Después de dejar algunos asuntos resueltos en Sicilia, ambas parejas decidieron que era momento de volver a Rusia, anunciar a la familia Sokolov el futuro evento que tanta dicha les traería, e iniciar los preparativos de la boda doble, seguramente Annika Sokolova, estaría feliz de encargarse del más mínimo detalle, al fin, su único hijo varón se casaba, lo que un día creía imposible, se llevaría a cabo gracias al amor y fidelidad que Miranda le había demostrado, porque si se puede ser feliz, si puede haber amor incondicional, pero no lo encuentras en la esquina, no lo encuentras con cualquiera, y ese es el grave error que muchas veces cometemos, esperar lealtad de todos, cuando hay personas que no se son leales ni a si mismas. Con el capítulo cerrado en Sicilia, tras la muerte de Giovanni Di Luca, el viaje a Rusia fue tranquilo y esperanzador para los cuartos, quienes comenzaban a disfrutar de aquella nueva etapa en sus vidas, resultaba inquietante que para poder disfrutar de aquella
Miranda, se aferró con fuerza a la espalda de su amado, quién arremetía con pasión contra su cuerpo, elevándola a las cimas del placer, su boca entreabierta dejaba escapar lastimeros gemidos de pasión, mientras su cuerpo era embestido.—¡Oh, por Dios, Iker!— gemía mientras las uñas se hundían en la firme piel de su esposo— ¡POR DIOS!— sus ojos se abrieron enormes, mientras su cuerpo fue catapultado violentamente a la culminación, su boca se abrió en un alarido de satisfacción, mientras su cuerpo se contraía, su pecho se elevaba, alejándo la espalda de la cama y aplastándo sus senos contra el firme pecho de Iker Sokolov, el ardiente mafioso gimio también, seguido de dos firmes empujones más, y al sentir como sus las caderas de su esposa de elevaban y su interior lo oprimía, se dejó arrastrar por su propia satisfacción desplomandose sobre su amante, unos segundos después se movió, evitándo aplastar con su peso a la mujer que amaba, chocándo su espalda contra la cama, arrastró también a M
QUERIDOS LECTORES, ESTE CAPÍTULO NO ESTABA DENTRO DE MIS PLANES INICIALES, PERO UNA LECTORA ME HA PEDIDO SABER UN POCO MÁS DE LO OCURRIDO CON LOS HIJOS Y ME HA VENIDO ESTA IDEA A LA CABEZA, AUNQUE NO ERA ALGO PLANEADO, ESPERO QUE LO DISFRUTEN.******************************************************************Ocho años más tarde...Un día en familia, no existia en el mundo algo que los llenara de alegría más que un día en familia, compartiendo del afecto y los lazos emocionales que los unian.Annika era la abuela más feliz del mundo, y amaba poder disfrutar de esos adorables nietos que desde su nacimiento habían llenado su vida de dicha y alegría... como pocas veces lo había experimentado en la vida.—¡Qué alegría llegar a esta casa y encontrarme con todos reunidos!— exclamó Annika Sokolova, sus ojos brillaron llenos de ilusión al observar al trío de niños que jugaban felices.—¡ABUELA, ABUELA, ABUELA!— gritaban felices mientras corrían para abrazarla y llenarla del enorme cariñoq ue
Miranda, llegó bien entrada la madrugada, estaba agotada y se sentía desmoralizada, no había sido una buena noche, y su padre no estaría nada feliz, suspiró con pesar, al menos podría descansar un poco antes de tener que enfrentar a su madre.¡Que vida más miserable!Tanto trabajar. . . de aquella manera e igualmente no tenía nada, ni un solo centavo. A sus veinticuatro años, se sentía con mucha más edad, agotada, cansada, con tantos sueños frustrados, tantos anhelos buenos deseos, que jamás cumpliría, porque estaba convencida de que llevaría es miseria por siempre. Si no fuese por Lara, si no tuviese a cargo su pequeña hermana. . . acabaría con todo, pero no podía despedirse del mundo dejando a su hermana a merced de sus padres.Se sacó los altos tacones, y caminó descalza por la casa hasta la habitación de fondo, era la suya, igual que la de Lara, era una habitación diminuta, sin gran espacio, y ninguna ventana, evitaba pensar en ello, no quería un ataque de ansiedad por sentirse as
-¿Y. . . ellos lo saben?- le preguntó dubitativa.-Nunca se los he dicho abiertamente, nunca me lo han preguntado, pero es obvio que lo saben y se hacen de la vista gorda, mientras les entregue suficiente dinero. En una noche les traigo más dinero del que le daría en un mes de trabajo, visto ropa fina, en ocasiones desaparezco por todo un fin de semana, sólo les alegra saber que cuándo llegó, traigo mucho dinero que van a quitarme, para beber y drogarse. Al principio les entregaba absolutamente todo mi dinero, hace poco nuevamente comencé a quedarme con una parte muy, muy pequeña, necesitamos huir de ellos, no podemos seguir soportando el trato que nos dan.-Miranda, hermana. . . ¿no te desagrada dormir con esos hombres?- le preguntó con ojos llenos de lágrimas.-Mis clientes. . . son muy exclusivos, muy limpios y no son desagradables, sólo hombres con mucho dinero, que pueden pagar por mí, prefiero llamarme; una dama de compañía, estos hombres son apasionados de exhibir mujeres jóven
Lara Adam, se sentía miserable, por la vida que estaba llevándo.Se había quedado dormida cuándo escuchó una pelea, los gritos de su padre nuevamente llegaban a su habitación, de nuevo estaba discutiendo con Miranda, quién lloraba y le pedía que entendiera que aquella noche le había ido mal, pero su padre se negaba a entender y escuchó dos fuertes golpes, estaba por salir de la habitación cuando sintió los fuertes pasos de su padre, que pasaba frente a su recámara. Se mantuvo quieta por al menos diez minutos y luego salió en dirección a la habitación de Miranda, la encontró llorando débilmente, su corazón se encogió de tristeza, sin entender por que ellas estaban pasando por todo aquello.-Hola, cariño- Miranda, se secó las lágrimas- dejé tu comida en la cocina. ¿Cenaste?-Si lo hice, muchas gracias.-Me alegra- sonrió débilmente- ¿cómo te fue hoy en la cafetería?-Yo pensé que me había ido bien hasta que llegue a casa, hoy traje más del doble y aún así, me golpeó- suspiró- dijo que
-No, Lara. . .- la miro con desconsuelo- no puedo hacerlo, tu no, Lara, tu no.-Me has dicho que son hombres. . . elegantes, limpios, exclusivos, así los llamaste, ayúdame Miranda.-No puedo, no puedo porque conozco en carne propia todo el dolor que ésta vida te deja, es muy difícil salir luego que entras, es como entrar en las drogas, una vez que inicias. . . estás perdido.-No tengo nada que perder, Miranda. Se que quieres lo mejor para mi, se que intentas protegerme, velar por mi, pero, es mi decisión, o me llevas, o averiguo un lugar y voy por mi cuenta, no tengo nada que perder, no tengo nada, más que el miedo a ser golpeada y el hambre que me atormenta.-Lara. . . Te lo ruego, hermana, por favor, no.-Tu puedes ayudarme- le dijo convencida- así será más fácil para poder reunir el dinero que necesitamos para irnos de aquí, Miranda, tu y yo saldremos adelante, pero ayudemonos.-Lara. . . Lara. . .- Miranda caminaba de un lado a otra sintiendo la desesperacion y el desconsuelo de q
Miranda y Lara, bajaron del taxi frente a aquel imponente lugar. La segunda, se quedó bastante sorprendida por la elegancia que despedía la sola fachada, si había pensado que sería un lugar bonito, pero no tanto.-Es un lugar increíble- le susurró a su hermana.-Lo es- se encaminaron juntas a la entrada, cuatro hombres en la puerta, elegantemente vestidos de negro y camisa blanca, con trajes de tres piezas.-Buenas noches- dijo Miranda con voz dulce.-Buenas noches, señorita Miranda- respondió el más alto de ellos, su voz gruesa y raspada- veo que hoy trae compañía.-Así es- sonrió.-Bien, si me permite.- dijo dando un paso hacia ella.-Por supuesto- Miranda, fue escaneada con un aparato, luego avanzó y otro aparato hizo lo mismo.-Ahora tú, muñeca- dijo el hombre y Lara, sintió un escalofrío recorrerla, aquel hombre era grande, muy musculoso e intimidante. Repitieron el proceso con ella y pronto estuvo junto a su hermana- Bien, adelante.-Gracias, chicos- dijo Miranda y tomó del braz