Jaqueline estacionó el auto en el cajón de estacionamiento que le correspondía, aun su mente estaba vagando en las posibles teorías de la ausencia de Kerem. Abrió la puerta, a lo lejos escuchó un auto estacionarse a su lado, pero no prestó atención, alcanzó su bolso, abrió la puerta y cuando bajó se encontró con una figura alta e intimidante, Jaqueline soltó un jadeo de sorpresa.
Sus ojos marrones claros, se quedaron prendados por un momento en los de Burak, se sintió la electricidad entre los dos, Jaqueline se repuso inmediatamente.
—Lo siento, no lo vi. —Burak sintió su corazón agitarse al escuchar su voz, ¿Qué le estaba pasando con esta mujer?
—Lo siento yo, no me di cuenta cuando abrió la puerta, espero no haber hecho algún daño a su auto.
—No, no, —Jaqueline se p
Burak miró a través de la pared de cristal la silueta de Jaqueline, lucía un conjunto oscuro que le hacía ver elegante y sofistica, su corazón se aceleró de nuevo como últimamente pasaba cuando la veía, pero en esta ocasión...había un motivo, un poderoso motivo: Kerem.— ¿Señor Burak Arap? —preguntó una mujer morena de piernas largas en traje ejecutivo, Burak salió de su trance, miró a la mujer quien parecía curiosa, miró hacia dónde él había regresado su mirada, vio a la sobrina de don Ward, a la dulce Jaqueline. —Lo estaba esperando. La reunión es en la sala de juntas, sígame por favor. —Burak se repuso inmediatamente intentando mostrar indiferencia y evitar que se viera...pillado. Siguió a la mujer, abrió una puerta y le cedió el paso educadamente, Burak le dio la
Jaqueline levantó la mirada y notó a los dos caballeros mirando hacia el interior de la oficina del otro lado del vidrio, hablaban de algo por lo que notó, se concentró en su llamada en ese momento, el ver a Burak la tenía tensa, la forma de como la miró en la sala de juntas, la tenía sintiéndose extraña.—Sí, claro, necesito el equipo de diseño mañana a las tres de la tarde, gracias. —Jaqueline colgó, Damián le hizo señas a Burak para que entrara a la oficina, se abrió la puerta, ella levantó la mirada arrugando se ceño, según ella ya habían hablado lo que tenían que hablar en la sala de juntas, se levantó por educación y esperó a que Burak y su tío entraran.Lo hicieron, pero Damián se disculpó cuando su asistente le llamó y le informó que te
Damián le retiró la silla a Jaqueline para que tomara lugar en la mesa, ella agradeció con una sonrisa, él aflojó la corbata al sentir un poco de sofoco, ella lo notó mientras puso su servilleta de tela en su regazo.— ¿Estas bien? —Damián desvió la mirada hacia la entrada del restaurante, luego miró a Jaqueline quien estaba hermosa como siempre, le recordó a su madre, se aclaró la garganta y asintió.—Tendremos un invitado en nuestra mesa, hija.Jaqueline arrugó su ceño.— ¿Invitado? ¿Quién? —preguntó.—Buenas noches, —la pregunta de Jaqueline fue contestada al escuchar aquella voz tan masculina, tan intimidante y al mismo tiempo seductora, giró su rostro lentamente y lo levantó al ver a Burak a su lado, mostrando una sonrisa que podría deci
―Dios mío...―murmuró Jaqueline mientras miró su armario, había vestidos colgados, pero no se decidió por ninguno, quizás, llamaría a Burak y le diría que no iría, que se sentía mal, quizás un dolor de cabeza intenso. Se sentó en la alfombra, y dejó sus codos en los muslos, recargó su rostro contra sus manos.― ¿Qué pasa, niña? ―escuchó Jaqueline a su espalda, salió de su escondite y giró su rostro hacia la entrada del armario, era Mónica, sonrió divertida mientras se retiró los tirantes del mandil que cubría su cuerpo.―No quiero ir. ―se sinceró Jaqueline mientras vio como Mónica se detuvo a un lado de dónde empezaban los vestidos. ―No tengo ganas de una mala noche.―Si no vas, Damián se pondrá triste, aparte le darás la victoria a Jodie y a
Jaqueline intentó concentrarse en el tráfico de la noche, Burak de vez en cuando la miraba de reojo, notó a la mujer que manejaba muy nerviosa, intentó aligerar el momento.― ¿Y de quién es la fiesta?―preguntó mirando hacia a ella, Jaqueline se detuvo en un semáforo en rojo, miró al hombre de esmoquin a su lado, incluso, tuvo que bajar por un momento el vidrio ya que su aroma se había colado en su sistema.―De Jazleen. Hija de Damián.¿No te lo dije antes? ―Burak negó lentamente.― ¿Y por qué siento que lo que menos quieres es llegar a la fiesta?―preguntó Burak intrigado.―Por qué no soy bienvenida en esa casa.―siguió el camino cuando el semáforo cambió a verde, Burak intentó acomodarse en aquel pequeño auto, Jaqueline intentó no sonreír al ver la insistencia
Burak ya se sintió incómodo con las miradas de las dos mujeres rubias frente a ellos. Sonrió, se inclinó hacia Jaqueline para susurrar cerca de su oído.―Bailemos―pidió Burak para poder alejar a Jaqueline de la presencia de las mujeres, se volvió hacia a ellas y les mostró una de sus sonrisas seductoras.—Si nos permiten, iremos a la pista.Las dos mujeres reaccionaron educadamente y con emoción, les dejaron ir. Burak soltó un largo suspiro, Jaqueline estaba tensa cuando él puso su mano en la cintura, bajó la mirada a la mujer, ella apenas respiraba.―Gracias por esa.―agradeció Jaqueline al mismo tiempo que dejó su mano en el hombre de él.―Es una larga historia.―confesó Jaqueline, Burak sonrió.―Créeme, tengo el tiempo para escuchar esa historia.Jaqueline arqueó
Burak y Jaqueline bajaron las escaleras en total silencio, ella iba adelante, al llegar al último escalón, se encontraron con Damián.—Aquí están, ¿Todo bien? —Burak y Jaqueline asintieron al mismo tiempo.—Ya íbamos a nuestra mesa... —dijo Jaqueline.—Yo estaba en una llamada... —comenzó a explicar, pero Damián hizo un gesto de "No te preocupes".— ¿Podemos hablar un momento? —preguntó Damián a Burak, este asintió.—Bueno, yo iré a la mesa... —notó Damián aquellas mejillas de Jaqueline sonrojadas, pensó que quizás había interrumpido algo.—Te veo en unos momentos... —dijo Burak, Damián no pudo evitar no sonreír. Finalmente podría conseguir que Jaqueline fuese cuidada por un buen hombre, entonces sinti&oac
Burak ayudó a Jaqueline a subir al auto de él, un hombre de seguridad manejó el auto de ella hasta el edificio. Él miró a Jaqueline quien seguía con el trozo de tela en su nariz, luego revisó para ver si seguía sangrando, pero parecióque no.―Te debo una camisa.―dijo ella mirando la tela rota en Burak. Él sonrió.―Está bien. Tengo centeneras de estas.―Jaqueline presionó sus labios con dureza.―No importa que tengas muchas, voy a reponerte una camisa.―Burak asintió para evitar discutir con ella. La puerta del lado de ella se abrió, al igual que la de él. Ambos caminaron hacia el elevador del estacionamiento subterráneo del edificio. Jaqueline miró de reojo su vestido, notó el rasguño del vestido, luego entre dientes gruñó algo que Burak no alcanzó a escuchar, la