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Cap:03 Raizel Norfolk

Mi nombre es Raizel Norfolk, archiduque de las tierras del norte del reino Diamond, y rey alfa para mí gente, para mi querida y amada manada.

—¿Una solicitud de matrimonio? ¿Tu primo está loco?

Pregunta Zacary mi beta, mostrando el documento firmado con el anillo del rey.

—¿Ahora es que sabes que mi primo está demente? 

Pregunto rodando los ojos mientras tomo el documento entre mis manos y leo las locuras de mi primo.

—Debes de rechazar la solicitud, no puedes casarte con una mujer que no es tu pareja predestinada, así lo dicta la ley.

Dice Zacary arrugando el ceño.

—¿Casamiento? ¿Quién va a casarse?

Pregunta el jefe de todos mis soldados entrando a mi despacho 

—Es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas Bastián.

Le recrimina Zacary y este toma asiento en uno de los muebles sin prestarle mucha atención.

—Alfa, si me lo permite reuniré a mis hombres para matar al estúpido emperador, puedo asegurarle que será presa fácil, le caeremos de sorpresa.

Dice Bastián serio y niego.

—No sería lo correcto Bastián, no podemos matar a un emperador así nada más.

—Esa sucia escoria no puede llamarse emperador.

—Lo sé… Pero me gustaría investigar qué está planeando, estoy más qué seguro de que el ducado Ivanov está aliado a mi queridísimo primo.

—Entonces hay que eliminarlos a todos… Usted da la orden y le prometo que les daré caza de inmediato.

—Deja tus instintos asesinos a un lado Bastian… Preparen todo, partiremos al reino Esmeralda, debo conocer a mi prometida en persona.

Digo para colocarme en pies y darle aviso a mis padres.

ADELAIDA:

Actualidad.

Me visto para bajar a cenar y mi mente está en otro lugar… Está en ese bello y hermoso hombre que me encontré hace unas horas… ¿Quién será? ¿Algún noble de otro reino?

Pienso y me detengo en la gran puerta antes de entrar al área del comedor.

Respiro profundo y luego le hago seña a uno de los guardias para que abran la puerta.

Al entrar están mis padres y hermana menor.

—Buenas noches.

Murmuro haciendo una reverencia y mi madre me mira con mala cara.

—¿Qué te he dicho de murmurar Adelaida?

Pregunta mi madre alzando el tono de voz y la verdad ya no tengo hambre… ¿Por qué siempre es así? No me trata como si fuera su hija.

Cierro los ojos por unos segundos y vuelvo a hablar.

—Buenas noches.

Digo en un tono de voz alto e imponente.

—¿Y esa manera de hablar Adelaida? ¿Tu madre no te ha enseñado como una señorita debe de dirigirse a las demás personas?

Mi padre frunce el ceño mientras habla y mi hermanita me mira con burla.

—Me retiro, ya no tengo hambre.

Doy la vuelta, pero la voz de mi padre me detiene.

—Se sienta a cenar en la mesa, no quiero que malas lenguas digan que mi hija está delgada por falta de alimento.

La voz enojada de mi padre hace que le haga caso y tomo asiento lo más lejos posible de ese grupo de víboras.

Observo el plato que la sirvienta me sirve y solo consiste en dos hojas de lechugas y algunas verduras hervidas… Muy pocas la verdad.

Levanto la cabeza y mi madre me mira con una sonrisa.

—De ahora en adelante comerás menos porción que antes… Estás engordando y no quiero un cerdo en nuestra mansión.

Tira su veneno para luego dirigirse a mi hermana menor y servirle el mejor plato.

Mi padre se concentra en comer su enorme plato y no presta atención a nada de lo está pasando.

Con un suspiro me resigno a comer está porquería mientras me siento tan sola y apartada… Aunque nada es extraño, ha sido así desde que tengo uso de razón.

Termino mi plato con rapidez y me retiro de la mesa sin decir nada, aunque la voz de mi madre se escucha diciendo que soy una malcriada desobediente, que tengo suerte de que la emperatriz me quiera para su hijo… Ja, suerte tiene el de estar con una mujer como yo.

Pienso mientras subo las escaleras con destino a mi habitación.

—Ya le he preparado el baño señorita.

Dice Lili y asiento quitándome el pesado vestido para darme un baño antes de dormir.

Ya lista y con el camisón puesto salgo a mi pequeño balcón y observo las estrellas.

El aire frío choca contra mi rostro y observo el oscuro bosque… Siento tanta paz al observarlo que casi me quedo dormida, pero unos pasos me hacen mirar hacia abajo.

Miro la silueta de mi hermana y alzo las cejas.

¿Sera que va a encontrarse con el estúpido príncipe otra vez? 

Pienso y un recuerdo llega a mi mente.

FLASHBACK:

Mientras doy un paseo por el oscuro jardín para aliviar el estrés de todo el día, escucho unas voces en susurro y decido acercarme.

—No quiero que se case con mi hermana alteza, me pongo celosa cada vez que los veo juntos… No es justo.

La voz de mi hermana se escucha como si estuviera haciendo una pataleta y sonrío… ¡Qué estúpida!

—No quiero hacerlo… Pero es mi deber, pero te prometo que haré lo posible para que tú seas mi emperatriz y no la tonta de tu hermana.

Dice el príncipe y alzo las cejas… Vaya, vaya.

—Esperare su promesa príncipe, sabe que usted es el único hombre que amo, y si tengo que quitar a mi hermana del medio por usted… Lo haría sin pensarlo dos veces.

Dice y luego escucho sus asquerosos besos.

—Debemos de idear un plan para quitarla del medio… Es un estorbo para nuestro amor.

Dice el príncipe y mejor me marcho para no continuar escuchando estos dos asquerosos.

FIN DEL FLASHBACK:

Saldo de mis pensamientos y me dirijo a mi habitación cerrando la ventana con seguro para luego acostarme y suspirar… Algún día me las pagarán malditos.

Con este pensamiento me duermo inmediatamente, pero a media noche siento como algo caliente me envuelve y me pego más a algo duro.

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