Un nuevo amanecer en brazos de Zahir, mañana nos vamos a Estambul. —Buenos días amor. —Buenos días hermoso. —Los ojos te amanecieron más grises, cada día me enamoro más de ti. —Amor no te puedo acompañar a desayunar, recuerda que mi papá está en casa, hoy quiero pasar el día con ellos, mañana nos vamos para Estambul y aún no sé cuántos días vamos a estar fuera. —Sí amor, te entiendo, vaya con su papá, ¿ya él sabe que te vas de viaje? —Sí, pero no le he dicho para dónde, pero sabe que es por varios días. —Pamela, hoy no quiero que hables con Paúl, si te llama no contestes, además este día es para tus padres okey. —Con Frank si necesito verme, tengo que dejar todo en claro. —Es mejor que no salgas, prefiero que recibas a Frank en tu casa. —Okey amor, yo lo voy a llamar, para trabajar en la casa. —Gracias, no quiero que pienses que te estoy imponiendo cosas, es que prefiero que no veas a Paúl, no por ahora, después vamos arreg
ESTAMBUL. Nos tomamos la botella de champagne, esta vez yo tomo más que Pamela, quiero que sus sentidos se mantengan bien abiertos, no quiero que sienta ningún malestar, sólo la sensación excitante producto del alcohol, la quiero viva, la quiero con todo sus neuronas puestas en el momento del encuentro. —Amor, te amo. Su voz tan dulce embriaga mis sentidos, el sólo contacto de su piel tan tersa hace que mi cuerpo se estremezca de placer, pero esta vez quiero ser yo quien le brinde toda esa sensación placentera. En esta cama, en esta habitación, en mi país tengo a la mujer de mis sueños, a la mujer que me enamoró sólo con mirarla a través de un papel de fotografía. —Pamela te amo, eres mía, sólo mía. Ella como una gatita en celo, se pega más y más a mi piel, siento como sus manos suaves recorren mi espalda, dejo que sus manos jueguen con mi pecho, me enreda sus dedos en mis cabellos y sus labios húmedos recorren mi cuello. —Espera, vamos con cal
Nos quedamos un buen rato en la plaza de la Mezquita Azul, luego fuimos a almorzar. —¿Dónde nos vas a llevar Zahir? —No comas ansias ya verás. Zahir nos llevó a un restaurante muy popular, con mucha gente sencilla, de pueblo. Un señor muy mayor, cuando lo vio, salió a su encuentro. —Joven Zahir, tanto tiempo sin verlo. —Hola Samir, mira traje a unos amigos para que prueben la mejor comida de Estambul. Samir, ella es mi novia. —Mucho gusto señorita, Bienvenida, no le haga mucho caso a este loco, mi comida es buena, pero no la mejor. —Deja que ella la pruebe y luego escucharemos su opinión; Samir te acuerdas de mi amigo Emir. —Claro que sí me acuerdo, no se me olvida cuando vinieron con los coreanos. Bienvenido Emir. —Samir ella es Katy la novia de Emir. —Mucho gusto señorita. Bienvenida, todos sean bienvenidos. —Joven Zahir, ¿qué les preparó? —Lo dejo a tu elección, lo mejor que tengas en el día de hoy.
ESTAMBUL CASA DE LOS BOZKURT. —Bendición papá. —Bienvenido hijo, ¿cómo estuvo el viaje? —Bien papá. —Te noto estresado. —Sí, lo estoy, la conversación que tengo pendiente con la abuela me tiene mal, ¿cómo está todo por aquí? —Esto aún no ha cesado, desde que te fuiste todo ha sido un revuelo, el papá de Alev que vivía viajando, pues ahora no, se la pasa aquí en Estambul. Ayer me informaron que lo vieron tomando el té con uno de los socios de la empresa. —Eso es bien raro, él nunca se había metido con nuestros negocios. —Pues ahora sí, no sé que anda buscando, por otro lado anduve averiguando por el fotógrafo que tomó las fotos, pues resulta que desapareció. —Él era mi esperanza, para que todo esto se resolviera. —Y lo sigue siendo, él no puede desaparecer así de la nada, en algún lugar de Estambul tiene que estar. —¿La abuela está en la casa? —Sí, no ha salido, dio orden que en cuanto tú llegaras le avisaran de inm
Llego al hotel, corro a mi habitación y allí la veo, está dormida, parece una princesa, con esa carita de ángel. Con mucho cuidado para no despertarla, me quito la ropa y me deslizo en la cama, ella inconscientemente se voltea hacia mí, pasa su brazo por encima de mi pecho y se pega a mí cuerpo. Me quedo mirando ese rostro que me enamoró desde el primer momento que la vi, esos labios tan delineados, esa nariz tan perfecta, no resisto la tentación y le doy un ligero beso en los labios. Pamela medio entreabre los ojos. —¿viniste? —Sí amor, te prometí que venía esta noche. —¿Qué hora es? —Ya es más de la medianoche. —¿Por qué tardaste tanto? —El auto se descompuso, Samet tuvo que llamar a un mecánico, pero eso no importa, lo que en realidad nos importa es que estoy aquí contigo. ¿Cenaste? —Un poco. —Ese un poco, significa que no lo hiciste, ¿no salieron a cenar? —Sí, Emir y Katy cenaron en el restaurante del hotel. —A
La familia de Emir nos recibió con mucho cariño, su mamá estuvo conversando por mucho tiempo con Katy, luego almorzamos, por supuesto comida típica turca, en la cara de Katy se le nota que está feliz. Regresamos al hotel ya en horas de la noche, a la hora de dormir, Zahir me pregunta: —Ahora si, ¿me puedes decir por qué has estado todo el día molesta conmigo? —¿Y tú me puedes decir, por qué aún no me has contado la conversación que sostuviste con tu abuela? Nosotros quedamos en que íbamos a ser sinceros, que no nos íbamos a ocultar nada, vamos estoy esperando que me digas, lo que hablaste con tu abuela. —Mi intención no es mentirte, pero es verdad, te he ocultado lo que hablé con mi abuela por temor a tú reacción. —Habla, ¿qué hablaron? —Mi abuela insiste en mi boda con Alev, como le dije que no me casaba, me propuso algo que por supuesto yo lo rechacé. Me pidió que me casara con Alev y continuara mi relación contigo. —En pocas palabr
Estoy asombrada y feliz, jamás me hubiese imaginado que mi papá aceptara a Zahir tan rápido como lo hizo. Durante el almuerzo la conversación giró sobre nuestra boda y por supuesto no perdieron la oportunidad para hablar de negocios. A partir de ese día ya Zahir se siente desligado de todo compromiso con las empresas de Estambul, decidió comenzar de nuevo, pero en Boston, ya él estaba trabajando desde hace bastante tiempo en relación a eso. Está sentado a mi lado, me toma la mano se la lleva a los labios, me sonríe y yo fascinada con esos ojos negros que me sonríen con la mirada. —¿Ya tienen fecha para la boda? —Papá le dije a Zahir que quiero casarme después de la graduación. —¿Y cuando es la fecha de la graduación? —No nos han dado una fecha exacta, pero creo que es para dentro de tres meses aproximadamente. —¿Y tú qué opinas Zahir? —Al principio estuve de acuerdo con ella, pero ya no, me quiero casar pronto, en este mismo mes.
Estoy sentada en un sofá de la sala con una mano en mi cabeza y la otra sosteniendo una taza de café. Desde allí escucho los gritos de mis padres que están en la biblioteca. —Sí, ya sé, yo tengo la culpa, me descuidé y ahora las pérdidas son millonarias, pero entiende está es la única solución. —Williams se trata de nuestra hija, no podemos obligarla a un matrimonio sin amor. —Lo sé a mí me duele tanto como a tí, pero el turco está dispuesto a pagar todas nuestras deudas, eso significa que podemos salvar la empresa, esta empresa que fue el negocio de mis abuelos y luego de mis padres, lo levantaron con tanto esfuerzo y ahora yo no puedo destruirla. —Yo lo sé amor, pero a la niña le faltan sólo meses para terminar su carrera, no podemos obligarla a que abandone su sueño y se vaya a otro país con un hombre que no conoce. —Maldigo la hora cuando hice ese negocio, amor estoy entre la espada y la pared, no sé que hacer. Mi papá tiene razón, la empre