Capítulo 1058
Era de papá.

Tobías: [Vi que saliste a divertirte, cuídate.]

Mariana sonrió; su padre siempre estaba pendiente, incluso de las noticias.

Se dio la vuelta en la cama y justo en ese momento, Yolanda salió de la ducha. Se subió a la cama y abrazó a Mariana.

—¡Ah, Mari! ¡Cuánto tiempo sin poder quedarme así a tu lado, compartiendo la cama! ¡Te he extrañado, mi amor!

Mariana la miró con una sonrisa cómplice. ¿Sabían sus admiradores lo buena que era en hacerse la mimosa?

Mariana le dio un pequeño toque en la cabeza. Yolanda levantó la vista y se encontró con los ojos de Mariana.

En esos ojos había una profunda tristeza. La razón por la que no podía estar a su lado no era solo el trabajo; había renunciado a casi todo por Walter durante esos años. Ahora, Mariana era la auténtica Mariana.

—Mari, al menos todo está mejorando —dijo Yolanda con ternura.

Mariana asintió; efectivamente, todo estaba mejorando.

En silencio, comenzó a jugar con el cabello de Yolanda y le preguntó en voz baja: —Yoli, si
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