Capítulo 1055
Óscar no entendía. Si estaba en el territorio de Walter, podía inclinarse ante él, pero ¿por qué tenía que hacer lo mismo en Mesoluz? ¿Acaso no era ese su propio terreno?

Sebastián le dio una patada a Óscar, haciéndolo caer al suelo. Óscar levantó la mirada, sus ojos llenos de indignación.

Sebastián gritó: —¡Hijo de perra, qué vergüenza me haces pasar! ¡Pídeles disculpas al señor Guzmán! ¡Rápido!

Sin dar ningún tipo de consideración, Sebastián le dio una fuerte palmada en la cabeza.

La multitud se sorprendió; era la primera vez que Sebastián reprendía a su hijo en público.

Óscar bajó la mirada, apretando los puños con rabia, claramente descontento.

Mariana lo observó, y sus manos, que antes estaban tensas, comenzaron a relajarse.

Óscar tragó saliva. En el bar, las luces brillaban, y todos esperaban su disculpa, pero las palabras se le atascaban en la garganta. Un chico mimado acostumbrado a ser elogiado, ¿cómo podía pedir disculpas frente a tanta gente? ¿No sería eso humillante? ¿Cómo
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