Jaqueline terminó de revisar los pendientes que tenía que finiquitar ese día, tocaron la puerta de cristal, levantó la mirada y vio a Kerem, su asistente de hace dos años, era alto, fornido, siempre vistiendo impecablemente, de origen turco, anteriormente había trabajado como un chef en un restaurante, a Jaqueline le sorprendía ya que no tenía nada que ver el puesto, pero sus estudios lo avalaban, le dio un mes de prueba y durante ese tiempo, se destacó y lo hizo oficialmente su asistente de vicepresidencia.
—Jaqueline, tienes una cita a las seis con el asesor de bienes raíces. Aun tienes tiempo para llegar, o ¿Quieres que cancele y lo paso a mañana? —ella negó inmediatamente.
—Necesito salir de esa casa, si es posible mañana mudarme. —Kerem se sorprendió.
— ¿Te han corrido? —ella negó, soltó un largo suspiro de cansancio y se dejó caer en el respaldo de la silla de cuero color rojo sangre.
—Necesito independencia total.
—Me parece bien. La esposa del señor Ward, te hace la vida miserable. —ella asintió.
—Demasiado, hace dos días pasé a la tintorería por mis trajes, los dejé colgados en mi armario, al llegar en la noche no los encontré, luego di con ellos en la lavandería, manchados de cloro, —Kerem se horrorizó por eso.
—Por Al-lāh. No entiendo por qué tanto odio. —Jaqueline suspiró de nuevo.
—Por ocupar un espacio en su casa, supongo.
—Deberías de mudarte ya. —ella asintió.
—Lo sé, y es horrible estar pensando con que te vas a encontrar en tu habitación cuando llegues, no puedo contarle todo lo que me han hecho a mi tío ya que no puede recibir malas noticias o hacer corajes por su corazón, además, sé qué soy una intrusa.
—No, ahí no te doy la razón, eres una buena persona, no eres una intrusa, eres su sobrina, eres su familia. —se quedaron en silencio por un momento.
—Bueno, —se separó del respaldo. —...Cuéntame.
Kerem se sonrojó, sabía a dónde iba.
— ¿Que te cuento? —Jaqueline sonrió.
—Te pusiste colorado. —Kerem negó con una sonrisa que no pudo evitar.
—Es solo que...no suelo hablar de mi vida privada y las veces que lo he hecho es contigo.
—Cuéntame, ¿Qué pasa? —Kerem tomó aire y lo soltó lentamente.
—La mujer, —Kerem hizo un gesto. —...ya sabes la chica que conocí hace un año, estoy listo ya para hacerle la proposición esta noche.
Jaqueline se emocionó.
—Entonces, ¿Cuándo me dirás su nombre? —él se tensó.
—Todavía no, pero será pronto...—Kerem se emocionó. —...Ya que tenga su anillo de compromiso en su dedo, entonces podremos gritarlo a los cuatro vientos.
Jaqueline se emocionó mucho más.
—Me encanta, tienes que decirme con anticipación lo de la boda, podría estar en medio de un viaje fuera del país, tú sabes cómo es esto.
—Lo sé, no te preocupes.
— ¿Y seguirás trabajando para la empresa? —preguntó curiosa, Jaqueline.
—No, recuerda que avisé con anticipación mi renuncia, además, ahora tengo un pequeño negocio de comida los fines de semana y sé qué será un hit más adelante, con eso, podré mantenerla y darle lo que necesite. No quiero que le falte nada.
—Se me hace tan bien, tus ojos se iluminan cuando hablas de ella y el futuro de ambos...en serio te felicito... —Jaqueline sintió un hueco en el centro de su estómago, ¿Dónde están los hombres como él? Kerem sonrió.
—Estoy enamorado. Muy enamorado. —se sinceró con un nudo en la garganta. —Ella es mi vida.
—Espero pronto conocer a la mujer que te hace tan feliz. ¿Y tienes planeado como pedírselo?
—Sí, hoy a la noche, en el negocio de comida, le mostraré lo que puedo hacer por ella...quiero que lo vea con sus propios ojos.
—Súper romántico...tienes que contarme que tal, toma foto y vídeo, quiero ver su reacción cuando se lo propongas—Jaqueline sonrió y felicitó a su amigo.
Jaqueline miró el reloj mientras esperaba en su auto al asesor de bienes raíces, el auto se detuvo en la acera de enfrente, bajó y llamó, Jaqueline supo inmediato que era él el asesor, bajó del auto ella y lo alcanzó.
—Soy Jaqueline King. —el hombre se presentó.
—Mucho gusto, señorita King. Mi nombre ya lo sabe, soy Abraham Lorens. Pase le mostraré el primer departamento de tres. —lo sigue, le explica amablemente el primero, que se encuentra en un bloque de treinta departamentos, está totalmente amueblado. Se movieron de nuevo y el segundo, lo odió Jaqueline, no tiene espacio para la cocina y tiene vecinos muy ruidosos. Llegaron al tercero, está en el piso cuarenta y nueve, es un muy amplio piso y muy iluminado por el día, Jaqueline piensa que se lo puede pagar cómodamente, estaba amueblado, tenía toques minimalistas en color blanco, negro y dorados, le contó Abraham que era de un famoso hijo de un artista plástico. Es simplemente hermoso, grandes ventanales de un lado que mostraba uno que otros edificios vecinos, pero podía verse a lo lejos el mar y el cielo...simplemente hermoso.
Jaqueline decide.
—Te mostraría el ático de arriba, pero lo acaba de adquirir hoy por la mañana el señor Arap. —Jaqueline arrugó su ceño. —Te hubieses enamorado del espacio, es de dos plantas y tiene helipuerto, gimnasio privado, alberca y una terraza impresionante, puedes ver la ciudad casi en su mejor esplendor cada mañana.
— ¿Es extranjero? Es la primera vez que escucho ese apellido. —Abraham sonrió de oreja a oreja.
—Sí, es un hombre mayor, maduro, digo que camino a los cuarentas, de barba de candado, porte elegante, impresionante figura intimidante, es un empresario turco.
Jaqueline sintió más curiosidad.
— ¿Y dices que compró el ático? —Abraham asintió.
—Sí, no pasó diez minutos recorriendo el piso e inmediato lo compró, casi sin parpadear.
—Oh, qué bien. —Jaqueline miró de nuevo el departamento. —Bueno, no quiero que me ganen esta belleza, así que lo voy a comprar.
— ¿Comprar? —Abraham se impresionó, pero ella se confundió por su reacción.
—Sí... ¿Por qué suena sorprendido? —Abraham se sonrojó.
—Perdona, pensé que lo rentarías...—Jaqueline sonrió.
—Puedo pagarlo. He trabajado muchos años para poder comprarme finalmente algo propio y no desaprovecharé.
—Perfecto, cerramos el trato, si le parece bien...pasemos al comedor y haré la documentación de compra—venta. —Jaqueline asintió con emoción.
Finalmente tendría su propio espacio al cual llamarle..."Hogar".
Jaqueline subió la última caja a su Ranger Rover gris, cerró la puerta y soltó un largo suspiro, miró hacia la gran mansión en la que creció, había aprendido a diferenciar el bullyng, la burla, la hipocresía, y él "no eres bienvenida", sintió un nudo al recordar el día que había llegado a esa casa, la única persona que la trató como familia, es Damián, su tío, tenía tantas cosas en común, que no sintió tanto la ausencia de la falta de su padre, quien se había sumido en la depresión y la misma que lo llevó a tener el accidente. El personal de la casa, la trataban con distancia, por órdenes de Jodie y Jazleen, pero cuando no estaban ellas, el personal la consentía en secreto. — ¿Tienes todo? —preguntó su tío, q
Jaqueline bajó la puerta de la cajuela de su auto, se inclinó para cargar la última caja de mudanza, un mechón cayó entre sus ojos y sopló para retirarlo, cuando se levantó y se giró bruscamente hacia el edificio con la caja en sus brazos, se topó con un cuerpo alto, de pecho duro, el olor a menta fresca inundó el pequeño momento, inmediatamente un gruñido soltó él entre dientes. —Lo siento, lo siento—se disculpó Jaqueline, cuando levantó su mirada, se encontró con unos ojos grises cargados de molestia e irritación, sus labios se entreabrieron para tomar aire. —Tenga más cuidado—él hombre alto exclamó en un tono gélido, era de presencia intimidante, enfundado en un traje elegante, se quedó por un momento prendado de la mirad
—Mucho gusto señor. —él arrugó su ceño en la forma que lo llamó.— ¿Señor? Bueno tengo mis años pero...—Burak se dio cuenta que estaba dando explicación a una mujer completamente extraña, pero que de alguna manera, le nació de la nada hacerlo.—Que tenga buen día—Jaqueline se mordió el labio antes de girarse para cortar la charla demasiado extraña con el hombre, Burak retrocedió y dejó que las puertas se cerraran, arqueó una ceja, intrigado. Muchas mujeres siempre querían hablar con él, y parece ser que en esta primera vez, ella no quería hablar."No es Estambul, Burak"—Estás perdiendo el encanto, Burak. —murmuró para sí mismo mientras miró como los números le anunciaron casi la llegada al ático.Jaqueline c
Burak se ajustó su corbata de marca cara e italiana. Estaba preparándose para acompañar a Kerem a conocer a su prometida, hace un par de días atrás, había entregado el anillo de compromiso, era el anillo de la abuela y tenía demasiado curiosidad, ya que aún no sabía el nombre de su futura cuñada, Kerem quería mantener todo bajo perfil hasta el día de hoy, hoy finalmente sabría quién es la misteriosa mujer.Burak bajó los escalones de la segunda planta de su nuevo ático.—Señor Arap-Badem—Burak vio a su ama de llaves. —Acaban de informar que el chófer está esperando en el lobby para llevarlo.—Gracias—Burak alcanzó su móvil, presionó el botón del elevador privado y bajó al lobby. Caminó mientras miró su móvil, estaba leyendo los posib
Burak estaba en total shock, arrugó su ceño confundido, pensó por un momento que se habían equivocado, que no era su Kerem el que le estaban anunciando de su muerte, sintió una opresión en su pecho.— ¿Qué? —fue lo primero que dijo Burak. Negó a toda prisa. —Es imposible. Yo...—sus palabras se evaporaron.—Hemos encontrado su cuerpo dentro de su auto, estaba estacionado delante de un local, uno de los que hacen guardia en el área notaron sospechoso, entonces...—Es imposible...—Burak sintió su corazón latir a toda prisa, se llevó su mano a su rostro, miró al policía. —Él... ¿Fue atacado? ¿Fue asaltado? —preguntó con dificultad.—Han informado que ha sido una sobredosis. —Burak sintió que el piso se abría debajo de él, "Kerem,
La puerta se abrió y una desconsolada Jazleen se mostró ante la mirada de Jaqueline, por primera vez desde que conoció a su prima, la vio vulnerable, asustada, preocupada, casi al borde de la histeria, debió haberse puesto mal al escuchar que su padre había tenido un infarto.—Jaz...—dijo Jaqueline cuando se levantó de su lugar, su prima levantó la mirada.— ¿Qué? —la cara de Jazleen se transformó al darse cuenta que Jaqueline era quien la llamó. Jaqueline detuvo su camino al ver que regresó la Jazleen de siempre.Jaqueline se cruzó de brazos.—Nada. —contestó, Jazleen no dijo nada más, se limpió ambas mejillas con ira sin dejar la mirada de su prima, y luego se retiró por dónde habían llegado. Jaqueline la miró irse, y sintió lástima, Jodie la habí
—Aquí tiene la llave, señor. —el gerente del edificio estaba consternado al escuchar al hombre intimidante frente a él que el joven Kerem había fallecido, recordó a la mujer que todos los días iba, el hombre ya se iba cuando este lo detuvo. —Perdone, —Burak se giró hacia el hombre—Ha venido una mujer a buscarlo todos los días, —Burak arrugó su ceño, intrigado.— ¿Ha dejado su nombre? —el señor se queda pensativo.—Solo hace una firma, pero no pone su nombre completo, se lo enseño. —Burak se acercó a recepción, el hombre le acercó una bitácora.—Aquí está, supongo que no sabe que el joven Kerem ha fallecido, por qué ha estado preguntando por él todos los días por él, ha estado esperando alrededor de diez minutos y luego se ret
Jaqueline colgó una llamada que le hizo que el dolor de cabeza empeorara.Dejó sus codos en la superficie y escondió su rostro entre las palmas de sus manos, sintió algo tenso en el centro de su estómago, miles de cosas pasaron por su cabeza, "¿Dónde estás, Kerem?" Salió de su escondite, levantó su mirada hacia el frente y se encontró con Jazleen y su intención de entrar. Abrió la puerta la mujer rubia y entró sin esperar a que le diese permiso Jaqueline.— ¿Ya te contó mi padre? —Jaqueline arrugó su ceño.— ¿De qué? —Jazleen sonrió, caminó hasta quedar frente al escritorio de Jaqueline, lució un traje elegante de alguna marca italiana muy famosa, se cruzó de brazos y soltó un breve suspiro.—Voy a trabajar en la empresa. —Jaqueline n