Estoy como una tonta hoy. No sé si es por el hecho de que sea mi cumpleaños y estoy más alegre que nunca, pero, ahora mismo, veo a Ale como el príncipe azul que necesito en mi vida.
Ya lo sé, es lo más cursi que jamás se pueda decir, pero es que en verdad me siento de esta manera. Siempre se comporta protector conmigo y eso me encanta, me hace sentir muy segura.
- Muchas gracias, Ale
Él asiente con su cabeza mientras me mira fijamente. Hay algo nuevo en esa mirada que no reconozco. Nunca me ha mirado de esta manera. No sé qué es, pero es especial de cierta forma.
- Sabes que siempre que me necesites estoy aquí para ti ¿cierto? Hablo en serio, para lo que sea
- Lo sé –le digo sonriendo sintiéndome verdaderamente feliz mientras mi corazón amenaza con salirse de mi pecho
Ana, relájate por favor. Es tu amigo, durante años ha quedado claro que entre nosotros no hay nada más que una amistad muy hermosa, así que relájate de una vez, se va a dar cuenta.
- ¿Vas a acompañarnos no?
- Quizás un poco más tarde, ahora mismo hay mucho trabajo y quiero ayudar, ya sabes, me encanta meter las manos en los asuntos
Mi ceño se frunce al escuchar su respuesta. Quiero que esté aquí a mi lado, haciéndome compañía, charlando y riendo un rato. No quiero que esté lejos de mí, no hoy, pero, como de costumbre, no digo nada y me guardo mis sentimientos ¡Cobarde!
- Está bien, pero al menos para un trago tienes que acompañarme
- Por supuesto, no me lo perdería por nada –me hace un guiño con su ojo derecho y vuelve al trabajo
Me quedo embobada mirándolo una vez más mientras se aleja ¿Por qué las relaciones amorosas son tan difíciles? ¿Por qué no nos atrevemos a hablar y decir las cosas que sentimos?
Si hubiese tenido el valor de hacerlo desde un inicio, ahora no estaría con esta incertidumbre, ni intentando disimular cada vez que me pilla mirándolo en secreto y mucho menos sufriendo cada vez que lo tengo que ver con una chica nueva o cuando me cuenta como se siente con ellas.
Lo que más me molesta es que no entiendo cómo nunca ha podido darse cuenta de mis sentimientos hacia él. No es que yo sea muy buena escondiendo las cosas, ni que haya sido demasiado sutil.
A lo largo de nuestra amistad lo he cuidado estando pasado de tragos, cuando ha estado enfermo, lo he acompañado en sus momentos más triste.
Recuerdo en la escuela como pasaba los dedos entre su cabello solo porque sí, como veíamos series juntos, las largas noches tomando café para no quedarnos dormidos mientras estudiábamos ¡Hasta su propio vómito limpié en una ocasión que se enfermó! ¿Cómo es posible que nunca se haya dado cuenta?
Eso me come por dentro. Intento no pensar mucho en ello porque en verdad me molesta. Creo que en algún momento tendré que preguntárselo para quitarme la duda.
- ¿Quieres una servilleta? –me pregunta Tania sacándome abruptamente de mis pensamientos
- ¿Qué? –me fijo en la mesa para fijarme si mi trago se ha virado, pero no veo nada
- Para que te limpies la baba que se te ha caído de la boca –me responde y se hecha a reír
Evidentemente, Tania está al tanto de todo el tema de Alejandro. Si es que lo he dicho ya, creo que todos los cercanos a mí saben que él me gusta, todos menos él mismo.
- No sé cuándo acabarán ustedes dos de dejar de fingir y hablar las cosas claras
- Sí, yo también quisiera saber cuándo podré ser capaz de hacerlo
Nos quedamos unos minutos calladas hasta que veo un brillo especial en los ojos de Tania, es como si todo su rostro se hubiese iluminado y no me gusta para nada. La conozco demasiado bien y sé que tiene algo en mente. Las ideas de Tania no siempre son las mejores.
- Tania, lo que sea que estés pensando, la respuesta es NO
- Pero si ni sabes lo que voy a decir
- No me hace falta, no quiero ni preguntarte
- ¡Oh, créeme! Esta idea te va a encantar y, lo que es mejor aún, te será imposible negarte
Ruedo mis ojos hasta ponerlos en blanco. Si bien sé que sus ideas muchas veces son descabelladas y nos han metido en problemas, también sé que una vez que se le ocurre, es imposible decirle que no o hacer que se olvide de ella.
- Está bien –le digo con voz de resignación- dime
- ¿Sabes? He estado pensando en nuestra promesa de tener un bebé
Ni siquiera ha empezado a explicar su “maravilloso plan” y ya se me han quitado los pocos deseos que tenía de escucharlo.
- ¿Por qué quieres ser mamá?
- ¿En serio me estás preguntando eso? –ella solo asiente firmemente y sé que está esperando por mi respuesta, suspiro profundamente y comienzo a responderle- Pues porque ese ha sido mi deseo de pequeña, siempre he deseado ser madre
Ella sonríe satisfactoriamente al escucharme, como si le hubiese dado la respuesta exacta que estaba esperando.
- ¿Sabes que más has deseado con todas tus fuerzas desde hace mucho tiempo? O no, mejor dicho ¿A quién siempre has deseado?
Me quedo mirándola fijamente porque ya sé el camino que está tomando esta conversación.
- ¡Oh, vamos! No me pongas esa cara de contradicción. Se me ha ocurrido el mejor plan del mundo
- Tania ¿ya estás borracha?
- No, estoy más clara que nunca. Creo que deberías pedirle a Alejandro que sea el padre de tu hijo. Tendrás lo que siempre has querido de una sola vez y, además, he de señalar que es muy importante escoger bien los genes de tu bebé y ¡Vaya que Ale tiene buenos genes!
- ¡Tania!
Le regaño abriendo bien mis ojos indicándole que pare ya. A medida que ha avanzado la conversación, ella se ha ido entusiasmando y, junto con ella, su tono de voz. Lo que menos quiero es que Ale escuche todo lo que está hablando.
Ella no puede estar hablando en serio, esta tiene que ser una de sus bromas. Si nunca he reunido el coraje para contarle a Ale mis sentimientos hacia él ¿cómo pretende que le pida que sea el padre de mi hijo?
¿Qué piensa ella, que es un tema de conversación que se puede soltar así a la ligera? ¡Cómo no! Lo más fácil del mundo es plantearle a tu amigo la idea de tener un hijo contigo, sería algo así:
“Ey, Ale ¿te has fijado que azul está el cielo hoy? ¿sabes qué? Está perfecto para tener un hijo juntos”
Aun sabiendo todo lo descabellado que suena el plan de Tania, no puedo evitar mirar en la dirección de Ale quien, para mi sorpresa, ya me estaba mirando y me dedica una linda sonrisa.
- Si te soy sincera, creo que hoy es el día perfecto para que te lances y le preguntes, es tu cumple y si no se lo toma bien, puedes culpar a las copas de más que te has tomado
- Estás completamente loca –le digo aunque me estoy pensando seriamente hacerlo
- Puede ser, pero tengo razón
Justo en ese momento, el camarero llega con cuatro shots de tequila que Ale ha mandado para nosotras. Tomo dos seguidos sin pensarlo y mi corazón comienza a acelerarse. Me levanto de la mesa y comienzo a caminar hacia la barra mientras escucho a Tania gritando: “¡Sí!”
- Qué? ¿Vienes a invitarme a tu fiesta? –me pregunta Ale en cuanto me ve apoyada en la barra - Tú siempre estuviste invitado ¿recuerdas?Él me mira fijamente y me sonríe de tal forma que hace que mis mejillas se sonrojen de inmediato. - Entonces ¿has venido a pedir más tragos? - No, he venido porque tengo que preguntarte algo –le digo decidida - No importa las formas de soborno que encuentres, no haré de striper para ustedesEn cuanto escucho sus palabras, no puedo evitar echar una carcajada. No sé cómo lo hace, pero siempre sale con alguna de sus ocurrencias para hacerme reír pero, esta vez me controlo un poco. Estoy a punto de poner su mundo patad arriba. - No, Ale, no es eso, de hecho, es algo de suma importancia, podría cambiar tu vidaÉl no dice nada, pero se me queda mirando expectante, a la espera de que acabe de decirle de qué se trata todo esto. Creo que todavía se piensa que es alguna travesura de mi parte porque está sonriendo pícaramente. - La verdad, he estado pens
¡No me lo puedo creer! Un impulso que no pude controlar, me hizo levantar la sábana que me tapaba solo para descubrir que estaba en ropa interior ¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?Lo menos que quiero ahora es pensar que anoche nosotros hicimos más de lo debido. Si no había dado este paso antes, es porque, además de ser una cobarde de mierda, tampoco quería acabar con nuestra amistad.Vuelvo mi mirada hacia Ale, está sonriendo muy divertido. Parece ser que toda esta situación le hace gracia. - Anoche tuve que cargarte hasta la habitación, te desmayasteAhora que lo pienso, sí tengo un vago recuerdo de como todo comenzó a ponerse oscuro. Entiendo que me haya traído hasta aquí, pero ¿por qué estoy sin ropa? - Ale, nosotros anoche –comienzo a balbucear porque no sé cómo plantearle esto- ¿acaso hicimos…? - Tranquila, Ana –me interrumpe antes de que pueda terminar de preguntarle- la necrofilia no es lo mío –vuelve a sonreír- tuve que quitarte la ropa porque también vomitaste un poco¡Qué verg
Creo que, dadas las circunstancias, lo mejor que puedo hacer es contarle toda la verdad. Siempre hemos sido sinceros el uno con el otro y sé que, si se lo explico, podrá entenderme.-Ale, nos conocemos desde hace mucho tiempo. En todos estos años te he conocido mejor que nadie, he visto cómo eres, cómo reaccionas ante las dificultades, cómo proteges a los tuyos. La verdad es que no puedo pensar en alguien mejor que tú para esto. Yo ya te considero parte de mi familia, si accedes, solo lo estaríamos haciendo oficial. Tú mismo lo has dicho, desconocer quién será el padre es algo loco ¿Qué mejor que una de las personas que más quiero en mi vida?-No puedo negarte que, escuchándolo así, no parece del todo una mala idea, pero tienes que saber Ana, yo no soy perfecto y tengo mis defectos también-Como todos los tienen, Ale, esos también los conozco y, debo decir que no son tan horrendos, excepto la parte en la que naciste con dos piernas izquierdas Le digo para relajar un poco el amb
Tengo la sensación de que mi corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento. Sus labios nunca antes habían estado tan cerca de los míos y estoy tan nerviosa que apenas puedo pronunciar una sola palabra.No me lo puedo creer, después de tantos años deseándolo, finalmente Ale y yo nos vamos a besar, o al menos eso es lo que parece. Acerca su boca más a mí y nuestros labios se rozan. Puedo sentir con facilidad la textura suave de ellos, pero como todo en mi vida sucede de forma desastrosa, la alarma de incendios comienza a sonar en ese mismo momento.El sonido cambia nuestro humor de inmediato y nos ponemos alertas. Solo cuando Ale se separó de mí pude ser consciente de que nos rodeaba una cortina de humo por todas partes.-¡Mierda! –grita él- son los panqueques, se están quemandoCon todo lo que estaba sucediendo, se nos había olvidado que el desayuno aún se estaba cocinando. Él, rápidamente corre hacia el baño a buscar una toalla. El humo es cada vez más fuerte y me es impos
Tenía pensado irme de inmediato, no creo que pasar más tiempo aquí en su casa sería bueno para nosotros en estas condiciones. No sé cómo explicarlo, pero, desde que le mencioné el tema de tener un hijo, es como si lo sintiera más alejado de mí, más distante.-Ana, ven aquí, quiero darte tu regalo de cumpleaños –esa fue la frase que me demoró aquí aún más, la curiosidad me mata, necesito saber qué me ha comprado Ale-¿Al fin me has comprado el unicornio que tanto quería de pequeña? –le pregunto sonriendo-No creo que pueda conseguirte uno, pero te prometo que un día de estos te compraré un poni solo para ver tu expresión cuando no sepas qué hacer con élPongo los ojos en blanco ante su respuesta, siempre sabe cómo sacarme una sonrisa. Él se inclina hacia la mesita que tiene a su lado y me ordena que cierre los ojos.Sin chistar lo hago y extiendo las manos con las palmas hacia arriba esperando que coloque el regalo en ellas. Cuando abro los ojos, veo un sobre. Mi boca se abre de
No sé por qué razón mis piernas han comenzado a temblar desde que abrí la puerta y lo vi aquí, parado justo frente a mí. Acabo de salir de su casa casi que como loca y ahora lo tengo en mi puerta, mirándome con esos ojos tan penetrantes.Me giro hacia Tania y le pregunto:-¿Sorpresa por qué?-Alejandro y yo te preparamos una fiesta sorpresa por mi cumpleañosSus palabras me asombran. Una fiesta, como si toda la situación de anoche y la de hoy por la mañana no hubiese sido demasiada sorprendente ya por sí misma.-Es muy amable, pero no tenían por qué hacerlo No sé por qué, pero después de la forma en que me fui de casa de Alejandro después de besarlo, me da mucha vergüenza mirarle a la cara, me he comportado como una niña pequeña y él, como todo un caballero.-Por supuesto que sí teníamos que hacerlo, eres nuestra mejor amigaAhí están, esas dos palabras que detesto con todas mis fuerzas desde hace mucho tiempo. Su “mejor amiga” ¿No se habrá dado cuenta ya que nunca he querido
La ansiedad comienza a apoderarse de todo mi cuerpo, pero no en el mal sentido, sino todo lo contrario. Siento la necesidad de comenzar el juego ya, tengo que saber hacia dónde nos llevará.-Sabes que así no son nuestras reglas, tienes que darme las opciones primero-Esas eran nuestras reglas cuando éramos pequeños, ya somos grandes, podemos asumir las consecuencias ¿no lo crees?-No, las reglas son las reglas-¡Oh, vamos Ana! No seas una gallina –me dice sonriendo-No pienso darte ventaja esta vez, quiero saber mis opciones-¿Verdad que querías que yo te besara cuando estábamos en mi casa?Su pregunta me toma completamente por sorpresa ¿cuántas más me esperarán en el día de hoy? ¿Por qué de todas las preguntas que podía hacerme, se decidió por esa?Mi corazón me da un vuelco en mi pecho mientras me quedo mirándolo. Nada de lo que está haciendo últimamente tiene sentido. Nunca antes él se había atrevido a tanto. Sí sentí en varias ocasiones que estaba flirteando conmigo, p
-Bueno, por mí perfecto entonces, si en verdad deseas ayudarme a crearme el dichoso perfil de citas, adelante, pero que conste que nada de esto fue idea míaDigo esto último haciendo énfasis en ello. No quiero que piense que estuve de acuerdo desde un inicio con la idea descabellada de Tania. Él me conoce muy bien, espero que lo sepa.-Pues perfecto entonces –dice Tania- Ale es muy bueno en esto-¿Y tú cómo lo sabes? –le pregunto-¿Acaso no has visto todas las chicas con las que ha salido a lo largo de los años? Tiene que tener un diplomado en citasNo sé cómo no puede darse cuenta de que ese tipo de comentarios me hacen un poco de daño. Lo sé, no es nada nuevo para mí, a mi pesar, las he conocido a todas. A veces siento que Ale me las presenta para que les dé el visto bueno, como si necesitara mi aprobación para poder salir con ellas, es algo que nunca he entendido. Como quiera que sea, no me gusta pensar en eso, ya me resulta bastante incómodo tener que salir con ellas y v