Cap:04 Mi luna

ADELAIDA:

Mis manos acarician algo duro y a la vez suave ¿Qué será? Pienso en medio del sueño, pero aún así no me despierto, me siento tan cómoda.

Un ronco gemido me hace abrir los ojos de golpe y me siento en la cama mirando en todos lados pero está oscuro.

—Dónde estoy.

Murmuro para mí misma al reconocer que no es mi habitación… Mis sabanas no son así de suaves… Además, esta habitación tiene dos ventanas donde filtra la luz de la noche.

—Donde perteneces.

Escucho la voz ronca de un hombre y mi corazón se dispara.

—¿Acaso me han secuestrado?

Pienso, pero mi mente queda en blanco cuando la persona junto a mi, me hala y se coloca encima de mí.

—¿Cómo entraste aquí pequeña?

Me pregunta mientras olfatea mi cuello, pero yo solo puedo pensar en la gran cosa que presiona mi entre pierna.

—¿Acaso eso es?...

Pregunto conmocionada y escucho su ronca risa.

—Es todo tuyo si así lo quieres.

Susurra en mi oído haciendo que me estremezca.

Él levanta la cabeza para mirarme y sus ojos brillantes de color amarillo me asustan un poco…

Esto no es normal, por lo tanto…

—Estoy soñando ¿Verdad?

Hablo para mí misma, luego sonrío de manera perversa.

—Si es un sueño puedo hacer todo lo que quiera, incluso imaginarme que es el hombre guapo de labios sabrosos.

Murmuro mientras rodeo su cuello con mis brazos y lo beso.

La verdad que es la primera vez que beso a un chico, la primera vez fue como a los diez años cuándo un niño intentó besarme y me llenó casi toda la cara de saliva…. Iiuu.

Siento sus tibios labios sobre los míos inexpertos y mi pobre corazón se acelera.

Hago todo lo que hace de vuelta y escucho una sonrisa de su parte mientras se aleja un poco de mis labios.

—¿Nunca habías besado?

Pregunta con voz ronca y baja.

—No.

Hablo y siento mi voz algo extraña.

—Entonces, eso es bueno, seré tu maestro.

Dice para volver a besarme de manera diferente.

Un gemido se escapa de mis labios cuándo siento su lengua adentrarse en mi boca mientras esa gran cosa presiona mi parte íntima haciendo un vaivén.

Su boca deja la mía palpitante y siento como sus labios baja por mi cuello e inconscientemente le hago espacio.

—Quiero que sepas que no estás soñando pequeña… Esta es la vida real.

Me susurra y frunzo el ceño.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.

Dice para luego volver a mis labios y me olvido de todo… Hasta de mi preciado nombre.

Sus grandes manos rasgan el camión de dormir y lo detengo viviendo en sí.

—Oye, espera.

Lo detengo con la respiración agitada.

—¿A quién quieres esperar? ¿Mmm?

Pregunta olfateando mi cuello mientras sus manos se cuelan a mi parte íntima y me sobresalto.

—Vaya… Sí que estás mojada.

Dice con la voz ronca y me confundo.

¿Mojada? ¿Acaso me oriné? ¡Hay no que vergüenza!

Pienso sintiendo como mi cara comenzando a calentarse.

Llevo mi mano ahí abajo y evidentemente está mojado y resbaladizo.

—¿Lo vez belleza? Me alegra de que yo te exite así.

Dice y noto cierto orgullo en su voz.

De pronto una de su gran mano acaricia mis pliegues y un suspiro sale de mis labios.

—Hay.

Muerdo mis labios sosteniendome de sus fuertes y grandes hombros.

Su mano se mueve con mas velocidad y mi espalda se arquea echando mi cabeza hacia atrás.

—Hay carajo… Esto es… Mmm

—Es muy bueno lo sé.

Dice y solo ruedo los ojos… ¡Que arrogante!

—Co… Como te llamas…

Menciono mordiendo mis labios para no gritar del gusto.

—Raizel.

Gruñe y siento como su boca chupa mi pezón así llevándome a otra dimensión.

Siento como algo recorre mi columna y mi corazón se acelera como si estuviera corriendo.

—Raizel… Raizel…

Digo su nombre en medio de sonidos extraños para luego sentir como algo explota dentro de mí haciendo que mi cuerpo comience a temblar incontrolablemente.

Cuándo mi cerebro vuelve en sí bato mis pestañas varias veces y luego hablo.

—Eso fue un orgasmo ¿Cierto?

Le pregunto al hombre que no se ha levantado encima de mí y siento como se mueve acomodándose en medio de mí.

—Así es… Este es el primero de muchos que te daré está noche.

Dice y antes de que responda sus labios besan los míos adentrando su lengua en mi boca.

Siento su gran cosa en mi parte íntima y me asusto un poco.

—Raizel…

—No te preocupes… Sólo dolerá al principio.

Susurra y antes de que piense en algo más, entra en mi de golpe sacándome todo el aire y  gimo de dolor.

—Maldito… Duele, sácalo.

Digo intentando apartarme, pero su fuerte mano me sujeta inmovilizandome.

—Ya el dolor pasará, lo prometo.

Susurra empezando a besar mi cuello y una de sus manos comienzan a acariciar el pequeño botón que está en medio de mis piernas.

Sus caderas comienzan a moverse lentamente y otra vez comienzo a sentir lo de hace un rato.

—Eres mía pequeña, solo mía.

Murmura en mi oído y solo cierro los ojos sintiendo como ese gran trozo entra en mi parte íntima.

Mis caderas comienzan a moverse junto a la suya y un gruñido de su parte hace que mi cuerpo se encienda más.

—Haz eso otra vez.

Le susurro con la respiración agitada.

—¿Hacer qué?

Su voz en medio de jadeos me encanta y muero mis labios.

—Quiero que gruñas y gimas para mí Raizel.

Murmuro y el muy maldito se detiene.

—¿Enserio? Eso es vergonzoso.

Dice para luego volver a moverse con más velocidades.

—No me importa, a mí me gusta… Hazlo… Aahh.

Sus embestidas profundas y rápidas hace que mi espada se arqueé.

—Eres muy mandona pequeña.

Susurra y lo abrazo del cuello para besarlo.

Nuestros gemidos y jadeos llenan la habitación y me olvido de todo.

—Llega conmigo pequeña, estoy a punto.

Dice en medio de jadeos y gemidos que me vuelven loca y exploto.

Siento como sus caderas se mueven dos veces más y algo caliente se derrama dentro de mí.

Respiro cansada y algo adolorida y sin darme cuenta cierro los ojos.

—Eres mi luna, solo mía pequeña.

Escucho una voz lejano hasta que quedo completamente dormida.

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