Olivia acomodo su vestido y maquillaje, caminó suavemente contorneado sus caderas de lado a lado, respiro profundo antes de poder tocar aquella puerta, aquella donde hace solo minutos había salido huyendo.—¿Puedo? —dijo ella mirando que él estuviera detrás de su escritorio, no quería volver a pasar por lo que acaba de pasar.—¡Pasa! —dijo Liam, tan pronto ella entró, él la escrutaba con la mirada, sin decir que la estaba desvistiendo por completo con la mirada.Olivia no pudo evitar sonrojarse, se sentía expuesta, y todo al maravilloso vestido que Jackson la había obligado a ponerse.—Quiero pedirte disculpas, el de hace unos minutos no fui yo —dijo él. No acostumbraba a pedir disculpas, ni mucho menos, solo que esta vez estaba agachando la cabeza, ella había despertado en él algo más que solo interés, y el no la dejaría escapar así como así.—No se preocupe señor Paterson, para mí todo está olvidado —respondió ella bajando su pequeño vestido.—¡Ah! Una cosa más, si no quiere que nad
—¡Qué diablos! —bufo Liam oprimiendo el botón de emergencias.—¿Qué sucede, por qué se detuvo el elevador? —habló Olivia con calma, aunque no le molestaba la oscuridad, si le molestaba saber que ahora estaba encerrada con su jefe.—Se supone que esto lo iban a hacer el maldito fin de semana, joder —exclamo Liam, sin dirigirse a Olivia, quien trataba de mantenerse tranquila.Liam odiaba la oscuridad, todo le recordaba a aquella noche en donde solo era un niño de nueve años y perdió absolutamente todo… sus padres, aquella noche en donde su mundo se volvió una completa oscuridad, fueron horas gritando por ayuda en medio de esa oscuridad, su padre había perdió el control del auto, y fueron a dar directo a un abismo, pasaron horas antes que fueran encontrados, desafortunadamente el único que sobrevivió fue Liam, su padre al igual que su madre fallecieron.Liam aflojó su corbata, su respiración había empezado a fallar, o al menos eso sentía, su pecho subía y bajaba con gran desesperación.O
Olivia caminaba de lado a lado, aún no entendía que le había pasado a Liam, un hombre de apariencia fuerte, ahora se veía débil como un conejito.Algo le había pasado y la curiosidad por saber que era lo que él ocultaba, estaba creciendo en ella. Lo que no podía entender, era como un beso, como la cercanía podía afectarle tanto... ¿por qué la besaba? ¿por qué lo hacía? ¿Se estaba burlando de ella de una manera descarada o lo veía completamente normal? Esa era una oportunidad que ella no iba a desaprovechar, porque de esa manera, iba a cumplir con lo que le prometió a Jackson y podría salir de eso pronto. —Hola, buena tarde —dijo la voz ronca detrás de Olivia, quien se giró para ver quién le tocaba el hombro.—Buena tarde —ella respondió decentemente. —Me dijo uno de los médicos que tú venías junto con mi nieto —dijo Darwin dejando salir una pequeña sonrisa a la joven que tenía al frente.En verdad era hermosa, se podría decir que era un ángel caído del cielo. Tenía un aura que ema
Los ojos de Jackson viajaron otra vez a la botella de whisky que sostenía en sus manos, justo antes de estrellarla contra la pared y volverla añicos.Ya eran las siete de la mañana y Olivia no había vuelto, se había imaginado todos los escenarios posibles, claro está, Olivia en brazos de Liam.Maldijo quién sabe cuántas veces, de solo pensar que ella estuviera en brazos de Liam. Él la quería solo para él, y le hervía la sangre de ser que Olivia había desobedecido sus órdenes.—¡Armando!, ¡Armando maldita sea! —grito Jackson.Armando, quien tampoco había dormido nada, y más después de la enorme golpiza que Jackson le había dado, caminó suavemente hacia la biblioteca.—¡Dígame señor! —dijo Armando entrando a la biblioteca.—Quiero que te vayas a la empresa del imbécil de Liam y me la traigas así sea arrastras, la quiero frente a mí —dijo Jackson colocando torpemente de pie, había venido toda la noche, absolutamente todo apestaba a alcohol, incluido el.—¡Señor! Pero si hago eso su primo
Olivia rodó sus ojos, ni siquiera tenía su bolso, y mucho menos el celular, ahora le tocaba caminar, afortunadamente solo estaba a quince cuadras de llegar.Arturo miró por última vez por qué el retrovisor, era la quinta vez que pasaba por ese lugar. Su mirada se posó en una bella mujer, de cabellos dorados y cuerpo realmente esbelto, maldijo internamente al recordar que fue Jackson quien la había obligado a vestir descaradamente.Las llantas del auto rechinaron llamando la atención de Oliva, quien abrió sus ojos de par en par al darse cuenta que por poco y es arrollada por una camioneta.Armando bajó rápidamente de la camioneta para constatar que ella estuviera bien, se había dejado llevar por la ira y sin darse cuenta por poco y arrolló a la mujer que ahora tenía el corazón a punto de salirse de su pecho.—¡Dios!, ¿Acaso quieres matarme? —dijo Olivia en reprimenda.La ira de armando subió de nuevo en cuestión de segundos al pensar de donde vendría ella, el idiota de Liam había Sido
Olivia mordió fuerte el labio inferior de Jackson tan pronto sintió que la lengua de él se resbalaba dentro de su boca, sentía asco, repulsión, náuseas, incluso quería arrancarle los ojos en ese mismo momento.Jackson se quejó, por supuesto que le había dolido, aunque le excitaba más el atrevimiento de ella al morderlo que hizo que su polla se pusiera grande.Las manos de Jackson pegaron a Olivia más a él, mientras los ojos de ella se inundaban de lágrimas, no podía ser tanta su mala suerte.Olivia forcejeaba ferozmente con Jackson, él se había atrevido a llevar sus manos a su muslo, cosa que ella no permitiría que la tocara, así la matará en ese mismo momento.Cómo pudo sacó fuerzas, estaba cansada de luchar, aun así levantó su pierna derecha y pateó fuertemente en medio de las piernas de Jackson.—¡Maldita zorra! —Chillo Jackson, llevando sus manos a su entrepierna, su polla estaba grande, por lo que el dolor ahora era mucho más fuerte.—Te dije que no iba a permitir que me pusiera
Jackson saltó a Armando, camino hacia la mesa donde había gran cantidad de trago y sirvió un enorme vaso de coñac, lo bebió todo de un solo sorbo sin importar que quemara su garganta, con una de sus manos le hizo señas a Armando para que fuera con Olivia.—¡Señorita Olivia!, ya va a salir? —dijo Armando detrás de ella haciendo que ella pegara un brinco.—Si, si —titubeo.—Antes que vayas con el imbécil de mi primo, debo advertirte que saldré por un par de días. Pero no quiere decir que vas hacer lo que te dé la gana. Armando quedará a cargo de ti, ¡Ah! Quiero resultados, quiero que empieces a trabajar en conquistar a mi primo, sé muy bien lo que te dije con respeto de acostarte con él, has de cuenta que nunca lo dije —vociferó con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.—Yo, yo no puedo hacer eso —dijo ella totalmente nerviosa.—¡Lo vas hacer y punto!, ah, y se te ocurre no hacer lo que digo, tus mugrosos niños serán arrojados a la calle —exclamó mientras jalaba del brazo.—Está bie
Liam era sincero en sus palabras, conocía muy bien a Jackson, sabía de sus negocios sucios, o al menos eso era lo que intentaría probar, así su abuelo no diría absolutamente nada si Jackson fuera a la cárcel.—¡Vete! Tengo mucho trabajo y tú solo me distraes —dijo Liam con su mirada perdida en los documentos.—Vaya que si me voy, o mejor dicho quiero ver a esa muñequita que tienes aguantado tu mal humor todo el maldito día. ¿Dónde la conseguiste? —habló Diego, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.—¡No te atrevas a decirle absolutamente nada! —exclamó Liam evidentemente molesto. Sabía perfectamente era un mujeriego empedernido —Así que mi amigo por fin quiere abrirle las puertas a la vida, ¡ya era hora! Solo no te vayas a enamorar —dijo Diego antes de salir de la oficina de Liam.Era salir o morir en manos de su amigo. Diego conocía muy bien a Liam y sabía muy bien que era hora de huir.Olivia echó su cuerpo hacia atrás, por más que quisiera concentrarse no podía, su cabeza e