En los brazos del alfa
En los brazos del alfa
Por: Gena Jim
Cap:01 ¡Que ricura!

—No seas insípida ¡Vamos levanta esa cabeza y camina como una dama! 

Habla mi madre mientras golpea mi espalda con una pequeña, pero dolorosa vara. 

—Auch. 

Me quejo y recibo otro golpe más fuerte. 

—¡Te dije que alzaras la cabeza! 

Me grita y siento como mis pobres oídos resuenan. 

Cielos ¿Por qué tiene que gritar tanto?

Pienso mientras ruedo los ojos mentalmente.

—Madre, tratar con mi hermana es un caso perdido, te aconsejo que no pierdas el tiempo.

Habla la cínica de mi hermana menor… Es un demonio hecho persona.

—Callate Mery, te aconsejo que vayas a beber té con tus amiguitas, es lo único bueno que sabes hacer.

Y sí, otro golpe más fuerte haciendo que aprietes los dientes.

—¿Qué te he dicho de hablarle así a tu hermana? Estas castigada, y más te vale de que recibas al príncipe heredero con buena cara… No quiero más quejas inútil.

Habla enfadada mientras se marcha junto a mi hermana.

—¿Se encuentra bien señorita?

Escucho la preocupada voz de mi sirvienta personal y sonrío mientras suspiro.

—Si, estoy bien, nada de lo que no haya pasado otras veces…  Vamos a la habitación, estoy castigada nuevamente.

—Hay no ¡Otra vez! Ya le he dicho que sea sumisa delante de su madre o le irá peor.

Me reclama Lili y le sonrío de medio lado.

—Sabes que eso jamás ocurrirá… ¿Sumisa yo? Ni en mis más peores pesadillas… Vamos.

Le digo y ambas nos dirigimos a mi habitación y a estar encerrada por una semana … A menos de que el estúpido príncipe venga y tenga que salir por obligación… Y esa desgracia ocurrirá esta tarde.

Para ponerlos en contexto les cuento:

Mi nombre es Adelaida Ivanov, tengo veinte años y vivo en el reino Esmeralda, un reino próspero para estar lleno de idiotas… Perdón, personas poco inteligentes.

Mis padres son unos duques influyentes muy cercanos a los reyes, por esa razón me comprometieron con el estúpido príncipe Harry Bedford… Otro ser poco inteligente que el día que el reino caiga en manos de él… Todos pereceremos igual que su poco cerebro.

Este reino al igual que otros posee magia, pero es muy escasa y solo las personas con alto cargo en el reinado puede llegar a tener y ser muy valiosos. En caso de que alguien humilde tenga magia, es llevado de inmediato al palacio y el rey junto a sus séquitos de ancianos se encarga de esa persona… Aunque la verdad es muy triste, ellos llegan a ser usadas para el beneficio del rey.

Por eso en este rein y algunos más, nos encontraremos con personas de ojos de dieferentes colores y no sería nada extraño… 

(...)

—Maldito corset, maldito vestido, maldigo el día en que nací mujer… Hay.

Me quejo al sentir como Lili me saca todo el aire al apretar el corset hasta el final.

—Ya está listo señorita… Le aconsejo que no digas maldiciones, si su madre la escucha sería un problema mayor.

—Lo se Lili… Es solo que no puedo evitarlo… Las palabras salen de mis labios por si solas.

Hablo y ella niega colocando otra capa de tela encima de mi pobre cuerpo… A este paso voy a morir asfixiada.

Lili peina mi cabellera rubia y lo recoge en una hermosa trenza agregándole varios adornos muy lindos la verdad.

—Ya está lista señorita, se mira muy hermosa.

Habla Lili maravillada por su trabajo, y me miro al espejo… La verdad si estoy hermosa… ¿Pero que digo? He sido hermosa desde que nací.

Hablo en mi mente mientras sonrío de lado y salgo de la habitación para encontrarme con el estúpido príncipe.

Bajo las escaleras y en unos de los muebles se encuentra el principe y mi madre charlando muy agusto y sonriendo falsamente como ellos me han enseñado.

—Oh, ahí viene mi preciosa niña.

Dice mi madre colocandose de pies mientras me advierte con la mirada de que no haga nada estúpido.

Al terminar de bajar las escaleras me acerco a una distancia prudente y hago una elegante reverencia.

—Lady Adelaida Ivanov, saluda al príncipe heredero y sol del imperio Harry Bedford, es un honor tenerlo en este humilde hogar majestad.

Hablo con una sonrisa falsa y este sonríe acercándose a mi, toma mi mano entre las suyas y deja un beso… Gracias al cielo que llevo guantes.

—Es un honor volver a verla mi lady, es usted una mujer muy hermosa, dichoso son aquellos ojos que pueden mirar semejante belleza.

Habla como si estuviera recitando una tarea y me doy cuenta de que de seguro se aprendió esas líneas para decirmelas… Idiota.

—Muchas gracias majestad… Es usted muy amable.

Digo mientras bajo la mirada fingiendo inocencia… No soporto esto… Tengo ganas de vomitar.

—¿Le gustaría dar un paseo por la plaza mi lady?

Pregunta y con un suspiro asiento.

—Me encantaría mi lord.

Menciono y mi madre me mira asintiendo con una sonrisa.

El príncipe me tiende su codo y yo lo tomo fingiendo una sonrisas.

—Con su permiso señora Ivanov, me llevo a su hermosa hija.

—Si, si, claro, tómese su tiempo en conocerse… No tengan prisa.

Dice esta sonriendo demasiado… Creo que la cara se le va a desarmar.

Ambos salimos fuera de la mansión, y mi “prometido” me ayuda a subir a su lujoso carruaje y así partir hacia la plaza principal.

—Estás muy callada ¿Te pasa algo?

Me pregunta con voz suave y me giro a mirarlo.

—No pasa nada alteza, yo estoy bien.

Finjo una sonrisa mientras ruedo los ojos mentalmente… Como desearía lanzarlo por la ventana.

Minutos más tarde llegamos a la famosa plaza donde están todas las señoras atentas a todo lo que pasa para ir a contarlos en sus ridículas fiestas de té.

El príncipe baja primero y luego me tiende la mano para que yo pueda bajar del carruaje.

Observo como varias personas nos observan y finjo una sonrisa tímida bajando del lujoso carruaje.

Mi prometido empieza a pasearme mientras me habla de sus aburridos viajes por varios países y la verdad es que tengo sueño.

—Prometo que cuándo nos casemos la llevaré a conocer las tiendas más famosas del mundo, estoy seguro de que estaría encantada de ir.

—Si, seguro alteza.

Respondo ya harta de su parloteo… ¡Cielos, este hombre no se calla!

Llegamos frente a un establecimiento donde venden armas y el príncipe se detiene.

—Debo entrar y comprar algunas herramientas para mi futuro suegro… ¿Me espera aquí?

Pregunta y frunzo el ceño por qué la verdad quiero entrar y elegir algunas herramientas para mi… Pero no creo que este sea el momento.

—No se preocupe majestad, usted compre con calma que yo caminaré por los alrededores.

Menciono con una sonrisa mientras bajo el rostro.

—Usted siempre tan comprensiva… Entonces nos vemos en unos minutos, no camine muy lejos.

—Como ordene, prometo no ir muy lejos.

—Asi me gusta.

Dice para luego dejar un beso en una de mis manos y se marcha.

Cuándo él, ijunto a sus guardias desaparecen de mi vista respiro con tranquilidad y alivio.

Así que me giro para dar la media vuelta e irme, pero choco con una pared de músculos.

—Carajo, m*****a sea.

Susurro mientras doy algunos pasos hacía atrás para no caerme.

—La hermosa boca de una señorita no puede decir malas palabras, eso no está bien delante de la sociedad.

Escucho una grave y baja voz que me hace estremecer y levanto la mirada de inmediato.

—Por todos los cielos… ¡Qué manjar!

Susurro mientras mi vista escanea ese espécimen de hombre que está justo delante de mí… Creo que me quedé sin respirar…

—¿Está bien señorita?

Vuelve a hablar y siento que ya puedo morir en paz.

—Si a todo, menos al divorcio.

Vuelvo a susurrar y su ceño se frunce.

—¿Disculpe?

Pregunta confundido.

—No, nada, no dije nada… Mmm, que ricura.

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