-¿Cómo? -fue lo primero que salió de la boca de mi padre- Yo pensaba que las cosas te estaban yendo bien, eso fue lo que me dijiste la última vez que hablamos-Y me está yendo bien, pero creo que es el momento perfecto para que yo pruebe nuevos horizontes, estoy lista para un nuevo desafío-No creo que regresar aquí sea un nuevo desafío ¿hay algo que no me estás contando?Justo en ese momento pude ver cómo Martha tragó en seco, mi padre podía ser obstinado, pero no se le escapaba nada, siempre se daba cuenta de todo y la reacción de mi hermanastra no le pasó por alto. No puedo decir que me alegre debido a que ella esté acorralada, pero sí tengo que admitir que es bueno que la conversación se haya alejado de mi ser.-Papá… yo…-No hay excusa Martha, por lo que parece, las cosas que me has contado no han sido ciertas, las cosas se te han puesto difíciles y quieres huir, escapar como una cobarde, yo no te crie de esa manera -los ojos de Martha comienzan a brillar por las lágrim
Las siguientes tres semanas fueron geniales a excepción del incompetente y cínico de mi jefe quien continuaba resentido por mi rechazo en la cita que tuvimos aquella noche, nunca me lo dejó pasar, solo estaba esperando su oportunidad perfecta para hacérmelo saber y había llegado ese momento tan deseado por él.-Ana, necesito que me firmes el acta de los nuevos presupuestos para el siguiente año -me dijo lo más serio que pudo casi sin mirarme a los ojos pero, incluso así, pude notar que había algo de malicia en su expresión.No me tomó mucho tiempo descubrir el por qué tenía esa impresión, el maldito había rebajado a más del cincuenta porciento el presupuesto del departamento de arte, incluyendo los salarios de nosotros los trabajadores de esa sección. No había forma en el mundo en la que yo firmara ese papel, eso dejaría a varias personas sin un ingreso que les permitiera sostenerse, no iba a ser yo quien los dejara prácticamente en la calle.-Lo siento señor, pero no pienso firma
- ¡Felices veintisiete años! –me dice Tania- Tengo un regalo para tiConozco muy bien a Tania, no en vano llevamos más de diez años de amistad y sé por experiencia propia que, cuando dice que tiene un regalo, es una señal para mantenerme cautelosa. La mayoría de las veces, los regalos y fiestas sorpresas que ha planeado, no han salido muy bien. - No tengo ni idea de lo que hablas, recién estoy cumpliendo los veinticinco –le respondoTania me sonríe mientras saca de su bolsa un paquete hermosamente decorada y me lo extiende mientras me dice: - Eso estás diciendo desde hace dos años - Y lo seguiré diciendo Le sonrío de vuelta mientras abro mi regalo, frunzo mis cejas al ver lo que contenía el paquete. Saco la prueba de embarazo y me quedo mirándola por unos largos segundos. - ¿Y esto para qué es? - Pues ya no somos niñas, ni jóvenes alocadas ¿Recuerdas nuestra promesa de pequeñas? A los veintisiete años nos embarazaríamos las dos al mismo tiempoAl escuchar sus palabras, un escal
Estoy como una tonta hoy. No sé si es por el hecho de que sea mi cumpleaños y estoy más alegre que nunca, pero, ahora mismo, veo a Ale como el príncipe azul que necesito en mi vida.Ya lo sé, es lo más cursi que jamás se pueda decir, pero es que en verdad me siento de esta manera. Siempre se comporta protector conmigo y eso me encanta, me hace sentir muy segura. - Muchas gracias, AleÉl asiente con su cabeza mientras me mira fijamente. Hay algo nuevo en esa mirada que no reconozco. Nunca me ha mirado de esta manera. No sé qué es, pero es especial de cierta forma. - Sabes que siempre que me necesites estoy aquí para ti ¿cierto? Hablo en serio, para lo que sea - Lo sé –le digo sonriendo sintiéndome verdaderamente feliz mientras mi corazón amenaza con salirse de mi pechoAna, relájate por favor. Es tu amigo, durante años ha quedado claro que entre nosotros no hay nada más que una amistad muy hermosa, así que relájate de una vez, se va a dar cuenta. - ¿Vas a acompañarnos no? - Quizás
- Qué? ¿Vienes a invitarme a tu fiesta? –me pregunta Ale en cuanto me ve apoyada en la barra - Tú siempre estuviste invitado ¿recuerdas?Él me mira fijamente y me sonríe de tal forma que hace que mis mejillas se sonrojen de inmediato. - Entonces ¿has venido a pedir más tragos? - No, he venido porque tengo que preguntarte algo –le digo decidida - No importa las formas de soborno que encuentres, no haré de striper para ustedesEn cuanto escucho sus palabras, no puedo evitar echar una carcajada. No sé cómo lo hace, pero siempre sale con alguna de sus ocurrencias para hacerme reír pero, esta vez me controlo un poco. Estoy a punto de poner su mundo patad arriba. - No, Ale, no es eso, de hecho, es algo de suma importancia, podría cambiar tu vidaÉl no dice nada, pero se me queda mirando expectante, a la espera de que acabe de decirle de qué se trata todo esto. Creo que todavía se piensa que es alguna travesura de mi parte porque está sonriendo pícaramente. - La verdad, he estado pens
¡No me lo puedo creer! Un impulso que no pude controlar, me hizo levantar la sábana que me tapaba solo para descubrir que estaba en ropa interior ¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?Lo menos que quiero ahora es pensar que anoche nosotros hicimos más de lo debido. Si no había dado este paso antes, es porque, además de ser una cobarde de mierda, tampoco quería acabar con nuestra amistad.Vuelvo mi mirada hacia Ale, está sonriendo muy divertido. Parece ser que toda esta situación le hace gracia. - Anoche tuve que cargarte hasta la habitación, te desmayasteAhora que lo pienso, sí tengo un vago recuerdo de como todo comenzó a ponerse oscuro. Entiendo que me haya traído hasta aquí, pero ¿por qué estoy sin ropa? - Ale, nosotros anoche –comienzo a balbucear porque no sé cómo plantearle esto- ¿acaso hicimos…? - Tranquila, Ana –me interrumpe antes de que pueda terminar de preguntarle- la necrofilia no es lo mío –vuelve a sonreír- tuve que quitarte la ropa porque también vomitaste un poco¡Qué verg
Creo que, dadas las circunstancias, lo mejor que puedo hacer es contarle toda la verdad. Siempre hemos sido sinceros el uno con el otro y sé que, si se lo explico, podrá entenderme.-Ale, nos conocemos desde hace mucho tiempo. En todos estos años te he conocido mejor que nadie, he visto cómo eres, cómo reaccionas ante las dificultades, cómo proteges a los tuyos. La verdad es que no puedo pensar en alguien mejor que tú para esto. Yo ya te considero parte de mi familia, si accedes, solo lo estaríamos haciendo oficial. Tú mismo lo has dicho, desconocer quién será el padre es algo loco ¿Qué mejor que una de las personas que más quiero en mi vida?-No puedo negarte que, escuchándolo así, no parece del todo una mala idea, pero tienes que saber Ana, yo no soy perfecto y tengo mis defectos también-Como todos los tienen, Ale, esos también los conozco y, debo decir que no son tan horrendos, excepto la parte en la que naciste con dos piernas izquierdas Le digo para relajar un poco el amb
Tengo la sensación de que mi corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento. Sus labios nunca antes habían estado tan cerca de los míos y estoy tan nerviosa que apenas puedo pronunciar una sola palabra.No me lo puedo creer, después de tantos años deseándolo, finalmente Ale y yo nos vamos a besar, o al menos eso es lo que parece. Acerca su boca más a mí y nuestros labios se rozan. Puedo sentir con facilidad la textura suave de ellos, pero como todo en mi vida sucede de forma desastrosa, la alarma de incendios comienza a sonar en ese mismo momento.El sonido cambia nuestro humor de inmediato y nos ponemos alertas. Solo cuando Ale se separó de mí pude ser consciente de que nos rodeaba una cortina de humo por todas partes.-¡Mierda! –grita él- son los panqueques, se están quemandoCon todo lo que estaba sucediendo, se nos había olvidado que el desayuno aún se estaba cocinando. Él, rápidamente corre hacia el baño a buscar una toalla. El humo es cada vez más fuerte y me es impos