LAURAEl sol de la tarde bañaba el parque de diversiones con una luz dorada y cálida. El aire estaba lleno de risas, el sonido de los juegos mecánicos y el bullicio de la gente disfrutando del día. Jazmín había organizado la salida, invitándonos a Ramiro y a sus hermanos. Martin no pudo venir porque tenía trabajo, pero eso no me impidió disfrutar de la compañía de mis amigos.Entre vueltas en la rueda de la fortuna, carreras en los carritos chocones y la adrenalina de la montaña rusa, la tarde transcurrió entre gritos de emoción y carcajadas. Era uno de esos momentos en los que me sentía libre, sin preocupaciones, sin sombras del pasado acechándome.Pero entonces, entre la multitud, lo vi. Bryan estaba allí, a unos metros de distancia, con las manos en los bolsillos y una expresión de incertidumbre en el rostro. Me observaba, como si dudara en acercarse. Nuestras miradas se cruzaron y por un instante, todo el pasado pareció caer sobre mí como una ola. Sin embargo, algo dentro de mí me
LAURASu drama exagerado me desesperó. Me voltee y comencé a caminar, dejando su enojo atrás. Pero Martin no me dejó ir tan fácilmente. Me siguió, con su voz repleta de reproche.—¿Cómo puedes permitir que se te acerque después de lo que te hizo? ¿Cómo puedes siquiera hablarle?Me detuve de golpe. La rabia me recorrió el cuerpo como un fuego incontrolable. Me giré y lo miré directamente a los ojos, con la voz temblorosa de indignación.—¿Y tú? —dije, con la respiración agitada. —Tú también me lastimaste. ¿Cuál es la diferencia, Martin? Dime, ¿qué te hace distinto?El silencio se instaló entre nosotros. Su expresión cambió en un instante. La furia se transformó en algo diferente, algo que no supe descifrar. Pero yo no estaba dispuesta a callarme. No esta vez.—Eres mi novio, sí. ¿Y qué? Eso no te da derecho a decidir con quién hablo, con quién me encuentro o a quién perdono. ¡Esa decisión es mía!Martin apretó la mandíbula, incapaz de responder. Su mirada se oscureció, y por primera ve
LAURA—Soy gay— volvió a repetir.La frase se quedó suspendida en el aire como un golpe seco. Giré el rostro para mirarlo, esperando encontrar incomodidad o nerviosismo en su expresión, pero no había nada de eso. Parecía tranquilo, como si hubiese ensayado esas palabras muchas veces en su cabeza y, al fin, las hubiera dejado salir. Sin embargo, su siguiente confesión fue lo que realmente me descolocó.—Laura, no soy un hombre completo. No sé cómo fue, ni cómo pasó, pero sucedió. Descubrí que no me gustan las mujeres. Sin embargo, con Jasmine es diferente... No sé por qué. —Suspiró, mirando el suelo con la frente fruncida—. Un día nos descubrió a Damián y a mí en la biblioteca. Le dije la verdad. Todo comenzó como un juego, un reto de guardar el secreto con una condición... y este juego ha ido creciendo. Con el paso de los días y las semanas, se ha vuelto peligroso. Ayer me viste, y muchos más también. Pronto mi secreto estará expuesto y no sé qué pueda pasar.Lo miré en silencio, sin
MARTINSaqué el teléfono del bolsillo y, sin dudarlo, volví a escribirle a Alex."Pon en marcha el plan del video. Es hora."No pasó mucho tiempo antes de que me llegara su respuesta."Cuando lo haga, ya no habrá marcha atrás. Asegúrate de estar listo. Tú también tienes que cumplir tu parte."Respiré hondo, sintiendo una mezcla de adrenalina y determinación corriendo por mis venas."Lo sé. No hay problema."Sabía exactamente lo que debía hacer. Entrar a la casa de Bryan no sería complicado. Ya había observado sus movimientos, sabía cuándo su madre no estaba y en qué momentos él solía estar solo. Todo estaba calculado."Haré lo que sea necesario, con tal de deshacerme de ese asqueroso negro."Apagué la pantalla del teléfono y apreté los puños. Pronto, Bryan dejaría de ser un problema.Después de aquella charla por mensaje, decidí hacer una llamada. Mi voz sonó tranquila, casi indiferente, mientras arreglaba los detalles con la persona al otro lado de la línea.—Sí, quiero que todo esté
LAURADos semanas más tardeEl baño de la universidad estaba casi vacío, solo Khalessi y yo nos encontrábamos allí. Nos apoyamos en el lavabo mientras charlábamos sobre la aburrida case del maestro Erick. Khalessi lo encontraba sexy y muy apetecible.—Te juro que estaba a si de besarlo —decía Khalessi entre risas señalando una distancia entre son sus dedos—. Cuando dijo que mi ensayo parecía escrito por un robot sin emociones, su mirada se tornó tan linda y dulce que quería lanzarme a su brazos y besarlo con ansias locas.Yo intenté reír, pero un malestar repentino me cortó la diversión. Un nudo se formó en mi estómago y la náusea subió rápidamente por mi garganta.—¿Laura? ¿Estás bien? —preguntó Khalessi, frunciendo el ceño.Me cubrí la boca y respiré hondo, tratando de calmar la sensación, pero fue en vano.—Dios… qué mal me siento —murmuré.Entonces me acerqué a ella, olfateando el aire con una mueca.—Por cierto… deja de usar ese perfume, huele horrible.Khalessi se llevó una mano
RodrigoEl sonido de la notificación en mi computadora rompió el silencio de mi oficina en el hospital. Fruncí el ceño y deslicé el cursor hasta el correo entrante.Remitente desconocido.Asunto: ¿Cómo puedes permitir que el idiota de Bryan subaste la dignidad de Laura?Un mal presentimiento me recorrió el cuerpo. Hice clic para abrirlo.El mensaje no tenía texto, solo dos archivos adjuntos y un enlace al final.Exhalé con pesadez y abrí el primer archivo.La imagen tardó un segundo en cargar, pero cuando lo hizo, sentí un golpe en el estómago.Era Laura.Desnuda.El ángulo era revelador, demasiado íntimo. Mi garganta se secó mientras pasaba a la siguiente imagen, donde ella parecía estar en medio de un movimiento, su expresión era de placer.No quería ver más.Pero mis dedos temblorosos se movieron automáticamente al video adjunto.Lo dudé un momento antes de hacer clic.La pantalla se iluminó con la grabación.Bryan estaba ahí.Estaba bailando de manera provocadora, con esa maldita
LAURAPasado el tiempo de espera, le pedí a Khalessi que revisara las pruebas.—Dímelo poco a poco… con calma —susurré, sintiendo el corazón en la garganta.Ella tomó aire y asintió.—Bien… la primera es positiva.Mi pecho se apretó.—La segunda… positiva.Mis manos temblaron.—La tercera… también positiva.Sentí un nudo en la garganta.—La cuarta… positiva.Me cubrí el rostro con las manos.—Y la quinta… también positiva.Me quedé en silencio. No podía respirar.—Laura… estás embarazada.Mi rostro perdió todo color y me dejé caer en la cama sin fuerzas. No tenía ánimos de nada. Sentía como si el mundo entero se viniera abajo sobre mis hombros.Khalessi intentó animarme, pero nada podía consolarme. Me sentía devastada. Todo mi futuro, todo lo que había planeado… en un instante, parecía desmoronarse ante mis ojos.Lloré amargamente mientras Khalessi me abrazaba, tratando de consolarme. Cuando me calmé un poco, me dijo que pediría pizza y veríamos una película para distraernos.Mientras
LAURACuando abrí los ojos, la habitación se sentía extrañamente fría, mi cabeza pesaba, y el recuerdo de las palabras de Celina golpeó mi mente como una bofetada. "Video y fotos". El horror volvió de golpe.Al girar la cabeza, vi a Martín sentado junto a mi cama. Su mirada estaba cargada de preocupación, sus manos entrelazadas como si hubiera pasado horas así, observándome. Celina también estaba allí, de pie cerca de la puerta, mordiéndose el labio con nerviosismo.—Celina… déjanos solos —murmuré con voz áspera.Ella dudó un instante, pero asintió y salió sin decir una palabra.En cuanto la puerta se cerró, me incorporé lentamente. Mi corazón latía con furia, mis manos temblaban por la ira contenida. Miré a Martín fijamente, con el estómago revuelto por la sospecha que me carcomía.Sin previo aviso, levanté la mano y le di una bofetada.El sonido seco del golpe resonó en la habitación.Martín parpadeó sorprendido, llevándose la mano a la mejilla, pero no se movió ni intentó detenerme