Capítulo 2.

Cuando Oleika levantó la mirada, se encontró con su madre, quien la veía con determinación aunque siempre la había mirado de forma diferente a como lo hacía con su hermano, en este momento,  ella le provocaba un escalofrío.

— Mamá— Susurró ella al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás discretamente.

— Oleika, esta es mi recompensa para ti. La trampa que diseñaste es realmente útil.— Ella elogió

Al oír esto, Oleika se levantó a pesar del dolor, levantó las flores en sus brazos y dijo— Mamá, estas son para ti. No están rotas.

—¡Jajajaja! ¡Es tan estúpida! —Fraly agarró el ramo de flores silvestres y lo arrojó a sus pies—. ¿Todavía no lo entiendes? No eres más que una inútil. ¡Solo sirves para ser una esclava! Pero no te preocupes, hemos encontrado un comprador para ti.

Provocando que Oleika cayera en el suelo después del impacto, un escalofrío contundente la atravesó por completo.

— ¡Ah! pero ¿por qué?— Cuestionó Oleika al mismo tiempo que buscaba la mirada de su madre, pero lo que se encontró, era algo completamente distinto.

El rostro que tanto tiempo había visto como frío y distante en este momento tenía una mirada y sonrisa que podrían calificarse como tétricas.

— Finalmente pude hacer esto que tengo años deseando. — Los ojos de Ana brillaban por la rabia.

La pelirroja no lograba comprender ¿de qué hablaba su madre?

— No vuelvas  a decirme mamá, tú no eres mi hija. — Una especie de rayo atravesó el cuerpo de la joven muchacha quemando los latidos de su corazón, toda su vida en busca de saber la razón por la que se sentía menospreciada y sobajada, ahora se presentaba frente a ella.

Esa declaración fue como sentir que recuperaba la vista, después de pasar años en una habitación oscura y fría.

— ¿De qué hablas? — El sentimiento de contener la palabra “madre” en su garganta fue desgarrador.

— No sé en qué estaba pensando el…— Comenzó Ana refiriéndose a su pareja— pero después de ver que había perdido a mi cachorra, solo una noche llegó contigo en brazos, sin dar explicaciones, sin dar respuestas a mis preguntas, como si fuera así de fácil sustituir a la que tuve en mi vientre.

El piso había comenzado a moverse, provocando una sensación de angustia en Oleika su cuerpo comenzó a sudar demasiado y su mente a nublarse.

— Entonces…

— No sé de quién serás, seguro eres producto de una cualquiera— Dijo Ana escupiendo al suelo a un lado de los pies de Oleika— Odie cada una de las veces que me dijiste  mamá, cada abrazo me quemaba y tu sola existencia me repele. Tú no eres ella.

Ana levantó el látigo en su mano y azotó a Oleika.

— ¡Ah! — Gritó Oleika poniendo sus manos en frente queriendo protegerse.

Otro golpe se acercaba a ella pero de pronto  Ana fue detenida.

— ¡Alto!

“Patrick” Pensó Oleika con la esperanza en el corazón “Podría ayudarla”

Pero se encontró con Nando, su hermano.

— Madre no dañes la mercancía.

— ¿Mercancía? — Repitió Oleika haciendo un gran esfuerzo por levantarse, el golpe de su madre había estado lleno de rencor por lo tanto había sido muy muy fuerte.

Su rostro incluso había comenzado a hincharse y su cuerpo estaba cubierto de manchas de sangre.

En ese momento la pobre no tuvo tiempo de defenderse, de entre las sombras apareció un hombre que con su sola presencia provocaba un escalofrío en el cuerpo de ella.

El aire se volvió frio y seco, como una noche de invierno dispuesta a arrasar con cualquier gramo de vida.

— Es ella— Dijo Nando apuntando en dirección de su hermana.

En ese momento llegaron las palabras de Fraly a su mente.

“Planean venderte como esclava”

El hombre repugnante, se acercaba con una sonrisa lasciva recorriendo el cuerpo de ella con deseo… lujuria.

A pesar de estar completamente vestida Oleika se sintió desnuda y expuesta a él.

— No… no me iré con el.— Declaró Oleika decidida a defenderse.

— Ya pagué por ti pequeña— El hombre respondió lamiéndose los labios repetidamente—Así que no tienes mucho  que decidir aquí.

Oleika comenzó a ver a su alrededor y miró una pequeña oportunidad. Cada vez que terminaba una trampa, la probaba ella misma. Para evitar quedar atrapada en ella, las trampas que diseñaba tenían un "dispositivo salvavidas" del que nadie sabía nada. ¡Con el dispositivo activado, ella escapa exitosamente de la trampa! Sin pensarlo se arrojó en esa dirección, comenzó a correr desesperada por encontrarse con Patrick, por recibir ayuda.

Su corazón latía acelerado, y sus pasos era los más rápidos que su pequeño cuerpo podía dar hasta que…

Fue duramente tacleada por un lobo, arrojándola por el aire hasta estrellarse contra el tronco de un árbol.

Oleika apenas podía mantenerse con conciencia, el dolor la inundaba y la paralizaba en el proceso.

“Suéltenme, no me toquen, me iré de aquí, lo voy a conseguir” Pensaba ella al mismo  tiempo que era cargada por otro de los sirvientes del mercader.

Oleika era poco más que un bulto y como tal fue arrojado a una especie de jaula, haciéndola caer de costado, justo donde había sido golpeado por Ana.

En ese momento pudo ver llegar a Patrick y una energía renovada la envolvió.

Aun había esperanza.

— ¡Patrick amor!—  Oleika sintió como una especie de manta arroparla con solo verlo, su ilusión había logrado renacer.

— Por lo visto me ganaron. — Declaró Patrick sin mostrar sorpresa alguna por ver a su pareja en una jaula.— Yo quería ese costal de carne.

— Patrick… amor… ellos… — Los ojos de Oleika ardían, y una necesidad innegable de llorar la consumía.

Pero su instinto extrañamente la detuvo solo para presenciar una cruel verdad.

Detrás de Patrick estaba Fraly quien sonríe al verla, eso perturba a Oleika.

“¿Qué estaba sucediendo?”

Ella se pone frente  Patrick y levanta su brazo, lo toma por el cuello y baja su rostro hasta poder besarlo de manera apasionada frente a todos, frente a ella.

—  Pero…— comienza a preguntar Oleika aunque no puede terminar porque es interrumpida.

— Pero ¿por qué? pero ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿Por qué si te quería tanto? ¿Por qué sí confíe en ti?— comenzó a decir Fraly en tono sarcástico y divertido, como si de algo sin sentido se tratara el desconcierto de Oleika.

 Después de terminar el beso con Patrick para girarse y enfrentar a la que había sido su amiga desde la infancia.

Oleika estaba tomando un par de barrotes de la jaula y apretándolos consumida en el dolor, rabia y sentimiento de traición.

— No puedo creer que pensaras que merecías ser la pareja de Patrick, ¿crees que él dejaría la protección de la manada? ¿Su estatus de guerrero? ¿Su familia? ¿Su hogar solo por ti? No eres suficiente para alguien como él. — Declaró la loba con desprecio y auto conformismo.

Oleika se quedó en silencio sin creer lo que acababa de ver.

— ¡Pues no! — le gritó Fraly unos segundos después al ver que  ella estaba confundida o en alguna especie de shock por la impresión.

—Aún no lo entiendes ¿verdad?— ahora es Patrick quién habla— Oleika podrías haber sido tú mi pareja  pero…— Se queda un momento en silencio pensando lo siguiente por decir y continua— no merezco una poca cosa como tú.

— Como detesto el drama. — Gruño el hombre justo antes de subirse al auto y comenzar a alejarse del lugar.

A pesar del dolor decidió no darles el gusto de verla llorar una vez más.

Ella giró su cuerpo para quedar con la vista al suelo, ver las copas de los arboles quedar atrás, una especie de vacío había quedado en donde se suponía que estaba su corazón antes.

 Sólo le dio un instinto que antes no había tenido y dijo para sí misma, como forma de desahogo:

— Que todo el mal que me han hecho se les multiplique cien veces, que el dolor que tanto planearon los busque y les enseñe lo que es el sufrimiento en carne propia.

En ese momento sorpresivamente se sintió más ligera, más en paz, resignada a saber que cada movimiento de ese aparato la alejaba de la maldad que la había rodeado desde que tenía memoria.

Ahora “¿qué sería de mí? ¿Que podría hacer para liberarme de este captor antes que sea demasiado tarde?” pensaba desesperada por dar con una solución.

Suspira  deseando que la respuesta no llegue demasiado tarde.

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