de pasar años en una habitación oscura y fría.
— ¿De qué hablas? — El sentimiento de contener la palabra “madre” en su garganta fue desgarrador.
— No sé en qué estaba pensando el…— Comenzó Ana refiriéndose a su pareja— pero después de ver que había perdido a mi cachorra, solo una noche llegó contigo en brazos, sin dar explicaciones, sin dar respuestas a mis preguntas, como si fuera así de fácil sustituir a la que tuve en mi vientre.
El piso había comenzado a moverse, provocando una sensación de angustia en Oleika su cuerpo comenzó a sudar demasiado y su mente a nublarse.
— Entonces…
— No sé de quién serás, seguro eres producto de una cualquiera— Dijo Ana escupiendo al suelo a un lado de los pies de Oleika— Odie cada una de las veces que me dijiste mamá, cada abrazo me quemaba y tu sola existencia me repele. Tú no eres ella.
Ana levantó el látigo en su mano y azotó a Oleika.
— ¡Ah! — Gritó Oleika poniendo sus manos en frente queriendo protegerse.
Otro golpe se acercaba a ella pero de pronto Ana fue detenida.
— ¡Alto!
“Patrick” Pensó Oleika con la esperanza en el corazón “Podría ayudarla”
Pero se encontró con Nando, su hermano.
— Madre no dañes la mercancía.
— ¿Mercancía? — Repitió Oleika haciendo un gran esfuerzo por levantarse, el golpe de su madre había estado lleno de rencor por lo tanto había sido muy muy fuerte.
Su rostro incluso había comenzado a hincharse y su cuerpo estaba cubierto de manchas de sangre.
En ese momento la pobre no tuvo tiempo de defenderse, de entre las sombras apareció un hombre que con su sola presencia provocaba un escalofrío en el cuerpo de ella.
El aire se volvió frio y seco, como una noche de invierno dispuesta a arrasar con cualquier gramo de vida.
— Es ella— Dijo Nando apuntando en dirección de su hermana.
En ese momento llegaron las palabras de Fraly a su mente.
“Planean venderte como esclava”
El hombre repugnante, se acercaba con una sonrisa lasciva recorriendo el cuerpo de ella con deseo… lujuria.
A pesar de estar completamente vestida Oleika se sintió desnuda y expuesta a él.
— No… no me iré con el.— Declaró Oleika decidida a defenderse.
— Ya pagué por ti pequeña— El hombre respondió lamiéndose los labios repetidamente—Así que no tienes mucho que decidir aquí.
Oleika comenzó a ver a su alrededor y miró una pequeña oportunidad. Cada vez que terminaba una trampa, la probaba ella misma. Para evitar quedar atrapada en ella, las trampas que diseñaba tenían un "dispositivo salvavidas" del que nadie sabía nada. ¡Con el dispositivo activado, ella escapa exitosamente de la trampa! Sin pensarlo se arrojó en esa dirección, comenzó a correr desesperada por encontrarse con Patrick, por recibir ayuda.
Su corazón latía acelerado, y sus pasos era los más rápidos que su pequeño cuerpo podía dar hasta que…
Fue duramente tacleada por un lobo, arrojándola por el aire hasta estrellarse contra el tronco de un árbol.
Oleika apenas podía mantenerse con conciencia, el dolor la inundaba y la paralizaba en el proceso.
“Suéltenme, no me toquen, me iré de aquí, lo voy a conseguir” Pensaba ella al mismo tiempo que era cargada por otro de los sirvientes del mercader.
Oleika era poco más que un bulto y como tal fue arrojado a una especie de jaula, haciéndola caer de costado, justo donde había sido golpeado por Ana.
En ese momento pudo ver llegar a Patrick y una energía renovada la envolvió.
Aun había esperanza.
— ¡Patrick amor!— Oleika sintió como una especie de manta arroparla con solo verlo, su ilusión había logrado renacer.
— Por lo visto me ganaron. — Declaró Patrick sin mostrar sorpresa alguna por ver a su pareja en una jaula.— Yo quería ese costal de carne.
— Patrick… amor… ellos… — Los ojos de Oleika ardían, y una necesidad innegable de llorar la consumía.
Pero su instinto extrañamente la detuvo solo para presenciar una cruel verdad.
Detrás de Patrick estaba Fraly quien sonríe al verla, eso perturba a Oleika.
“¿Qué estaba sucediendo?”
Ella se pone frente Patrick y levanta su brazo, lo toma por el cuello y baja su rostro hasta poder besarlo de manera apasionada frente a todos, frente a ella.
— Pero…— comienza a preguntar Oleika aunque no puede terminar porque es interrumpida.
— Pero ¿por qué? pero ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿Por qué si te quería tanto? ¿Por qué sí confíe en ti?— comenzó a decir Fraly en tono sarcástico y divertido, como si de algo sin sentido se tratara el desconcierto de Oleika.
Después de terminar el beso con Patrick para girarse y enfrentar a la que había sido su amiga desde la infancia.
Oleika estaba tomando un par de barrotes de la jaula y apretándolos consumida en el dolor, rabia y sentimiento de traición.
— No puedo creer que pensaras que merecías ser la pareja de Patrick, ¿crees que él dejaría la protección de la manada? ¿Su estatus de guerrero? ¿Su familia? ¿Su hogar solo por ti? No eres suficiente para alguien como él. — Declaró la loba con desprecio y auto conformismo.
Oleika se quedó en silencio sin creer lo que acababa de ver.
— ¡Pues no! — le gritó Fraly unos segundos después al ver que ella estaba confundida o en alguna especie de shock por la impresión.
—Aún no lo entiendes ¿verdad?— ahora es Patrick quién habla— Oleika podrías haber sido tú mi pareja pero…— Se queda un momento en silencio pensando lo siguiente por decir y continua— no merezco una poca cosa como tú.
— Como detesto el drama. — Gruño el hombre justo antes de subirse al auto y comenzar a alejarse del lugar.
A pesar del dolor decidió no darles el gusto de verla llorar una vez más.
Ella giró su cuerpo para quedar con la vista al suelo, ver las copas de los arboles quedar atrás, una especie de vacío había quedado en donde se suponía que estaba su corazón antes.
Sólo le dio un instinto que antes no había tenido y dijo para sí misma, como forma de desahogo:
— Que todo el mal que me han hecho se les multiplique cien veces, que el dolor que tanto planearon los busque y les enseñe lo que es el sufrimiento en carne propia.
En ese momento sorpresivamente se sintió más ligera, más en paz, resignada a saber que cada movimiento de ese aparato la alejaba de la maldad que la había rodeado desde que tenía memoria.
Ahora “¿qué sería de mí? ¿Que podría hacer para liberarme de este captor antes que sea demasiado tarde?” pensaba desesperada por dar con una solución.
Suspira deseando que la respuesta no llegue demasiado tarde.
La noche arreció y Oleika sentía mucho más frio, la jaula estaba llena de mujeres lobas, a pesar de estar en horribles condiciones, seguramente eran más fuertes que ella.De manera discreta se acercó a la loba que tenía a su lado y en cuanto tocó su piel un escalofrío satisfactorio la recorrió.Después de sentir que casi se congelaba un poco de calor era solo una esperanza en medio de tanto dolor.Pero el descanso duró poco, un golpe fuerte la hizo que se impactara de lleno con uno de los barrotes que tenía a su lado.— ¡Ah! — Gritó ella ante el dolor del impacto.— Aléjate de mí— ordenó la loba, quien a pesar de encontrarse en las mismas condiciones que ella, siendo una esclava, amarrada de manera humillante, la veía con superioridad.— te… tengo fri… frio— tartamudeó la chica.— ¡Silencio!- Gritó uno de los guardias que custodiaban la jaula.Un momento después Oleika apretó los dientes para no gritar, acababa de recibir una cubeta con agua helada como castigo, si sentía que le dolía
El clima se siente perfecto, los rayos del sol son de la temperatura idónea para sentirlos sobre la piel.— Patrick te he extrañado demasiado— Le dice Oleika con una sonrisa en el rostro al verlo llegar desde la densidad de los pinos— mira nuestro pequeño cachorro ya puede hablar.Un niño pequeño de poco más de un año, idéntico a Patrick está jugando con unos juguetes que Oleika le había hecho con sus propias manos.Oleika se siente feliz, en su cabaña llena de flores y con mucho amor.Su mate la abraza y la besa con mucha pasión y ella no puede evitar suspirar al no poder contener tanta felicidad en ella.Entre sus brazos se sentía plena y segura.De pronto escucha una palabra que la desconcierta.— ¡A todos, arránquenles el corazón! — ese grito hace que Oleika cierre los ojos impactada por lo que escucha y el tono tan grueso de la voz, pero gira la mirada y no nota nada distinto.La mirada de Patrick es alegre y su sonrisa es grande. ¿Se lo estaría imaginando?— ¡AH! ¡Maldito!— De n
Año 1500En una noche oscura y llena de frio, en medio del bosque en el que cada quien debe luchar por mantenerse con vida, se llevaría cabo una lucha ensangrentada entre dos razas que solían coexistir con una superflua paz.Hombres Lobos y brujas.En específico un aquelarre… Leiia.El cual es uno muy especial, ya que son del linaje más antiguo de brujas, por lo tanto pueden obtener respaldo y poder de sus antecesoras.Un linaje que pasó de generación en generación, donde este don solo lo podían tener las mujeres, a los hombres se les trataba como seres inferiores. En medio del cambio de estación en época de celo los hombres lobos después de varias noches, comenzaron a desaparecer sin dejar rastro alguno, ninguna manera de localizarlos, sin cuerpos por identificar.A pesar de los intentos exhaustivos de los compañeros de manada, nada daba resultado.Hasta que una noche una información clave llegó a los oídos del alfa de la manada Garra dorada.— Hijo necesito de tu apoyo, no podemo
Actualidad— Solo quiero llegar a casa, hoy es el día, hoy es...— Se decía Oleika emocionada a pesar del cansancio que la consumía, con unos cuantos conejos en sus manos.Al tener veintidós años y no tener una loba, se sentía frustrada y sobajada por todos en la manada Brisa Nocturna, todos los integrantes de la manada cumplían una función.Cazar, construir, ser parte del servicio imperial o entrenar para ser guerreros, pero en cada una de las tareas la pequeña y frágil Oleika no podía llegar a término, siempre se agotaba y alguien más debía pagar por su ineptitud.Sin tener a su loba de apoyo físico y emocional, muchas de las cosas eran prácticamente imposibles para ella.Además de siempre ser vista con desdén y recibir malos tratos de muchas personas que la rodeaban.Golpes, desprecios, burlas, siempre mantenía la mirada en alto, sin importar lo difícil que fuera…Pero estaba dispuesta a ganarse su lugar en la manada.Por lo tanto había desarrollado distintas estrategias para compe