Capítulo 61

Miranda

Al despertar, bastante avanzado el día según el reloj de la mesa a mi lado, me quejo por el sueño que aún amenaza con consumirme, como si absorbiera mi energía vital. Impulso mis piernas a bajar con una férrea voluntad, me siento y gimo un largo bostezo que me saca un poco más de ese mundo de sueño llamado letargo. Uno de los síntomas del embarazo que me puso un poco alerta y obligó a Jeanne a que comprara esa prueba de embarazo casera que nos sacó de dudas y me hizo una mujer feliz.

No hay señal de James. No sabría estimar si ha dormido ya.

Muerdo mi labio mientras me cambio con un vestido largo verde oliva y sandalias negras sin tacón, todo sin dejar de sentir una extraña agitación en mi pecho, como si algo no estuvie

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