Una sonrisa se dibujó en la comisura de los labios de Jackson, él sabía cómo hacer irritar, y estaba seguro que estar ahí, era un motivo más para que Liam se saliera de sus casillas.
—¿Qué haces aquí? Te deje muy en claro que no puedes colocar un solo pie en mi casa, ¡Así que lárgate! —dijo Liam caminando hacia Jackson, quien tenía una sonrisa grande, como si acabará de sacar el premio mayor, o en su defecto amargarle la noche a su primo.
—Lamento decirte primito que no, como te puedes dar cuenta aquí está mi abuelo, y por lo tanto tengo todo el derecho de estar aquí, además deja de ser tan amargado. —Jackson camino hacia el minibar tomó una copa y sirvió una copa de whisky.
Liam estaba apunto de estallar, y lo haría si Jackson no se cargaba en ese mismo momento de su casa.
—¡Lárgate Jackson! —dijo una vez más Liam, apretó sus puños, está vez no lo permitiría de nuevo en su casa, se dijo una y otra vez en su mente, y menos después que por culpa de Jackie por poco y lleva la empresa a la quiebra.
—Hijo cálmate, deja yo lo mandé a llamar, necesito hablar con él —dijo Darwin, tratando de calmar los ánimos, él sabía muy bien que Jackson hacía todo lo posible por irritar a Liam.
Liam salió furioso para su habitación, una vez más estaba que se lo llevaba el maldito demonio. Tiro casi todo abajo, jalo su cabello, y se sentó al borde de la cama tomando la foto, aquella foto donde su vida era perfecta, donde era feliz, solo por estar al lado de la mujer que todavía seguía amando.
Liam no pudo evitar recordar a Olivia, esos labios le recordaban a ella… a Paula, y ahora se hacía más fuerte el anheló de tenerlos sobre sus labios.
«Mierda » exclamó tirando la foto lejos, por más que su mente se preguntará por qué Dios se la había arrebatado, aún no tenía respuesta.
Olivia caminaba por las frías calles, lo último que quería hacer era volver a esa horrible casa, llevó sus manos alrededor de su cuerpo y abrazó, sus labios temblaban, al igual que su cuerpo. El cielo amenazaba con dejar un diluvio universal, solo que ella no estaba dispuesta a verle la cara todo el día a Jackson.
Las luces de un auto cegaron sus ojos, obligando a Olivia a llevar sus manos a su rostro y tener más visibilidad, su rostro se puso blanco como un papel, al ver que era Jackson quien bajaba del auto que por poco y la atropella, su pecho subía y bajaba con gran desesperación, no podía ser era imposible escapar de él.
—¡Así que la muñequita no tenía pensado volver a casa! —dijo Jackson con una reluciente sonrisa dibujada en su rostro.
Olivia negó rápidamente, intentó retroceder dando tres pasos hacia atrás al ver que Jackson se acercaba más a ella. Oliva estaba completamente aterrada, estaba segura que ahora sí sería mujer muerta.
—¿Por qué diablos no volviste a casa después de salir de la empresa?, ¿Acaso pretendías escapar? —vociferó Jackson tomado fuerte del brazo de Olivia.
—No, no…
—¡No juegues conmigo m*****a sea!, tengo muy poca paciencia, y sé que me estás diciendo mentiras, ¿te ibas a escapar de mí? —dijo una vez más Jackson mientras bajaba su nariz alrededor de su cuello.
Olivia retrocedió un poco, sentía repugnancia de solo tener a Jackson invadiendo su cuello, y aunque Jackson era un hombre que cualquier mujer caería rendida a sus pies, este no era el caso de Olivia, que lo único que hacía era maldecir por dentro estar en el poder del mismo demonio.
—No estoy jugando, como tampoco intentó escapar, además que sentido tiene escapar sabiendo que mis preciosos niños quedarían bajo tus garras, ¡Ahora suéltame! —dijo firmemente.
Una sonrisa ladeada se dibujó en los labios de Jackson, levantó una mano e hizo un ademán para que acercarán más el auto.
—¡Espero que no se te ocurra jugar conmigo!, como bien lo acabas de decir tus preciosos niños quedarían bajo mi poder, y para mí sería muy fácil tirarlos a la calle. Ahora se una niña buena y sube al auto antes que pierda mi paciencia —dijo Jackson.
Olivia lo miró, rodó sus ojos y maldijo una vez más, odiaba todo, odiaba su vida, odiaba a Jackson.
Olivia bajó rápidamente del auto y caminó hacia la casa, quería desaparecer de la vista de Jackson cuando antes y encerrándose en su habitación.
—¿A dónde crees que vas? —exclamó Jackson, jalando con fuerza a Olivia.
—A la habitación que dispusiste para mí, ¿No es obvio? —dijo ella.
—Es mejor que controles tu maldito vocabulario, vas a ir conmigo en este momento a la biblioteca y me vas a decir que diablos hiciste, quiero saber cada paso del maldito de mi primo, quiero saber que come, si respira, lo quiero saber absolutamente todo.
Olivia frunció el ceño, por lo visto la familia Paterson se había convertido en un verdadero dolor de cabeza.
Olivia entró a la biblioteca, y caminó hacia la silla que Jackson le indicó. Cada movimiento en los labios de Olivia, Jackson los seguía imaginando como sería besarla, cómo sería tenerla entres sus brazos. El movió rápidamente la cabeza y se concentró en lo que verdaderamente le interesaba, “destruir a Liam”.
—¡Habla m*****a sea! —exclamó Jackson, haciendo que Olivia pegara un brinco.
—Puedes estar tranquilo, Liam me contrató como su secretaria personal —dijo ella con su cabeza baja.
Odiaba estar ahí, odiaba tener que someterse a Jackson, odiaba absolutamente, se odiaba ella misma.
—Eso me tranquiliza, así que eso estúpido de mi primo ya dió el primer paso para ir directo al hueco —exclamo Jackson con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
Olivia escucho atentamente, ella pensó que Liam al igual que Jackson era un completo idiota, así que por ese lado su consciencia estaría tranquila.
—¡Desvistete! —exclamó Jackson, sacando a Olivia de sus pensamientos.
Olivia abrió sus ojos de par en par, ni loca se iba a desvestir delante de Jackson, así le costará la vida nunca lo haría.—¿Acaso estás sorda?, ¡Quítate la maldita ropa! —bufó nuevamente Jackson, mientras golpeaba fuertemente el escritorio.Olivia lazo la mirada, y negó repetidas veces, era cierto estaba en manos de Jackson, solo que eso no incluía estar con él.—¡No! estás loco si crees que lo voy hacer —gritó ella mirándolo fijamente.Jackson sonrió, se colocó de pie y caminó hacia ella. Ella estaba colmando su paciencia, y era cuestión de tiempo para que el estallará.—¡Te dije que te quites la maldita ropa!, y lo vas hacer quieras o no! —dijo Jackson, mientras la zarandeaba de lado a lado.—No, yo no me voy a quitar la ropa, porque no me pienso acostar con un ser tan despreciable como tú —exclamó Oliva tratando de zafarse de su agarre.Jackson sonrió, levantó su mano y le dió una bofetada a Olivia tirándo la al piso.—Vaya que si eres ilusa, ¿Quién demonios te dijo a ti que me
Los pasos de Olivia fueron torpes, incluso rápidos debido a que Jackson prácticamente la jalo hacia el baño.—¡Te dije que te lo ibas a colocar! Y lo harás, o juro por tu niñitos que seré yo mismo quien te lo ponga —dijo Jackson zarandeando con mucha más fuerza.—¡Suéltame!, me lastimas —dijo casi al borde del llanto, por supuesto que no le daría el gusto de verla llorar, Olivia se lo había prometido a ella misma.Jackson la soltó y llevó sus manos a la cabeza, por Dios esa mujer lo iba a volver loco, no resiste tenerla cerca y no poder hacerla suya, debía cuidar cada paso que daba, solo que ella no colaboraba.—Te doy quince minutos y espero que estés lista, o de lo contrario vengo y seré yo quien te quite esa pijama de satín y te pongas lo que yo pido —dijo el saliendo de la habitación de Olivia dando un portazo, por supuesto que quería quitarle toda la ropa, y de seguro no iba aguantar mucho y menos si se metia a la mitad de la noche a observar como dormía.Olivia se dejó caer en l
Liam no pudo evitar recorrer el cuerpo de Olivia con enorme descaro, ella apenas podía acomodar su diminuto vestido.Las mejillas de Olivia se ruborizaron, al ver que ni siquiera sus manos eran suficientes para bajar su vestido.—Señorita Stewart, sus funciones no son hacerle aseo a mi oficina, como puede darse cuenta usted es mi secretaria personal, y le queda rotundamente prohibido volver hacer lo que hace unos minutos hacía, ¿Le queda claro? —advirtió Liam mientras caminaba hacia su escritorio.Olivia rodó sus ojos por completo, por lo visto Liam era igual o peor que Jackson, aún así, asintió, tomó su libreta fuerte y anotó cada apunte que Liam le indicó.Liam abrió su ordenador, hoy iba ser un día bastante pesado, abrió cada documento, hasta que su alma sintió enfurecer, estaba que lo llevaba el mismísimo lucifer, por lo visto Jackson no solo había desfalcado gran parte de la empresa, ahora resulta que Jackson también estaba tratando de sabotearlo.Las camaras no mentían, y Jackso
Olivia acomodo su vestido y maquillaje, caminó suavemente contorneado sus caderas de lado a lado, respiro profundo antes de poder tocar aquella puerta, aquella donde hace solo minutos había salido huyendo.—¿Puedo? —dijo ella mirando que él estuviera detrás de su escritorio, no quería volver a pasar por lo que acaba de pasar.—¡Pasa! —dijo Liam, tan pronto ella entró, él la escrutaba con la mirada, sin decir que la estaba desvistiendo por completo con la mirada.Olivia no pudo evitar sonrojarse, se sentía expuesta, y todo al maravilloso vestido que Jackson la había obligado a ponerse.—Quiero pedirte disculpas, el de hace unos minutos no fui yo —dijo él. No acostumbraba a pedir disculpas, ni mucho menos, solo que esta vez estaba agachando la cabeza, ella había despertado en él algo más que solo interés, y el no la dejaría escapar así como así.—No se preocupe señor Paterson, para mí todo está olvidado —respondió ella bajando su pequeño vestido.—¡Ah! Una cosa más, si no quiere que nad
—¡Qué diablos! —bufo Liam oprimiendo el botón de emergencias.—¿Qué sucede, por qué se detuvo el elevador? —habló Olivia con calma, aunque no le molestaba la oscuridad, si le molestaba saber que ahora estaba encerrada con su jefe.—Se supone que esto lo iban a hacer el maldito fin de semana, joder —exclamo Liam, sin dirigirse a Olivia, quien trataba de mantenerse tranquila.Liam odiaba la oscuridad, todo le recordaba a aquella noche en donde solo era un niño de nueve años y perdió absolutamente todo… sus padres, aquella noche en donde su mundo se volvió una completa oscuridad, fueron horas gritando por ayuda en medio de esa oscuridad, su padre había perdió el control del auto, y fueron a dar directo a un abismo, pasaron horas antes que fueran encontrados, desafortunadamente el único que sobrevivió fue Liam, su padre al igual que su madre fallecieron.Liam aflojó su corbata, su respiración había empezado a fallar, o al menos eso sentía, su pecho subía y bajaba con gran desesperación.O
Olivia caminaba de lado a lado, aún no entendía que le había pasado a Liam, un hombre de apariencia fuerte, ahora se veía débil como un conejito.Algo le había pasado y la curiosidad por saber que era lo que él ocultaba, estaba creciendo en ella. Lo que no podía entender, era como un beso, como la cercanía podía afectarle tanto... ¿por qué la besaba? ¿por qué lo hacía? ¿Se estaba burlando de ella de una manera descarada o lo veía completamente normal? Esa era una oportunidad que ella no iba a desaprovechar, porque de esa manera, iba a cumplir con lo que le prometió a Jackson y podría salir de eso pronto. —Hola, buena tarde —dijo la voz ronca detrás de Olivia, quien se giró para ver quién le tocaba el hombro.—Buena tarde —ella respondió decentemente. —Me dijo uno de los médicos que tú venías junto con mi nieto —dijo Darwin dejando salir una pequeña sonrisa a la joven que tenía al frente.En verdad era hermosa, se podría decir que era un ángel caído del cielo. Tenía un aura que ema
Los ojos de Jackson viajaron otra vez a la botella de whisky que sostenía en sus manos, justo antes de estrellarla contra la pared y volverla añicos.Ya eran las siete de la mañana y Olivia no había vuelto, se había imaginado todos los escenarios posibles, claro está, Olivia en brazos de Liam.Maldijo quién sabe cuántas veces, de solo pensar que ella estuviera en brazos de Liam. Él la quería solo para él, y le hervía la sangre de ser que Olivia había desobedecido sus órdenes.—¡Armando!, ¡Armando maldita sea! —grito Jackson.Armando, quien tampoco había dormido nada, y más después de la enorme golpiza que Jackson le había dado, caminó suavemente hacia la biblioteca.—¡Dígame señor! —dijo Armando entrando a la biblioteca.—Quiero que te vayas a la empresa del imbécil de Liam y me la traigas así sea arrastras, la quiero frente a mí —dijo Jackson colocando torpemente de pie, había venido toda la noche, absolutamente todo apestaba a alcohol, incluido el.—¡Señor! Pero si hago eso su primo
Olivia rodó sus ojos, ni siquiera tenía su bolso, y mucho menos el celular, ahora le tocaba caminar, afortunadamente solo estaba a quince cuadras de llegar.Arturo miró por última vez por qué el retrovisor, era la quinta vez que pasaba por ese lugar. Su mirada se posó en una bella mujer, de cabellos dorados y cuerpo realmente esbelto, maldijo internamente al recordar que fue Jackson quien la había obligado a vestir descaradamente.Las llantas del auto rechinaron llamando la atención de Oliva, quien abrió sus ojos de par en par al darse cuenta que por poco y es arrollada por una camioneta.Armando bajó rápidamente de la camioneta para constatar que ella estuviera bien, se había dejado llevar por la ira y sin darse cuenta por poco y arrolló a la mujer que ahora tenía el corazón a punto de salirse de su pecho.—¡Dios!, ¿Acaso quieres matarme? —dijo Olivia en reprimenda.La ira de armando subió de nuevo en cuestión de segundos al pensar de donde vendría ella, el idiota de Liam había Sido