ADELAIDA:
Mis manos acarician el sedoso cabello de mi gato y sonrío dormida mientras lo escucho ronronear. ¡Esperen! ¡Pero si no tengo gatos! Pienso y abro los ojos de golpe llevándome un susto de muerte al ver cómo duermo en el pecho de alguien que duerme plácidamente. Mi primer instinto es gritar, pero no lo hago cuando varios recuerdos llegan a mi mente. —Mierda, m****a. Murmuro intentando levantarme, pero sus fuertes brazos me acurrucan a su cuerpo para luego decir. —Aún es temprano, duerme un poco más. Dice y quiero llorar… Cielos… ¿Qué hice? Con algo de esfuerzo me separo de sus brazos y me coloco en pies con miles de pensamientos. ¿Cómo llegué aquí? ¿Fui secuestrada? ¿Cómo me trajo aquí? El hombre que tengo entendido se llama Raizel… Se comienza a despertar y busco algo con que defenderme. Tomo una lámpara y el moreno me mira alzando las cejas. —¿Qué crees que haces? Pregunta con la voz adormilada. —¿No es obvio? Intento defenderme de tí… Hablo fingiendo seguridad mientras lo amenazo con la lámpara. Su bella sonrisa hace que mis pies flaqueen por unos segundos. —Es interesante que intentes defenderte de mí… Ahora te pregunto… ¿Cómo demonios entraste aquí? Pregunta y frunzo el ceño. —¿No es obvio? Tú me has secuestrado. Respondo mientras lo apunto con mi dedo y Raizel me mira confundido. —¿Por qué piensas que yo te secuestraría? Me pregunta y me río dejando la lámpara a un lado. —Es más que obvio, soy una mujer hermosa ¿Quién no quería estar conmigo? Hablo con el ego por las nubes. —Jaja, yo también soy un hombre guapo y bien dotado ¿Crees que necesito secuestrar a una mujer? Con mis atributos es más que suficiente. Dice altanero y lo miro con rabia. —Te odio. —Hace unas horas decías otra cosa ¿No quieres repetir? Pregunta mientras mira mi cuerpo con deseo y ahí caigo en cuenta que estoy desnuda. —Maldición. Murmuro tomando la sabana y me envuelvo en ella. —La boca de una dama no puede decir malas palabras. Dice con burla y lo miro mal. —Cállate… Ahora necesito algo de tí. —¿Quieres esto? Me pregunta mostrándome su cosa muy activa y giro el rostro sintiendo como comienzo a ponerme roja. —Mmm, entonces ¿Qué quieres? —Necesito llegar a la mansión antes de que mis padres se den cuenta que no estoy… Sería un escándalo… Ya sabes. Trato de explicarle, pero este no se mueve. —Tu llegaste aquí, ahora resuelve como volver a tu casa. Dice sin interés y me dan ganas de golpearlo. —Raizel. —¿Si? —Por favor… Necesito volver a mi casa, ayúdame ¿Si? Le pongo mi mejor cara de tristeza y este me mira sorprendido. —Vaya, estoy sorprendido… Casi me convences. Dice y quiero llorar… Miro hacia la ventana y el sol está casi por rayar el alba y respiro varias veces. —Bien, ya que no me quieres llevar, lo haré por mi cuenta y si llega a pasarme algo estará en tu conciencia por el resto de tus días. Digo con la frente en algo mientras me dirijo a la enorme puerta. —Espera. Escucho su grave voz. —¿Si? Me giro con mi mejor sonrisa. —Está bien, pero primero colócate algo de mi ropa y cúbrete el rostro… Si te miran aquí podría ser un escándalo. Asiento de acuerdo con él y me coloca una de sus ropas que me quedan enorme. Luego procedo a cubrirme el rostro. —Sígueme, y no levantes la cabeza ¿De acuerdo? —De acuerdo. Murmuro y comienzo a seguirlo. La mansión no es muy grande y rápidamente estamos fuera. —Iremos a caballo para ir más rápido. —Perfecto, mientras más rápido mejor. Menciono y este asiente de acuerdo. Raizel prepara el caballo y él se sube de primero para luego tenderme su mano y yo subo con agilidad delante de él. La residencia de Raizel no está muy lejos de mi mansión así que estoy pensando si soy sonámbula… Aunque no tiene sentido… ¿Cómo llegué a su cama? Ni siquiera sabía dónde vivía. —Puedes dejarme aquí, cerca hay un pasadizo que me llevará al patio trasero de la mansión, de ahí yo me las arreglo. Le explico y este asiente permitiendo que baje del caballo para luego él hacerlo. —No es necesario que te bajes del caballo yo… No termino de hablar cuando sus labios chocan con los míos en un apasionado beso que me deja sin aliento. —Eres mía pequeña, no lo olvides. Me susurra para luego soltarme, pero no sin antes apretar una de mis nalgas. Me alejo con mis piernas algo temblorosas y escucho su risa. —Maldito. Murmuro mirándolo de reojo antes de cruzar al pasadizo que me llevará al patio trasero de mi mansión. Al llegar camino con cautela y con mucho cuidado subo hacia la ventana de mi habitación que para mí mala suerte está cerrada con seguro… ¿Y ahora qué hago? Miro hacia el balcón y con cuidado me dirijo ahí hasta subir por completo… Uuufff. Suspiro mirando mis manos rojas. De pronto la puerta del balcón se abre haciendo que me sobresalte. —¡¡Adelaida!!—¡Adelaida!La voz de mi sirvienta personal me hace saltar de mi lugar y coloco una mano en mi pecho.—Cielos… Me asustaste.Menciono ingresando a mi habitación mientras observo todo el lugar para verificar de que no haya nadie.—Señorita, lamento interrumpirla, pero me asusté cuándo vine a su habitación y no la encontré, dígame ¿Dónde estaba? ¿Y esa ropa que lleva puesta? Parece ser de hombre…Me pregunta y la miro de reojo mientras observo todas las ventanas y veo que están bien cerradas con seguro ¿Cómo entró aquí para llevarme?Pienso frunciendo el ceño.—Hay si te cuento… Saldrías espantada Lili.Murmuro y busco alguna abertura por dónde ese individuo entró anoche.—Déjese de cosas señorita… Mejor dígame qué busca y yo se lo encuentro por usted, debe de tomar un baño y cambiarse para la salida con su madre y hermana.Dice y tuerzo los labios.—Odio esas estúpidas fiestas de té… En fin, no busco nada Lili, ven ayúdame a tomar mi baño estoy agotada.Digo y ella asiente dirigiéndose
ADELAIDA:Al llegar al patio trasero de la familia prieto, varias jovencitas nobles noble, con sus respectivas madres ya se encontraban charlando.—Buenas tardes.Saluda mi madre haciendo una referencia y mi hermana y yo le seguimos atrás.—Buenas tardes querida, es un gusto que haya venido a nuestra humilde fiesta duquesa Ivanov.Habla la señora Prieto con una sonrisa muy exagerada.—Gracias a usted por la invitación marquesa.Dice mi madre con elegancia mientras observa a todas las señoritas con una sonrisa falsa.—Hay, pero que maleducada soy, venga tomen asiento… Lady Adelaida, es un gusto tenerla aquí, espero que cuándo se convierta en la futura emperatriz continúe con esa misma humildad.Dice y sonrío sin mostrar los dientes.—Continuaré siendo la misma, marquesa Prieto.Respondo y me siento incómoda al tener todas las miradas en mi persona.Mi madre por fin hace algo bueno y comienza a hablar de todo lo que hará cuándo yo sea emperatriz… Bla, bla… Así llevándose todas las mirad
ADELAIDA:Salgo del despacho de mi padre y Lili me mira con pena al ver mis manos.—Vamos, hay que curarte esas manos.Dice ella con tristeza y solo asiento caminando con dirección a mi habitación.En los pasillos me encuentro con mi madre y hermana mayor que me miran con burla.—Supongo que ya recibiste tu castigo, eso te ayudará a comportarte en la sociedad.Habla mi madre destilando veneno y solo paso por su lado sin decir media palabra.—Vaya madre, aún así no deja la mala educación.Habla la víbora de mi hermana.—Es normal cariño, no puede negar sus raíces.Dice mi madre, pero no presto atención a sus palabras y me marcho junto a la persona que siempre ha estado conmigo; mi nana, y mi sirvienta personal.Ella se encarga de curar las heridas de mis manos para luego vendarlo, mientras yo tengo mi mirada fija en la pared.Lili me ayuda a bañarme y luego me coloca un ligero camisón.—Usted descanse señorita, iré a prepararle algo de comida.Dice y asiento sin decir nada.Rato más ta
ADELAIDA: —¿Quién fue el maldito que te hizo esto? Carajo. Pienso mientras mis ojos se abren al darme cuenta de que tengo un lobo alfa frente a mí. Según lo que me han contado, los lobos son salvajes y agresivos, además de que tienen una fuerza mayor que la de un humano normal. —Eres un lobo. Afirmo mientras la voz me tiembla un poco. —Eso no es importante, responde Adelaida. Ordena y no me queda de otra. —Está bien… Fue mi padre. Lo digo en un tono bajo y este frunce el ceño mientras una vena se hace presente en su sien. Intento quitar mi mano, pero un gruñido de su parte me hace dejarlo. M****a ¿Cómo me metí con un lobo? Me pregunto mientras me doy un golpe mental por tonta, y no haberme dado cuenta antes. El lobo comienza a curarme delicadamente y envuelve mi herida para luego mirarme. —¿Por qué tú padre te hizo esto? Creo que eres lo suficientemente mayor para estar recibiendo esa clase de castigos. Dice y me encojo de hombros. —Eso no es importante… ¿Tienes algo d
RAIZEL:La observo dormir en mi pecho mientras ambos permanecemos en el balcón después de una caliente sesión que la dejó agotada.—Es tan hermosa.Ronronea mi lobo Jacobo y estoy de acuerdo.—Es muy hermosa la chiquilla, y solo será nuestra.Le digo y este asiente de acuerdo.Aspiro su aroma una vez más antes de marcharme.Ya el sol comienza a hacer acto de presencia y sería un caos si me encuentran en este lugar.Así que me quito la chaqueta que llevo puesta y cubro bien a la pequeña humana que da suaves ronquidos que me provocan risa.—No puedo percibir ningún rastro de magia en ella… ¿Cómo es que ha estado apareciendo en nuestra cama?Pregunta mi lobo y me quedo pensativo.—Creo que tendremos que investigar qué es lo que está pasando… No es normal que esto ocurra, además es imposible que ella penetre la propiedad sin que absolutamente nadie se dé cuenta.Hablo y mi lobo está de acuerdo.—Es hora de irnos.Le hablo a mi lado por medio del enlace y observo a Adelaida.—Hasta pronto
ADELAIDA:Mis ojos observan al hombre que le hace una reverencia a mi madre mientras le sonríe con suavidad mientras anoche hacia con mi cuerpo lo que se le venía en gana.El muy maldito de Raizel me observa de reojo, pero lleva sus ojos a mi hermana que le sonríe mientras lo observa de arriba abajo.De pronto las puertas son abiertas y mi padre entra con una sonrisa de oreja a oreja.—Archiduque Raizel Norfolk, es un placer tenerlo en este humilde hogar.La voz emocionada de mi padre no se hace esperar y ambos estrechan sus manos.—El placer es mío duque Ivanov… Veo que tiene una hermosa familia.Dice mientras vuelve a mirarme de reojo y mi padre ríe orgulloso.—Gracias archiduque Norfolk, le presento a mi hermosa familia.Dice dirigiéndose a nosotros.—Ella es mi esposa Leticia Ivanov.—Me da gusto conocerla duquesa, he escuchado mucho de usted.Dice Raizel dejando un beso en la mano de mi madre y frunzo el ceño sintiendo un malestar en el estómago.—Oh, gracias querido.Habla ella
ADELAIDA:Las sirvientas llegan con bandejas de bocadillos y taza de té que huele muy delicioso.—Dígame archiduque Norfolk ¿Cuándo se piensa casar con mi cuñada?Pregunta mientras una de las sirvientas le sirven una taza de té.Mis ojos caen automáticamente en Raizel que mira al príncipe con el ceño fruncido, pero luego se relaja un poco.—Con todo respecto alteza, pero creo que eso no es de su incumbencia.Dice con voz firme y mi madre casi vomita el té mientras que el cuerpo de mi padre se tensa por completo.—Lo lamento alteza, al parecer el archiduque no es muy conversador… Jajaja, verá… Apenas se están conociendo y …—Se casarán en un mes.Dice mi padre cortando el parloteo de mi madre.—¿Qué? Pregunta mi hermana confundida.—No hay tiempo que perder, el emperador ha dado la autorización, en una semana serán presentados y en un mes la boda.Dice mi padre con determinación y solo miro a Raizel que cierra los puños con fuerza.—Vaya… Muchas felicidades.Dice el príncipe, pero se
ADELAIDA:Luego de él príncipe haber pagado la enorme cantidad continuamos caminando mientras observamos algunos puestos de comida.—Miren hay una obra que va a empezar.Habla mi hermana deteniéndose frente a un cartel.—Que bien, pero ya quiero irme a casa.Digo suspirando, la verdad estoy cansada y aburrida.—Hay, no seas así hermanita, sería divertido y romántico asistir… ¿Qué dices lord Norfolk?Le pregunta a Raizel mirándolo con lo que supongo es ¿Coquetería?—Si, creo que no estaría mal mirar una obra.Dice este y ruedo los ojos.—Bien, entonces el príncipe y yo nos marcharemos…—No, claro que no lady Ivanov, me encantaría mirar la obra, venga.Dice tomándome del brazo y me lleva dentro.Los administradores al ver al príncipe nos dejan pasar de inmediato y sin problemas alguno.Nos sentamos en la segunda fila ya que hay varios asientos vacíos.Soy la primera en tomar asiento y atrás me sigue mi hermana, luego el príncipe y por último Raizel.—Compórtate Adelaida, me estás hacien