Inicio / Romántica / El verdadero CEO para casarme / Capítulo 2: Me caso con el turco
Capítulo 2: Me caso con el turco

     Bastó el llévame contigo, para que Paúl acelerara su auto, en poco tiempo ya estamos frente a unos de los edificios más elegantes en el centro de la ciudad.

     Todo pasa tan rápido, como para que no me dé tiempo a pensar en lo que estoy haciendo, en cada semáforo quita su mirada de la carretera y me besa, en el ascensor antes de llegar al apartamento me toma entre sus brazos y me besa.

     Llegamos al apartamento, cierra la puerta y me pega a ella para besarme, luego me toma en sus brazos y me lleva a la cama, no sé en qué momento mis prendas de vestir están en el suelo, sólo siento el calor de sus labios que recorren mi espalda, lentamente me voltea sin despegar mis labios de mis hombros, de mi pecho, esos labios van bajando lentamente, esa sensación hace que pierda la cordura, si ¡estoy loca!, cómo es posible que sólo bastó una noche para regalarle a este hombre, todo lo que he guardado durante tanto tiempo.

     Él tuvo razón, me hizo la mujer más feliz de la tierra.

     Mis suspiros eran interminables, cuando pienso que ya todo ha terminado, comienza algo nuevo, esto es como una montaña rusa, la adrenalina sube y baja constantemente.

     Sus besos sin adictivos, me cuesta tanto desprenderme de ellos.

     Así transcurre lo que queda de la noche.

     Despierto y aún estoy en su cama, no fue un sueño, estoy entre sus sábanas, estiro mi brazo, buscándolo, pero Paúl no está.

     En su lugar está un papel escrito.

     Buenos días hermosa, te vi dormida, estabas tan bella que no quise despertarte.

     Discúlpame, pero recibí una llamada de la empresa, tengo que salir de viaje, gracias por la noche que me regalaste, cuando venga te llamo, mandé a buscar tu auto, está en el estacionamiento del apartamento, las llaves están sobre la mesa de noche.

     —¡Dios! ¿qué hice? Pamela tú estás demente, como se te ocurre meterte con un individuo que apenas conoces, ¿ahora que le digo a mis padres?, deben estar preocupados, no dormí en mi casa.

     Me visto muy  aprisa y salgo de allí, como si me estuvieran persiguiendo.

     Llego a mi casa y para mí suerte mis papás no están, me doy un baño y me quedo en mi cama recordando la noche que pasé con Paúl.

     Pasa una semana y no recibo llamada de Paull, así fueron pasando los días.

     —Hola mi niña, tu mamá y yo queremos hablar contigo.

     —Okey hablen, -un sudor frío recorrió mi espalda- podemos hablar aquí.

     —No, mejor lo hacemos en la biblioteca.

     —Carmela, por favor nos lleva un té a la biblioteca.

     Me siento en el sillón, estoy esperando el bombazo, sé de lo que me van hablar.

     —Pamela, primero que nada, quiero que sepas que te amamos, eres lo más hermoso que tenemos y queremos lo mejor para ti.

     Mi mamá no dice nada, sus ojos están bañados en lágrimas.

     —Tú sabes lo que estamos pasando en la empresa, tenemos una pérdida millonaria y es muy difícil recuperarnos de eso.

     —Sí papá eso lo sé.

     —El caso es que tenemos una posibilidad de salir adelante, un amigo habló con un empresario turco, para ver si nos daba un préstamo, el caso es que sí, nos va ayudar, va a cancelar toda la deuda, pero hay una condición.

     Quiere que te cases con él.

     En ese instante mi sangre se heló, yo sabía del trato con el turco, pero tenía la esperanza que pareciera otra solución.

     —Cariño, dinos algo, no te quedes así.

     —¿Cuándo sería la boda? 

     —En esta misma semana, él está aquí en el país, pero parte para Turquía dentro de seis días y quiere llevarte con él.

     —Papá tú lo conoces, ¿cómo es él?

     —Es como yo, lo lamento mucho amor, es mayor, puede ser tu padre.

     —¡Ay! No, no,-mi mamá se levanta y sale de la biblioteca - yo no soporto esto.

     —Papá ustedes saben que yo por ustedes hago lo que sea, entiendo lo que representa esa empresa para ti, si la solución para resolver los problemas de la empresa soy yo, entonces hagámoslo, me caso.

     —Hija, ¿estás segura?

     —Sí papá.

     —Gracias hija.

     —¿Papá el me conoce, me ha visto?

     —Sí, bueno en persona, no lo creo, pero en fotografía  si.

     Para tu seguridad, te garantizo que es una persona noble, es respetuoso, es todo un caballero, hija ahora no lo amas, pero con el tiempo lo puedes amar.

     ¿Lo quieres conocer antes de la boda?

     —No, igual no tengo elección me voy a casar.

     —Okey, voy a hablar con él, para informarle tu decisión.

     Papá habló con el turco e inmediatamente le envió un cheque  para los gastos de los preparativos de la boda.

     La boda se va a realizar en un salón de fiesta muy costoso, esa misma noche después de la ceremonia me voy para Turquía, la residencia de mi futuro esposo está en Estambul.

     Mi futuro esposo aceptó casarse bajo las tradiciones de mi país, argumentando que después cuando lleguemos se iba a realizar otra ceremonia con todas sus  tradiciones turcas.

     Es hoy, desde muy temprana hora me retiro para la habitación de un hotel para arreglarme para la boda, allí llegó el estilista y el maquillador para arreglarme, mamá me ayuda a vestirme

     —Hija estás preciosa, pero a mí no me engañas, esa mirada triste se mantiene en tu rostro, escúchame bien, estás a tiempo de dejar está locura, no lo hagas por nosotros, si es de perder la empresa se pierde, si es posible empezaremos desde cero, no quiero que arruines tu vida por nosotros, el dinero no lo es todo, vas a tener mucho dinero, pero si no eres feliz, entonces no vale la pena.

     Mi amor tú eres joven para que te esclavices a un hombre que no amas, yo y tú papá lo hablamos, él está arrepentido del trato que hizo con el turco, me dijo que si tú quieres él regresa todo el dinero.

     —Mamá ya está decidido, me voy a casar, ahora por favor déjame sola un momento, no quiero que nadie me interrumpa.

     —Está bien amor, cuando todo esté listo, te llamo, para que sepas que viene tu papá a buscarte, pero piensa bien en lo que te dije.

     Tengo unas ganas inmensas de llorar, me gustaría tener la capa mágica, la de los cuentos de hadas que me contaba mi abuela, para ponerme la capa sobre los hombros y hacerme invisible y así desaparecer.

     Están tocando la puerta, dije que no me molestaran.

     —Por favor dije que no quiero ver a nadie, no me molesten.

     —¿Tampoco me quieres ver a mí?

     —¿Quién es usted?

     El hombre que entró, se quita la gorra y los lentes.

     —¿Paúll, qué haces aquí?

     —Vine a rescatarte, hace unos días atrás tú me ayudaste, ahora vengo a devolverte el favor.

     —¿Qué te has creído, qué esto es un juego, cómo el teatro que formamos delante de tus tíos?

     —Sé que esto no es juego y gracias a ese teatro te conocí,gracias a ese teatro me enamoré de ti, por eso no pienso dejarte sola en todo esto.

     —Dijiste que me ibas a llamar y no lo hiciste.

      —Disculpame, estaba de viaje, en verdad llegué hace unos días, pero no quise llamarte, quería pensarlo bien antes de dar este paso.

     —Ya no hay marcha atrás, ya di mi palabra.

     —Pamela olvídate de la palabra que diste, lo importante es tu felicidad, vente conmigo, salgamos de aquí.

     —Tú estás loco,  quieres que salga por los pasillos del hotel con este vestido blanco.

     —Con el vestido blanco no, yo te traje ropa,  traje este maletín con ropa y zapatos para que te cambies.

     Anda mi amor, apúrate, vámonos de aquí, ven yo te ayudo a quitarte el vestido.

     En tan poco tiempo sus palabras se han convertido en una orden para mí, con mucha rapidez me ayuda a quitarme el vestido, me pongo unos jeans, una  blusa y salgo del hotel de la mano de Paúl, sin importarme las consecuencias de mis actos salgo de allí en compañía del hombre del cual me he enamorado.

     Esa noche me lleva de nuevo a su apartamento; hicimos el amor, una y otra vez, está vez los dos estamos sobrios, sin una gota de licor en nuestro organismo, nada externo que nos hiciera alterar nuestra pasión, nos amamos como dos lobos hambrientos en busca de comida para saciar su apetito.

     La pasión de Paúl me llevó a seguir su ritmo, la niña inexperta en pocas horas se convirtió en la alumna disciplinada con las mejores calificaciones.

     Esa noche apagamos los celulares, no quisimos saber nada del mundo exterior, ya di el primer paso, disfruto mi noche y mañana, bueno, mañana será otro día y afrontaré las consecuencias.

     —Paúl, ¿cómo supiste dónde estaba?

     —Fui al bar donde te conocí, hablé con Maikol, en realidad yo también soy cliente de ese bar, yo te había visto en varias oportunidades con tus amigos de la universidad.

     —¿Qué te dijo Maikol?

     —Me dijo, que después que te vio conmigo en el bar, no te había visto más, hasta hace dos días que llegaste con tu grupo de amigos a celebrar tu despedida de soltera, le pregunté dónde te ibas a casar y con quien.

     Me habló del turco y la fecha de la boda.

     Lo demás lo averigüé con mis contactos.

     —Bueno ya lo hicimos ¿y ahora?

     —Por hoy no te preocupes, estás conmigo.

     —Tengo miedo que el turco tome represalias con mi familia.

     —Confía en mí, de eso me encargo yo, descansa y duerme, mañana buscamos una solución a esto.

     Me abrió un espacio entre sus brazos y allí me dormí. Esto no me pasaba desde que era un niña y en las noches de tormenta, los relámpagos me despertaba y corría a la habitación de mis padres, mi papá al verme abría sus brazos y yo corría a meterme dentro ellos, mi papá siempre me ha  protegido y yo le estoy  pagando tan mal, ahora, ¿qué irá a pasar?

    

     

    

     

     

     

     

     

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo