—No seas insípida ¡Vamos levanta esa cabeza y camina como una dama! Habla mi madre mientras golpea mi espalda con una pequeña, pero dolorosa vara. —Auch. Me quejo y recibo otro golpe más fuerte. —¡Te dije que alzaras la cabeza! Me grita y siento como mis pobres oídos resuenan. Cielos ¿Por qué tiene que gritar tanto?Pienso mientras ruedo los ojos mentalmente.—Madre, tratar con mi hermana es un caso perdido, te aconsejo que no pierdas el tiempo.Habla la cínica de mi hermana menor… Es un demonio hecho persona.—Callate Mery, te aconsejo que vayas a beber té con tus amiguitas, es lo único bueno que sabes hacer.Y sí, otro golpe más fuerte haciendo que aprietes los dientes.—¿Qué te he dicho de hablarle así a tu hermana? Estas castigada, y más te vale de que recibas al príncipe heredero con buena cara… No quiero más quejas inútil.Habla enfadada mientras se marcha junto a mi hermana.—¿Se encuentra bien señorita?Escucho la preocupada voz de mi sirvienta personal y sonrío mientras
ADELAIDA: Mis ojos no dejan de mirar al hermoso hombre de piel morena y ojos grises. Debe de medir un metro noventa o más… Sus fuertes brazos bajo la ropa se dejan notar al igual que su pecho. Mis ojos escanean su rostro y lo primero que miro son sus labios… Mmm, carnosos y sabrosos. —Es hora de partir señor. Interrumpe mi escrutinio un albino que me mira con interés. —Buenos días mi lady. Me saluda con educación y lo devuelvo igual. —Buenos días mi lord. Digo haciendo una leve reverencia y este asiente para después ambos marcharse. No despego la vista de la ancha espalda del moreno y este me mira por encima del hombro para luego sonreír de medio lado y desaparecer de mi vista. —Me alegra de que no haya ido muy lejos mi lady, no encontré nada, tendré que volver en otro momento. Dice sin dejar de mirarme con evidente lascivia en sus ojos. Respiro profundamente y luego le muestro mi mejor sonrisa. —No se preocupe alteza, será para otra ocasión. —Si, será para otra ocasión
Mi nombre es Raizel Norfolk, archiduque de las tierras del norte del reino Diamond, y rey alfa para mí gente, para mi querida y amada manada.—¿Una solicitud de matrimonio? ¿Tu primo está loco?Pregunta Zacary mi beta, mostrando el documento firmado con el anillo del rey.—¿Ahora es que sabes que mi primo está demente? Pregunto rodando los ojos mientras tomo el documento entre mis manos y leo las locuras de mi primo.—Debes de rechazar la solicitud, no puedes casarte con una mujer que no es tu pareja predestinada, así lo dicta la ley.Dice Zacary arrugando el ceño.—¿Casamiento? ¿Quién va a casarse?Pregunta el jefe de todos mis soldados entrando a mi despacho —Es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas Bastián.Le recrimina Zacary y este toma asiento en uno de los muebles sin prestarle mucha atención.—Alfa, si me lo permite reuniré a mis hombres para matar al estúpido emperador, puedo asegurarle que será presa fácil, le caeremos de sorpresa.Dice Bastián serio y niego
ADELAIDA:Mis manos acarician algo duro y a la vez suave ¿Qué será? Pienso en medio del sueño, pero aún así no me despierto, me siento tan cómoda.Un ronco gemido me hace abrir los ojos de golpe y me siento en la cama mirando en todos lados pero está oscuro.—Dónde estoy.Murmuro para mí misma al reconocer que no es mi habitación… Mis sabanas no son así de suaves… Además, esta habitación tiene dos ventanas donde filtra la luz de la noche.—Donde perteneces.Escucho la voz ronca de un hombre y mi corazón se dispara.—¿Acaso me han secuestrado?Pienso, pero mi mente queda en blanco cuando la persona junto a mi, me hala y se coloca encima de mí.—¿Cómo entraste aquí pequeña?Me pregunta mientras olfatea mi cuello, pero yo solo puedo pensar en la gran cosa que presiona mi entre pierna.—¿Acaso eso es?...Pregunto conmocionada y escucho su ronca risa.—Es todo tuyo si así lo quieres.Susurra en mi oído haciendo que me estremezca.Él levanta la cabeza para mirarme y sus ojos brillantes de c
ADELAIDA:Mis manos acarician el sedoso cabello de mi gato y sonrío dormida mientras lo escucho ronronear.¡Esperen! ¡Pero si no tengo gatos!Pienso y abro los ojos de golpe llevándome un susto de muerte al ver cómo duermo en el pecho de alguien que duerme plácidamente.Mi primer instinto es gritar, pero no lo hago cuando varios recuerdos llegan a mi mente.—Mierda, mierda.Murmuro intentando levantarme, pero sus fuertes brazos me acurrucan a su cuerpo para luego decir.—Aún es temprano, duerme un poco más.Dice y quiero llorar… Cielos… ¿Qué hice?Con algo de esfuerzo me separo de sus brazos y me coloco en pies con miles de pensamientos.¿Cómo llegué aquí? ¿Fui secuestrada? ¿Cómo me trajo aquí?El hombre que tengo entendido se llama Raizel… Se comienza a despertar y busco algo con que defenderme.Tomo una lámpara y el moreno me mira alzando las cejas.—¿Qué crees que haces?Pregunta con la voz adormilada.—¿No es obvio? Intento defenderme de tí…Hablo fingiendo seguridad mientras lo
—¡Adelaida!La voz de mi sirvienta personal me hace saltar de mi lugar y coloco una mano en mi pecho.—Cielos… Me asustaste.Menciono ingresando a mi habitación mientras observo todo el lugar para verificar de que no haya nadie.—Señorita, lamento interrumpirla, pero me asusté cuándo vine a su habitación y no la encontré, dígame ¿Dónde estaba? ¿Y esa ropa que lleva puesta? Parece ser de hombre…Me pregunta y la miro de reojo mientras observo todas las ventanas y veo que están bien cerradas con seguro ¿Cómo entró aquí para llevarme?Pienso frunciendo el ceño.—Hay si te cuento… Saldrías espantada Lili.Murmuro y busco alguna abertura por dónde ese individuo entró anoche.—Déjese de cosas señorita… Mejor dígame qué busca y yo se lo encuentro por usted, debe de tomar un baño y cambiarse para la salida con su madre y hermana.Dice y tuerzo los labios.—Odio esas estúpidas fiestas de té… En fin, no busco nada Lili, ven ayúdame a tomar mi baño estoy agotada.Digo y ella asiente dirigiéndose
ADELAIDA:Al llegar al patio trasero de la familia prieto, varias jovencitas nobles noble, con sus respectivas madres ya se encontraban charlando.—Buenas tardes.Saluda mi madre haciendo una referencia y mi hermana y yo le seguimos atrás.—Buenas tardes querida, es un gusto que haya venido a nuestra humilde fiesta duquesa Ivanov.Habla la señora Prieto con una sonrisa muy exagerada.—Gracias a usted por la invitación marquesa.Dice mi madre con elegancia mientras observa a todas las señoritas con una sonrisa falsa.—Hay, pero que maleducada soy, venga tomen asiento… Lady Adelaida, es un gusto tenerla aquí, espero que cuándo se convierta en la futura emperatriz continúe con esa misma humildad.Dice y sonrío sin mostrar los dientes.—Continuaré siendo la misma, marquesa Prieto.Respondo y me siento incómoda al tener todas las miradas en mi persona.Mi madre por fin hace algo bueno y comienza a hablar de todo lo que hará cuándo yo sea emperatriz… Bla, bla… Así llevándose todas las mirad
ADELAIDA:Salgo del despacho de mi padre y Lili me mira con pena al ver mis manos.—Vamos, hay que curarte esas manos.Dice ella con tristeza y solo asiento caminando con dirección a mi habitación.En los pasillos me encuentro con mi madre y hermana mayor que me miran con burla.—Supongo que ya recibiste tu castigo, eso te ayudará a comportarte en la sociedad.Habla mi madre destilando veneno y solo paso por su lado sin decir media palabra.—Vaya madre, aún así no deja la mala educación.Habla la víbora de mi hermana.—Es normal cariño, no puede negar sus raíces.Dice mi madre, pero no presto atención a sus palabras y me marcho junto a la persona que siempre ha estado conmigo; mi nana, y mi sirvienta personal.Ella se encarga de curar las heridas de mis manos para luego vendarlo, mientras yo tengo mi mirada fija en la pared.Lili me ayuda a bañarme y luego me coloca un ligero camisón.—Usted descanse señorita, iré a prepararle algo de comida.Dice y asiento sin decir nada.Rato más ta