—Aquí tiene la llave, señor. —el gerente del edificio estaba consternado al escuchar al hombre intimidante frente a él que el joven Kerem había fallecido, recordó a la mujer que todos los días iba, el hombre ya se iba cuando este lo detuvo. —Perdone, —Burak se giró hacia el hombre—Ha venido una mujer a buscarlo todos los días, —Burak arrugó su ceño, intrigado.
— ¿Ha dejado su nombre? —el señor se queda pensativo.
—Solo hace una firma, pero no pone su nombre completo, se lo enseño. —Burak se acercó a recepción, el hombre le acercó una bitácora.
—Aquí está, supongo que no sabe que el joven Kerem ha fallecido, por qué ha estado preguntando por él todos los días por él, ha estado esperando alrededor de diez minutos y luego se retira, le he preguntado antes de que se marche si pudo hablar con él, pero niega derrotada.
— ¿Durante cuánto tiempo ha hecho eso? —él se quedó pensativo. Miró la bitácora y contó rápido, levantó la mirada hacia el hombre de traje intimidante.
—Hace ya cuatro semanas.
Burak estaba sorprendido, ¿Quién era la mujer? Miró la firma y no se le entendía nada, parecía una "J" al principio, pero de ahí era confuso, como si no quisiera que se le reconociera. Burak levantó la mirada de la bitácora hacia el hombre.
— ¿Cómo era? ¿Ya la había visto con Kerem salir juntos?
Él negó.
—La mujer se veía muy sencilla, elegante, cabello negro recogido, supongo, es lo que recuerdo, o un castaño oscuro, ojos algo claros, marrones amielados, algo claros, estas semanas siempre ha venido como si saliera de una oficina, es todo lo que podría decirle, ah, y muy amable, aunque a veces al no encontrar a su hermano, salía irritada, aun así se despedía con una sonrisa—detuvo el hombre sus palabras—El señor Kerem era muy reservado, no traía mujeres, o amigos, él era de salir más, es la primera mujer que he visto que viene y eso es de hace cuatro semanas...
Burak le agradeció, antes de retirarse dejó dicho algo.
—El departamento tiene pagado un año, ¿Verdad? —el hombre asintió. —Bien, voy a recoger sus cosas entre hoy y mañana, pero después de mí, si viene alguien más, me gustaría que se omitiera esa información que le di. Voy a pagar la penalización para cerrar el contrato de arrendamiento.
— ¿Quiere que omita que...ha fallecido?—Burak asintió.
—Si. Usted no sabe nada, simplemente se terminó el contrato del departamento y no sabe más.
Asintió sorprendido el hombre.
—Así será señor.
—Vendrá mi abogado para hacer un contrato de confidencialidad con el personal del edificio y evitar la fuga de información. —el hombre se sorprendió y asintió. Burak subió al elevador que lo llevaría al departamento de su hermano, el corazón le latió a toda prisa, se llevó una mano al lugar como si eso lo fuese a detener, levantó la mirada a los números que mostraban cada vez más mientras que con sus dedos jugaba con la llave. Finalmente unos segundos después, las puertas del elevador se abrieron, cruzó y buscó la puerta con el número del departamento, se quedó congelado al saber cuál era. Desde que había perdido a su único hermano, cada vez que despertó durante las últimas semanas, pensó que podría ser una horrible pesadilla, ahora, estaba viendo el número, pensó que podría tocar y el aparecer del otro lado, diciendo que estaba dentro de un mal sueño, soltó un largo suspiro, se armó de valor y caminó los metros qué lo separaba de aquel departamento, después de unos pasos más, estaba frente a la puerta, metió la llave y giró, se escuchó el clic de que la puerta ya podrías empujarla, su mano se elevó y puso la mano en la puerta, luego su frente, cerró los ojos y sintió más dolor. No se iba y nunca se iría. Se enderezó, tomó aire y empujó la puerta para abrir. El olor a Kerem, a aquel perfume estaba impregnado en el lugar, miró detenidamente cada lugar y rincón del departamento, paredes de ladrillos, afiches de películas, lámparas, una sala que a simple vista se veía del todo cómoda, frente ese lugar, una televisión grande, debajo un estante con una consola de videojuego y estuches en fila bien ordenados, sonrió al recordar aquellas horas de ocio con él en Estambul, luego desvió la mirada hacia un comedor, luego ventanas altas que dejaba entrar mucha luz, caminó y encontró una cocina demasiado amplia, una fila de sartenes colgaban en un estante de ladrillos, una estufa industrial, así como un refrigerador muy grande de tres puertas. Encontró su habitación, estaba oscura, empujó la puerta y buscó el apagador.
Vio la habitación iluminada, las sábanas estaban revueltas, había un perfume en el aire que no era de Kerem, ¿Debe de ser de su prometida? Buscó en el armario, vio que Kerem tenía algo de él, la forma de acomodar las cosas en ellas, la ropa, colores y tallas, estilo y textura, miró un estante, vio una foto, se acercó con el corazón agitado, entonces arrugó su ceño, era de un grupo de personas y en medio estaba Kerem, abrazaba y tenía sus labios en la mejilla de una mujer quien sonreía, tenían gorros de fiesta y uno de los hombres tenía un pastel, agarró la foto y la acercó para observar detenidamente y ver quien era, entonces sintió como el corazón se agitó con fiereza, no era cualquier mujer...era la Jaqueline, la misma que vive en el edificio.
Sintió como su pecho subía y bajaba, sintió que sus piernas temblaron, se recargó en la pared detrás de él a un lado de los estantes de ropa.
Miró en la parte de atrás y sintió como su mundo caía encima de él, vio la misma firma que en la bitácora y una dedicación con la misma letra:
"Para una persona muy especial, Jaqueline— D&W Entertainment
Abril—2019/ Cumpleaños Jaqueline King"
Jaqueline colgó una llamada que le hizo que el dolor de cabeza empeorara.Dejó sus codos en la superficie y escondió su rostro entre las palmas de sus manos, sintió algo tenso en el centro de su estómago, miles de cosas pasaron por su cabeza, "¿Dónde estás, Kerem?" Salió de su escondite, levantó su mirada hacia el frente y se encontró con Jazleen y su intención de entrar. Abrió la puerta la mujer rubia y entró sin esperar a que le diese permiso Jaqueline.— ¿Ya te contó mi padre? —Jaqueline arrugó su ceño.— ¿De qué? —Jazleen sonrió, caminó hasta quedar frente al escritorio de Jaqueline, lució un traje elegante de alguna marca italiana muy famosa, se cruzó de brazos y soltó un breve suspiro.—Voy a trabajar en la empresa. —Jaqueline n
Jaqueline estacionó el auto en el cajón de estacionamiento que le correspondía, aun su mente estaba vagando en las posibles teorías de la ausencia de Kerem. Abrió la puerta, a lo lejos escuchó un auto estacionarse a su lado, pero no prestó atención, alcanzó su bolso, abrió la puerta y cuando bajó se encontró con una figura alta e intimidante, Jaqueline soltó un jadeo de sorpresa.Sus ojos marrones claros, se quedaron prendados por un momento en los de Burak, se sintió la electricidad entre los dos, Jaqueline se repuso inmediatamente.—Lo siento, no lo vi. —Burak sintió su corazón agitarse al escuchar su voz, ¿Qué le estaba pasando con esta mujer?—Lo siento yo, no me di cuenta cuando abrió la puerta, espero no haber hecho algún daño a su auto.—No, no, —Jaqueline se p
Burak miró a través de la pared de cristal la silueta de Jaqueline, lucía un conjunto oscuro que le hacía ver elegante y sofistica, su corazón se aceleró de nuevo como últimamente pasaba cuando la veía, pero en esta ocasión...había un motivo, un poderoso motivo: Kerem.— ¿Señor Burak Arap? —preguntó una mujer morena de piernas largas en traje ejecutivo, Burak salió de su trance, miró a la mujer quien parecía curiosa, miró hacia dónde él había regresado su mirada, vio a la sobrina de don Ward, a la dulce Jaqueline. —Lo estaba esperando. La reunión es en la sala de juntas, sígame por favor. —Burak se repuso inmediatamente intentando mostrar indiferencia y evitar que se viera...pillado. Siguió a la mujer, abrió una puerta y le cedió el paso educadamente, Burak le dio la
Jaqueline levantó la mirada y notó a los dos caballeros mirando hacia el interior de la oficina del otro lado del vidrio, hablaban de algo por lo que notó, se concentró en su llamada en ese momento, el ver a Burak la tenía tensa, la forma de como la miró en la sala de juntas, la tenía sintiéndose extraña.—Sí, claro, necesito el equipo de diseño mañana a las tres de la tarde, gracias. —Jaqueline colgó, Damián le hizo señas a Burak para que entrara a la oficina, se abrió la puerta, ella levantó la mirada arrugando se ceño, según ella ya habían hablado lo que tenían que hablar en la sala de juntas, se levantó por educación y esperó a que Burak y su tío entraran.Lo hicieron, pero Damián se disculpó cuando su asistente le llamó y le informó que te
Damián le retiró la silla a Jaqueline para que tomara lugar en la mesa, ella agradeció con una sonrisa, él aflojó la corbata al sentir un poco de sofoco, ella lo notó mientras puso su servilleta de tela en su regazo.— ¿Estas bien? —Damián desvió la mirada hacia la entrada del restaurante, luego miró a Jaqueline quien estaba hermosa como siempre, le recordó a su madre, se aclaró la garganta y asintió.—Tendremos un invitado en nuestra mesa, hija.Jaqueline arrugó su ceño.— ¿Invitado? ¿Quién? —preguntó.—Buenas noches, —la pregunta de Jaqueline fue contestada al escuchar aquella voz tan masculina, tan intimidante y al mismo tiempo seductora, giró su rostro lentamente y lo levantó al ver a Burak a su lado, mostrando una sonrisa que podría deci
―Dios mío...―murmuró Jaqueline mientras miró su armario, había vestidos colgados, pero no se decidió por ninguno, quizás, llamaría a Burak y le diría que no iría, que se sentía mal, quizás un dolor de cabeza intenso. Se sentó en la alfombra, y dejó sus codos en los muslos, recargó su rostro contra sus manos.― ¿Qué pasa, niña? ―escuchó Jaqueline a su espalda, salió de su escondite y giró su rostro hacia la entrada del armario, era Mónica, sonrió divertida mientras se retiró los tirantes del mandil que cubría su cuerpo.―No quiero ir. ―se sinceró Jaqueline mientras vio como Mónica se detuvo a un lado de dónde empezaban los vestidos. ―No tengo ganas de una mala noche.―Si no vas, Damián se pondrá triste, aparte le darás la victoria a Jodie y a
Jaqueline intentó concentrarse en el tráfico de la noche, Burak de vez en cuando la miraba de reojo, notó a la mujer que manejaba muy nerviosa, intentó aligerar el momento.― ¿Y de quién es la fiesta?―preguntó mirando hacia a ella, Jaqueline se detuvo en un semáforo en rojo, miró al hombre de esmoquin a su lado, incluso, tuvo que bajar por un momento el vidrio ya que su aroma se había colado en su sistema.―De Jazleen. Hija de Damián.¿No te lo dije antes? ―Burak negó lentamente.― ¿Y por qué siento que lo que menos quieres es llegar a la fiesta?―preguntó Burak intrigado.―Por qué no soy bienvenida en esa casa.―siguió el camino cuando el semáforo cambió a verde, Burak intentó acomodarse en aquel pequeño auto, Jaqueline intentó no sonreír al ver la insistencia
Burak ya se sintió incómodo con las miradas de las dos mujeres rubias frente a ellos. Sonrió, se inclinó hacia Jaqueline para susurrar cerca de su oído.―Bailemos―pidió Burak para poder alejar a Jaqueline de la presencia de las mujeres, se volvió hacia a ellas y les mostró una de sus sonrisas seductoras.—Si nos permiten, iremos a la pista.Las dos mujeres reaccionaron educadamente y con emoción, les dejaron ir. Burak soltó un largo suspiro, Jaqueline estaba tensa cuando él puso su mano en la cintura, bajó la mirada a la mujer, ella apenas respiraba.―Gracias por esa.―agradeció Jaqueline al mismo tiempo que dejó su mano en el hombre de él.―Es una larga historia.―confesó Jaqueline, Burak sonrió.―Créeme, tengo el tiempo para escuchar esa historia.Jaqueline arqueó