- Qué? ¿Vienes a invitarme a tu fiesta? –me pregunta Ale en cuanto me ve apoyada en la barra
- Tú siempre estuviste invitado ¿recuerdas?
Él me mira fijamente y me sonríe de tal forma que hace que mis mejillas se sonrojen de inmediato.
- Entonces ¿has venido a pedir más tragos?
- No, he venido porque tengo que preguntarte algo –le digo decidida
- No importa las formas de soborno que encuentres, no haré de striper para ustedes
En cuanto escucho sus palabras, no puedo evitar echar una carcajada. No sé cómo lo hace, pero siempre sale con alguna de sus ocurrencias para hacerme reír pero, esta vez me controlo un poco. Estoy a punto de poner su mundo patad arriba.
- No, Ale, no es eso, de hecho, es algo de suma importancia, podría cambiar tu vida
Él no dice nada, pero se me queda mirando expectante, a la espera de que acabe de decirle de qué se trata todo esto. Creo que todavía se piensa que es alguna travesura de mi parte porque está sonriendo pícaramente.
- La verdad, he estado pensando en ello por mucho tiempo
- Ya, sabría de qué me estás hablando si me lo contaras todo de una vez –me dice impaciente
- Quiero tener un bebé
Al escuchar mis palabras, la expresión de Ale cambia instantáneamente. La sonrisa pícara que tenía se borró y sus ojos se agrandaron en respuesta a la sorpresa. No dice nada, solo me agarra del brazo y comienza a caminar arrastrándome detrás de él.
- Ale, ¿qué estás haciendo?
- Necesito hablar contigo a solas, lejos de todo el bullicio este
Le sigo sin decir una sola palabra más. El apartamento de Ale queda justo en la esquina del bar en el que estábamos y, luego de unos pocos minutos, entramos en su interior.
Una vez ahí, me soltó el brazo y clavó sus ojos en los míos. Hay algo extraño en su expresión, algo que nunca antes había notado. Está demasiado serio y confundido.
Ahora la idea de plantearle que sea el padre de mi hijo no parece tan buena como hacía solo unos minutos ¿Quién me habrá mandado a beber tanto alcohol? y, lo que es peor aún ¿por qué le hice caso a Tania?
- Entonces… -me dice después de unos segundos en silencio
- Entonces ¿qué?
- ¿Qué era lo que me estabas diciendo?
Vamos Ana, ya has venido hasta aquí, es la oportunidad perfecta, no te acobardes ahora.
- Bueno –digo tomando aire- ya sabes que yo siempre he querido ser madre
- Sí, siempre lo has dejado claro –dice cautelosamente
- En realidad, siempre he querido todo el paquete, casarme, tener un matrimonio feliz, formar mi familia, pero creo que ha es un poco tarde para todo eso, la vida no me ha sonreído como quería que lo hiciera
- No digas eso, todavía hay tiempo, puedes esperar –no le respondo con palabras, solo niego con mi cabeza- ¿en serio no quieres esperar un poco más? Tener un hijo es una gran responsabilidad Ana, no es algo que debas pensar a la ligera
- Ale, me conoces más que nadie, sabes perfectamente bien cómo soy ¿crees que he tomado esta decisión a la ligera? Nunca he sido realmente feliz, no he tenido tu suerte. Nunca me he podido enamorar de ningún chico con el que he salido, nadie me ha pedido matrimonio. Siento que esta es mi mejor oportunidad para ser realmente feliz
Me aseguré de seleccionar correctamente mis palabras para que le quedara clara la situación. No he podido enamorarme de ningún chico con el que he salido porque ninguno ha sido él.
Nunca se atrevió a pedirme una cita, o nunca le gusté, no sé bien ya cuál de las dos opciones es. Lo único que sí me queda claro es que he estado enamorada de él toda mi vida y así, es imposible que mis relaciones con otros chicos funcionen.
Ale me observa de forma diferente. Tiene una sonrisa dulce y creo que, de alguna forma, le he hecho comprender cómo me siento.
- Bueno, tengo que aceptar que, por esta vez, tienes la razón. En muchas ocasiones nos toca perseguir la felicidad y no esperar de brazos cruzados a que nos toque a la puerta, pero, si no tienes pareja ahora, entonces ¿quién será el padre?
Ahí estaba, la pregunta clave a la que no sé si responderle con total sinceridad. Quiero decírselo, pero ¿y si lo asusto y consigo todo lo contrario a lo que realmente quiero?
Proponerle que sea el padre de mi hijo no es nada fácil, más cuando él mismo acaba de decirme que no es una decisión que se deba tomar a la ligera ¿Cómo se me ocurre?
Ana, esto es lo más cerca que has estado de tenerlo.
Les tengo que confesar que, a pesar de las consecuencias que pueda traerme, creo que seguir la idea original puede ser bueno para mí. Si se asusta pues, por fin saldrá para siempre de la ecuación y podré vivir mi vida y, si se lo toma bien, será parte de mi familia, tal y como siempre he querido.
- En realidad, comencé a contarte todo esto porque estaba esperando que tú fueras el padre
Las palabras salen de mi boca sin darme cuenta. No sé en qué momento mi subconsciente decidió que esto era una buena idea, pero ya está, ya se lo he dicho.
Sus ojos se abren de par en par y con una larga zancada, se aleja de mí rompiendo la burbuja en la que estábamos.
- Perdón, creo que no te he escuchado bien
- Yo creo que sí lo hiciste, Ale
No dice nada, simplemente se me queda mirando fijamente, buscando algo en mis ojos que no comprendo. Sin que me lo esperara y para mi total sorpresa, una sonrisa comienza a dibujarse en su rostro.
- Eso quiere decir que aún no estás embarazada
- Pero, si yo lo que dije fue que quería tener un bebé, no que ya lo tenía
- Lo sé, pero pensé que recién habías descubierto que estabas en estado, como vi la prueba de embarazo que Tania te dio, quizás te lo estabas planteando
En cuanto me doy cuenta de todo lo que estaba pensando, comienzo a reir.
- La prueba de embarazo fue el regalo de cumpleaños de Tania, dijo que este sería mi año para salir embarazada y como sabe que es algo que deseo mucho, pues…
- Ya veo –termina diciendo él
De repente, la habitación comienza a darme vueltas. Supongo que ahora me está saliendo todo el alcohol que me tomé en el bar.
Estoy demasiado mareada que no soy capaz de percatarme de la situación, lo único de lo que soy consciente es que siento como el suelo se acerca a mí, solo los brazos de Ale evitan que me caiga.
- ¿Ana, estás bien?
No tengo fuerzas para contestarle, solo puedo ser consciente de que todo comienza a oscurecerse, hasta que ya no puedo ver nada.
(…)
Abro los ojos sintiendo cómo la cabeza se me quiere explotar. Sí, definitivamente, anoche me pasé de tragos. Justo cuando veo los enormes cristales frente a mí, me percato de que no estoy en mi casa.
- ¿Ale?
Llamo con el tono de voz más alto que mi cabeza me permite y, de inmediato, él se aparece en la habitación y se acuesta a mi lado con una amplia sonrisa.
- ¿Cómo te sientes?
- Mi cabeza me está matando, ya estoy demasiado vieja para estas resacas
Bajo la vista hasta su pecho desnudo, intento con todas mis fuerzas volver a mirarle a la cara, pero me es imposible, está jodidamente precioso.
¡Espera! Ale está en bóxer y yo estoy en su cama ¿Acaso nosotros?...
- Ana, tenemos que hablar sobre anoche…
¡No me lo puedo creer! Un impulso que no pude controlar, me hizo levantar la sábana que me tapaba solo para descubrir que estaba en ropa interior ¡Dios mío! ¿Qué hemos hecho?Lo menos que quiero ahora es pensar que anoche nosotros hicimos más de lo debido. Si no había dado este paso antes, es porque, además de ser una cobarde de mierda, tampoco quería acabar con nuestra amistad.Vuelvo mi mirada hacia Ale, está sonriendo muy divertido. Parece ser que toda esta situación le hace gracia. - Anoche tuve que cargarte hasta la habitación, te desmayasteAhora que lo pienso, sí tengo un vago recuerdo de como todo comenzó a ponerse oscuro. Entiendo que me haya traído hasta aquí, pero ¿por qué estoy sin ropa? - Ale, nosotros anoche –comienzo a balbucear porque no sé cómo plantearle esto- ¿acaso hicimos…? - Tranquila, Ana –me interrumpe antes de que pueda terminar de preguntarle- la necrofilia no es lo mío –vuelve a sonreír- tuve que quitarte la ropa porque también vomitaste un poco¡Qué verg
Creo que, dadas las circunstancias, lo mejor que puedo hacer es contarle toda la verdad. Siempre hemos sido sinceros el uno con el otro y sé que, si se lo explico, podrá entenderme.-Ale, nos conocemos desde hace mucho tiempo. En todos estos años te he conocido mejor que nadie, he visto cómo eres, cómo reaccionas ante las dificultades, cómo proteges a los tuyos. La verdad es que no puedo pensar en alguien mejor que tú para esto. Yo ya te considero parte de mi familia, si accedes, solo lo estaríamos haciendo oficial. Tú mismo lo has dicho, desconocer quién será el padre es algo loco ¿Qué mejor que una de las personas que más quiero en mi vida?-No puedo negarte que, escuchándolo así, no parece del todo una mala idea, pero tienes que saber Ana, yo no soy perfecto y tengo mis defectos también-Como todos los tienen, Ale, esos también los conozco y, debo decir que no son tan horrendos, excepto la parte en la que naciste con dos piernas izquierdas Le digo para relajar un poco el amb
Tengo la sensación de que mi corazón se me va a salir del pecho en cualquier momento. Sus labios nunca antes habían estado tan cerca de los míos y estoy tan nerviosa que apenas puedo pronunciar una sola palabra.No me lo puedo creer, después de tantos años deseándolo, finalmente Ale y yo nos vamos a besar, o al menos eso es lo que parece. Acerca su boca más a mí y nuestros labios se rozan. Puedo sentir con facilidad la textura suave de ellos, pero como todo en mi vida sucede de forma desastrosa, la alarma de incendios comienza a sonar en ese mismo momento.El sonido cambia nuestro humor de inmediato y nos ponemos alertas. Solo cuando Ale se separó de mí pude ser consciente de que nos rodeaba una cortina de humo por todas partes.-¡Mierda! –grita él- son los panqueques, se están quemandoCon todo lo que estaba sucediendo, se nos había olvidado que el desayuno aún se estaba cocinando. Él, rápidamente corre hacia el baño a buscar una toalla. El humo es cada vez más fuerte y me es impos
Tenía pensado irme de inmediato, no creo que pasar más tiempo aquí en su casa sería bueno para nosotros en estas condiciones. No sé cómo explicarlo, pero, desde que le mencioné el tema de tener un hijo, es como si lo sintiera más alejado de mí, más distante.-Ana, ven aquí, quiero darte tu regalo de cumpleaños –esa fue la frase que me demoró aquí aún más, la curiosidad me mata, necesito saber qué me ha comprado Ale-¿Al fin me has comprado el unicornio que tanto quería de pequeña? –le pregunto sonriendo-No creo que pueda conseguirte uno, pero te prometo que un día de estos te compraré un poni solo para ver tu expresión cuando no sepas qué hacer con élPongo los ojos en blanco ante su respuesta, siempre sabe cómo sacarme una sonrisa. Él se inclina hacia la mesita que tiene a su lado y me ordena que cierre los ojos.Sin chistar lo hago y extiendo las manos con las palmas hacia arriba esperando que coloque el regalo en ellas. Cuando abro los ojos, veo un sobre. Mi boca se abre de
No sé por qué razón mis piernas han comenzado a temblar desde que abrí la puerta y lo vi aquí, parado justo frente a mí. Acabo de salir de su casa casi que como loca y ahora lo tengo en mi puerta, mirándome con esos ojos tan penetrantes.Me giro hacia Tania y le pregunto:-¿Sorpresa por qué?-Alejandro y yo te preparamos una fiesta sorpresa por mi cumpleañosSus palabras me asombran. Una fiesta, como si toda la situación de anoche y la de hoy por la mañana no hubiese sido demasiada sorprendente ya por sí misma.-Es muy amable, pero no tenían por qué hacerlo No sé por qué, pero después de la forma en que me fui de casa de Alejandro después de besarlo, me da mucha vergüenza mirarle a la cara, me he comportado como una niña pequeña y él, como todo un caballero.-Por supuesto que sí teníamos que hacerlo, eres nuestra mejor amigaAhí están, esas dos palabras que detesto con todas mis fuerzas desde hace mucho tiempo. Su “mejor amiga” ¿No se habrá dado cuenta ya que nunca he querido
La ansiedad comienza a apoderarse de todo mi cuerpo, pero no en el mal sentido, sino todo lo contrario. Siento la necesidad de comenzar el juego ya, tengo que saber hacia dónde nos llevará.-Sabes que así no son nuestras reglas, tienes que darme las opciones primero-Esas eran nuestras reglas cuando éramos pequeños, ya somos grandes, podemos asumir las consecuencias ¿no lo crees?-No, las reglas son las reglas-¡Oh, vamos Ana! No seas una gallina –me dice sonriendo-No pienso darte ventaja esta vez, quiero saber mis opciones-¿Verdad que querías que yo te besara cuando estábamos en mi casa?Su pregunta me toma completamente por sorpresa ¿cuántas más me esperarán en el día de hoy? ¿Por qué de todas las preguntas que podía hacerme, se decidió por esa?Mi corazón me da un vuelco en mi pecho mientras me quedo mirándolo. Nada de lo que está haciendo últimamente tiene sentido. Nunca antes él se había atrevido a tanto. Sí sentí en varias ocasiones que estaba flirteando conmigo, p
-Bueno, por mí perfecto entonces, si en verdad deseas ayudarme a crearme el dichoso perfil de citas, adelante, pero que conste que nada de esto fue idea míaDigo esto último haciendo énfasis en ello. No quiero que piense que estuve de acuerdo desde un inicio con la idea descabellada de Tania. Él me conoce muy bien, espero que lo sepa.-Pues perfecto entonces –dice Tania- Ale es muy bueno en esto-¿Y tú cómo lo sabes? –le pregunto-¿Acaso no has visto todas las chicas con las que ha salido a lo largo de los años? Tiene que tener un diplomado en citasNo sé cómo no puede darse cuenta de que ese tipo de comentarios me hacen un poco de daño. Lo sé, no es nada nuevo para mí, a mi pesar, las he conocido a todas. A veces siento que Ale me las presenta para que les dé el visto bueno, como si necesitara mi aprobación para poder salir con ellas, es algo que nunca he entendido. Como quiera que sea, no me gusta pensar en eso, ya me resulta bastante incómodo tener que salir con ellas y v
Con todo lo que ha acontecido desde ayer, se me había olvidado por completo que la semana pasada le había prometido a Ale que lo ayudaría esta noche en el bar. Sí, ya lo sé, no me den esa mirada de desaprobación, me brindé voluntariamente para ayudarlo la misma noche de mi cumpleaños.Antes de que me digan nada, tengo que decir en mi defensa que ya sabía que la noche anterior a mi cumpleaños estaríamos celebrando y después del día de hoy, en verdad no tengo de qué quejarme, ha sido un cumpleaños maravilloso y me gusta ayudar en todo lo que pueda, así que, ¡no me juzguen!-Oye, alcánzame una cerveza –me pide una chicaLa verdad es que, desde ese match en la dichosa aplicación de citas, mi cabeza no ha podido dejar de pensar en ello ¿Cómo he podido conseguirlo en tan poco tiempo? Ni siquiera pasaron quince minutos desde que me creé el perfil y ya alguien me estaba pidiendo una cita.¿Qué pensará Ale? ¿Se sentirá extraño al verme saliendo con alguien más? ¿Se arrepentirá de haberme cre