El clima se siente perfecto, los rayos del sol son de la temperatura idónea para sentirlos sobre la piel.
— Patrick te he extrañado demasiado— Le dice Oleika con una sonrisa en el rostro al verlo llegar desde la densidad de los pinos— mira nuestro pequeño cachorro ya puede hablar.
Un niño pequeño de poco más de un año, idéntico a Patrick está jugando con unos juguetes que Oleika le había hecho con sus propias manos.
Oleika se siente feliz, en su cabaña llena de flores y con mucho amor.
Su mate la abraza y la besa con mucha pasión y ella no puede evitar suspirar al no poder contener tanta felicidad en ella.
Entre sus brazos se sentía plena y segura.
De pronto escucha una palabra que la desconcierta.
— ¡A todos, arránquenles el corazón! — ese grito hace que Oleika cierre los ojos impactada por lo que escucha y el tono tan grueso de la voz, pero gira la mirada y no nota nada distinto.
La mirada de Patrick es alegre y su sonrisa es grande. ¿Se lo estaría imaginando?
— ¡AH! ¡Maldito!— De nuevo otro grito lleno de dolor, Oleika siente un escalofrío recorrer su columna.
Es miedo pero ¿a qué?
En ese momento llega Fraly con una cesta llena de fruta.
— Oleika traje…— Las palabras de su amiga comienzan a cambiar— No puedo creer que pensaras que merecías ser la pareja de Patrick. — Ella sigue sonriendo ofreciéndole la canasta, sus palabras hirientes no concordaban con la sonrisa amigable que tenía.
Sus piernas comienzan a verse borrosas al mismo tiempo que la calidez del sol va disminuyendo rápidamente.
Y lo nota, recuerda todo lo que ha sufrido todo este tiempo y comienza a alejarse.
— Oleika no te vayas— Pide Patrick al mismo tiempo que abraza a Fraly— Quédate conmigo, no me dejes— Se gira con su amiga y la besa.
Su pequeño cachorro se va en dirección de Fraly y le pide los brazos…
— Mamá— balbucea el pequeño con un rostro lleno de inocencia.
— ¡Nooo! ¡Nooo! — Grito Oleika llena de dolor no podía creer que se estuviera engañando, ¿acaso ese era su propio infierno eterno?, ver lo que pudo tener y que le fue arrebatado.
En ese momento todo a su alrededor comenzó a cambiar, los sonidos de pajaritos fueron sustituidos por gritos agónicos de multitudes, la cabaña que había visto rodeada de flores, ahora estaba rodeada de cuerpos sin vida.
La realidad la embargaba y a pesar de querer moverse y salir de ahí, su cuerpo no respondía, no obedecía a sus órdenes.
Pero quedó impactada al ver a un hombre gigante con un cuerpo fibroso en cuero, con el cabello largo y barba larga igual, se veía salvaje.
Y lo era, destruía a cuanto ser se le pusiera enfrente, le arrancaba los brazos y después el corazón, para aventarlo como si de una pelota se tratase.
Estaba lleno de sangre, y por un instante el dirigió la mirada hacia donde ella se encontraba, el pavor hizo de ella su casa y cerró los ojos para no tener que enfrentarlo.
Ahora Oleika era solo un remedo de un bulto con vida.
No podía ponerse en su mira, no podía pedir nada más que no fuera morir de manera misericordiosa, sin desmembramientos previos, sin más sufrimiento.
“Diosa por favor, ten misericordia de mi” Pensaba ella desesperada por hacerse escuchar “Como si fueras tan importante” su propia voz la torturaba aunque en esta ocasión fue el timbre de voz de Fraly el que se escuchó de fondo.
Comenzó a escuchar pasos, los cuales eran fuertes y precisos, se estaban acercando a ella.
Oleika decidió mantenerse inmóvil, incluso respirar lo más sutilmente posible, para ser parte de todos los cuerpos que la estaban rodeando, pasar por una más, y después… después vería como sobrevivir a lo demás.
“Una cosa a la vez” Pensaba Oleika temblorosa.
Pero en ese momento una mano fuerte y caliente se colocó directamente en su pecho.
Con solo ese contacto, los latidos de su corazón se aceleraron, solo un poco, pero ella lo notó, ella permaneció inmóvil aun cuando su deseo de saber quién era a quien tenía frente a ella la consumía.
Una voz fuerte, sensual y autoritaria se escuchó gruñir muy cerca de ella.
— Ésta está viva.
Sin poder preverlo, Oleika sintió que dos grandes y fuertes brazos la tomaban con completa tranquilidad y la acercaban a su pecho.
La estaba cargando, ese hombre, que olía de manera deliciosa la estaba cargando, permaneció en silencio disfrutando de la calidez que tanto tiempo había estado deseando.
Al quedar pegada al cuerpo del gran lobo se encontró sintiendo que su calor excesivo la traspasaba arrasando de manera inminente con el frio que la había estado azotando durante todo su cautiverio.
En el momento en el que sintió que la dejaban en una especie de colchón, Oleika no pudo resistir más tiempo y abrió los ojos, su curiosidad no la dejaba estar tranquila, debía saber quién era el héroe que la estaba rescatando, ponerle un rostro a la voz.
Pero nada la preparó para encontrarse con la imagen de un demonio de carne y hueso.
Frente a ella se encontraba el mismo lobo que había notado con anterioridad, solo que de cerca podía notar que estaba completamente lleno de sangre de todas las victimas que había tenido esta noche.
Él se miró impactado al encontrar su mirada con la de ella, y una especie de corriente atravesó a Oleika provocando que comenzara a temblar.
— Terminados Alfa. — Le dijo otro lobo que se encontraba al margen de la vista de Oleika.
—Perfecto vamos, nos las llevaremos a todas— Dijo para todos en un grito pero sin dejar la mirada del rostro de Oleika, para después susurrar—Finalmente te encontré.
— ¿Cómo? — Fue todo lo que alcanzó a preguntar ella antes de verse inmiscuida en un rugido tan fuerte que la llevó a la inconciencia.
No sin antes sentir horror absoluto por la mirada y palabras de ese alfa aterrador.
Él era un depredador y ella la presa.
“Definitivamente no podría escapar de todo esto” pensó ella.
Año 1500En una noche oscura y llena de frio, en medio del bosque en el que cada quien debe luchar por mantenerse con vida, se llevaría cabo una lucha ensangrentada entre dos razas que solían coexistir con una superflua paz.Hombres Lobos y brujas.En específico un aquelarre… Leiia.El cual es uno muy especial, ya que son del linaje más antiguo de brujas, por lo tanto pueden obtener respaldo y poder de sus antecesoras.Un linaje que pasó de generación en generación, donde este don solo lo podían tener las mujeres, a los hombres se les trataba como seres inferiores. En medio del cambio de estación en época de celo los hombres lobos después de varias noches, comenzaron a desaparecer sin dejar rastro alguno, ninguna manera de localizarlos, sin cuerpos por identificar.A pesar de los intentos exhaustivos de los compañeros de manada, nada daba resultado.Hasta que una noche una información clave llegó a los oídos del alfa de la manada Garra dorada.— Hijo necesito de tu apoyo, no podemo
Actualidad— Solo quiero llegar a casa, hoy es el día, hoy es...— Se decía Oleika emocionada a pesar del cansancio que la consumía, con unos cuantos conejos en sus manos.Al tener veintidós años y no tener una loba, se sentía frustrada y sobajada por todos en la manada Brisa Nocturna, todos los integrantes de la manada cumplían una función.Cazar, construir, ser parte del servicio imperial o entrenar para ser guerreros, pero en cada una de las tareas la pequeña y frágil Oleika no podía llegar a término, siempre se agotaba y alguien más debía pagar por su ineptitud.Sin tener a su loba de apoyo físico y emocional, muchas de las cosas eran prácticamente imposibles para ella.Además de siempre ser vista con desdén y recibir malos tratos de muchas personas que la rodeaban.Golpes, desprecios, burlas, siempre mantenía la mirada en alto, sin importar lo difícil que fuera…Pero estaba dispuesta a ganarse su lugar en la manada.Por lo tanto había desarrollado distintas estrategias para compe
Cuando Oleika levantó la mirada, se encontró con su madre, quien la veía con determinación aunque siempre la había mirado de forma diferente a como lo hacía con su hermano, en este momento, ella le provocaba un escalofrío.— Mamá— Susurró ella al mismo tiempo que daba un paso hacia atrás discretamente.— Oleika, esta es mi recompensa para ti. La trampa que diseñaste es realmente útil.— Ella elogióAl oír esto, Oleika se levantó a pesar del dolor, levantó las flores en sus brazos y dijo— Mamá, estas son para ti. No están rotas.—¡Jajajaja! ¡Es tan estúpida! —Fraly agarró el ramo de flores silvestres y lo arrojó a sus pies—. ¿Todavía no lo entiendes? No eres más que una inútil. ¡Solo sirves para ser una esclava! Pero no te preocupes, hemos encontrado un comprador para ti.Provocando que Oleika cayera en el suelo después del impacto, un escalofrío contundente la atravesó por completo.— ¡Ah! pero ¿por qué?— Cuestionó Oleika al mismo tiempo que buscaba la mirada de su madre, pero lo que
La noche arreció y Oleika sentía mucho más frio, la jaula estaba llena de mujeres lobas, a pesar de estar en horribles condiciones, seguramente eran más fuertes que ella.De manera discreta se acercó a la loba que tenía a su lado y en cuanto tocó su piel un escalofrío satisfactorio la recorrió.Después de sentir que casi se congelaba un poco de calor era solo una esperanza en medio de tanto dolor.Pero el descanso duró poco, un golpe fuerte la hizo que se impactara de lleno con uno de los barrotes que tenía a su lado.— ¡Ah! — Gritó ella ante el dolor del impacto.— Aléjate de mí— ordenó la loba, quien a pesar de encontrarse en las mismas condiciones que ella, siendo una esclava, amarrada de manera humillante, la veía con superioridad.— te… tengo fri… frio— tartamudeó la chica.— ¡Silencio!- Gritó uno de los guardias que custodiaban la jaula.Un momento después Oleika apretó los dientes para no gritar, acababa de recibir una cubeta con agua helada como castigo, si sentía que le dolía