Justo en ese momento veo en mi pantalla la llamada de un número desconocido e, inmediatamente recuerdo que mi padre me había dicho que una mujer me llamaría para hablar sobre una nueva oferta de trabajo.Oferta de trabajo que le dejé bien claro que no estaba interesada en ella, pero él puede ser demasiado insistente y, viendo cómo está la situación en mi trabajo luego de la cita con mi jefe, no estoy muy segura de qué elección hacer.Tampoco quiero aceptarlo porque no es el momento adecuado para dejar esta vida que llevo ahora, mis amigos están aquí y el probable padre de mi probable hijo también-Ana ¿no vas a contarme lo que en realidad está sucediendo?En su mirada puedo ver el dolor, sabe que le estoy ocultando algo, me conoce demasiado bien y, a la misma vez está preocupado de que sea algo grave.Ignoro el teléfono y él se me queda mirando con una ceja levantada mientras veo la duda dibujada en su cara.-¿No deberías cogerlo?-No, no es nadie, ni nada urgente, puedo devolve
-¡Ana, estás aquí! –me dice ella pareciendo realmente alegre de verme-Martha, bienvenida a casa Le digo justo en el momento en el que estira sus brazos hacia mí dándome un abrazo aunque, no es uno fuerte, es un abrazo un poco indeciso, como si no estuviese muy segura de dármelo.La entiendo perfectamente, nuestra relación nunca fue la mejor que digamos. Al menos de mi parte, siempre sentí que había una competencia entre nosotras.Nuestro padre y su mujer, también contribuyeron mucho a eso, no directamente, pero, los comentarios que nos hacían y algunas actitudes nos daban esa impresión.-Ana, no sabía si vendrías –vaya recibimiento acaba de darme mi padre-Creo haberte confirmado que vendría ¿cierto? –le respondo con un poco de ironía en mi tono de voz-Sí, pero igual-¿Igual qué? ¿acaso tiendo a romper mis promesas o no cumplir mis compromisos?Ya empezamos. No llevo ni cinco minutos aquí y ya me estoy sintiendo atacada directamente.-Bueno, digamos que esta vez te di
Lo esté diciendo en serio o no, no puedo evitar controlar lo feliz que me hace escucharlo hablar sobre mí de esa manera tan dulce, incluso si solo somos amigos.Cuando más entretenida estaba a solas con mis pensamientos, mi padre se aclara la garganta sacándome de mi concentración.-Entonces Ana, ¿cómo te fue en la entrevista de trabajo?Pero ¿qué les ha pasado a todos hoy? ¿Se han puesto de acuerdo para sacar el mismo tema hoy? Cálmate, Ana, se supone que para eso son las cenas familiares, solo que nunca contaste con la presencia de Ale aquí, eso lo hace todo más difícil.Quería poder contárselo yo misma y no que se enterara de esta manera, pero, al parecer, eso ya no va a poder ser, así que supongo que no queda otro remedio que comenzar a hablar. Ya los detalles se los daré más tarde cuando estemos a solas. -Pues, yo diría que me fue bastante bien, me pidieron una entrevista en persona, supongo que esa es una buena señal-¿Estás preparada para eso? –me pregunta de forma muy
-¿Cómo? -fue lo primero que salió de la boca de mi padre- Yo pensaba que las cosas te estaban yendo bien, eso fue lo que me dijiste la última vez que hablamos-Y me está yendo bien, pero creo que es el momento perfecto para que yo pruebe nuevos horizontes, estoy lista para un nuevo desafío-No creo que regresar aquí sea un nuevo desafío ¿hay algo que no me estás contando?Justo en ese momento pude ver cómo Martha tragó en seco, mi padre podía ser obstinado, pero no se le escapaba nada, siempre se daba cuenta de todo y la reacción de mi hermanastra no le pasó por alto. No puedo decir que me alegre debido a que ella esté acorralada, pero sí tengo que admitir que es bueno que la conversación se haya alejado de mi ser.-Papá… yo…-No hay excusa Martha, por lo que parece, las cosas que me has contado no han sido ciertas, las cosas se te han puesto difíciles y quieres huir, escapar como una cobarde, yo no te crie de esa manera -los ojos de Martha comienzan a brillar por las lágrim
Las siguientes tres semanas fueron geniales a excepción del incompetente y cínico de mi jefe quien continuaba resentido por mi rechazo en la cita que tuvimos aquella noche, nunca me lo dejó pasar, solo estaba esperando su oportunidad perfecta para hacérmelo saber y había llegado ese momento tan deseado por él.-Ana, necesito que me firmes el acta de los nuevos presupuestos para el siguiente año -me dijo lo más serio que pudo casi sin mirarme a los ojos pero, incluso así, pude notar que había algo de malicia en su expresión.No me tomó mucho tiempo descubrir el por qué tenía esa impresión, el maldito había rebajado a más del cincuenta porciento el presupuesto del departamento de arte, incluyendo los salarios de nosotros los trabajadores de esa sección. No había forma en el mundo en la que yo firmara ese papel, eso dejaría a varias personas sin un ingreso que les permitiera sostenerse, no iba a ser yo quien los dejara prácticamente en la calle.-Lo siento señor, pero no pienso firma
- ¡Felices veintisiete años! –me dice Tania- Tengo un regalo para tiConozco muy bien a Tania, no en vano llevamos más de diez años de amistad y sé por experiencia propia que, cuando dice que tiene un regalo, es una señal para mantenerme cautelosa. La mayoría de las veces, los regalos y fiestas sorpresas que ha planeado, no han salido muy bien. - No tengo ni idea de lo que hablas, recién estoy cumpliendo los veinticinco –le respondoTania me sonríe mientras saca de su bolsa un paquete hermosamente decorada y me lo extiende mientras me dice: - Eso estás diciendo desde hace dos años - Y lo seguiré diciendo Le sonrío de vuelta mientras abro mi regalo, frunzo mis cejas al ver lo que contenía el paquete. Saco la prueba de embarazo y me quedo mirándola por unos largos segundos. - ¿Y esto para qué es? - Pues ya no somos niñas, ni jóvenes alocadas ¿Recuerdas nuestra promesa de pequeñas? A los veintisiete años nos embarazaríamos las dos al mismo tiempoAl escuchar sus palabras, un escal
Estoy como una tonta hoy. No sé si es por el hecho de que sea mi cumpleaños y estoy más alegre que nunca, pero, ahora mismo, veo a Ale como el príncipe azul que necesito en mi vida.Ya lo sé, es lo más cursi que jamás se pueda decir, pero es que en verdad me siento de esta manera. Siempre se comporta protector conmigo y eso me encanta, me hace sentir muy segura. - Muchas gracias, AleÉl asiente con su cabeza mientras me mira fijamente. Hay algo nuevo en esa mirada que no reconozco. Nunca me ha mirado de esta manera. No sé qué es, pero es especial de cierta forma. - Sabes que siempre que me necesites estoy aquí para ti ¿cierto? Hablo en serio, para lo que sea - Lo sé –le digo sonriendo sintiéndome verdaderamente feliz mientras mi corazón amenaza con salirse de mi pechoAna, relájate por favor. Es tu amigo, durante años ha quedado claro que entre nosotros no hay nada más que una amistad muy hermosa, así que relájate de una vez, se va a dar cuenta. - ¿Vas a acompañarnos no? - Quizás
- Qué? ¿Vienes a invitarme a tu fiesta? –me pregunta Ale en cuanto me ve apoyada en la barra - Tú siempre estuviste invitado ¿recuerdas?Él me mira fijamente y me sonríe de tal forma que hace que mis mejillas se sonrojen de inmediato. - Entonces ¿has venido a pedir más tragos? - No, he venido porque tengo que preguntarte algo –le digo decidida - No importa las formas de soborno que encuentres, no haré de striper para ustedesEn cuanto escucho sus palabras, no puedo evitar echar una carcajada. No sé cómo lo hace, pero siempre sale con alguna de sus ocurrencias para hacerme reír pero, esta vez me controlo un poco. Estoy a punto de poner su mundo patad arriba. - No, Ale, no es eso, de hecho, es algo de suma importancia, podría cambiar tu vidaÉl no dice nada, pero se me queda mirando expectante, a la espera de que acabe de decirle de qué se trata todo esto. Creo que todavía se piensa que es alguna travesura de mi parte porque está sonriendo pícaramente. - La verdad, he estado pens