Tres días, fueron tres días en que Olivia se había memorizado absolutamente todo sobre Liam Cooper. Una vez más mordió su labio inferior al ver de nuevo aquella foto de revista, en verdad era guapo, pero no tan guapo para caer rendida a sus pies, seguramente era otro hijo de pu ta como lo era Jackson, pensó Olivia
Pegó un brinco al sentir que la puerta de la habitación por poco y la tiran abajo.
—¡Vaya ahora la princesita le coloca seguro a la puerta! —exclamó Jackson entrando con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
El pecho de Olivia volvió a subir y bajar desmesuradamente, todavía no se acostumbraba estar bajo el poder del mismo demonio, esa fue una condición que puso Jackson para mantenerla completamente vigilada.”vivir en la misma casa”.
—Solo quería tener un poco de privacidad —respondió Olivia.
—Bueno, no quiero tus malditas explicaciones, mejor ponte tu mejor traje, hoy mismo irás con mi primo, y espero que ese puesto de secretaria sea tuyo, o sabrás muy bien a qué atenerte —vociferó Jackson mientras jalaba del brazo a Olivia, quien no le quedó más remedio que asentir con su cabeza.
Hoy no había sido un día fácil para Liam, por un lado había acabado de perder una enorme cantidad de dinero, y por otro lado era la quinta vez que despedía a una secretaria en una semana.
—¡Acaso todas son ineptas! —exclamó Liam tirando absolutamente todo lo que había en su escritorio.
Aflojó un poco su corbata, en verdad le dolía su cabeza, si no conseguía pronto una secretaria iba a matar al primero que se atravesará en su camino.
Liam hizo un ademán para que la siguiente pasará, solo que resultó ser un rotundo fracaso, la pobre chica salió como alma que lleva el diablo tan pronto Liam la bombardeo de preguntas.
Ya no podía más, estaba seguro que si seguía ahí iba a explotar en cualquier momento, así que tomó su saco y salió azotando la puerta de su oficina.
En el ascensor Oliva estaba apunto de abandonar el aire de sus pulmones, estaba segura que si no conseguía ese bendito trabajo ahora sí sería mujer muerta.
Acomodo una vez su falda y respiro profundo, las puertas del elevador se abrieron de par en par, y justo cuando se disponía a salir el cuerpo de ella cayó bruscamente al piso.
Olivia sobó su trasero en verdad aquel hombre la había golpeado fuertemente.
—¿Por qué no se fija por dónde anda?, ¡bruto! —exclamó Olivia, tomando los documentos que había dejado caer.
Olivia alzó su mirada y no lo podía creer. La mirada de aquel hombre era penetrante, fría, transmitía algo que daba escalofríos. Pero que llenaba de intriga, porque no podía dejar de observar, aún más al ver al hombre que acaba de llamar bruto, era el mismo que debía pedirle ser su secretaria.
—La que debería fijarse por donde anda es usted señorita, y lo de bruto podría ahorrarse sus insultos, creame que me se muchos, para una mujer tan despistada como usted —habló Liam mientras oprimía el botón del elevador.
Olivia llevó sus manos a su cara, no podía creer en su mala suerte, ni siquiera había presentado sus documentos para el puesto de secretaria y ya había insultado a Liam.
Pero aún así haría lo que Jackson le había pedido, o de lo contrario sus niños estarían en peligro.
Las puertas del elevador se abrieron nuevamente y Olivia salió como alma que lleva el diablo, ella esperaba a que Liam no se hubiera dado cuenta quien era ella.
Liam bajó hasta el bar y pidió un vaso doble de whisky, y después de beberlo volvió de nuevo a la oficina, sus pasos se detuvieron al ver a la mujer que minutos antes le había llamado bruto.
—¿Qué hace aquí? —exclamó Liam tomando fuertemente del brazo a Olivia, quien apenas podía sostenerle la mirada.
—Suélteme señor, no tengo porque darle explicaciones de que hago o no hago, yo solo vine por el puesto de secretaria —exclamó Olivia firmemente.
Liam la soltó y llevó sus manos a la cabeza, en verdad que su cabeza estaba apunto de estallar.
— Si vino por el puesto de secretaria, lamento decirle que no está disponible, así que se puede marchar —exclamó Liam con arrogancia.
Olivia abrió sus ojos, en verdad que Liam era más prepotente de lo que Jackson le había dicho, pero ella estaba dispuesta a quedarse con el puesto de secretaria o de lo contrario sería mujer muerta y no solo eso, sus pequeños estarían en manos de Jackson.
—¡Qué! —exclamó Olivia.
—¿Acaso es sorda?, no hay puesto de secretaria y menos para una mujer que lo único que es una berrinchuda, que tal vez no está acostumbrada a agarrar un bendito computador —exclamó Liam.
Ese día su humor estaba peor que otros días, en solo unos minutos los inversionistas japoneses estarían por llegar y él todavía no tenía una secretaria eficiente, pero ni loco contrataría a una loca como la mujer que estaba apunto de sacarle los ojos.
Olivia lo fulminó con la mirada, aún no sabía como iba a enamorar a Liam, si ni siquiera podía llegar a ser su secretaria, pero de algo si estaba segura y era que no se dejaría humillar de nadie y mucho menos de un millonario que no conoce de modales.
—Definitivamente es usted un bruto, no entiendo como pude aspirar a trabajar en esta empresa, si lo único que abundan son los trogloditas, prepotentes, como usted —dijo Olivia mientras apuntaba con su dedo índice en el pecho de Liam.
Liam abrió sus ojos de par, ¿Cómo se atrevía una mujer insignificante a tratarlo de esa manera? Y lo peor en su propia empresa.
—Señorita es mejor que controle su vocabulario, y se marche en este momento de mi empresa, o me veré obligado a sacarla —dijo Liam, mirando su reloj, era cuestión de minutos que los inversionistas llegarán y no sería bueno que lo vieran discutiendo con una loca.
Contestada Olivia mordió su labio inferior, estaba echando a la basura absolutamente todo, ni siquiera había tenido ni una sola oportunidad. Liam la miró fijamente deteniéndose justo en sus labios, era extraño, esa mujer se le hacía conocida, movió su cabeza repetidas veces, definitivamente estaba loco, se parecía a ella, más no era ella. Liam volvió su vista a Olivia quien estaba apunto de estallar, ella se había contenido demasiado, y por supuesto que no dejaría que nadie la humillaran.—¡Está bien señor Paterson! Me voy de su empresa, nunca creí que el dueño de todo esto fuera un arrogante, prepotente y egocéntrico, además de un troglodita. En fin, hasta nunca —dijo ella, sin ni siquiera pestañear.Ella sabía que Jackson la iba a matar, y de paso sus niños estarían desamparados. Solo le quedaba hacer una cosa, y era trabajar se dijo así misma, así le tocará vender su alma al mismísimo lucifer.Liam sintió que su ira subió, si ya más antes lo había insultado, no lo iba a permitir
Una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Jackson, él sabía cómo hacer irritar, y estaba seguro que estar ahí, era un motivo más para que Liam se saliera de sus casillas.—¿Qué haces aquí? Te deje muy en claro que no puedes colocar un solo pie en mi casa, ¡Así que lárgate! —dijo Liam caminando hacia Jackson, quien tenía una sonrisa grande, como si acabará de sacar el premio mayor, o en su defecto amargarle la noche a su primo.—Lamento decirte primito que no, como te puedes dar cuenta aquí está mi abuelo, y por lo tanto tengo todo el derecho de estar aquí, además deja de ser tan amargado. —Jackson camino hacia el minibar tomó una copa y sirvió una copa de whisky.Liam estaba apunto de estallar, y lo haría si Jackson no se cargaba en ese mismo momento de su casa.—¡Lárgate Jackson! —dijo una vez más Liam, apretó sus puños, está vez no lo permitiría de nuevo en su casa, se dijo una y otra vez en su mente, y menos después que por culpa de Jackie por poco y lleva la empresa a
Olivia abrió sus ojos de par en par, ni loca se iba a desvestir delante de Jackson, así le costará la vida nunca lo haría.—¿Acaso estás sorda?, ¡Quítate la maldita ropa! —bufó nuevamente Jackson, mientras golpeaba fuertemente el escritorio.Olivia lazo la mirada, y negó repetidas veces, era cierto estaba en manos de Jackson, solo que eso no incluía estar con él.—¡No! estás loco si crees que lo voy hacer —gritó ella mirándolo fijamente.Jackson sonrió, se colocó de pie y caminó hacia ella. Ella estaba colmando su paciencia, y era cuestión de tiempo para que el estallará.—¡Te dije que te quites la maldita ropa!, y lo vas hacer quieras o no! —dijo Jackson, mientras la zarandeaba de lado a lado.—No, yo no me voy a quitar la ropa, porque no me pienso acostar con un ser tan despreciable como tú —exclamó Oliva tratando de zafarse de su agarre.Jackson sonrió, levantó su mano y le dió una bofetada a Olivia tirándo la al piso.—Vaya que si eres ilusa, ¿Quién demonios te dijo a ti que me
Los pasos de Olivia fueron torpes, incluso rápidos debido a que Jackson prácticamente la jalo hacia el baño.—¡Te dije que te lo ibas a colocar! Y lo harás, o juro por tu niñitos que seré yo mismo quien te lo ponga —dijo Jackson zarandeando con mucha más fuerza.—¡Suéltame!, me lastimas —dijo casi al borde del llanto, por supuesto que no le daría el gusto de verla llorar, Olivia se lo había prometido a ella misma.Jackson la soltó y llevó sus manos a la cabeza, por Dios esa mujer lo iba a volver loco, no resiste tenerla cerca y no poder hacerla suya, debía cuidar cada paso que daba, solo que ella no colaboraba.—Te doy quince minutos y espero que estés lista, o de lo contrario vengo y seré yo quien te quite esa pijama de satín y te pongas lo que yo pido —dijo el saliendo de la habitación de Olivia dando un portazo, por supuesto que quería quitarle toda la ropa, y de seguro no iba aguantar mucho y menos si se metia a la mitad de la noche a observar como dormía.Olivia se dejó caer en l
Liam no pudo evitar recorrer el cuerpo de Olivia con enorme descaro, ella apenas podía acomodar su diminuto vestido.Las mejillas de Olivia se ruborizaron, al ver que ni siquiera sus manos eran suficientes para bajar su vestido.—Señorita Stewart, sus funciones no son hacerle aseo a mi oficina, como puede darse cuenta usted es mi secretaria personal, y le queda rotundamente prohibido volver hacer lo que hace unos minutos hacía, ¿Le queda claro? —advirtió Liam mientras caminaba hacia su escritorio.Olivia rodó sus ojos por completo, por lo visto Liam era igual o peor que Jackson, aún así, asintió, tomó su libreta fuerte y anotó cada apunte que Liam le indicó.Liam abrió su ordenador, hoy iba ser un día bastante pesado, abrió cada documento, hasta que su alma sintió enfurecer, estaba que lo llevaba el mismísimo lucifer, por lo visto Jackson no solo había desfalcado gran parte de la empresa, ahora resulta que Jackson también estaba tratando de sabotearlo.Las camaras no mentían, y Jackso
Olivia acomodo su vestido y maquillaje, caminó suavemente contorneado sus caderas de lado a lado, respiro profundo antes de poder tocar aquella puerta, aquella donde hace solo minutos había salido huyendo.—¿Puedo? —dijo ella mirando que él estuviera detrás de su escritorio, no quería volver a pasar por lo que acaba de pasar.—¡Pasa! —dijo Liam, tan pronto ella entró, él la escrutaba con la mirada, sin decir que la estaba desvistiendo por completo con la mirada.Olivia no pudo evitar sonrojarse, se sentía expuesta, y todo al maravilloso vestido que Jackson la había obligado a ponerse.—Quiero pedirte disculpas, el de hace unos minutos no fui yo —dijo él. No acostumbraba a pedir disculpas, ni mucho menos, solo que esta vez estaba agachando la cabeza, ella había despertado en él algo más que solo interés, y el no la dejaría escapar así como así.—No se preocupe señor Paterson, para mí todo está olvidado —respondió ella bajando su pequeño vestido.—¡Ah! Una cosa más, si no quiere que nad
—¡Qué diablos! —bufo Liam oprimiendo el botón de emergencias.—¿Qué sucede, por qué se detuvo el elevador? —habló Olivia con calma, aunque no le molestaba la oscuridad, si le molestaba saber que ahora estaba encerrada con su jefe.—Se supone que esto lo iban a hacer el maldito fin de semana, joder —exclamo Liam, sin dirigirse a Olivia, quien trataba de mantenerse tranquila.Liam odiaba la oscuridad, todo le recordaba a aquella noche en donde solo era un niño de nueve años y perdió absolutamente todo… sus padres, aquella noche en donde su mundo se volvió una completa oscuridad, fueron horas gritando por ayuda en medio de esa oscuridad, su padre había perdió el control del auto, y fueron a dar directo a un abismo, pasaron horas antes que fueran encontrados, desafortunadamente el único que sobrevivió fue Liam, su padre al igual que su madre fallecieron.Liam aflojó su corbata, su respiración había empezado a fallar, o al menos eso sentía, su pecho subía y bajaba con gran desesperación.O
Olivia caminaba de lado a lado, aún no entendía que le había pasado a Liam, un hombre de apariencia fuerte, ahora se veía débil como un conejito.Algo le había pasado y la curiosidad por saber que era lo que él ocultaba, estaba creciendo en ella. Lo que no podía entender, era como un beso, como la cercanía podía afectarle tanto... ¿por qué la besaba? ¿por qué lo hacía? ¿Se estaba burlando de ella de una manera descarada o lo veía completamente normal? Esa era una oportunidad que ella no iba a desaprovechar, porque de esa manera, iba a cumplir con lo que le prometió a Jackson y podría salir de eso pronto. —Hola, buena tarde —dijo la voz ronca detrás de Olivia, quien se giró para ver quién le tocaba el hombro.—Buena tarde —ella respondió decentemente. —Me dijo uno de los médicos que tú venías junto con mi nieto —dijo Darwin dejando salir una pequeña sonrisa a la joven que tenía al frente.En verdad era hermosa, se podría decir que era un ángel caído del cielo. Tenía un aura que ema