Agradezco infinitamente a cada lector que me ha acompañado hasta aquí, jamás podría expresarles en palabras la enorme gratitud que siento hacia ustedes, no los conozco, pero los amo, quisiera conocerlos a todos para poder abrazarlos y decirles que cuando he querido rendirme, sus comentarios, sus palabras de aliento, siempre son las que me han mantenido de pie, significan un apoyo enorme en mi vida. Gracias por apoyar cada una de mis historias, por darle amor a cada personaje, por reir conmigo, sufrir conmigo, llorar conmigo en cada capítulo, te amo personita que me lees.. Si quieres saber de más de mis futuros proyectos, búscame en redes sociales como Jhomairyn Castro, amo compartir con ustedes, y por allá siempre dejo dinámicas de preguntas. Les dejo un enorme abrazo, los quiero. Con amor, J.
QUERIDOS LECTORES, ESTE CAPÍTULO NO ESTABA DENTRO DE MIS PLANES INICIALES, PERO UNA LECTORA ME HA PEDIDO SABER UN POCO MÁS DE LO OCURRIDO CON LOS HIJOS Y ME HA VENIDO ESTA IDEA A LA CABEZA, AUNQUE NO ERA ALGO PLANEADO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN.******************************************************************Ocho años más tarde...Un día en familia, no existia en el mundo algo que los llenara de alegría más que un día en familia, compartiendo del afecto y los lazos emocionales que los unian.Annika era la abuela más feliz del mundo, y amaba poder disfrutar de esos adorables nietos que desde su nacimiento habían llenado su vida de dicha y alegría... como pocas veces lo había experimentado en la vida.—¡Qué alegría llegar a esta casa y encontrarme con todos reunidos!— exclamó Annika Sokolova, sus ojos brillaron llenos de ilusión al observar al trío de niños que jugaban felices.—¡ABUELA, ABUELA, ABUELA!— gritaban felices mientras corrían para abrazarla y llenarla del enorme cariñoq ue
Miranda, llegó bien entrada la madrugada, estaba agotada y se sentía desmoralizada, no había sido una buena noche, y su padre no estaría nada feliz, suspiró con pesar, al menos podría descansar un poco antes de tener que enfrentar a su madre.¡Que vida más miserable!Tanto trabajar. . . de aquella manera e igualmente no tenía nada, ni un solo centavo. A sus veinticuatro años, se sentía con mucha más edad, agotada, cansada, con tantos sueños frustrados, tantos anhelos buenos deseos, que jamás cumpliría, porque estaba convencida de que llevaría es miseria por siempre. Si no fuese por Lara, si no tuviese a cargo su pequeña hermana. . . acabaría con todo, pero no podía despedirse del mundo dejando a su hermana a merced de sus padres.Se sacó los altos tacones, y caminó descalza por la casa hasta la habitación de fondo, era la suya, igual que la de Lara, era una habitación diminuta, sin gran espacio, y ninguna ventana, evitaba pensar en ello, no quería un ataque de ansiedad por sentirse as
-¿Y. . . ellos lo saben?- le preguntó dubitativa.-Nunca se los he dicho abiertamente, nunca me lo han preguntado, pero es obvio que lo saben y se hacen de la vista gorda, mientras les entregue suficiente dinero. En una noche les traigo más dinero del que le daría en un mes de trabajo, visto ropa fina, en ocasiones desaparezco por todo un fin de semana, sólo les alegra saber que cuándo llegó, traigo mucho dinero que van a quitarme, para beber y drogarse. Al principio les entregaba absolutamente todo mi dinero, hace poco nuevamente comencé a quedarme con una parte muy, muy pequeña, necesitamos huir de ellos, no podemos seguir soportando el trato que nos dan.-Miranda, hermana. . . ¿no te desagrada dormir con esos hombres?- le preguntó con ojos llenos de lágrimas.-Mis clientes. . . son muy exclusivos, muy limpios y no son desagradables, sólo hombres con mucho dinero, que pueden pagar por mí, prefiero llamarme; una dama de compañía, estos hombres son apasionados de exhibir mujeres jóven
Lara Adam, se sentía miserable, por la vida que estaba llevándo.Se había quedado dormida cuándo escuchó una pelea, los gritos de su padre nuevamente llegaban a su habitación, de nuevo estaba discutiendo con Miranda, quién lloraba y le pedía que entendiera que aquella noche le había ido mal, pero su padre se negaba a entender y escuchó dos fuertes golpes, estaba por salir de la habitación cuando sintió los fuertes pasos de su padre, que pasaba frente a su recámara. Se mantuvo quieta por al menos diez minutos y luego salió en dirección a la habitación de Miranda, la encontró llorando débilmente, su corazón se encogió de tristeza, sin entender por que ellas estaban pasando por todo aquello.-Hola, cariño- Miranda, se secó las lágrimas- dejé tu comida en la cocina. ¿Cenaste?-Si lo hice, muchas gracias.-Me alegra- sonrió débilmente- ¿cómo te fue hoy en la cafetería?-Yo pensé que me había ido bien hasta que llegue a casa, hoy traje más del doble y aún así, me golpeó- suspiró- dijo que
-No, Lara. . .- la miro con desconsuelo- no puedo hacerlo, tu no, Lara, tu no.-Me has dicho que son hombres. . . elegantes, limpios, exclusivos, así los llamaste, ayúdame Miranda.-No puedo, no puedo porque conozco en carne propia todo el dolor que ésta vida te deja, es muy difícil salir luego que entras, es como entrar en las drogas, una vez que inicias. . . estás perdido.-No tengo nada que perder, Miranda. Se que quieres lo mejor para mi, se que intentas protegerme, velar por mi, pero, es mi decisión, o me llevas, o averiguo un lugar y voy por mi cuenta, no tengo nada que perder, no tengo nada, más que el miedo a ser golpeada y el hambre que me atormenta.-Lara. . . Te lo ruego, hermana, por favor, no.-Tu puedes ayudarme- le dijo convencida- así será más fácil para poder reunir el dinero que necesitamos para irnos de aquí, Miranda, tu y yo saldremos adelante, pero ayudemonos.-Lara. . . Lara. . .- Miranda caminaba de un lado a otra sintiendo la desesperacion y el desconsuelo de q
Miranda y Lara, bajaron del taxi frente a aquel imponente lugar. La segunda, se quedó bastante sorprendida por la elegancia que despedía la sola fachada, si había pensado que sería un lugar bonito, pero no tanto.-Es un lugar increíble- le susurró a su hermana.-Lo es- se encaminaron juntas a la entrada, cuatro hombres en la puerta, elegantemente vestidos de negro y camisa blanca, con trajes de tres piezas.-Buenas noches- dijo Miranda con voz dulce.-Buenas noches, señorita Miranda- respondió el más alto de ellos, su voz gruesa y raspada- veo que hoy trae compañía.-Así es- sonrió.-Bien, si me permite.- dijo dando un paso hacia ella.-Por supuesto- Miranda, fue escaneada con un aparato, luego avanzó y otro aparato hizo lo mismo.-Ahora tú, muñeca- dijo el hombre y Lara, sintió un escalofrío recorrerla, aquel hombre era grande, muy musculoso e intimidante. Repitieron el proceso con ella y pronto estuvo junto a su hermana- Bien, adelante.-Gracias, chicos- dijo Miranda y tomó del braz
-¡Rafaelle!- Giovanni, se puso de pie y estrechó la mano del hombre- no te había visto hoy.-Hace muy poco que llegué- respondió en tono amistoso- estaba caminando por aquí y por allá, viendo los presentes, andando un poco, esperando tener algo de suerte- sonrió.-Qué bueno- se giró hacia la mesa- a Miranda, ya la conoces.-Por supuesto, es un placer saludarte, mi bella flor- dijo coqueto.-El placer es, todo mío- sonrió ella con picardía.-Y está hermosa mujer es Lara, quién nos visita hoy por primera vez.- dijo con una enorme sonrisa.-Qué gusto señorita Lara, espero que Piacere, esté resultando de su agrado.-Sin lugar a dudas, un lugar magnífico- sonrió- complacida de estar aquí está noche.-Qué alegría, espero nos visite más a menudo- se giró hacia Miranda- bella flor, me encantaría tomar una copa contigo. . . en otro lugar- su pausa deliberada le causó escalofríos a Lara, dejaba en evidencia. . . que aquel “otro lugar”, era solo para dos.-Por supuesto- le sonrió poniéndose en p
Lara, no podía terminar de creer lo que acababa de suceder, lo buscó con la mirada, y lo vió desaparecer entre las personas y el ambiente exótico y misterioso del lugar. Aún no podía creer lo que estaba pasando, en su bolso tenía mucho dinero, muchísimo, más de lo que imagino ver en toda su vida. Además, de una invitación para ir con él al día siguiente.Su hermana, había dicho que era necesario tener mucha suerte para poder tener la atención de Giovanni Di Luca, si era así, entonces aquella había sido una noche de mucha suerte. Sonrió internamente, él era un hombre hermoso, mucho mayor que ella, eso era seguro, quizás tendría treinta y dos, o treinta y tres años, aproximadamente. Tenía unos ojos preciosos, oscuros, profundos, unos labios carnosos que se curvaban en una seductora sonrisa, era alto, con muy buen cuerpo, vestía elegante y su caminar era pausado e imponente.La había impresionado.Se sorprendió cuándo un hombre llegó a su mesa.-Hola, buenas noches.-Hola- lo miró fijame