Capítulo 14

Miranda

Siento los enormes brazos de James rodearme y me aferro a su cuello cuando me levanta como un bebé y acaricia mi cabello. Me permite ser débil por un par de minutos y me acaricia y besa mis mejillas, hasta que la incomodidad se abre paso en medio de la lucidez que voy recobrando poco a poco. Me alejo para verlo a los ojos, esos profundos pozos negros que llegan a intimidar cuando se le antoja, y sonrío apenada.

—Lo siento.

—Te he dicho que no estás sola y no me dejas ayudarte.

Veo su preocupación y bajo la cabeza, pero algo llama mi atención.

—¿Dónde están? —pregunto alterada.

—Dormidos en su cuna. Aunq

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