MARTINSaqué el teléfono del bolsillo y, sin dudarlo, volví a escribirle a Alex."Pon en marcha el plan del video. Es hora."No pasó mucho tiempo antes de que me llegara su respuesta."Cuando lo haga, ya no habrá marcha atrás. Asegúrate de estar listo. Tú también tienes que cumplir tu parte."Respiré hondo, sintiendo una mezcla de adrenalina y determinación corriendo por mis venas."Lo sé. No hay problema."Sabía exactamente lo que debía hacer. Entrar a la casa de Bryan no sería complicado. Ya había observado sus movimientos, sabía cuándo su madre no estaba y en qué momentos él solía estar solo. Todo estaba calculado."Haré lo que sea necesario, con tal de deshacerme de ese asqueroso negro."Apagué la pantalla del teléfono y apreté los puños. Pronto, Bryan dejaría de ser un problema.Después de aquella charla por mensaje, decidí hacer una llamada. Mi voz sonó tranquila, casi indiferente, mientras arreglaba los detalles con la persona al otro lado de la línea.—Sí, quiero que todo esté
LAURADos semanas más tardeEl baño de la universidad estaba casi vacío, solo Khalessi y yo nos encontrábamos allí. Nos apoyamos en el lavabo mientras charlábamos sobre la aburrida case del maestro Erick. Khalessi lo encontraba sexy y muy apetecible.—Te juro que estaba a si de besarlo —decía Khalessi entre risas señalando una distancia entre son sus dedos—. Cuando dijo que mi ensayo parecía escrito por un robot sin emociones, su mirada se tornó tan linda y dulce que quería lanzarme a su brazos y besarlo con ansias locas.Yo intenté reír, pero un malestar repentino me cortó la diversión. Un nudo se formó en mi estómago y la náusea subió rápidamente por mi garganta.—¿Laura? ¿Estás bien? —preguntó Khalessi, frunciendo el ceño.Me cubrí la boca y respiré hondo, tratando de calmar la sensación, pero fue en vano.—Dios… qué mal me siento —murmuré.Entonces me acerqué a ella, olfateando el aire con una mueca.—Por cierto… deja de usar ese perfume, huele horrible.Khalessi se llevó una mano
RodrigoEl sonido de la notificación en mi computadora rompió el silencio de mi oficina en el hospital. Fruncí el ceño y deslicé el cursor hasta el correo entrante.Remitente desconocido.Asunto: ¿Cómo puedes permitir que el idiota de Bryan subaste la dignidad de Laura?Un mal presentimiento me recorrió el cuerpo. Hice clic para abrirlo.El mensaje no tenía texto, solo dos archivos adjuntos y un enlace al final.Exhalé con pesadez y abrí el primer archivo.La imagen tardó un segundo en cargar, pero cuando lo hizo, sentí un golpe en el estómago.Era Laura.Desnuda.El ángulo era revelador, demasiado íntimo. Mi garganta se secó mientras pasaba a la siguiente imagen, donde ella parecía estar en medio de un movimiento, su expresión era de placer.No quería ver más.Pero mis dedos temblorosos se movieron automáticamente al video adjunto.Lo dudé un momento antes de hacer clic.La pantalla se iluminó con la grabación.Bryan estaba ahí.Estaba bailando de manera provocadora, con esa maldita
LAURAPasado el tiempo de espera, le pedí a Khalessi que revisara las pruebas.—Dímelo poco a poco… con calma —susurré, sintiendo el corazón en la garganta.Ella tomó aire y asintió.—Bien… la primera es positiva.Mi pecho se apretó.—La segunda… positiva.Mis manos temblaron.—La tercera… también positiva.Sentí un nudo en la garganta.—La cuarta… positiva.Me cubrí el rostro con las manos.—Y la quinta… también positiva.Me quedé en silencio. No podía respirar.—Laura… estás embarazada.Mi rostro perdió todo color y me dejé caer en la cama sin fuerzas. No tenía ánimos de nada. Sentía como si el mundo entero se viniera abajo sobre mis hombros.Khalessi intentó animarme, pero nada podía consolarme. Me sentía devastada. Todo mi futuro, todo lo que había planeado… en un instante, parecía desmoronarse ante mis ojos.Lloré amargamente mientras Khalessi me abrazaba, tratando de consolarme. Cuando me calmé un poco, me dijo que pediría pizza y veríamos una película para distraernos.Mientras
LAURACuando abrí los ojos, la habitación se sentía extrañamente fría, mi cabeza pesaba, y el recuerdo de las palabras de Celina golpeó mi mente como una bofetada. "Video y fotos". El horror volvió de golpe.Al girar la cabeza, vi a Martín sentado junto a mi cama. Su mirada estaba cargada de preocupación, sus manos entrelazadas como si hubiera pasado horas así, observándome. Celina también estaba allí, de pie cerca de la puerta, mordiéndose el labio con nerviosismo.—Celina… déjanos solos —murmuré con voz áspera.Ella dudó un instante, pero asintió y salió sin decir una palabra.En cuanto la puerta se cerró, me incorporé lentamente. Mi corazón latía con furia, mis manos temblaban por la ira contenida. Miré a Martín fijamente, con el estómago revuelto por la sospecha que me carcomía.Sin previo aviso, levanté la mano y le di una bofetada.El sonido seco del golpe resonó en la habitación.Martín parpadeó sorprendido, llevándose la mano a la mejilla, pero no se movió ni intentó detenerme
MARTINLa piedra ya había sido lanzada, pero no estaba listo para aceptar que fui yo quien lo hizo.Peor aún, estaba Laura.Había decidido enfrentarse a mí y, aunque lo sospechaba, nunca pensé que sus palabras y la posición que tomaría en este caso me dolerían tanto.La seguí de lejos y ver su silueta encogida, caminando entre lágrimas, me desgarró por dentro. Pero tenía que darle espacio.Cuando llegó a casa, su padre estaba afuera. Sin dudarlo, corrió a abrazarlo.Me detuve a unos metros y bajé del auto. No sabía si quedarme o irme, pero cuando ella levantó la vista y me miró con seriedad, supe que ya no había nada que pudiera hacer.—¡Martin! — dijo Rodrigo—Se lo contaste.—Ya lo sabía, Celina se lo había dicho— le conté.—Mañana hablaré con Bryan —anunció ella.Su padre la miró sorprendido y negó de inmediato.—No, Laura. No te meterás en esto.Pero ella insistió. Y al final, él suspiró, derrotado.—Está bien. Yo te llevaré.Laura ya no me dirigió ni una sola palabra. Entró en la
LAURAEntré a la habitación y lo vi ahí, sentado al borde de la cama, con las manos crispadas y la mirada perdida. Bryan estaba nervioso, asustado… aterrorizado. En cuanto me vio, se levantó de golpe y se acercó a las rejas con desesperación.—Soy inocente, lo juro —su voz temblaba—. No sé cómo ese video llegó a mi laptop, ni las fotos… Nunca haría algo así y lo sabes.No dije nada. No sabía por dónde empezar, cómo siquiera articular una respuesta.Él siguió hablando, su respiración entrecortada por la angustia.—Fue Martín. Es capaz de todo con tal de destruirme. Quería asegurarse de que no volviéramos a estar juntos y con esto lo consiguió. Tienes que entender que él no está bien de la cabeza… Todo lo tiene planeado.Dio un paso más hacia mí, sus ojos desesperados buscando los míos.—Por favor, Laura… dime que me crees.Mi pecho se oprimió. Sus palabras estaban llenas de verdad… o tal vez de una mentira tan bien construida que dolía.Sabía que decía la verdad. Y esa verdad me aterra
MARTINAntes de ingresar a hablar con Bryan, le envié un mensaje a Alex.—¿Qué pasó con el video?Su respuesta llegó rápido.—Minutos después de que la policía abrió el archivo, este se borró por completo de la laptop, sin dejar rastro.Sentí un alivio inmediato.—Perfecto —respondí.—Gracias.Pero Alex no dejó pasar la oportunidad de reclamarme.—Jugar con fuego es peligroso, Martín. No olvides eso.No respondí. Ya lo sabía. Pero algunas cosas simplemente valían el riesgo.Después de ver salir a Laura, esperé unos minutos antes de ingresar a la celda de Bryan. La sensación de triunfo recorría mi cuerpo como un escalofrío placentero.Quería disfrutar de su nueva "residencia". Aunque sabía que su condena no sería posible, al final solo obtendría una simple orden de alejamiento. Pero eso no importaba.Lo que realmente deseaba era ver su miedo, jugar un poco más con él… y, de una vez por todas, obligarlo a huir como la gallina que era.Apenas me vio, su mirada se llenó de odio.—¿Por qué