ZebelaMe dejé llevar por lo que mi poder deseaba, pues la sensación de conexión entre el alfa Bastian y yo era tan placentera que no pude resistirme.De alguna manera floté hasta la litera del alfa y me acomodé en un angosto espacio que quedaba entre él y la pared, pero parte de mi cuerpo estaba encima suyo porque el alfa era grande. Moví mis manos por encima de su pecho y sin atreverme a tocarlo, entonces el semblante del alfa cambió.En su rostro se reflejaba paz y alivio.Por mi parte, suspiré al sentir su calma y no pude evitar sonreír. Esta experiencia era nueva y extraña para mí, pero me había encantado. Era una nueva faceta de mi poder.En vez de salirme de su cama de una vez, opté por quedarme un poco más, pues la curiosidad me hizo observar al alfa con detenimiento. ¿Por qué era torturado en sueños? Eso era más que una pesadilla porque sentí que su cuerpo también sufría con dolor y calor.Miré mis manos con orgullo por un largo rato. ¿Por qué sentía que mi poder iba en aumen
Pasé todo el día sumida en mis pensamientos, buscando evitar al alfa Bastian. No me resultó difícil, ya que él parecía hacer lo mismo conmigo.Y por alguna razón me sentí ofendida.—Toma, es todo lo que pude conseguir —me dijo con indiferencia mientras me daba un vestido casual de color azul marino, y unas sandalias blancas.En todo el día, eran las primeras palabras que me dirigía después de lo que pasó entre nosotros.Me sentí tan tonta. ¿Qué esperaba de él? Ni siquiera nos conocíamos.«Él es nuestro compañero. Por eso te sientes así», me contestó mi loba.Ay, yo más loca no podía estar. ¿Cómo se me ocurría que ese hombre híbrido sería mi destinado? Eso era imposible.Negué eufórica mientras apretaba la ropa contra mi pecho, acción que captó la atención del alfa.—¿Qué? —cuestionó confundido.Me imaginaba lo roja que se puso mi cara al caer en cuenta de que estaba actuando como una demente delante del alfa.—Nada... —Bajé el rostro, avergonzada, y volví a negar—. Solo... —Me mordí el
Bastian¡Con un demonio!Golpeé la barandilla una y otra vez ante la frustración que sentía. Sin embargo, traté de controlarme porque no quería arruinar el barco de mi socio.Suspiré profundo. Dejé que la brisa mañanera de la playa llenara mis pulmones y drenara todas las preocupaciones que me tenían inquieto.Vi el logo de mi manada en el puerto y suspiré más tranquilo. Por lo menos allí podría regresar a mi vida regular y olvidarme de esa mujer de cabello rosa que estaba acabando con mi cordura.¡Era tan insolente!Ella había pasado los límites que ni el más valiente jamás se atrevió. Esa mujer me frustraba porque no entendía en qué estaba pensando cuando cometía tales barrabasadas.Pero ya no sería mi problema. Ya no tendría este debate mental ni esos deseos extraños. La dejaría a su suerte y ella sería la responsable de su vida. Yo me mantendría al margen y no la volvería a ver.—Alfa Bastian, ya vamos a desembarcar. —El alfa Lenor interrumpió mis maquinaciones.Asentí en acuerdo
RoanLa brisa fresca de la mañana contrastó con el ardor de la furia que me consumía. En mi cabeza se mantenía el mismo pensamiento que me motivó a ir tras ese alfa, a quien ya consideraba mi peor enemigo. Lo mataría, ya lo había decidido.No importaba si tenía que esperar mil años, yo me daría el gusto de acabar con su existencia. Ver el logo de mi manada, que consistía en la forma de una piedra roja con un círculo a su alrededor, me hizo sentir emociones desagradables.Yo estaba llegando a casa con malas noticias y el peso de la derrota sobre mis hombros. Llegaría a mi hogar como un fracasado en ruinas. Sería el hazmerreír de todos y eso afectaría mi reputación.Pero había algo aún peor a lo que tenía que enfrentarme: la muerte de mi cachorro.No estaba listo para dejarlo ir, para aceptar que no había solución para él. Mentiría si dijera que no me sentía culpable, pues lo que más me tenía airado y en estado de negación, era el hecho de que yo mismo había provocado que dejara de res
Soy una loba wosa, eso significa que tengo habilidades por encima de un licántropo común. Mi más preciado poder es el de curación. Soy capaz de sanar heridas que nuestro cuerpo licántropo no puede restaurar, quitar el veneno de la sangre, entre otras curaciones.El problema es que me debilito cuando uso dicha habilidad. Y esa fue la razón por la que decidí dejar a mi esposo, el alfa de la manada Zafiro.Todavía el dolor de su traición está impregnado en mis huesos y mi loba llora nuestra desdicha con rabia y sed de venganza.Aún duele recordar...—¡Zebela! —Sentí un estremecimiento cuando su voz autoritaria me despertó en medio de la noche. Por un momento me emocioné al escucharlo porque había regresado a casa.«Pasará la noche conmigo», celebré en mis pensamientos mientras saltaba de la cama contenta. Me cercioré de no estar desaliñada y le sonreí al espejo porque mi piel tenía ese brillo especial que adquirimos las lobas cuando estamos embarazadas.—Creo que es el momento de decirle
Las lobas wosa somos consideradas una bendición en las manadas, un tesoro invaluable que todos desean tener. Nuestro corazón noble nos convierte en la presa perfecta de cualquier cazador ambicioso y malvado.Dolió saber que eso fui para Roan. Un trofeo que usó a su conveniencia.Tras vivir la horrible experiencia de perder a mi cachorro, estuve inconsciente por varios días donde me mantuve soñando con Roan y todos los momentos que tuvimos juntos.Mis sueños eran mis recuerdos...—Señora Zebela, ya despertó —La voz de la mucama hizo que terminara de abrir los ojos. Me los froté para recuperar claridad en mi visión.—Me duele la cabeza... —me quejé.—Le traje un analgésico. Debe comer, aunque sea un pedazo de fruta antes de ingerir el medicamento, ya que no ha comido nada en tres días. Mire, le traje su ensalada de frutas de todas las mañanas —dijo Lidia con voz suave. Pese a que ella era una empleada que solo hacía su trabajo, era la única persona que no me miraba con desprecio en la m
El silencio reinó en el pasillo mientras Roan esperaba por una explicación. Me pareció irónico, dado que era yo quien debía estar demandando una.—Esta insolente fue a molestar a tu hijo y se atrevió a faltarnos el respeto. —Fue Greta quien rompió el silencio porque yo no fui capaz de articular palabras. ¿Por qué no pude siquiera moverme? Odié ser tan cobarde.—Zebela, ¿qué sucede? —ignoró a su madre y se dirigió a mí con una calma no muy propia de él. ¿Será que se sintió culpable por todo el daño que me estaba haciendo?—R-Roan... —Fue lo único que pude expresar antes de estallar en llantos.¡Qué patética! Me sentía un ser inútil en ese momento.—Ven conmigo. —Él se me acercó y me cargó entre sus brazos, como si justo acabara de descubrir mi fragilidad. Por supuesto, la joya de mi suegra empezó a pelear detrás de él.—Necesito hablar con mi esposa a solas —le dijo Roan como si ella no estuviera a punto de sufrir un colapso, acto seguido, le cerró la puerta de mi habitación en la cara
Allí estaba yo, acurrucada en una orilla de la lujosa pared, sentada en el piso frío y pulido mientras me abrazaba las piernas y lloraba mi desdicha.—¿Cómo te llamas? —me preguntó él con su voz imponente de alfa, pese a que todavía no había sido nombrado como tal, pero Roan lo llevaba en la sangre. Estaba tan asustada que solo sollocé—. No te haremos daño, chiquilla. ¿Acaso no te salvamos de esos rufianes?Por primera vez desde que fui traída a esta manada, miré a Roan a los ojos. En ese entonces, él tenía veinticinco años y yo solo era una cachorra adolescente; sin embargo, su belleza cargada de misterio y peligro me prendó y ese día supe que mi corazón estaría ligado al suyo.Lo amé en secreto por dos años en los que tuve que verlo ser feliz con su mate. Traté de no pensar en él y decidí ignorar cuánto lo amaba. No me alegré para nada cuando ella murió, en especial porque verlo destrozado me ponía muy triste.—Zebela, hace un año perdí a mi pareja y tú ya tienes la edad suficiente