Capítulo 1061
En Mesoluz había muchos turistas. Al salir del hotel, se podía ver a una variedad de viajeros. Mariana y Yolanda caminando juntas llamaron la atención de varias personas.

Aunque Walter y Jacob llevaban gafas de sol y parecían bastante discretos, había algo en su presencia que resultaba imposible de ocultar. Los transeúntes no podían evitar murmurar al verlos pasar.

Mariana y Yolanda decidieron entrar a una tienda de lujo y se sentaron en la zona de descanso a charlar, lo que hizo que las vendedoras las miraran con curiosidad.

Mariana echó un vistazo a Walter. Él apoyaba la cabeza en su mano, indiferente a las miradas de los demás, y solo tenía ojos para ella, como un cajero automático ambulante listo para pagar cualquier capricho de Mariana.

Ella desvió la mirada y, señalando una fila de bolsos, dijo sin preocuparse por si le gustaban o no: —Cómpralos.

—Señorita, ¿no quiere probárselos? —preguntó la encargada, sorprendida.

—No, está bien. Mi amigo tiene dinero y me dijo que gastara lo
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