POV VALENTINAEl combate comenzó con una furia que me dejó sin aliento. Marco se movía con una mezcla de fuerza y gracia que era hipnotizante. Cada golpe que daba resonaba en el sótano, y cada vez que recibía un golpe, lo encajaba con una determinación inquebrantable. Su oponente era bueno, pero Marco era simplemente mejor.La multitud gritaba y animaba, sus voces mezclándose en una cacofonía de emoción y adrenalina. No podía apartar la vista del ring. Marco, 'La Bestia', luchaba con una intensidad que nunca había visto en él. Había algo casi primitivo en su forma de pelear, una ferocidad que me dejó sin palabras.—Es increíble, ¿verdad? —dijo Ava, inclinándose hacia mí para hacerse oír sobre el ruido—. Nunca he visto a nadie pelear como él.Asentí, incapaz de articular una respuesta. La pelea continuó, cada minuto más intenso que el anterior. Marco lanzó un golpe final, un derechazo que derribó a su oponente. La multitud estalló en vítores mientras el presentador anunciaba la victori
POV MARCOValentina se acercó lentamente, con una determinación en su mirada que me hizo retroceder un paso instintivamente. No podía permitir que esto sucediera, no aquí, no ahora. Pero cuando sus labios rozaron los míos, toda resistencia se desvaneció. Era como si una fuerza irresistible nos empujara el uno hacia el otro, rompiendo todas las barreras que habíamos construido.Por un momento, me dejé llevar por la intensidad del beso, olvidando todo lo que nos rodeaba. Pero entonces, la realidad volvió a golpearme como una ola fría. No podíamos hacer esto, no podíamos cruzar esa línea.Nos separamos, ambos jadeando por el esfuerzo, y vi el tormento reflejado en sus ojos. Ella sabía que esto estaba mal tanto como yo lo sabía.—Esto no debería estar pasando —murmuré, tratando de controlar la turbulencia de emociones que me invadía.—Lo sé —respondió ella, con voz temblorosa—. Pero no puedo evitar lo que siento.Cerré los ojos por un momento, luchando contra la tentación de volver a busc
POV VALENTINAAun no podía creer que había besado a Marco. Yo había iniciado el beso y él me había respondido. Todo lo que pensé, todo lo que sospechaba, era cierto. Marco tenía sentimientos por mí, no le era indiferente. Le gustaba y no podía estar más feliz y triste por ello. Marco y yo en una oración era imposible; me iba a comprometer en poco tiempo y después nos casaríamos.Caminé lentamente hacia mi habitación, dejando que la mezcla de emociones se apoderara de mí. El beso había sido un acto de impulsividad, un reflejo de lo que llevaba guardado dentro de mí. Pero la realidad me golpeaba con fuerza. Alessandro, mi prometido, estaba ya en la ciudad, esperando construir un futuro conmigo, mientras yo me debatía entre mis sentimientos por Marco y mis deberes familiares.Me dejé caer en la cama, mirando el techo, tratando de ordenar mis pensamientos. Sabía que mi vida estaba destinada a seguir un camino preestablecido, uno que mi padre había trazado para mí. Pero una parte de mí anh
POV VALENTINAMe giré hacia Alessandro, mi frustración palpable en cada palabra que pronunciaba.—Has repetido las mismas palabras desde que llegaste —dije, tratando de mantener la calma—. Estoy cansada de escuchar mentiras. No soy una niña, soy una mujer, y no soy estúpida. Sé que esa fachada tuya es una careta que se te irá en cuanto nos casemos, así que por favor… necesito saber con quién me casaré de verdad.Me miró, su rostro endurecido por la seriedad de la situación. Respiró hondo antes de responder.—Valentina, no estoy aquí para mentirte. Entiendo que estás nerviosa y que todo esto te abruma, pero te aseguro que mis intenciones son genuinas.—¿Genuinas? —repetí, sin poder contener una risa amarga—. ¿Genuinas cómo? ¿Genuinas como el hecho de que no tendré derecho a trabajar? ¿Genuinas como el control absoluto que quieres tener sobre mí?Alessandro frunció el ceño, evidentemente molesto por mis palabras.—No es cuestión de control, Valentina. Es cuestión de tradición y de prote
POV MARCONo tengo otra opción que aceptar mi destino. Desde el principio supe que este trabajo tenía fecha de caducidad, pero no esperaba que me afectara tanto. Proteger a Valentina no fue solo una tarea, se convirtió en una responsabilidad que tomé muy en serio, quizás demasiado.Vi cómo Valentina luchaba con la idea de perderme una vez que se casara con Alessandro. Era comprensible; después de todo, habíamos desarrollado una conexión más allá de la simple relación de guardaespaldas y protegida. Pero la vida no siempre permite que las cosas sigan como uno desea.—No quiero perderte, Marco —dijo con sinceridad nuevamente, su voz cargada de emoción.Me enfrenté a esa declaración con una mezcla de gratitud y pesar. Siempre supe que mi tiempo con ella tenía un límite, pero escuchar sus palabras confirmaba lo que ya sabía.—Valentina, las cosas cambian. Tú tienes tu vida y tus responsabilidades, y yo tengo las mías —respondí, intentando mantener la compostura a pesar del nudo en mi garga
POV MARCOEn cuanto mi amigo Niccoló abrió la puerta de su apartamento, entré rápidamente, agitado y con la mente en un torbellino.Todo estaba cambiando y no tenía ni puta idea de qué hacer.—¡Jodidamente alteré todo! —gruñí, pasando mis manos por mi cabeza una y otra vez—. ¡Lo jodí! ¡Todo lo que planeado por años dañado por una mujer! ¡La hija de mi enemigo!Cuando volteé a ver a Niccoló, me miraba confundido y con cierta burla.—¿Qué mierda estás diciendo? No entiendo un carajo.—Tenía todo el plan trazado, Niccoló, pensé que no habría ningún puto obstáculo para llegar a matar a ese hijo de puta, ¡pero sí había uno! —golpeé la pared a mi lado—. Su hija, su maldita, hermosa e inocente hija.La sorpresa llenó su rostro en cuanto las palabras salieron de mi boca.—¿Te... te enamoraste de su hija? —preguntó totalmente incrédulo—. ¡¿Qué mierda es esa?!Apreté mis puños mientras un sentimiento amargo me embargaba. Todo estaba jodido.—No me enamoré... solo me atrae y...—Jamás en tu vida
POV MARCOAl día siguiente, con el amanecer pintando el cielo de tonos rosados y dorados, me dirigí a la mansión de Morelli. Cada paso que daba sentía el peso de la responsabilidad sobre mis hombros, pero también la determinación de hacer lo correcto.Cuando llegué, fui recibido por los guardias y conducido al despacho de Morelli. Al entrar, vi a Valentina sentada en un rincón, con una expresión de preocupación en su rostro. Mi corazón dio un vuelco, pero me obligué a mantener la calma.Morelli estaba sentado detrás de su escritorio, mirándome con una mezcla de curiosidad y desdén.—Marco —dijo con voz fría—. Parece que tenemos un asunto pendiente.Asentí, sin apartar la mirada.—Sí, señor. Estoy aquí para enfrentar las consecuencias de mis acciones.Morelli se recostó en su silla, evaluándome.—Golpeaste a mi yerno, Marco. Eso no es algo que pueda pasar por alto.—Lo hice porque estaba protegiendo a Valentina —respondí firmemente—. Ella le pidió que se detuviera y no lo hizo. No podí
POV VALENTINADos semanas despuésSi había algo que agradecer en medio de la tensa situación en la que nos encontrábamos, era que había retrasado mi fiesta de compromiso. Pero la realidad volvía a imponerse, y con ella, el regreso a la universidad. Después de todo, estar encerrada en casa hacía innecesaria la presencia de Marco, mi guardaespaldas, y la sola idea de ver a Alessandro al final de la semana me llenaba de un peso que apenas podía soportar.Me preparé para el primer día del nuevo semestre, intentando despejar mi mente de las preocupaciones. Salí de casa, el aire fresco de la mañana envolviéndome, y mi corazón latiendo con una mezcla de emoción y aprehensión. El regreso a la universidad significaba volver a la rutina, pero también significaba volver a ver a Marco.Desde nuestro primer encuentro, no había podido sacarlo de mi mente. Su mirada intensa y penetrante, su actitud fría y cortante, y ese atractivo misterio que lo rodeaba me habían dejado completamente intrigada. Sin