—Mucho gusto señor. —él arrugó su ceño en la forma que lo llamó.
— ¿Señor? Bueno tengo mis años pero...—Burak se dio cuenta que estaba dando explicación a una mujer completamente extraña, pero que de alguna manera, le nació de la nada hacerlo.
—Que tenga buen día—Jaqueline se mordió el labio antes de girarse para cortar la charla demasiado extraña con el hombre, Burak retrocedió y dejó que las puertas se cerraran, arqueó una ceja, intrigado. Muchas mujeres siempre querían hablar con él, y parece ser que en esta primera vez, ella no quería hablar.
"No es Estambul, Burak"
—Estás perdiendo el encanto, Burak. —murmuró para sí mismo mientras miró como los números le anunciaron casi la llegada al ático.
Jaqueline con la caja en el pecho, esperó que se desocupara el elevador, respiró al ver que venía hacia a ella, había descubierto que el hombre de traje elegante e intimidante era el dueño del ático. Recordó las palabras de su agente de bienes raíces, sí que provocaba algo su presencia, las puertas se abrieron y Jaqueline entró, subió al piso de arriba y se encontró con su ama de llaves esperando.
— ¿Por qué has tardado? Ya iba a buscarte...—dijo Mónica preocupada.
—Mucha gente en el elevador—Mónica se le hizo extraño la forma en que contestó, parecía irritada. — ¿Pasa algo? —Jaqueline preguntó al notar ansiedad en ella.
—Ha estado marcando tu tío, dice que cuando puedas que te comuniques—Jaqueline dejó la caja en el recibidor y buscó su móvil, que había dejado en la isla de granito.
Marcó el número de su tío, al tercer tono contestó Damián.
— ¿Dónde andas pequeña?—Jaqueline sonrió.
—Estaba subiendo la última caja de mudanza, ¿Estás bien? ¿Pasa algo?—escuchó un largo suspiro del otro lado de la línea.
—Es Jazleen, hemos discutido en el desayuno. Jodie la manipula, estoy cansado de toda esta situación. —Jaqueline se le oprimió el pecho al escuchar a su tío, se sentó en la silla y siguió escuchándolo.
— ¿Has pensado en separarte?—se escuchó un largo suspiro.
—Si lo hago, me quitará la mitad de todo lo que me ha costado levantar, tengo amor por mi legado, no quiero que lo destruyan en un cerrar de ojos.
—Pero es primero tu salud mental y física, ¿No crees?
—Lo he pensado, pero bueno, no quiero amargar tu mañana con mis problemas.
—No lo harás, quiero saber todo lo que pases, si es necesario sacarte de ahí, lo haré, créeme. —dijo segura de sí misma y se lo remarcó a Damián.
—Lo sé, hija—fue el turno de Jaqueline para soltar un largo suspiro. —Te dejo, iré a jugar golf con Smith.
—Bien, que pases buen día. —y terminó la llamada. Jaqueline se quedó mirando su móvil, por unos momentos más, Mónica alcanzó la caja que dejó Jaqueline al entrar, cuando se dispuso a desempacarla, notó algo en ella, miró el móvil en sus manos.
— ¿Estás bien?—Jaqueline levantó la mirada hacia la mujer y le sonrió mientras dejó el móvil en la barra, de regreso.
—Sí, —Jaqueline se bajó del banquillo, —Iré a darme un baño... ¿Te gustó tu habitación? —Mónica asintió.
—Mucha luz, es perfecta.
Después de desempacar todas las cajas restantes, el departamento lucía distinto, habían llegado varios artículos que había pedido Jaqueline en línea, una lámpara de araña de cristal, cuadros de uno de sus pintores favoritos, Leonardo Da Vinci, un escritorio para una de las habitaciones que eligió como despacho, la nueva sala de cuero color beige, la alfombra mullida que hacía juego con los objetos del lugar, incluyendo el nuevo papel tapiz.
—Haré la cena—dijo Mónica caminando hacia la cocina, pero Jaqueline la detuvo.
— ¿Y si vamos a cenar? estuve investigando, hay un restaurante de comida italiana. —Mónica asintió.
—Lo que tú quieras...—se alistaron y entraron al elevador para bajar al estacionamiento privado, las puertas se abrieron y Jaqueline escuchó su nombre cuando empezaron a caminar hacia el auto, ella se giró y vio a Kerem.
— ¿Kerem?—Kerem con una gran sonrisa en sus labios y sorprendido por ver a Jaqueline.
—El mismo. ¿Qué haces por aquí?—preguntó Kerem dejando un beso en su mejilla, luego saludando a Mónica.
—Vivo aquí, aquí compré el departamento...—Kerem se sorprendió. —por cierto... ¿Y tú que haces aquí? No me digas que en el mismo edificio vive tu enamorada...—Kerem sonrió y negó.
—No, no, no. Vengo a ver a mi hermano, bueno, tengo que irme, odia que sea impuntual.
—Bien, nos vemos el lunes—se despidieron, Jaqueline manejó hasta aquel restaurante que el GPS le indicó.
Bajaron y encontraron una mesa en la terraza, ordenaron y comieron de lo más delicioso, pasaron al postre, entre pláticas, Jaqueline alcanzó a ver al hombre del elevador, el tipo de traje elegante, hablaba con una hermosa mujer rubia, con sonrisa perfecta, por un momento Jaqueline, pensó que podría haber ido más...arreglada.
— ¿Pasa algo? —Mónica sacó de sus pensamientos a Jaqueline, ella regresó la mirada y negó.
—Estoy llena. —Jaqueline no terminó su postre, los ojos de ella tenían curiosidad por la pareja de hace unos momentos, cuando levantó la mirada hacia aquel hombre, se quedó congelada por un momento, Burak la miró, quizás por más tiempo de lo que quería, la belleza de aquella mujer, lo había cautivado, sus ojos, su piel, sus labios, su olor, la forma de poner los ojos en blanco, se sintió...atraído extrañamente, era la primera mujer que parecía no llamar su atención, la acompañante de Burak, hablaba de algo sin percatarse que él no estaba prestando atención. Jaqueline desvió la mirada, miró a Mónica, quién ya había terminado, el mesero se acercó a ellas y dejó la tarjeta para pagar la cuenta, cuando regresó el mesero, Jaqueline y Mónica se marcharon.
Burak no dejó de ver a Jaqueline, hasta que desapareció de su vista, había notado que tenía un trasero grande en aquellos pantalones de vestir, era voluptuosa, su cabello castaño y largo, el color de sus ojos claros...sus pensamientos fueron interrumpidos por la mujer a su lado.
— ¿Burak? —Burak miró a la mujer a su lado. —Pareciera que estás distraído—Burak negó.
—No, no, te escucho. Hablabas acerca del diseño de la cocina.
—Oh, si el diseño, quieres una cocina grande, podemos crear una cocina con las indicaciones que nos has pedido, he visto unos diseños...—y la mujer siguió hablando, pero Burak tenía en mente aquella mujer.
"¿Por qué no sales de mi cabeza?"
Burak se ajustó su corbata de marca cara e italiana. Estaba preparándose para acompañar a Kerem a conocer a su prometida, hace un par de días atrás, había entregado el anillo de compromiso, era el anillo de la abuela y tenía demasiado curiosidad, ya que aún no sabía el nombre de su futura cuñada, Kerem quería mantener todo bajo perfil hasta el día de hoy, hoy finalmente sabría quién es la misteriosa mujer.Burak bajó los escalones de la segunda planta de su nuevo ático.—Señor Arap-Badem—Burak vio a su ama de llaves. —Acaban de informar que el chófer está esperando en el lobby para llevarlo.—Gracias—Burak alcanzó su móvil, presionó el botón del elevador privado y bajó al lobby. Caminó mientras miró su móvil, estaba leyendo los posib
Burak estaba en total shock, arrugó su ceño confundido, pensó por un momento que se habían equivocado, que no era su Kerem el que le estaban anunciando de su muerte, sintió una opresión en su pecho.— ¿Qué? —fue lo primero que dijo Burak. Negó a toda prisa. —Es imposible. Yo...—sus palabras se evaporaron.—Hemos encontrado su cuerpo dentro de su auto, estaba estacionado delante de un local, uno de los que hacen guardia en el área notaron sospechoso, entonces...—Es imposible...—Burak sintió su corazón latir a toda prisa, se llevó su mano a su rostro, miró al policía. —Él... ¿Fue atacado? ¿Fue asaltado? —preguntó con dificultad.—Han informado que ha sido una sobredosis. —Burak sintió que el piso se abría debajo de él, "Kerem,
La puerta se abrió y una desconsolada Jazleen se mostró ante la mirada de Jaqueline, por primera vez desde que conoció a su prima, la vio vulnerable, asustada, preocupada, casi al borde de la histeria, debió haberse puesto mal al escuchar que su padre había tenido un infarto.—Jaz...—dijo Jaqueline cuando se levantó de su lugar, su prima levantó la mirada.— ¿Qué? —la cara de Jazleen se transformó al darse cuenta que Jaqueline era quien la llamó. Jaqueline detuvo su camino al ver que regresó la Jazleen de siempre.Jaqueline se cruzó de brazos.—Nada. —contestó, Jazleen no dijo nada más, se limpió ambas mejillas con ira sin dejar la mirada de su prima, y luego se retiró por dónde habían llegado. Jaqueline la miró irse, y sintió lástima, Jodie la habí
—Aquí tiene la llave, señor. —el gerente del edificio estaba consternado al escuchar al hombre intimidante frente a él que el joven Kerem había fallecido, recordó a la mujer que todos los días iba, el hombre ya se iba cuando este lo detuvo. —Perdone, —Burak se giró hacia el hombre—Ha venido una mujer a buscarlo todos los días, —Burak arrugó su ceño, intrigado.— ¿Ha dejado su nombre? —el señor se queda pensativo.—Solo hace una firma, pero no pone su nombre completo, se lo enseño. —Burak se acercó a recepción, el hombre le acercó una bitácora.—Aquí está, supongo que no sabe que el joven Kerem ha fallecido, por qué ha estado preguntando por él todos los días por él, ha estado esperando alrededor de diez minutos y luego se ret
Jaqueline colgó una llamada que le hizo que el dolor de cabeza empeorara.Dejó sus codos en la superficie y escondió su rostro entre las palmas de sus manos, sintió algo tenso en el centro de su estómago, miles de cosas pasaron por su cabeza, "¿Dónde estás, Kerem?" Salió de su escondite, levantó su mirada hacia el frente y se encontró con Jazleen y su intención de entrar. Abrió la puerta la mujer rubia y entró sin esperar a que le diese permiso Jaqueline.— ¿Ya te contó mi padre? —Jaqueline arrugó su ceño.— ¿De qué? —Jazleen sonrió, caminó hasta quedar frente al escritorio de Jaqueline, lució un traje elegante de alguna marca italiana muy famosa, se cruzó de brazos y soltó un breve suspiro.—Voy a trabajar en la empresa. —Jaqueline n
Jaqueline estacionó el auto en el cajón de estacionamiento que le correspondía, aun su mente estaba vagando en las posibles teorías de la ausencia de Kerem. Abrió la puerta, a lo lejos escuchó un auto estacionarse a su lado, pero no prestó atención, alcanzó su bolso, abrió la puerta y cuando bajó se encontró con una figura alta e intimidante, Jaqueline soltó un jadeo de sorpresa.Sus ojos marrones claros, se quedaron prendados por un momento en los de Burak, se sintió la electricidad entre los dos, Jaqueline se repuso inmediatamente.—Lo siento, no lo vi. —Burak sintió su corazón agitarse al escuchar su voz, ¿Qué le estaba pasando con esta mujer?—Lo siento yo, no me di cuenta cuando abrió la puerta, espero no haber hecho algún daño a su auto.—No, no, —Jaqueline se p
Burak miró a través de la pared de cristal la silueta de Jaqueline, lucía un conjunto oscuro que le hacía ver elegante y sofistica, su corazón se aceleró de nuevo como últimamente pasaba cuando la veía, pero en esta ocasión...había un motivo, un poderoso motivo: Kerem.— ¿Señor Burak Arap? —preguntó una mujer morena de piernas largas en traje ejecutivo, Burak salió de su trance, miró a la mujer quien parecía curiosa, miró hacia dónde él había regresado su mirada, vio a la sobrina de don Ward, a la dulce Jaqueline. —Lo estaba esperando. La reunión es en la sala de juntas, sígame por favor. —Burak se repuso inmediatamente intentando mostrar indiferencia y evitar que se viera...pillado. Siguió a la mujer, abrió una puerta y le cedió el paso educadamente, Burak le dio la
Jaqueline levantó la mirada y notó a los dos caballeros mirando hacia el interior de la oficina del otro lado del vidrio, hablaban de algo por lo que notó, se concentró en su llamada en ese momento, el ver a Burak la tenía tensa, la forma de como la miró en la sala de juntas, la tenía sintiéndose extraña.—Sí, claro, necesito el equipo de diseño mañana a las tres de la tarde, gracias. —Jaqueline colgó, Damián le hizo señas a Burak para que entrara a la oficina, se abrió la puerta, ella levantó la mirada arrugando se ceño, según ella ya habían hablado lo que tenían que hablar en la sala de juntas, se levantó por educación y esperó a que Burak y su tío entraran.Lo hicieron, pero Damián se disculpó cuando su asistente le llamó y le informó que te