Olivia rodó sus ojos, ni siquiera tenía su bolso, y mucho menos el celular, ahora le tocaba caminar, afortunadamente solo estaba a quince cuadras de llegar.Arturo miró por última vez por qué el retrovisor, era la quinta vez que pasaba por ese lugar. Su mirada se posó en una bella mujer, de cabellos dorados y cuerpo realmente esbelto, maldijo internamente al recordar que fue Jackson quien la había obligado a vestir descaradamente.Las llantas del auto rechinaron llamando la atención de Oliva, quien abrió sus ojos de par en par al darse cuenta que por poco y es arrollada por una camioneta.Armando bajó rápidamente de la camioneta para constatar que ella estuviera bien, se había dejado llevar por la ira y sin darse cuenta por poco y arrolló a la mujer que ahora tenía el corazón a punto de salirse de su pecho.—¡Dios!, ¿Acaso quieres matarme? —dijo Olivia en reprimenda.La ira de armando subió de nuevo en cuestión de segundos al pensar de donde vendría ella, el idiota de Liam había Sido
Olivia mordió fuerte el labio inferior de Jackson tan pronto sintió que la lengua de él se resbalaba dentro de su boca, sentía asco, repulsión, náuseas, incluso quería arrancarle los ojos en ese mismo momento.Jackson se quejó, por supuesto que le había dolido, aunque le excitaba más el atrevimiento de ella al morderlo que hizo que su polla se pusiera grande.Las manos de Jackson pegaron a Olivia más a él, mientras los ojos de ella se inundaban de lágrimas, no podía ser tanta su mala suerte.Olivia forcejeaba ferozmente con Jackson, él se había atrevido a llevar sus manos a su muslo, cosa que ella no permitiría que la tocara, así la matará en ese mismo momento.Cómo pudo sacó fuerzas, estaba cansada de luchar, aun así levantó su pierna derecha y pateó fuertemente en medio de las piernas de Jackson.—¡Maldita zorra! —Chillo Jackson, llevando sus manos a su entrepierna, su polla estaba grande, por lo que el dolor ahora era mucho más fuerte.—Te dije que no iba a permitir que me pusiera
Jackson saltó a Armando, camino hacia la mesa donde había gran cantidad de trago y sirvió un enorme vaso de coñac, lo bebió todo de un solo sorbo sin importar que quemara su garganta, con una de sus manos le hizo señas a Armando para que fuera con Olivia.—¡Señorita Olivia!, ya va a salir? —dijo Armando detrás de ella haciendo que ella pegara un brinco.—Si, si —titubeo.—Antes que vayas con el imbécil de mi primo, debo advertirte que saldré por un par de días. Pero no quiere decir que vas hacer lo que te dé la gana. Armando quedará a cargo de ti, ¡Ah! Quiero resultados, quiero que empieces a trabajar en conquistar a mi primo, sé muy bien lo que te dije con respeto de acostarte con él, has de cuenta que nunca lo dije —vociferó con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.—Yo, yo no puedo hacer eso —dijo ella totalmente nerviosa.—¡Lo vas hacer y punto!, ah, y se te ocurre no hacer lo que digo, tus mugrosos niños serán arrojados a la calle —exclamó mientras jalaba del brazo.—Está bie
Liam era sincero en sus palabras, conocía muy bien a Jackson, sabía de sus negocios sucios, o al menos eso era lo que intentaría probar, así su abuelo no diría absolutamente nada si Jackson fuera a la cárcel.—¡Vete! Tengo mucho trabajo y tú solo me distraes —dijo Liam con su mirada perdida en los documentos.—Vaya que si me voy, o mejor dicho quiero ver a esa muñequita que tienes aguantado tu mal humor todo el maldito día. ¿Dónde la conseguiste? —habló Diego, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.—¡No te atrevas a decirle absolutamente nada! —exclamó Liam evidentemente molesto. Sabía perfectamente era un mujeriego empedernido —Así que mi amigo por fin quiere abrirle las puertas a la vida, ¡ya era hora! Solo no te vayas a enamorar —dijo Diego antes de salir de la oficina de Liam.Era salir o morir en manos de su amigo. Diego conocía muy bien a Liam y sabía muy bien que era hora de huir.Olivia echó su cuerpo hacia atrás, por más que quisiera concentrarse no podía, su cabeza e
Liam respiró profundo dejando a Diego en el piso, llevó sus manos a la cabeza y negó repetidas veces, en serio su amigo siempre terminaba con acabar su paciencia.—¡Largo! —exclamó Liam.Diego acomodó su ropa, palmeó su hombro y sonrió una vez más.—Puedes estar tranquilo, aunque sea una Diosa sé que es para ti —dijo casi que en un susurro.Olivia seguía mirando confundida al par de hombres que tenía enfrente, hace unos minutos Liam por poco y lo golpea y ahora los dos se reían como si nada hubiese pasado. Negó con su cabeza y prefirió ir al baño, necesitaba refrescarse, un poco de agua helada no le caería para nada mal.Tan pronto llegó al baño, abrió el grifo y se aseguró de echarse bastante agua en su rostro, estaba sofocada, se dejó caer al piso, y dejó pasar el tiempo, lo último que quería era verle la cara al par de locos que estaban afuera riéndose a grandes carcajadas.El día casi había llegado a su fin, Olivia evidentemente había logrado evadir durante todo el día a Liam. Se
Olivia estaba bastante agitada, ni siquiera se había dado cuenta que había empujado bruscamente a Liam. Se sentía nerviosa, no sabía cómo debía actuar.Liam estaba despertando en ella sentimientos que nunca había sentido, por supuesto que no era una mojigata, había tenido un par de novios, aunque ninguno de ellos se había atrevido a hacer lo que estaba haciendo el hombre que tenía justo al frente de ella.—Señor creo que esto no está bien— dijo Olivia con su respiración algo agitada, sus mejillas estaban bastante rosadas, y su mirada definitivamente se había posado de nuevo en medio de la entrepierna de Liam—¿A qué le tienes miedo? —le preguntó Liam con su voz bastante carrascosa, acercándose más a ella. Por supuesto que quería hacerla suya en ese mismo lugar, llevaba meses sin tocar una mujer, definitivamente debía mantener su cordura, algo muy difícil en ese momento.Olivia retrocedió un poco más hasta que su trasero pegó contra el escritorio.—A nada señor, es que como usted puede
Paula sonrió una vez antes de levantar su cuerpo desnudo e ir por una copa de vino, acababa de tener la mejor noche de su vida, y ahora solo quería refrescar su garganta.—¿Cuándo viajarás a New Jersey? —dijo ella llevando un sorbo de vino a su boca.—¡La próxima semana!, me interesa mucho hacer negocios con Liam Paterson. Dicen que es un as en los negocios y me encantaría poder asociar mis empresas con la suyas —dijo Héctor tomando a Paula en sus brazos.Paula frunció el ceño, por alguna extraña razón sentía que ese nombre le era familiar. No prestó atención y se concentró nuevamente en los labios de Héctor, la volvían loca de eso no quedaba duda.Desde que despertó aquel día en ese hospital, dónde no recordaba absolutamente nada, se había aferrado al hombre que no se había despegado de ella en varias noches.Héctor Lowner era un gran empresario, le encantaba llevar sus negocios a los máximos niveles. Su visita a New Jersey ese oscuro día no salió como lo esperaba, Jackson Paterson s
Armando seguía al auto desde lejos, sus órdenes eran precisas, “ Traer a Olivia con el”. Aunque no estaba muy de acuerdo con Jackson en como intentaba apoderarse de ella, en algo si estaba completamente de acuerdo, y era que ella no podía enamorarse del imbécil de Liam.El teléfono de Armando empezó a sonar intensamente. Armando estiró sus manos y colocó el altavoz.—¿Dime qué la zorra de Olivia no escapó, o de lo contrario serás hombre muerto? —hablo Jackson. Si ella tan solo lo hubiera intentado, él se aseguraría de hacerle pagar absolutamente todo, y está vez no tendría contemplación de ella.—No jefe, la señorita Olivia no escapó, ella está en este momento en el auto de su primo Liam —dijo Armando sin perder la vista en el vehículo que iba delante de él.En la cara de Jackson se contradijo de inmediato, le dolía, aunque después que él logrará acabar con el, Olivia seria solamente para el —Síguelos de cerca, no lo pierdas de vista. ¡Ah! No quiero que hagas nada, deja que ella empi