Burak estaba en total shock, arrugó su ceño confundido, pensó por un momento que se habían equivocado, que no era su Kerem el que le estaban anunciando de su muerte, sintió una opresión en su pecho.
— ¿Qué? —fue lo primero que dijo Burak. Negó a toda prisa. —Es imposible. Yo...—sus palabras se evaporaron.
—Hemos encontrado su cuerpo dentro de su auto, estaba estacionado delante de un local, uno de los que hacen guardia en el área notaron sospechoso, entonces...
—Es imposible...—Burak sintió su corazón latir a toda prisa, se llevó su mano a su rostro, miró al policía. —Él... ¿Fue atacado? ¿Fue asaltado? —preguntó con dificultad.
—Han informado que ha sido una sobredosis. —Burak sintió que el piso se abría debajo de él, "Kerem, ¿Se drogaba?"
Jaqueline dormía apenas cuando su móvil sonó y llenó el ruido por toda su habitación, se giró hacia la mesa de noche y alcanzó a ver en la pantalla las cinco de la mañana, se levantó adormilada y empezó su nueva rutina, había descubierto que el edificio tenía un gimnasio solo para los inquilinos, así que empezó por cardio, se puso sus audífonos y a todo volumen escuchó a Imagine Dragons, su favorita "Radioactive", al terminar su hora, miró su reloj y marcaba las seis de la mañana, regresó a su departamento, se ducho, se alistó para un domingo de calle. Salió de su habitación y buscó en la cocina algo que cocinar, escuchó música por un largo rato, había hecho un licuado, pan tostado, huevos fritos, desayunó mientras leía una revista. Su móvil sonó interrumpiendo la música que tenía puesta, miró la pantalla y era su tío, sonrió.
—Hola, hola, tío, ¿Y eso que llamas tan temprano?
—Jaqueline...—escuchó a su tío extraño, eso le alertó. —No me siento bien...yo...—y luego se escuchó nada. Jaqueline entró en pánico.
— ¿Tío? ¿Tío? ¡Respóndeme! —Jaqueline gritó al móvil, Mónica se acercó alertada. — ¡Mi tío, Mónica! —al no escuchar nada más, ambas se fueron a toda prisa hacia la mansión, Jaqueline había manejado imprudentemente, pensando lo peor, algo le pasaba a su tío y, Jodie ni Jazleen contestaban el móvil, llamó directamente a la casa, pero nadie tomaba la llamada. Al llegar, apenas apagó el motor del auto, Jaqueline bajó, entró a la casa con su llave extra que siempre mantenía con ella por alguna emergencia, subió las escaleras de dos en dos, llegó hasta la habitación y encontró a su tío tirado a un lado de la cama, gritó por ayuda, Mónica llamó a 911, Jaqueline lloró asustada, intentó buscar el pulso, apenas lo sintió.
—Tío...no me dejes...—chilló Jaqueline.
Una hora después, el doctor le avisó a Jaqueline que su tío se encontraba fuera de peligro, ya que Damián había tenido un ataque al corazón, cuando llegaron los paramédicos habían podido revivirlo en la habitación, e inmediatamente lo habían trasladado al hospital.
— ¿Por qué no contestan sus móviles? —se quejó Jaqueline, Jodie ni Jazleen estaban a esa hora en casa, incluso no había personal, aunque sea en domingo, siempre había alguien en la mansión, cuando estaba saliendo, la cocinera iba llegando, Jaqueline le encargó que avisará a Jodie y a su prima.
Todo era tan extraño.
—Ahí vienen—anunció Mónica, se escucharon los tacones contra el piso de aquel hospital, Jodie llegó cuando la enfermera iba saliendo de la habitación de Damián, pidió información, parecía realmente preocupada, notó a Jazleen con el rímel corrido, con ropa arrugada, su cabello que normalmente era perfecto, estaba desaliñado, como si hubiese sido un moño antes. La enfermera les dio la información y las dejó entrar a la habitación. Mónica negó luego miró a Jaqueline, parecía que estaba demasiado pálida, lucía realmente afectada, sus ojos estaban rojizos.
—Tranquila, está vivo...—dijo Mónica para tranquilizarla.
Atrapó su mano que estaba en el regazo de ella, la acarició, Jaqueline salió de su trance por un momento, le sonrió a medias, sus ojos se cristalizaron.
—Sí...está vivo. —susurró Jaqueline.
Burak estaba en la morgue del hospital, tenía que identificar el cuerpo, cuando salió, se recargó en la pared, se deslizó hasta el suelo y rompió en llanto. Un llanto desconsolador, desgarrador, una parte de él se había muerto. Burak estaba mal, había perdido a su único hermano, la última familia que le quedaba en el mundo, se llevó ambas manos a su rostro y gruñó entre dientes.
—Kerem... ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
Burak se levantó del suelo e intentó tranquilizarse, tenía que arreglar un funeral, por un momento pensó que no conocía a nadie cercano a Kerem, una amigo, ni a la prometida, se sintió pésimo al no saber con exactitud cuál era su trabajo, ya que Kerem era muy reservado, solo se limitaba a decirle que abriría su restaurante, que ya estaba a punto de renunciar a su trabajo actual y que se dedicaría a ser un empresario como él, ahora se maldijo a si mismo por no haber prestado más atención en él, si solo se hubiera quedado en Estambul con él, en estos momentos estaría vivo. Estaría al tanto de su vida, de sus amigos, de su novia, pero había respetado lo que tanto quería Kerem: Tener su propio mundo lejos de él. Su propia privacidad, Burak aceptó siempre y cuando estuvieran al día, pero Kerem se negaba a decir más, ¿Ahora? Su propio hermano era un enigma.
La puerta se abrió y una desconsolada Jazleen se mostró ante la mirada de Jaqueline, por primera vez desde que conoció a su prima, la vio vulnerable, asustada, preocupada, casi al borde de la histeria, debió haberse puesto mal al escuchar que su padre había tenido un infarto.—Jaz...—dijo Jaqueline cuando se levantó de su lugar, su prima levantó la mirada.— ¿Qué? —la cara de Jazleen se transformó al darse cuenta que Jaqueline era quien la llamó. Jaqueline detuvo su camino al ver que regresó la Jazleen de siempre.Jaqueline se cruzó de brazos.—Nada. —contestó, Jazleen no dijo nada más, se limpió ambas mejillas con ira sin dejar la mirada de su prima, y luego se retiró por dónde habían llegado. Jaqueline la miró irse, y sintió lástima, Jodie la habí
—Aquí tiene la llave, señor. —el gerente del edificio estaba consternado al escuchar al hombre intimidante frente a él que el joven Kerem había fallecido, recordó a la mujer que todos los días iba, el hombre ya se iba cuando este lo detuvo. —Perdone, —Burak se giró hacia el hombre—Ha venido una mujer a buscarlo todos los días, —Burak arrugó su ceño, intrigado.— ¿Ha dejado su nombre? —el señor se queda pensativo.—Solo hace una firma, pero no pone su nombre completo, se lo enseño. —Burak se acercó a recepción, el hombre le acercó una bitácora.—Aquí está, supongo que no sabe que el joven Kerem ha fallecido, por qué ha estado preguntando por él todos los días por él, ha estado esperando alrededor de diez minutos y luego se ret
Jaqueline colgó una llamada que le hizo que el dolor de cabeza empeorara.Dejó sus codos en la superficie y escondió su rostro entre las palmas de sus manos, sintió algo tenso en el centro de su estómago, miles de cosas pasaron por su cabeza, "¿Dónde estás, Kerem?" Salió de su escondite, levantó su mirada hacia el frente y se encontró con Jazleen y su intención de entrar. Abrió la puerta la mujer rubia y entró sin esperar a que le diese permiso Jaqueline.— ¿Ya te contó mi padre? —Jaqueline arrugó su ceño.— ¿De qué? —Jazleen sonrió, caminó hasta quedar frente al escritorio de Jaqueline, lució un traje elegante de alguna marca italiana muy famosa, se cruzó de brazos y soltó un breve suspiro.—Voy a trabajar en la empresa. —Jaqueline n
Jaqueline estacionó el auto en el cajón de estacionamiento que le correspondía, aun su mente estaba vagando en las posibles teorías de la ausencia de Kerem. Abrió la puerta, a lo lejos escuchó un auto estacionarse a su lado, pero no prestó atención, alcanzó su bolso, abrió la puerta y cuando bajó se encontró con una figura alta e intimidante, Jaqueline soltó un jadeo de sorpresa.Sus ojos marrones claros, se quedaron prendados por un momento en los de Burak, se sintió la electricidad entre los dos, Jaqueline se repuso inmediatamente.—Lo siento, no lo vi. —Burak sintió su corazón agitarse al escuchar su voz, ¿Qué le estaba pasando con esta mujer?—Lo siento yo, no me di cuenta cuando abrió la puerta, espero no haber hecho algún daño a su auto.—No, no, —Jaqueline se p
Burak miró a través de la pared de cristal la silueta de Jaqueline, lucía un conjunto oscuro que le hacía ver elegante y sofistica, su corazón se aceleró de nuevo como últimamente pasaba cuando la veía, pero en esta ocasión...había un motivo, un poderoso motivo: Kerem.— ¿Señor Burak Arap? —preguntó una mujer morena de piernas largas en traje ejecutivo, Burak salió de su trance, miró a la mujer quien parecía curiosa, miró hacia dónde él había regresado su mirada, vio a la sobrina de don Ward, a la dulce Jaqueline. —Lo estaba esperando. La reunión es en la sala de juntas, sígame por favor. —Burak se repuso inmediatamente intentando mostrar indiferencia y evitar que se viera...pillado. Siguió a la mujer, abrió una puerta y le cedió el paso educadamente, Burak le dio la
Jaqueline levantó la mirada y notó a los dos caballeros mirando hacia el interior de la oficina del otro lado del vidrio, hablaban de algo por lo que notó, se concentró en su llamada en ese momento, el ver a Burak la tenía tensa, la forma de como la miró en la sala de juntas, la tenía sintiéndose extraña.—Sí, claro, necesito el equipo de diseño mañana a las tres de la tarde, gracias. —Jaqueline colgó, Damián le hizo señas a Burak para que entrara a la oficina, se abrió la puerta, ella levantó la mirada arrugando se ceño, según ella ya habían hablado lo que tenían que hablar en la sala de juntas, se levantó por educación y esperó a que Burak y su tío entraran.Lo hicieron, pero Damián se disculpó cuando su asistente le llamó y le informó que te
Damián le retiró la silla a Jaqueline para que tomara lugar en la mesa, ella agradeció con una sonrisa, él aflojó la corbata al sentir un poco de sofoco, ella lo notó mientras puso su servilleta de tela en su regazo.— ¿Estas bien? —Damián desvió la mirada hacia la entrada del restaurante, luego miró a Jaqueline quien estaba hermosa como siempre, le recordó a su madre, se aclaró la garganta y asintió.—Tendremos un invitado en nuestra mesa, hija.Jaqueline arrugó su ceño.— ¿Invitado? ¿Quién? —preguntó.—Buenas noches, —la pregunta de Jaqueline fue contestada al escuchar aquella voz tan masculina, tan intimidante y al mismo tiempo seductora, giró su rostro lentamente y lo levantó al ver a Burak a su lado, mostrando una sonrisa que podría deci
―Dios mío...―murmuró Jaqueline mientras miró su armario, había vestidos colgados, pero no se decidió por ninguno, quizás, llamaría a Burak y le diría que no iría, que se sentía mal, quizás un dolor de cabeza intenso. Se sentó en la alfombra, y dejó sus codos en los muslos, recargó su rostro contra sus manos.― ¿Qué pasa, niña? ―escuchó Jaqueline a su espalda, salió de su escondite y giró su rostro hacia la entrada del armario, era Mónica, sonrió divertida mientras se retiró los tirantes del mandil que cubría su cuerpo.―No quiero ir. ―se sinceró Jaqueline mientras vio como Mónica se detuvo a un lado de dónde empezaban los vestidos. ―No tengo ganas de una mala noche.―Si no vas, Damián se pondrá triste, aparte le darás la victoria a Jodie y a